Este es el programa que enseña a leer y escribir a microempresarios en el país
Muchos lograron hacer negocios porque aprendieron el color de los billetes, pero tienen claro que necesitan alfabetizarse para poder crecer.
Aunque parezca increíble, son muchos los comerciantes que nunca pasaron por una escuela y hoy lideran varios negocios de abarrotes, de venta de productos para el hogar, de esos pequeños locales a donde uno llega y se encuentra de todo a bajo costo. Crecieron, ante la imposibilidad de ir a una escuela porque su entorno no lo permitió y en la familia era primordial cumplir con las labores de consecución de recursos y no las de la educación, en medio de negocios informales, de largas jornadas agropecuarias, de comercios basados en el trueque. Sí, parece increíble, pero así crecieron muchos colombianos en medio de las regiones. En la Colombia no citadina que tan distante parece a veces del resto de su país.
Para la muestra, un par de datos: de acuerdo con Empropaz, en el mundo (para el año 2022) al menos uno de cada siete adultos mayores de 15 años carecía de habilidades básicas de alfabetización, lo que corresponde a 763 millones de personas, citando a la ONG Manos Unidas. Y, aterrizando en Colombia, de acuerdo con el Dane el indicador de analfabetismo en los hogares fue del 7,5% (en las cabeceras municipales el dato fue de 5%), tasas que resultan siendo altas si se contempla que en este país hay más teléfonos celulares que habitantes.
Por eso Bancamía -entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA- en alianza con USAID, la Corporación Mundial de la Mujer Colombia y la Corporación Mundial de la Mujer Medellín/De Mis Manos, recordaron que con el programa Empropaz buscan “la formación empresarial personalizada y de procesos de inclusión financiera en condiciones especiales para llevar oportunidades de desarrollo sostenible a microempresarios vulnerables en zonas afectadas por la violencia y la pobreza. Algunos de ellos no cuentan con habilidades de lectoescritura, lo que ha llevado a implementar innovadoras estrategias de enseñanza”.
Para ver: Cinco videos, de menos de un minuto, que elevarán su potencial para emprender
En otras palabras, los y las colombianas presentes en regiones afectadas por la violencia y pobreza pueden acceder a este programa, pues allí se “trabaja desde hace seis años para llevar inclusión financiera y formación especializada hasta 92 municipios en todo el país, donde ha adaptado su metodología de enseñanza para que microempresarios que no saben leer ni escribir puedan capacitarse”.
Cuentan que más de “10.400 emprendedores y microempresarios de 17 departamentos afectados por la violencia y la pobreza han desarrollado habilidades empresariales para hacer realidad sus ideas de negocios y fortalecer unidades productivas”. Y citaron un caso puntual: “José Alcibíades Cárdenas es un emprendedor de 57 años quien, debido a la situación económica de su familia, en su infancia no pudo acceder a la educación y por tal razón creció sin saber leer ni escribir”. “En el campo aprendió a elaborar embutidos de carne de cerdo y de res y, además, desarrolló un gusto especial por la preparación de chorizos”. “Pero en 2017, él y su familia fueron desplazados por la violencia y se vieron obligados a migrar a San Vicente del Caguán (Caquetá). Allí, dotado de una habilidad natural para preparar deliciosos chorizos, se aventuró en el mundo del comercio y adquirió un carro ambulante. Ahí arrancó su emprendimiento ‘Chorizos el gordo’”.
Para leer: ¿Qué negocio montaría si tuviera US$ 50.000? Esto dice un empresario emprendedor
“Cinco años después, se unió a Empropaz”. “El proceso con José significó adaptar nuestro método de enseñanza al estilo de aprendizaje que él necesitaba. Implementamos muchas metodologías didácticas como estrategias con dibujos, actividades de imitación, mapas mentales para crear conexiones”, Ximena Herrera, Oficial de Productividad de Empropaz para el departamento del Caquetá, quien se encargó de acompañar al emprendedor durante su proceso formativo, cuentan en un comunicado de prensa.
“Gracias a Empropaz pude adquirir un triciclo con un parasol, comprar materia prima e impulsar mi negocio”, cuenta José Alcibíades. “Para lograr este proceso de alfabetización empresarial son fundamentales dos cosas: la primera, adentrarnos en el sistema cultural de la persona y, la segunda, tener mucha disponibilidad de escucha”, agrega Herrera.
Todos los detalles de este programa aparecen en este enlace: https://www.bancamia.com.co/empropaz/mas-informacion-empropaz/y allí hacen una aclaración muy importante: “La ruta de acompañamiento socio empresarial, de la que se benefician los participantes del programa, es completamente gratuita. El único requisito para quienes se vinculan es tener compromiso con el proceso de aprendizaje”. Así que, si conoce a alguien que lo necesite, esta es una buena oportunidad para contarle al respecto.
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Aunque parezca increíble, son muchos los comerciantes que nunca pasaron por una escuela y hoy lideran varios negocios de abarrotes, de venta de productos para el hogar, de esos pequeños locales a donde uno llega y se encuentra de todo a bajo costo. Crecieron, ante la imposibilidad de ir a una escuela porque su entorno no lo permitió y en la familia era primordial cumplir con las labores de consecución de recursos y no las de la educación, en medio de negocios informales, de largas jornadas agropecuarias, de comercios basados en el trueque. Sí, parece increíble, pero así crecieron muchos colombianos en medio de las regiones. En la Colombia no citadina que tan distante parece a veces del resto de su país.
Para la muestra, un par de datos: de acuerdo con Empropaz, en el mundo (para el año 2022) al menos uno de cada siete adultos mayores de 15 años carecía de habilidades básicas de alfabetización, lo que corresponde a 763 millones de personas, citando a la ONG Manos Unidas. Y, aterrizando en Colombia, de acuerdo con el Dane el indicador de analfabetismo en los hogares fue del 7,5% (en las cabeceras municipales el dato fue de 5%), tasas que resultan siendo altas si se contempla que en este país hay más teléfonos celulares que habitantes.
Por eso Bancamía -entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA- en alianza con USAID, la Corporación Mundial de la Mujer Colombia y la Corporación Mundial de la Mujer Medellín/De Mis Manos, recordaron que con el programa Empropaz buscan “la formación empresarial personalizada y de procesos de inclusión financiera en condiciones especiales para llevar oportunidades de desarrollo sostenible a microempresarios vulnerables en zonas afectadas por la violencia y la pobreza. Algunos de ellos no cuentan con habilidades de lectoescritura, lo que ha llevado a implementar innovadoras estrategias de enseñanza”.
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En otras palabras, los y las colombianas presentes en regiones afectadas por la violencia y pobreza pueden acceder a este programa, pues allí se “trabaja desde hace seis años para llevar inclusión financiera y formación especializada hasta 92 municipios en todo el país, donde ha adaptado su metodología de enseñanza para que microempresarios que no saben leer ni escribir puedan capacitarse”.
Cuentan que más de “10.400 emprendedores y microempresarios de 17 departamentos afectados por la violencia y la pobreza han desarrollado habilidades empresariales para hacer realidad sus ideas de negocios y fortalecer unidades productivas”. Y citaron un caso puntual: “José Alcibíades Cárdenas es un emprendedor de 57 años quien, debido a la situación económica de su familia, en su infancia no pudo acceder a la educación y por tal razón creció sin saber leer ni escribir”. “En el campo aprendió a elaborar embutidos de carne de cerdo y de res y, además, desarrolló un gusto especial por la preparación de chorizos”. “Pero en 2017, él y su familia fueron desplazados por la violencia y se vieron obligados a migrar a San Vicente del Caguán (Caquetá). Allí, dotado de una habilidad natural para preparar deliciosos chorizos, se aventuró en el mundo del comercio y adquirió un carro ambulante. Ahí arrancó su emprendimiento ‘Chorizos el gordo’”.
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“Cinco años después, se unió a Empropaz”. “El proceso con José significó adaptar nuestro método de enseñanza al estilo de aprendizaje que él necesitaba. Implementamos muchas metodologías didácticas como estrategias con dibujos, actividades de imitación, mapas mentales para crear conexiones”, Ximena Herrera, Oficial de Productividad de Empropaz para el departamento del Caquetá, quien se encargó de acompañar al emprendedor durante su proceso formativo, cuentan en un comunicado de prensa.
“Gracias a Empropaz pude adquirir un triciclo con un parasol, comprar materia prima e impulsar mi negocio”, cuenta José Alcibíades. “Para lograr este proceso de alfabetización empresarial son fundamentales dos cosas: la primera, adentrarnos en el sistema cultural de la persona y, la segunda, tener mucha disponibilidad de escucha”, agrega Herrera.
Todos los detalles de este programa aparecen en este enlace: https://www.bancamia.com.co/empropaz/mas-informacion-empropaz/y allí hacen una aclaración muy importante: “La ruta de acompañamiento socio empresarial, de la que se benefician los participantes del programa, es completamente gratuita. El único requisito para quienes se vinculan es tener compromiso con el proceso de aprendizaje”. Así que, si conoce a alguien que lo necesite, esta es una buena oportunidad para contarle al respecto.