Ellos le ponen mensajes irreverentes y de buen humor a las botellas de vino
El emprendimiento se llama La Botellería Bog y envía frases impresas como “El vino no te emborracha, te pone mágico”.
“Nuestro emprendimiento nació en medio de la pandemia. Con la crisis que generó el Covid -19 Julián se quedó sin empleo y no podíamos quedarnos esperando que cayera una solución del cielo. En una reunión para buscar opciones a Daniel se le prendió el bombillo y propuso la idea. Nos pusimos manos a la obra y desde ese día, en mayo de 2020 no hemos parado de compartir mensajes cargados de buena vibra. La idea es que las personas de vez en cuando dejen de tomarse la vida tan en serio”, así lo van narrando Julián Botero y Daniel Vergara, las cabezas detrás de una idea de negocio que recurre a tradiciones del pasado para enviar mensajes que traspasan la distancia y llegan a cualquier parte del país.
Sus botellas personalizadas están empacadas en cartón reciclado y además de contribuir con el cuidado del medio ambiente, son una buena alternativa para que sus clientes ahorren, ya que la tapa que protege este artículo se convierte en una alcancía. Hablamos con ellos en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos y esto fue lo que nos contaron:
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
Julián Botero, 39 años, es Ingeniero Ambiental.
Daniel Vergara, 44 años, Marketing.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
La Botellería Bog surgió como un emprendimiento en el inicio de la pandemia. Julián se había quedado desempleado por la crisis del Covid, buscar empleo en ese momento era bastante complejo. Había dos alternativas para la situación, o nos sentábamos a esperar a que todo mejorara, sabiendo que eso podía tardar meses e incluso años, o intentábamos generar una solución inmediata para el problema. Y ahí surgió la idea de hacer un emprendimiento que llenara algunas necesidades del mercado en ese momento. Queríamos lanzar un producto que fuera novedoso, personalizable y que se pudiera vender a través de canales digitales.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Lo primero fue que nos pusimos una fecha para salir “al aire” con la idea. La carrera contra el reloj fue clave para motivarnos a desarrollar el producto con mucho ahínco.
Tuvimos varias reuniones en las cuales fuimos concibiendo el producto, a quiénes nos íbamos a acercar con los mensajes, la marca, el empaque, la imagen, los canales digitales, etc. Y cuando se llegó el día salimos al aire, sin una sola botella física, con mucha incertidumbre, pero con la convicción que teníamos algo bueno en nuestras manos. Desde ese momento no hemos parado ni un día de trabajar por este sueño.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
La inversión inicial de La Botellería Bog fue muy pequeña, aprendimos de este proyecto que no es necesario tener un capital muy grande para poder poner en marcha tu propio emprendimiento.
Somos muy organizados y juiciosos con las finanzas del proyecto, de esta manera hemos podido autofinanciarnos para adquirir lo que el negocio nos ha ido pidiendo como equipos, mobiliario para oficina , capital para poder participar en ferias, etc.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Nos gusta percibirnos como mensajeros de buena energía entre las personas que compran nuestros productos.
Lo que más nos gusta de nuestro emprendimiento es que hemos llevado a muchos rincones del país mensajes de apoyo, amistad, aliento, cumpleaños, amor, fraternidad, entre otros. Ha sido muy satisfactorio recibir la retroalimentación de los clientes que se fidelizan con la marca y nuestro emprendimiento .
6. ¿Soy feliz?
Absolutamente, emprender es un camino difícil pero hemos tenido el privilegio de ver cómo ha ido creciendo el proyecto, desde la concepción de la idea, la ejecución, el desarrollo de empaques de acuerdo a las necesidades que se nos van presentando, pasando por la constitución de la empresa, el registro de marca, el crecimiento en ventas mes a mes y la creación y fidelización de una comunidad que aumenta día a día. En ese sentido ha sido muy satisfactorio y nos sentimos plenos con ello.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
No lo vendería.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Fuimos muy privilegiados, sabemos que emprender es difícil y que muchas veces las cosas no salen para los emprendedores como se esperan, nuestra idea gustó y pegó. Por supuesto que el camino ha sido retador, pero hemos sabido identificar los momentos de crisis para darles la vuelta y volverlos oportunidades. Esos momentos nos han fortalecido como emprendedores y preparado para nuevas situaciones que se han presentado en el camino.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Todavía creemos que La Botellería Bog tiene mucha tela para cortar. Queremos seguir creciendo, ampliar el portafolio y que la gente nos tenga referenciados como una marca con la que puede contar para dar un obsequio diferente, original y novedoso .
También puede leer: Los emprendimientos sociales que buscan incubación y aceleramiento para crecer
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Ampliar el portafolio, hacer un importante relacionamiento con proveedores, gremios y diversificar el producto con nuevas técnicas para la personalización de las botellas.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Totalmente, desde el día cero se ha concebido de esta manera, teniendo como gran meta llegar a retail.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
No lo descartamos si es en pro de crecer, lograr los objetivos y las metas que tenemos planteadas.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
A estar en una zona de confort. Estar frente a tu propio negocio es una montaña rusa llena de emociones, aprendizajes y retos, pero arrancando todo emprendedor es visto como un fracasado, hasta que triunfa.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Más que “¿Quién nos inspiró?” diríamos que fue la necesidad de la situación la que nos obligó a dar el paso para estar en donde estamos. Nos gusta acercarnos a otras personas con emprendimientos ya que cuando lo hacemos siempre tenemos un aporte de ellos.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Varias veces pensamos en tirar la toalla pero esto no los consideramos como fracasos, son aprendizajes para levantarse, sacudirse, tomar nuevamente fuerzas y seguir adelante.
Visite la sección de Emprendimiento y Liderazgo de El Espectador
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Contamos con un gran círculo de amigos personales y de nuestros anteriores trabajos quienes han adquirido el producto y con el voz a voz nos han dado a conocer. Por otra parte, nos estamos relacionado con varios emprendedores que hemos conocido en estos dos años.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Nuestro negocio podría no solo impactar sino crear nuevas generaciones, a través de nuestras botellas los clientes han empezado relaciones, pedido matrimonio, o han dando la noticia de la llegada de un nuevo miembro a la familia.
Anécdota aparte, creemos que somos mensajeros de buena energía con nuestras botellas. En un país como Colombia mandar este tipo de mensajes es muy positivo, adicional a esto nuestros precios son muy competitivos y eso hace que personas que no conozcan de la cultura del vino se acerquen a este fascinante mundo.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Siendo unos líderes conocidos en la industria de los vinos y los obsequios en Colombia.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Ese primer círculo ha sido fundamental para nosotros, al empezar un emprendimiento esas son las primeras puertas que se tocan y son los jueces más sinceros (y más duros) del producto. Ellos lo hacen con sinceridad porque están genuinamente interesados en que las cosas salgan bien y en que el producto sea lo mejor posible dentro del mercado.
El apoyo de nuestros amigos y nuestra familia nos ha ayudado a corregir el rumbo cuando las cosas no han salido bien, ha sido muy importante tener ese pilar.
Lea también: ¿Qué es un unicornio? Habi se convirtió en uno tras inversión de US$200 millones
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Claro que sí, siempre lo hacemos con toda la gente que conocemos o los que nos preguntan sobre La Botellería Bog. Somos muy abiertos a compartir nuestra experiencia para aquellos que quieren dar el paso para emprender o reforzar su emprendimiento.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Todos los que participamos en este proyecto somos un complemento importante que nos han llevado hasta donde estamos en este momento. Nosotros como cabezas del proyecto ponemos en práctica toda nuestra experticia, el equipo de diseño nos alcahuetean cada locura, el back office mantiene todo en orden, y por supuesto la Fundación Amor con Propósito, quienes nos ayudan con parte del proceso de la producción de las botellas y los proveedores, quienes han creído en nosotros.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Elaborar la personalización de cada botella cómo si fuera única, la constancia y el buen servicio.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
Somos conscientes de lo afortunados que fuimos, hay muchas personas que lo intentan y sus ideas no prosperan.
Nosotros lanzamos La Botellería Bog y desde el primer día pasó algo, nos sonó la flauta. Pero ojo, nada hubiéramos logrado sin la disciplina, la constancia y el trabajo duro de los dos últimos años. Ahora podemos decir llenos de satisfacción que todo eso está dando sus frutos y esperamos eso continúe. Una idea novedosa genera un gran impacto y por esa razón queremos continuar ese camino de innovación con este proyecto y con otros que vienen en el futuro.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚
“Nuestro emprendimiento nació en medio de la pandemia. Con la crisis que generó el Covid -19 Julián se quedó sin empleo y no podíamos quedarnos esperando que cayera una solución del cielo. En una reunión para buscar opciones a Daniel se le prendió el bombillo y propuso la idea. Nos pusimos manos a la obra y desde ese día, en mayo de 2020 no hemos parado de compartir mensajes cargados de buena vibra. La idea es que las personas de vez en cuando dejen de tomarse la vida tan en serio”, así lo van narrando Julián Botero y Daniel Vergara, las cabezas detrás de una idea de negocio que recurre a tradiciones del pasado para enviar mensajes que traspasan la distancia y llegan a cualquier parte del país.
Sus botellas personalizadas están empacadas en cartón reciclado y además de contribuir con el cuidado del medio ambiente, son una buena alternativa para que sus clientes ahorren, ya que la tapa que protege este artículo se convierte en una alcancía. Hablamos con ellos en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos y esto fue lo que nos contaron:
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
Julián Botero, 39 años, es Ingeniero Ambiental.
Daniel Vergara, 44 años, Marketing.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
La Botellería Bog surgió como un emprendimiento en el inicio de la pandemia. Julián se había quedado desempleado por la crisis del Covid, buscar empleo en ese momento era bastante complejo. Había dos alternativas para la situación, o nos sentábamos a esperar a que todo mejorara, sabiendo que eso podía tardar meses e incluso años, o intentábamos generar una solución inmediata para el problema. Y ahí surgió la idea de hacer un emprendimiento que llenara algunas necesidades del mercado en ese momento. Queríamos lanzar un producto que fuera novedoso, personalizable y que se pudiera vender a través de canales digitales.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Lo primero fue que nos pusimos una fecha para salir “al aire” con la idea. La carrera contra el reloj fue clave para motivarnos a desarrollar el producto con mucho ahínco.
Tuvimos varias reuniones en las cuales fuimos concibiendo el producto, a quiénes nos íbamos a acercar con los mensajes, la marca, el empaque, la imagen, los canales digitales, etc. Y cuando se llegó el día salimos al aire, sin una sola botella física, con mucha incertidumbre, pero con la convicción que teníamos algo bueno en nuestras manos. Desde ese momento no hemos parado ni un día de trabajar por este sueño.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
La inversión inicial de La Botellería Bog fue muy pequeña, aprendimos de este proyecto que no es necesario tener un capital muy grande para poder poner en marcha tu propio emprendimiento.
Somos muy organizados y juiciosos con las finanzas del proyecto, de esta manera hemos podido autofinanciarnos para adquirir lo que el negocio nos ha ido pidiendo como equipos, mobiliario para oficina , capital para poder participar en ferias, etc.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Nos gusta percibirnos como mensajeros de buena energía entre las personas que compran nuestros productos.
Lo que más nos gusta de nuestro emprendimiento es que hemos llevado a muchos rincones del país mensajes de apoyo, amistad, aliento, cumpleaños, amor, fraternidad, entre otros. Ha sido muy satisfactorio recibir la retroalimentación de los clientes que se fidelizan con la marca y nuestro emprendimiento .
6. ¿Soy feliz?
Absolutamente, emprender es un camino difícil pero hemos tenido el privilegio de ver cómo ha ido creciendo el proyecto, desde la concepción de la idea, la ejecución, el desarrollo de empaques de acuerdo a las necesidades que se nos van presentando, pasando por la constitución de la empresa, el registro de marca, el crecimiento en ventas mes a mes y la creación y fidelización de una comunidad que aumenta día a día. En ese sentido ha sido muy satisfactorio y nos sentimos plenos con ello.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
No lo vendería.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Fuimos muy privilegiados, sabemos que emprender es difícil y que muchas veces las cosas no salen para los emprendedores como se esperan, nuestra idea gustó y pegó. Por supuesto que el camino ha sido retador, pero hemos sabido identificar los momentos de crisis para darles la vuelta y volverlos oportunidades. Esos momentos nos han fortalecido como emprendedores y preparado para nuevas situaciones que se han presentado en el camino.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Todavía creemos que La Botellería Bog tiene mucha tela para cortar. Queremos seguir creciendo, ampliar el portafolio y que la gente nos tenga referenciados como una marca con la que puede contar para dar un obsequio diferente, original y novedoso .
También puede leer: Los emprendimientos sociales que buscan incubación y aceleramiento para crecer
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Ampliar el portafolio, hacer un importante relacionamiento con proveedores, gremios y diversificar el producto con nuevas técnicas para la personalización de las botellas.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Totalmente, desde el día cero se ha concebido de esta manera, teniendo como gran meta llegar a retail.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
No lo descartamos si es en pro de crecer, lograr los objetivos y las metas que tenemos planteadas.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
A estar en una zona de confort. Estar frente a tu propio negocio es una montaña rusa llena de emociones, aprendizajes y retos, pero arrancando todo emprendedor es visto como un fracasado, hasta que triunfa.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Más que “¿Quién nos inspiró?” diríamos que fue la necesidad de la situación la que nos obligó a dar el paso para estar en donde estamos. Nos gusta acercarnos a otras personas con emprendimientos ya que cuando lo hacemos siempre tenemos un aporte de ellos.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Varias veces pensamos en tirar la toalla pero esto no los consideramos como fracasos, son aprendizajes para levantarse, sacudirse, tomar nuevamente fuerzas y seguir adelante.
Visite la sección de Emprendimiento y Liderazgo de El Espectador
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Contamos con un gran círculo de amigos personales y de nuestros anteriores trabajos quienes han adquirido el producto y con el voz a voz nos han dado a conocer. Por otra parte, nos estamos relacionado con varios emprendedores que hemos conocido en estos dos años.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Nuestro negocio podría no solo impactar sino crear nuevas generaciones, a través de nuestras botellas los clientes han empezado relaciones, pedido matrimonio, o han dando la noticia de la llegada de un nuevo miembro a la familia.
Anécdota aparte, creemos que somos mensajeros de buena energía con nuestras botellas. En un país como Colombia mandar este tipo de mensajes es muy positivo, adicional a esto nuestros precios son muy competitivos y eso hace que personas que no conozcan de la cultura del vino se acerquen a este fascinante mundo.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Siendo unos líderes conocidos en la industria de los vinos y los obsequios en Colombia.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Ese primer círculo ha sido fundamental para nosotros, al empezar un emprendimiento esas son las primeras puertas que se tocan y son los jueces más sinceros (y más duros) del producto. Ellos lo hacen con sinceridad porque están genuinamente interesados en que las cosas salgan bien y en que el producto sea lo mejor posible dentro del mercado.
El apoyo de nuestros amigos y nuestra familia nos ha ayudado a corregir el rumbo cuando las cosas no han salido bien, ha sido muy importante tener ese pilar.
Lea también: ¿Qué es un unicornio? Habi se convirtió en uno tras inversión de US$200 millones
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Claro que sí, siempre lo hacemos con toda la gente que conocemos o los que nos preguntan sobre La Botellería Bog. Somos muy abiertos a compartir nuestra experiencia para aquellos que quieren dar el paso para emprender o reforzar su emprendimiento.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Todos los que participamos en este proyecto somos un complemento importante que nos han llevado hasta donde estamos en este momento. Nosotros como cabezas del proyecto ponemos en práctica toda nuestra experticia, el equipo de diseño nos alcahuetean cada locura, el back office mantiene todo en orden, y por supuesto la Fundación Amor con Propósito, quienes nos ayudan con parte del proceso de la producción de las botellas y los proveedores, quienes han creído en nosotros.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Elaborar la personalización de cada botella cómo si fuera única, la constancia y el buen servicio.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
Somos conscientes de lo afortunados que fuimos, hay muchas personas que lo intentan y sus ideas no prosperan.
Nosotros lanzamos La Botellería Bog y desde el primer día pasó algo, nos sonó la flauta. Pero ojo, nada hubiéramos logrado sin la disciplina, la constancia y el trabajo duro de los dos últimos años. Ahora podemos decir llenos de satisfacción que todo eso está dando sus frutos y esperamos eso continúe. Una idea novedosa genera un gran impacto y por esa razón queremos continuar ese camino de innovación con este proyecto y con otros que vienen en el futuro.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚