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“Nuestro objetivo ha sido llegar a zonas lejanas afectadas por el conflicto armado para impulsar, junto con nuestros aliados, la inclusión financiera y así reducir las brechas económicas y generar mejores oportunidades para la población rural en el país”. Con estas palabras, tras la entrega del balance de resultados de Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), fue que Asdrúbal Negrete, director de la Iniciativa de Finanzas Rurales (IFR), detalló el impacto que tiene el llevar educación financiera a las zonas rurales de nuestro país.
Se han “adelantado diversas estrategias para impulsar la integración socioeconómica de las comunidades en más de 117 municipios priorizados por el Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), llegando a movilizar a través de sus aliados financieros US$1.360 millones en productos financieros como ahorro, crédito y seguros en más de un millón personas del sector rural durante los últimos siete años”, se lee en un comunicado de prensa de la organización.
¿Qué tipo de producto ha sido el más usado? Se trata del crédito, con lo que se ha movilizado US$1.034 millones en más de 412.000 clientes. ¿Qué ha pasado con las mujeres en toda esta dinámica? A diciembre de 2021 cerca de 507.000 mujeres rurales colombianas accedieron a productos y servicios de ahorro, crédito y seguros, lo que corresponde al 49.6 por ciento del total de nuevos clientes/as generados durante los siete años de este programa”, explicó USAID.
“IFR también ha promovido la inclusión financiera de población migrante proveniente de Venezuela con un monto movilizado en servicios financieros de US$11 millones vinculando a cerca de 44.000 migrantes al sistema financiero colombiano”, detalló USAID. Entre todos ellos se cuentan a 22.000 mujeres ya bancarizadas. “El primer paso para bancarizar a la población migrante es lograr que reciba educación financiera y que pueda acceder a productos de ahorros y crédito, esto permitirá que empiecen a contar con historial en el sistema financiero colombiano y facilita su integración económica en la sociedad”, agregó Negrete.
Parte de este desarrollo se ha logrado con la apertura de 52 sucursales y 610 corresponsales bancarios en municipios como San Vicente del Caguán (Caquetá), Santander de Quilichao (Cauca), Apartadó (Antioquia), El Castillo, San Martín y Puerto Lleras (Meta), La Plata y San Agustín (Huila) y Sardinata (Norte de Santander), entre otros. También se ha avanzado con la ayuda de aliados en los sectores financiero y solidario, además de las nuevas tecnologías con el modelo de Fintech. De acuerdo con USAID, han sido Banco de Bogotá, Davivienda, Banco Agrario, Banco Mundo Mujer, Bancamía, Crezcamos, Microempresas de Colombia, Coofisam, Congente, Interactuar, Contactar, MOVii y TPaga quienes han ayudado con esta iniciativa.
Precisamente en una columna de opinión firmada por Lucas Medola, CFO PayPal Latam, se recordaba la importancia de estos temas en el desarrollo de una sociedad: “Hablar de educación financiera se ha convertido en un tema de mucha importancia, tanto para los gobiernos como para las empresas de cada país. Finalmente, estamos entendiendo que la educación financiera desde una temprana edad tiene muchos beneficios, entre ellos el empoderamiento económico y la habilidad de participar activamente en la economía y la sociedad. La educación financiera es también crucial para aumentar la inclusión financiera a largo plazo. Es sumamente necesario dar acceso a las herramientas para desarrollar hábitos de dinero responsables. Muchos estudios muestran que expandir la inclusión financiera desencadena mayor estabilidad financiera y mejores condiciones a todo nivel, y ni que se diga de un sólido crecimiento económico”.
El mismo superintendente financiero, Jorge Castaño Gutiérrez, dijo en el pasado foro “Microfinanzas e inclusión financiera una meta prioritaria para reducir la pobreza”, que “las microfinancieras deben reafirmar su papel en el cumplimiento de los ODS”, que hay que acompañar “al sector agropecuario rural con soluciones integrales de ahorro, crédito y seguros” y que todo este tipo de acciones “impulsan la equidad de género al empoderar a la mujer microempresaria”.
Bancamía, por ejemplo, la fundación de microfinanzas del BBVA, “lleva más de 3 años trabajando en 89 municipios del país donde mujeres, poblaciones rurales, indígenas, víctimas del conflicto y migrantes están recibiendo formación especializada, además de acompañamiento con inclusión financiera para poner en marcha sus negocios y fortalecer las microempresas ya existentes”, detallaron en un comunicado de prensa reciente.
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