Ellas son “Mamacitas en Bici” y crean proyectos de innovación social
El foco está en mamás cabeza de hogar quienes por medio del uso de la bicicleta, el arte y el emprendimiento cierran brechas de violencias basadas en género. Crean, además, oportunidades que generan independencia en hogares monoparentales.
Eliana González cuenta su historia en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
Soy Eliana González, tengo 28 años y estudié comunicación social y periodismo. También soy ilustradora digital y la directora general y creativa de la Fundación Mamacitas en Bici.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Mientras estudiaba en la universidad, enfrenté la maternidad a una edad temprana y empecé a vivir un sin número de retos económicos, culturales y sociales. Entendí que las mujeres enfrentamos barreras en el acceso a la educación y al empleo, y que se agudizaban con un embarazo de por medio. Seguramente habían muchas mujeres que en el camino no lo lograban y yo con mucho esfuerzo sí lo había logrado. Así decidí que las oportunidades debían ser para todas y que se necesitaba de soluciones integrales.
A finales del 2017, decidí emprender en mi sueño de viajar en bici y documentar el proceso. En ese momento construí la página “Mami en bici” con varios objetivos. El primero, viajar con su hijo; el segundo, crear la marca Mami en Bici y gestionar el apadrinamiento de procesos productivos y emprendimientos en torno a la bici; y el tercero, promover en otras mamás el uso de la bicicleta.
Para 2018 nace la Fundación Mamacitas en Bici, una organización sin ánimo de lucro y primer colectivo de mamás ciclistas en Latinoamérica que crea proyectos de innovación social de alto impacto para mamás cabeza de hogar, por medio del uso de la bicicleta, el arte y el emprendimiento. El objetivo es cerrar brechas de violencias basadas en género y la búsqueda de oportunidades que generan independencia en hogares monoparentales.
La fundación no solo busca impactar a mujeres microempresarias sino también a mamás empoderadas que quieren compartir sus modelos de crianza a través del deporte y uso de la bicicleta. Por eso creamos estrategias de comunicación para potencializar los proyectos productivos de madres cabeza de hogar, fortaleciéndolas a través talleres de marketing digital, creación de contenido, escritura creativa, entre otros temas.
Además, este Colectivo busca apoyar y acompañar a madres para salir de círculos de violencia y maltrato, y empoderar a otras mujeres para demostrar que no están hechas sólo para ser mamás. Actualmente somos un grupo de trabajo de cinco personas que impactamos a 300 mujeres y hemos ganado convocatorias con MinCultura, IDPAC, GOYN Fondo de Innovación para jóvenes con potencial de fundación Corona, OEI.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
La Fundación Mamacitas en Bici inició en 2018 sin un solo peso en el bolsillo, como una idea que en principio buscaba ser una red de apoyo entre mamás y que con solo decirla en voz alta empezó a generar eco. Llegaron otras mamás y ya no era sólo mi visión, sino la perspectiva de más mujeres que habían pasado por circunstancias de violencia y que buscaban ser independientes.
Al compartir las experiencias, empezaron a surgir más ideas. Se convirtió en mi proyecto de vida y todos los días me levantaba pensando en una nueva solución para atacar un problema estructural. Dedicaba gran parte de mi día a escribir esas ideas en el papel, a leer sobre el tema para poder entenderlo más y a compartir más espacios que nos llevara a gestar soluciones colectivas.
Se volvió realidad porque hubo una persona que creyó en el potencial de esa idea. Esa primera persona fui yo. A veces nos olvidamos de creer en nosotras y yo decidí aferrarme a esa vocecita en mi cabeza que me decía que este era el camino. Luego no era sólo mi voz, sino la voz de muchas mujeres que se sumaron y que hoy son parte y han sido beneficiadas con los procesos de la Fundación.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
En un inició no había recursos económicos, así que lo primero que hice fue crear un modelo de economía colaborativa en el que podíamos unir nuestros diferentes conocimientos y labores, para generar ingresos colectivos. Había mujeres que hacían productos de confección en casa, pero no sabían cómo venderlos. Desde la fundación empezamos a aplicar el storytelling y el branded content para generar empatía y reconocimiento de las mujeres que estaban detrás de cada producto, contar sus historias, lo cual fue el detonante para incrementar sus ingresos y visibilidad. Asimismo, nos sumamos a la participación en ferias y las redes sociales con estrategias de comunicación fueron ese primer enlace que nos llevó a generar los primeros ingresos.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
A través de la Fundación hemos generado una gran cantidad de impacto en la vida de las mujeres beneficiadas. Ya no sólo generamos ingresos a través de la economía colaborativa, que aún se mantiene dentro de la Fundación, sino que ahora creamos varios proyectos de innovación social, como el Laboratorio Audiovisual y Festival comunitario Fuera de Campo. Este fue cocreado con la Fundación Red Sonrisas, con quienes construimos un espacio de traspaso de conocimiento en áreas audiovisuales para jóvenes, que en muchos casos provienen de hogares monoparentales. Este proyecto es apoyado por Min Cultura bajo la convocatoria ‘Comparte lo que Somos’ desde el año 2020.
Asimismo, creamos ‘ClickMomLab’, una serie de talleres impartidos en su mayoría por mamás, para mamás, y que busca que las mujeres aprendan sobre marketing digital, creación de contenido, fotografía, audiovisual y artesa plásticas. Ya hemos desarrollado dos ediciones y ahora nuestra meta es convertir el laboratorio en una plataforma multimedia educativa. Este proyecto es totalmente autosostenible porque las empresas, organizaciones y particulares pagan por los talleres, y al invertir en este servicio saben que no sólo compran un taller para sus trabajadores, sino que con su aporte financian los espacios académicos y totalmente gratuitos que creamos para las mamás.
También tenemos nuestro proyecto ‘familias que cuentan’, que visibiliza la movilidad del cuidado en bicicleta por medio de un circuito recreo deportivo y que busca generar un informe detallado sobre las familias que se mueven en bici en Bogotá.
6. ¿Soy feliz?
Sí, soy muy feliz con la Fundación. Jamás creí crecer tanto a nivel profesional y personal, y eso se lo debo a la construcción colectiva y al amor que se teje entre mujeres.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
No, la Fundación es mi proyecto de vida, es el motor económico de varias mujeres y sobre todo es una red que va mucho más allá del dinero.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Durísimo, y el que diga que emprender es fácil está mintiendo. Es una tarea de autodeterminación constante, en la que debes encontrar los motivos para intentarlo hasta lograrlo, porque habrán muchas noches en las que sentirás que la meta está aún muy lejos. Pero cuando empiezas a ver los resultados, todo cobra sentido, todo vale la pena y más cuando es un emprendimiento social, en el que impactas positivamente en la vida de otras personas.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Sí cumplí mi sueño, pero resulta que no he parado de soñar y ese sueño cada vez se hace más grande. Siempre hay un nuevo escalón para avanzar, entonces nunca me conformo, porque sé que aún hay mucho por hacer, muchas cosas por cambiar. Las mujeres necesitamos a otras mujeres que sean referentes en diferentes áreas. La historia necesita empezar a ser contada desde la perspectivas de las mujeres, para que otras mujeres y niñas crean que pueden lograrlo, y la única forma de cambiar las violencias estructurales que sufrimos es trabajando unidas por visibilizar a más mujeres.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Sigue la puesta en marcha de más proyectos de innovación social, gestar más conversaciones, contar más historias, ocupar más espacios, ser ruidosas y no parar de creer que vale la pena hacernos escuchar. Sigue implementar nuestra plataforma multimedia educativa ‘ClickMomLab’, que es nuestra próxima meta a alcanzar y que la vemos muy cerca, puesto que ya hemos desarrollado e implementado estrategias y varios de los cursos que se impartirán en este espacio. También sigue llegar a nuevas latitudes, borrar las fronteras y encontrarnos con más mujeres y organizaciones aliadas que nos permitan generar más y más impacto.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Es totalmente escalable. Es un emprendimiento que puede ejecutarse en casi cualquier parte del mundo, porque ataca un problema que es estructural y se vive en muchísimos lugares. Un problema al que además poco le prestan atención y que genera índices de pobreza extrema en niñas y mujeres alrededor del mundo.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
Para crecer aún más, sí recibiriamos inversión de organizaciones o empresas con quienes estemos de acuerdo con sus valores corporativos y que en sus procesos de responsabilidad social se pueda ver y medir el impacto. Su imagen debe representar los valores de la Fundación Mamacitas en Bici. Por otro lado, no cederemos ningún porcentaje de nuestra Fundación.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
No volvería a permitir que una persona determine mi valor, inteligencia y potencial en medio de un círculo de violencias psicológica, porque sé que muchas mujeres dejan de creer en sí mismas al estar en medio de procesos de violencia con personas que las hacen creer que no pueden.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Me inspiran las mujeres de mi familia que tienen historias de vida de superación increíbles. También me inspira cada mujer que llega a la fundación y que ha decidido volver a creer en sí misma. Me inspiran todas las mujeres lideresas que he conocido a los largo de estos años y que trabajan arduamente desde el anonimato, por cambiar el rumbo de la historia.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Fracasé muchísimas veces, emprendí muchas veces, lo volvía a intentar y luego me daba cuenta que tal vez no era por ese camino, entonces creaba algo nuevo. Nadie llega a un emprendimiento consolidado sin haber fracasado mil veces con otros proyectos, y muchas veces hasta con el mismo prototipo de proyecto. El secreto está en ser obstinados y no dejar de intentarlo, aprender del error y volver a generar una mejor idea.
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
En el camino me crucé con la Comunidad de Liderazgo Origen, y fui una de las lideresas sociales seleccionadas a nivel nacional para ser parte de uno de sus programas de liderazgo, lo que amplió mis herramientas y las de mi equipo de trabajo.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Totalmente, las mujeres necesitan espacios y oportunidades de desarrollo psicosocial, académico, profesional y psicológico. Espacios que en la historia les fueron negados, por lo que todo lo que hagamos en pro de crear esas oportunidades nos permitirá tener generaciones más equitativas y con un disfrute de derechos igualitarios. Una sociedad en la que podamos partir desde el mismo punto y no una en la que se lleven décadas de desventaja para las mujeres.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
En 10 años me veo implementando este proyecto en varios países de latinoamérica con la ayuda de muchísimas mujeres alrededor del mundo.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Si yo creí de primeras en mi idea, los segundos en creer fueron mi familia y mis amistades. Fueron los primeros en apoyar la economía colaborativa, los primeros en compartir, en replicar, en apoyar y dar siempre aliento para seguir creyendo.
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Sí, siempre estoy dispuesta a compartir con otros lo que he aprendido, lo que me ha funcionado y en mi agenda siempre habrá un espacio para los nuevos emprendedores.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Mi equipo es fundamental en el desarrollo de todos los proyectos que encaminamos. Está conformado por mujeres y siempre hablamos de crear espacios horizontales, en los que somos iguales, en donde no hay jefes, hay lideresas de área, pero jamás hay una estructura jerárquica. Somos mujeres apoyando mujeres.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Mi determinación y mi historia de vida, siempre le digo a las madres emprendedoras en las clases de marketing, que deben apropiarse de su historia, que por más parecida a otras, nadie tiene la misma historia. Entonces mi sello personal es mi historia, mis luchas, mis llantos, mis cicatrices, mis ideas, mis caídas, mis fracasos, mi maternidad, los amores perdidos, mis amigas, mis aprendizajes y este viaje que me llevó a convertirme en empresaria, que no es igual al camino transitado por ningún otro empresario. Así que, cree y crea, porque todo dependerá de ti y de ese primer paso que das para hacer de tus ideas una realidad.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
¿Qué no he aprendido? Aprendí a escuchar; aprendí a llorar con otras mujeres y sus historias; aprendí a reír con ellas; aprendí a creer que se puede; a perdonar para sanar mi propia historia y a continuar. Gracias a ello es que hoy me echo flores frente al espejo, abrazo mis ideas, las escribo y las hago realidad. Las mujeres somos capaces de crear, y cuando dejamos de vernos como competencia, y empezamos a tejer y avanzar en bloque, nadie nos detiene.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com).
Eliana González cuenta su historia en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
Soy Eliana González, tengo 28 años y estudié comunicación social y periodismo. También soy ilustradora digital y la directora general y creativa de la Fundación Mamacitas en Bici.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Mientras estudiaba en la universidad, enfrenté la maternidad a una edad temprana y empecé a vivir un sin número de retos económicos, culturales y sociales. Entendí que las mujeres enfrentamos barreras en el acceso a la educación y al empleo, y que se agudizaban con un embarazo de por medio. Seguramente habían muchas mujeres que en el camino no lo lograban y yo con mucho esfuerzo sí lo había logrado. Así decidí que las oportunidades debían ser para todas y que se necesitaba de soluciones integrales.
A finales del 2017, decidí emprender en mi sueño de viajar en bici y documentar el proceso. En ese momento construí la página “Mami en bici” con varios objetivos. El primero, viajar con su hijo; el segundo, crear la marca Mami en Bici y gestionar el apadrinamiento de procesos productivos y emprendimientos en torno a la bici; y el tercero, promover en otras mamás el uso de la bicicleta.
Para 2018 nace la Fundación Mamacitas en Bici, una organización sin ánimo de lucro y primer colectivo de mamás ciclistas en Latinoamérica que crea proyectos de innovación social de alto impacto para mamás cabeza de hogar, por medio del uso de la bicicleta, el arte y el emprendimiento. El objetivo es cerrar brechas de violencias basadas en género y la búsqueda de oportunidades que generan independencia en hogares monoparentales.
La fundación no solo busca impactar a mujeres microempresarias sino también a mamás empoderadas que quieren compartir sus modelos de crianza a través del deporte y uso de la bicicleta. Por eso creamos estrategias de comunicación para potencializar los proyectos productivos de madres cabeza de hogar, fortaleciéndolas a través talleres de marketing digital, creación de contenido, escritura creativa, entre otros temas.
Además, este Colectivo busca apoyar y acompañar a madres para salir de círculos de violencia y maltrato, y empoderar a otras mujeres para demostrar que no están hechas sólo para ser mamás. Actualmente somos un grupo de trabajo de cinco personas que impactamos a 300 mujeres y hemos ganado convocatorias con MinCultura, IDPAC, GOYN Fondo de Innovación para jóvenes con potencial de fundación Corona, OEI.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
La Fundación Mamacitas en Bici inició en 2018 sin un solo peso en el bolsillo, como una idea que en principio buscaba ser una red de apoyo entre mamás y que con solo decirla en voz alta empezó a generar eco. Llegaron otras mamás y ya no era sólo mi visión, sino la perspectiva de más mujeres que habían pasado por circunstancias de violencia y que buscaban ser independientes.
Al compartir las experiencias, empezaron a surgir más ideas. Se convirtió en mi proyecto de vida y todos los días me levantaba pensando en una nueva solución para atacar un problema estructural. Dedicaba gran parte de mi día a escribir esas ideas en el papel, a leer sobre el tema para poder entenderlo más y a compartir más espacios que nos llevara a gestar soluciones colectivas.
Se volvió realidad porque hubo una persona que creyó en el potencial de esa idea. Esa primera persona fui yo. A veces nos olvidamos de creer en nosotras y yo decidí aferrarme a esa vocecita en mi cabeza que me decía que este era el camino. Luego no era sólo mi voz, sino la voz de muchas mujeres que se sumaron y que hoy son parte y han sido beneficiadas con los procesos de la Fundación.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
En un inició no había recursos económicos, así que lo primero que hice fue crear un modelo de economía colaborativa en el que podíamos unir nuestros diferentes conocimientos y labores, para generar ingresos colectivos. Había mujeres que hacían productos de confección en casa, pero no sabían cómo venderlos. Desde la fundación empezamos a aplicar el storytelling y el branded content para generar empatía y reconocimiento de las mujeres que estaban detrás de cada producto, contar sus historias, lo cual fue el detonante para incrementar sus ingresos y visibilidad. Asimismo, nos sumamos a la participación en ferias y las redes sociales con estrategias de comunicación fueron ese primer enlace que nos llevó a generar los primeros ingresos.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
A través de la Fundación hemos generado una gran cantidad de impacto en la vida de las mujeres beneficiadas. Ya no sólo generamos ingresos a través de la economía colaborativa, que aún se mantiene dentro de la Fundación, sino que ahora creamos varios proyectos de innovación social, como el Laboratorio Audiovisual y Festival comunitario Fuera de Campo. Este fue cocreado con la Fundación Red Sonrisas, con quienes construimos un espacio de traspaso de conocimiento en áreas audiovisuales para jóvenes, que en muchos casos provienen de hogares monoparentales. Este proyecto es apoyado por Min Cultura bajo la convocatoria ‘Comparte lo que Somos’ desde el año 2020.
Asimismo, creamos ‘ClickMomLab’, una serie de talleres impartidos en su mayoría por mamás, para mamás, y que busca que las mujeres aprendan sobre marketing digital, creación de contenido, fotografía, audiovisual y artesa plásticas. Ya hemos desarrollado dos ediciones y ahora nuestra meta es convertir el laboratorio en una plataforma multimedia educativa. Este proyecto es totalmente autosostenible porque las empresas, organizaciones y particulares pagan por los talleres, y al invertir en este servicio saben que no sólo compran un taller para sus trabajadores, sino que con su aporte financian los espacios académicos y totalmente gratuitos que creamos para las mamás.
También tenemos nuestro proyecto ‘familias que cuentan’, que visibiliza la movilidad del cuidado en bicicleta por medio de un circuito recreo deportivo y que busca generar un informe detallado sobre las familias que se mueven en bici en Bogotá.
6. ¿Soy feliz?
Sí, soy muy feliz con la Fundación. Jamás creí crecer tanto a nivel profesional y personal, y eso se lo debo a la construcción colectiva y al amor que se teje entre mujeres.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
No, la Fundación es mi proyecto de vida, es el motor económico de varias mujeres y sobre todo es una red que va mucho más allá del dinero.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Durísimo, y el que diga que emprender es fácil está mintiendo. Es una tarea de autodeterminación constante, en la que debes encontrar los motivos para intentarlo hasta lograrlo, porque habrán muchas noches en las que sentirás que la meta está aún muy lejos. Pero cuando empiezas a ver los resultados, todo cobra sentido, todo vale la pena y más cuando es un emprendimiento social, en el que impactas positivamente en la vida de otras personas.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Sí cumplí mi sueño, pero resulta que no he parado de soñar y ese sueño cada vez se hace más grande. Siempre hay un nuevo escalón para avanzar, entonces nunca me conformo, porque sé que aún hay mucho por hacer, muchas cosas por cambiar. Las mujeres necesitamos a otras mujeres que sean referentes en diferentes áreas. La historia necesita empezar a ser contada desde la perspectivas de las mujeres, para que otras mujeres y niñas crean que pueden lograrlo, y la única forma de cambiar las violencias estructurales que sufrimos es trabajando unidas por visibilizar a más mujeres.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Sigue la puesta en marcha de más proyectos de innovación social, gestar más conversaciones, contar más historias, ocupar más espacios, ser ruidosas y no parar de creer que vale la pena hacernos escuchar. Sigue implementar nuestra plataforma multimedia educativa ‘ClickMomLab’, que es nuestra próxima meta a alcanzar y que la vemos muy cerca, puesto que ya hemos desarrollado e implementado estrategias y varios de los cursos que se impartirán en este espacio. También sigue llegar a nuevas latitudes, borrar las fronteras y encontrarnos con más mujeres y organizaciones aliadas que nos permitan generar más y más impacto.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Es totalmente escalable. Es un emprendimiento que puede ejecutarse en casi cualquier parte del mundo, porque ataca un problema que es estructural y se vive en muchísimos lugares. Un problema al que además poco le prestan atención y que genera índices de pobreza extrema en niñas y mujeres alrededor del mundo.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
Para crecer aún más, sí recibiriamos inversión de organizaciones o empresas con quienes estemos de acuerdo con sus valores corporativos y que en sus procesos de responsabilidad social se pueda ver y medir el impacto. Su imagen debe representar los valores de la Fundación Mamacitas en Bici. Por otro lado, no cederemos ningún porcentaje de nuestra Fundación.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
No volvería a permitir que una persona determine mi valor, inteligencia y potencial en medio de un círculo de violencias psicológica, porque sé que muchas mujeres dejan de creer en sí mismas al estar en medio de procesos de violencia con personas que las hacen creer que no pueden.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Me inspiran las mujeres de mi familia que tienen historias de vida de superación increíbles. También me inspira cada mujer que llega a la fundación y que ha decidido volver a creer en sí misma. Me inspiran todas las mujeres lideresas que he conocido a los largo de estos años y que trabajan arduamente desde el anonimato, por cambiar el rumbo de la historia.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Fracasé muchísimas veces, emprendí muchas veces, lo volvía a intentar y luego me daba cuenta que tal vez no era por ese camino, entonces creaba algo nuevo. Nadie llega a un emprendimiento consolidado sin haber fracasado mil veces con otros proyectos, y muchas veces hasta con el mismo prototipo de proyecto. El secreto está en ser obstinados y no dejar de intentarlo, aprender del error y volver a generar una mejor idea.
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
En el camino me crucé con la Comunidad de Liderazgo Origen, y fui una de las lideresas sociales seleccionadas a nivel nacional para ser parte de uno de sus programas de liderazgo, lo que amplió mis herramientas y las de mi equipo de trabajo.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Totalmente, las mujeres necesitan espacios y oportunidades de desarrollo psicosocial, académico, profesional y psicológico. Espacios que en la historia les fueron negados, por lo que todo lo que hagamos en pro de crear esas oportunidades nos permitirá tener generaciones más equitativas y con un disfrute de derechos igualitarios. Una sociedad en la que podamos partir desde el mismo punto y no una en la que se lleven décadas de desventaja para las mujeres.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
En 10 años me veo implementando este proyecto en varios países de latinoamérica con la ayuda de muchísimas mujeres alrededor del mundo.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Si yo creí de primeras en mi idea, los segundos en creer fueron mi familia y mis amistades. Fueron los primeros en apoyar la economía colaborativa, los primeros en compartir, en replicar, en apoyar y dar siempre aliento para seguir creyendo.
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Sí, siempre estoy dispuesta a compartir con otros lo que he aprendido, lo que me ha funcionado y en mi agenda siempre habrá un espacio para los nuevos emprendedores.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Mi equipo es fundamental en el desarrollo de todos los proyectos que encaminamos. Está conformado por mujeres y siempre hablamos de crear espacios horizontales, en los que somos iguales, en donde no hay jefes, hay lideresas de área, pero jamás hay una estructura jerárquica. Somos mujeres apoyando mujeres.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Mi determinación y mi historia de vida, siempre le digo a las madres emprendedoras en las clases de marketing, que deben apropiarse de su historia, que por más parecida a otras, nadie tiene la misma historia. Entonces mi sello personal es mi historia, mis luchas, mis llantos, mis cicatrices, mis ideas, mis caídas, mis fracasos, mi maternidad, los amores perdidos, mis amigas, mis aprendizajes y este viaje que me llevó a convertirme en empresaria, que no es igual al camino transitado por ningún otro empresario. Así que, cree y crea, porque todo dependerá de ti y de ese primer paso que das para hacer de tus ideas una realidad.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
¿Qué no he aprendido? Aprendí a escuchar; aprendí a llorar con otras mujeres y sus historias; aprendí a reír con ellas; aprendí a creer que se puede; a perdonar para sanar mi propia historia y a continuar. Gracias a ello es que hoy me echo flores frente al espejo, abrazo mis ideas, las escribo y las hago realidad. Las mujeres somos capaces de crear, y cuando dejamos de vernos como competencia, y empezamos a tejer y avanzar en bloque, nadie nos detiene.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com).