En busca de las grandes claves del transporte sostenible
Los sistemas de movilización de carga son la columna vertebral de las economías de consumo, pero, ¿cómo se pueden hacer más eficientes y menos contaminantes?
Susana Pérez de Pablos, ventana del conocimiento, BBVA
(Liderazgo - Sostenibilidad) “Eliminar los combustibles fósiles es parte de la solución, pero no es suficiente”. Al menos esto afirma, desde su experiencia, el científico Albert Alonso i Villar. Se dedica a investigar soluciones relacionadas con la descarbonización del transporte. Y explica esa afirmación: “Necesitamos definir un estilo de vida que encaje con los límites biofísicos de nuestro planeta, es así de simple. Tenemos que dejar de medir las cosas por el PIB y fijarnos en otros indicadores que pueden ser mucho más representativos del bienestar de la sociedad. No nos hace falta esperar ninguna tecnología miraculosa, como el hidrógeno o la fusión nuclear, para eso”. Lo ve clarísimo ya. Y eso que este brillante científico se podría decir que solo está empezando su trayectoria.
“Su objetivo es encontrar la vía más eficiente y económica para dejar atrás los combustibles fósiles en el sector del transporte pesado”
Alonso i Villar se graduó en Ciencias Ambientales por la Universidad Autónoma de Barcelona y, posteriormente, hizo un máster en Ingeniería en la Aalborg Universite, en Dinamarca. En la actualidad se encuentra investigando sobre la electrificación de vehículos pesados en la Universidad de Reykjavík, Islandia. Y, según su experiencia, “el problema no es tanto los combustibles fósiles, sino la absurda necesidad de crecer constantemente de nuestro sistema económico actual”, recalca. Es más, si mañana el 100% de nuestra energía fuese de origen renovable y no emitiera gases de efecto invernadero, “seguiríamos con graves problemas de contaminación y de sobreexplotación de recursos”, advierte.
Este científico recibió recientemente el premio de talento joven del Foro Internacional del Transporte con una investigación sobre La potencial de electrificación para vehículos pesados en condiciones climáticas adversas. “La conclusión principal fue que la autonomía de los camiones eléctricos puede llegar a variar hasta en un 40% dependiendo de las condiciones climáticas y de cargamento”, explica. “Aun así, gran parte de las rutas que analizamos se podían completar sin problema con un camión eléctrico, sobre todo si se incluye una breve carga rápida de 30 minutos a lo largo del día”, revela.
Si mañana el 100% de nuestra energía fuese de origen renovable y no emitiera gases de efecto invernadero, “seguiríamos con graves problemas de contaminación y de sobreexplotación de recursos”, señala el investigador.
Ahora su objetivo es “encontrar la vía más eficiente y económica para dejar atrás los combustibles fósiles en el sector del transporte pesado por carretera en Islandia”. Algo que será extrapolable al resto del mundo. Sus resultados indican que los camiones eléctricos a baterías son la opción más viable, aunque todavía les queda evaluar el impacto que tendría una flota 100% eléctrica en la red eléctrica nacional, según detalla.
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“Es importante que cada país o región aproveche los recursos renovables locales de los cuales dispone para incrementar la seguridad energética”, insiste. Y pone varios ejemplos: “En Dinamarca tienen mucho viento y la costa es poca profunda, por lo que aerogeneradores off-shore tienen sentido. En Islandia hay mucha energía geotérmica. Aun así, lo más efectivo seria reducir la demanda de energía e ir hacia un modelo de consumo más sostenible y eficiente”.
“Los camiones eléctricos a baterías presentan un rendimiento prometedor en cuanto a distribución regional (hasta 200-300 km) y consiguen reducir emisiones en la mayoría de contextos”, señala Alonso i Villar.
Sobre su experiencia en Reykjavík, sólo tiene elogios e incluso le ha permitido participar en un proyecto de descarbonización de edificios en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
“A nivel europeo, el tren sigue siendo el sistema más eficiente de transporte, sobre todo a larga distancia, por lo que espero que se invierta más en este”
Pero, ¿cuáles son los avances que podemos esperar a corto plazo? “Los camiones eléctricos a baterías presentan un rendimiento prometedor en cuanto a distribución regional (hasta 200-300 km) y consiguen reducir emisiones en la mayoría de contextos”, responde. “Muchas empresas ya han apostado fuertemente por integrar modelos eléctricos en su flota y esto irá a más”.
Respecto a la situación a nivel europeo, sostiene que “el tren sigue siendo el sistema más eficiente de transporte, sobre todo a larga distancia, por lo que espero que se invierta más en este”. “Los camiones eléctricos podrían cubrir esos últimos kilómetros hasta el destino final, sin necesitar baterías de enorme capacidad”, propone.
Y, en general, considera que “se podría poner en marcha políticas preventivas o más novedosas que no se están adoptando”. “Un buen ejemplo”, detalla, “sería repensar el transporte privado e invertir desacomplejadamente en transporte público o en servicios de vehículos de uso compartido”.
“Lo que compras y dejas de comprar como individuo define un poco el mundo que te rodea. Y eso se puede trasladar en cualquier decisión que tomas”.
Sobre lo que podemos hacer cada uno individualmente cuenta que escuchó hace poco en el podcast El Crític “que vivimos en un mundo que nos da opciones surrealistas, como, por ejemplo, comprar un yogurt de una marca que contribuye abiertamente a la desforestación del Amazonas”. “Lo que vendría a decir”, resume, “es que lo que compras y dejas de comprar define un poco el mundo que te rodea. Y eso se puede trasladar en cualquier decisión que tomas. Ir en bici al trabajo o reducir el consumo de alimentos intensivos en emisiones de carbono. Además, obviamente, de votar a los partidos políticos que se comprometan con el desarrollo sostenible”.
“Es importante que cada país o región aproveche los recursos renovables locales de los cuales dispone para incrementar la seguridad energética”.
A partir de ahora, y tras acabar su investigación actual en Islandia, el objetivo de Albert Alonso-Villar es lograr trabajar un tiempo en la Agencia Internacional de la Energía. Y, para terminar, nos da una buena noticia: “Volver a Cataluña y seguir mi carrera allí”. Así que, si todo sale como él desea, que seguro que sí, será un talento que no se sumará a los que, tras estudiar en España y desarrollar un brillante currículo fuera, perdemos para nuestro país.
** ** Texto publicado originalmente en Open Mind del BBVA, replicado en El Espectador con autorización de BBVA Colombia.
(Liderazgo - Sostenibilidad) “Eliminar los combustibles fósiles es parte de la solución, pero no es suficiente”. Al menos esto afirma, desde su experiencia, el científico Albert Alonso i Villar. Se dedica a investigar soluciones relacionadas con la descarbonización del transporte. Y explica esa afirmación: “Necesitamos definir un estilo de vida que encaje con los límites biofísicos de nuestro planeta, es así de simple. Tenemos que dejar de medir las cosas por el PIB y fijarnos en otros indicadores que pueden ser mucho más representativos del bienestar de la sociedad. No nos hace falta esperar ninguna tecnología miraculosa, como el hidrógeno o la fusión nuclear, para eso”. Lo ve clarísimo ya. Y eso que este brillante científico se podría decir que solo está empezando su trayectoria.
“Su objetivo es encontrar la vía más eficiente y económica para dejar atrás los combustibles fósiles en el sector del transporte pesado”
Alonso i Villar se graduó en Ciencias Ambientales por la Universidad Autónoma de Barcelona y, posteriormente, hizo un máster en Ingeniería en la Aalborg Universite, en Dinamarca. En la actualidad se encuentra investigando sobre la electrificación de vehículos pesados en la Universidad de Reykjavík, Islandia. Y, según su experiencia, “el problema no es tanto los combustibles fósiles, sino la absurda necesidad de crecer constantemente de nuestro sistema económico actual”, recalca. Es más, si mañana el 100% de nuestra energía fuese de origen renovable y no emitiera gases de efecto invernadero, “seguiríamos con graves problemas de contaminación y de sobreexplotación de recursos”, advierte.
Este científico recibió recientemente el premio de talento joven del Foro Internacional del Transporte con una investigación sobre La potencial de electrificación para vehículos pesados en condiciones climáticas adversas. “La conclusión principal fue que la autonomía de los camiones eléctricos puede llegar a variar hasta en un 40% dependiendo de las condiciones climáticas y de cargamento”, explica. “Aun así, gran parte de las rutas que analizamos se podían completar sin problema con un camión eléctrico, sobre todo si se incluye una breve carga rápida de 30 minutos a lo largo del día”, revela.
Si mañana el 100% de nuestra energía fuese de origen renovable y no emitiera gases de efecto invernadero, “seguiríamos con graves problemas de contaminación y de sobreexplotación de recursos”, señala el investigador.
Ahora su objetivo es “encontrar la vía más eficiente y económica para dejar atrás los combustibles fósiles en el sector del transporte pesado por carretera en Islandia”. Algo que será extrapolable al resto del mundo. Sus resultados indican que los camiones eléctricos a baterías son la opción más viable, aunque todavía les queda evaluar el impacto que tendría una flota 100% eléctrica en la red eléctrica nacional, según detalla.
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“Los camiones eléctricos a baterías presentan un rendimiento prometedor en cuanto a distribución regional (hasta 200-300 km) y consiguen reducir emisiones en la mayoría de contextos”, señala Alonso i Villar.
Sobre su experiencia en Reykjavík, sólo tiene elogios e incluso le ha permitido participar en un proyecto de descarbonización de edificios en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
“A nivel europeo, el tren sigue siendo el sistema más eficiente de transporte, sobre todo a larga distancia, por lo que espero que se invierta más en este”
Pero, ¿cuáles son los avances que podemos esperar a corto plazo? “Los camiones eléctricos a baterías presentan un rendimiento prometedor en cuanto a distribución regional (hasta 200-300 km) y consiguen reducir emisiones en la mayoría de contextos”, responde. “Muchas empresas ya han apostado fuertemente por integrar modelos eléctricos en su flota y esto irá a más”.
Respecto a la situación a nivel europeo, sostiene que “el tren sigue siendo el sistema más eficiente de transporte, sobre todo a larga distancia, por lo que espero que se invierta más en este”. “Los camiones eléctricos podrían cubrir esos últimos kilómetros hasta el destino final, sin necesitar baterías de enorme capacidad”, propone.
Y, en general, considera que “se podría poner en marcha políticas preventivas o más novedosas que no se están adoptando”. “Un buen ejemplo”, detalla, “sería repensar el transporte privado e invertir desacomplejadamente en transporte público o en servicios de vehículos de uso compartido”.
“Lo que compras y dejas de comprar como individuo define un poco el mundo que te rodea. Y eso se puede trasladar en cualquier decisión que tomas”.
Sobre lo que podemos hacer cada uno individualmente cuenta que escuchó hace poco en el podcast El Crític “que vivimos en un mundo que nos da opciones surrealistas, como, por ejemplo, comprar un yogurt de una marca que contribuye abiertamente a la desforestación del Amazonas”. “Lo que vendría a decir”, resume, “es que lo que compras y dejas de comprar define un poco el mundo que te rodea. Y eso se puede trasladar en cualquier decisión que tomas. Ir en bici al trabajo o reducir el consumo de alimentos intensivos en emisiones de carbono. Además, obviamente, de votar a los partidos políticos que se comprometan con el desarrollo sostenible”.
“Es importante que cada país o región aproveche los recursos renovables locales de los cuales dispone para incrementar la seguridad energética”.
A partir de ahora, y tras acabar su investigación actual en Islandia, el objetivo de Albert Alonso-Villar es lograr trabajar un tiempo en la Agencia Internacional de la Energía. Y, para terminar, nos da una buena noticia: “Volver a Cataluña y seguir mi carrera allí”. Así que, si todo sale como él desea, que seguro que sí, será un talento que no se sumará a los que, tras estudiar en España y desarrollar un brillante currículo fuera, perdemos para nuestro país.
** ** Texto publicado originalmente en Open Mind del BBVA, replicado en El Espectador con autorización de BBVA Colombia.