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Colombiano inventó el primer sustituto de las películas plásticas de un solo uso

Se trata de, dice Juan Camilo Botero, “un material biodegradable que usa fuentes renovables y que, en otras palabras, revolucionó la industria del plástico nacional”.

11 de febrero de 2022 - 02:00 p. m.
Juan Camilo Botero, CEO de Glasst.
Juan Camilo Botero, CEO de Glasst.
Foto: Cortesía Glasst
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Cuando nos escribieron para proponernos la historia de este emprendedor, nos dejaron el siguiente mensaje: “Emprendimiento colombiano desarrolló avance científico que permitirá construir los primeros edificios sin plásticos de un solo uso en el país. Se trata de Glasst, una compañía en etapa temprana, que tiene entre sus principales inversionistas a Pintuco y Conconcreto y que acaba de desarrollar el primer material biodegradable de recubrimiento que reemplaza el plástico de un solo uso utilizado tradicionalmente en los proyectos de construcción. Su invento no solo se convirtió en un hito para el sector sino que también se consolidó como el principal avance científico de una industria que le apuesta a ser más responsable con el planeta”.

Hasta ahí la propuesta pintaba muy bien, así que indagamos y tan solo en la búsqueda combinada de Glasst y Pintuco el buscador arrojó más de 5.500 resultados con varios titulares donde se resaltaba la inversión hecha por jugadores fuertes del negocio de la construcción en este emprendimiento, un par de fuentes confirmaron el crecimiento de esta startup y el papel que está jugando en un sector al que se le reclama más responsabilidad con el medio ambiente. En nuestra sección 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos aquí está Juan Camilo Botero, CEO de Glasst, hablando de un caso de éxito que sirve como ejemplo para muchos otros en Colombia.

1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?

Tengo 34 años, estudié Finanzas y Marketing en la Universidad de Miami (EEUU). Me gradué en el verano de 2008.

2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?

Creé a Glasst, una startup que nació en 2018 con el objetivo de que se convirtiera en una compañía altamente sostenible y que revolucionará a las industrias, especialmente de la construcción y manufacturera, industria que rara vez cuestiona su status quo, que se caracteriza por ser lenta para reaccionar ante los cambios de consumo y que le cuesta adaptarse a las nuevas regulaciones ambientales. Por eso aposté por crear nuevos materiales sostenibles para este sector con una idea principal: el mundo tiene que dejar de contaminar. Así creé el primer producto de la empresa, un material biodegradable que usa fuentes renovables y que, en otras palabras, revolucionó la industria del plástico nacional. Así nació el primer y único sustituto de las películas plásticas de un solo uso usadas en la construcción.

3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?

Pienso que Glasst es un cigoto: no sabemos en qué se va a convertir, de lo que estamos seguros es que será una compañía global. En este momento operamos en cuatro países en directo y en ocho de manera indirecta a través de terceros. Varios componentes fueron clave para llegar hasta aquí: esfuerzo, trasnochadas, visión clara y un objetivo contundente que nos ha llevado a ser grandes a pesar de recibir constantes críticas y escuchar con frecuencia la palabra “No”. La resiliencia ha sido la clave de esta compañía, junto a la creatividad disruptiva que he impuesto para aprovechar billones de dólares de mercados que manejan unas cuantas compañías a las que he desafiado con productos e innovación. Me siendo como David y Goliat, pero tengo la certeza de que Glasst es y seguirá siendo uno de los jugadores más importantes de esta industria.

Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.

4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?

Usé mis ahorros de toda la vida para impulsar la compañía y darle el spin off de investigación y de desarrollo. En otras palabras: fortalecí una empresa que había creado en 2011, pero que solo se dedicaba a quitar rayones de vidrios. Recuerdo que conseguí un ingeniero químico, mi primer colaborador, y le dije que no tenía plata para pagarle, que solo tenía la capacidad de remunerar su trabajo medio tiempo, pero que tenía en mi mente una idea que la iba a sacar del estadio. Hoy esa idea es el Protector Universal, el primer producto en el mundo que reemplaza el plástico de un solo uso en la construcción. La primera inversión de la compañía la hice para participar en una feria en México de insumos de construcción, destiné el único capital que tenía: 20.000 dólares que costaba la participación, entre viajes, stand y logística. Este fue el principio de varios negocios importantes que hicieron crecer a Glasst en los siguientes años.

5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?

Estoy transformando la industria de la construcción y de la manufactura. La primera, entregando materiales sostenibles disruptivos que mejoran los procesos y reducen el impacto ambiental; y la segunda, al descentralizar la producción se logra un menor impacto en el ambiente, para lo cual uso capacidades instaladas reduciendo el capex necesario para el negocio.

6. ¿Soy feliz?

Aunque es un concepto muy subjetivo, reconozco que sí, soy feliz. A pesar de la montaña rusa emocional con la que vive cada emprendedor, la adrenalina que genera ser pionero, crear y ver crecer tus ideas, es claro que generar empleo y cumplir los sueños se traduce en felicidad.

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7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?

Sí, siempre y cuando sea parte de los mismos stakeholders. El emprendimiento se debe convertir en una compañía de los que les gusta cuestionar el mundo como está, para crear un futuro y presente diferente. Llegarán tantos genios, entre científicos y visionarios, que convertirán este cigoto en una compañía global, entonces todos deben tener participación.

8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?

Emprender no es el camino más fácil y no creo que sea para cualquiera. No lo digo desde lo que soy, sino desde los sacrificios que hay que hacer. ¿Cuántas personas estarían dispuestas a sacrificar la familia, la salud, su tiempo, el entretenimiento y los planes sociales? Emprender ha sido un proceso difícil, muchos ven cómo brillas, pocos ven lo que hay detrás para llegar a medio sacar la cabeza.

9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?

Los estoy cumpliendo día a día. Sin embargo, en este camino de emprender se abren nuevas metas todos los días. Soy una persona que me divierte crear, hacer, liderar y motivar, pero creo que la cereza del pastel será ver a Glasst operando globalmente.

10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?

Estoy en un momento importante para la compañía, me encuentro cerrando una serie de inversión por 5 millones de dólares que me pondrá en otro nivel. Para finales de este año debemos estar operando en todo América.

11. ¿Mi emprendimiento es escalable?

Glasst desde que se concibió es un modelo escalable, tanto lo es que llegamos a operar en ocho países en solo dos años.

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12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?

Como lo mencione anteriormente: esta compañía pertenece al mercado y a sus genios, entonces inversión recibiré siempre, desde que traiga valor, genere crecimiento y crea en la visión que tengo.

13. ¿Qué no volvería a hacer?

Creo que todos los errores son buenos desde que se cometan una sola vez y se aprenda de ellos. No creo decir “esto no lo haría de nuevo” porque haberme equivocado es lo que me tiene donde estoy.

14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?

Mis padres, desde genios del mundo como Steve Jobs, Elon Musk, Jeff Bezos y Bill Gates. Así mismo, me encanta inspirarme en personas que tengo cerca, amigos que han hecho cosas increíbles y que me comparten la visión de vida como Pablo Gonzales, cofundador de Domicilios.com; y Esteban Velasco, cofundador de Sempli; además de mis principales socios, Pintuco, a través de su presidente, Juan Carlos Moreno; y Conconcreto, por medio de Juan Luis Aristizabal.

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15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?

Me quebré, pasé de ser un ejecutivo bien pago y muy cómodo a verla bien al revés, a tener una startup con futuro. Pero no significa que no haya pensado en tirar la toalla, creo que ese sentimiento llega constantemente, pero como todo también pasa, me reseteo todos los días y empiezo el día con la mejor actitud.

16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?

Con Glasst trato de participar de actividades de Ruta N, INNpulsa y la Andi, pero creo que el círculo de amigos emprendedores se convierte como en ese grupo de alcohólicos anónimos, donde uno se ve, se queja, se ayuda y se motiva. Esa es mi mayor red.

17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?

Glasst es una compañía pensada para transformar el mundo, por eso quiero impactar a esta generación y a todas las futuras. Soy consciente de que todo se puede transformar o reemplazar por algo mejor.

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18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?

Como CEO de una compañía (Glastt) global, sin nada que envidiarles a empresas de más de 100 años. Con presencia internacional, impactando al mundo y cambiando la historia.

19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?

Mi familia me apoyó siempre, han sido piezas fundamentales para mi desarrollo como empresario, desde mi novia hasta mis padres, todos con la camiseta puesta para sacar este sueño adelante. Mis amigos son motivadores constantes, personas que me han apoyado en momentos oscuros donde realmente me sentí en problemas, allí más de uno se metió la mano al bolsillo y me ayudaron.

20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?

Si. Como comunidad de emprendedores está en nosotros apoyar a los que siguen, para así crear en Colombia una verdadera red de transformación de país. Una economía se mide es por cuantos unicornios se generan al año y para los emprendedores colombianos no puede ser una limitante no tener buenos consejos, ni capital para poner a rodar sus ideas de negocio.

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21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?

Hay personas claves como Ana Maria Montoya, mi CFO, quien me ha ayudado estos dos años a convertirme en un mejor líder; y Esteban Zapata, mi COO, quien no dice “No” ante adversidades o retos nuevos. Igualmente, todos en Glasst aportan significativamente al desarrollo de la compañía.

22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?

Mi sello personal se viene formando, pero una constante en él es el pensamiento por fuera de la caja, la manera en que se unen los puntos de lo hecho al futuro y la capacidad de ser resiliente ante la frustración. Estos elementos me han ayudado a superar obstáculos y a generar en mi equipo una cultura Glasst.

23. ¿Qué he aprendido de todo esto?

1. Las empresas están hechas de personas y liderarlas bien es la clave para que la compañía esté bien.

2. La terquedad es buena, siempre y cuando sea la de la visión del negocio.

3. Que lo urgente no te quite la vista de lo importante.

4. Trabajar con quien quiero y no con quien me toca. Lo fundamental para esto es que la idea inspire a tus colaboradores, aun sin plata la gente le apuesta a una visión clara y contundente.

5. No ser experto en un tema no significa que no se pueda hacer. El sentido común aplica para todo. Se pueden dirigir equipos técnicos estudiando con ellos y cuestionando su pensamiento.

Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com).

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