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La historia de José Pino es conocida entre comunidades de desarrolladores en Colombia, gente que habla entre código, que programa día y noche, que anda en la red buscando vulnerabilidades para avisarlas y corregirlas. Es un ´hacker’, para no dar tantas vueltas. De los que estuvo por allá en los pasillos de Campus Party buscando entender más de la escena tecnológica. Pero, ¿qué es ser ‘hacker’?
La definición nos la entregó, hace unos años, cuando entrevistaba a Chema Alonso, este doctor en seguridad informática y miembro de la junta directiva global de la multinacional Telefónica. Alonso, en esa conversación para El Espectador, pues él también era eso, un ‘hacker’, decía: “Los hackers no tienen nada que ver con lo malo. Steve Jobs, Steve Wozniak, Bill Gates, Mark Zuckerberg, todos son hackers y podríamos seguir la lista. Un hacker es aquel que tiene pasión por la tecnología e intenta llevarla más allá de los límites, que no asume un no como respuesta. No tiene nada que ver con los cibercriminales, que vulneran la seguridad de una empresa para lucrarse, o con los hacktivistas, que, igual como se tiene a la gente de Greenpeace que comete un delito para reinvidicar sus ideales, existen hackers que vulneran la seguridad de un sistema para reivindicar un ideal. El que yo esté en Telefónica es la apuesta de la organización por crear tecnología”.
Y sí, José Pino es un hacker. En el 2019 fue su primer gran salto a la fama cuando se supo que trabajaba para compañías como Dropbox, eBay, PayPal, Mozilla, Microsoft, Twitter y Yahoo! “en la tarea de encontrar vacíos en la ciberseguridad de esas empresas”. Eso es lo que le ha traido fortuna. Muchas compañías, a nivel global, le pagan a los talentosos como él cuando logran indentificar vulnerabilidades en sus plataformas digitales, de tal forma que con esa información pueden tomar acciones y corregir. Uno de esos pagos fue girado directamente desde el Silicon Valley Bank, en el 2014, por US$ 1.500, después de econtrar, precisamente, fallos de seguridad.
Nació en Tumaco, creció en Neiva, un computador lo acompañaba desde cuando prefería quedarse en casa investigando que corriendo detrás de un balón, como la mayoría. No terminó el colegio y a poco tiempo de graduarse, sin muchos recursos en el bolsillo, se fue para Bogotá a buscar suerte. Poco tiempo después, el joven que empezó a facturar gracias al conocimiento empírico que había adquirido, sabía que podía vivir de la tecnología. Su fama llegó a la cima entre sus pares cuando se supo que, incluso, había logrado encontra fallos en la universidad de Harvard.
Se sabe, además, que ha desarrollado herramientas de código abierto para ayudar a combatir ataques de ciberterrorismo y delitos informáticos (Trape Tool y Temcrypt) en línea con el llamado hacking ético. A José Pino, que está alistando una nueva compañía dedicada a masificar los servicios de ciberseguridad a bajo costo para las empresas que no tienen tantos recursos, le acaban de comprar su compañía Andro, que tiene una historia igual de interesante que la de él, pues al final van entrelazadas. Aquí va, contada por él mismo, en nuestra sección de 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos:
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
Tengo 27 años. A nivel de educación tradicional, solo terminé el bachillerato, pero desde los 9 años, de forma autodidacta, aprendí a programar para adentrarme en la industria de la ciberseguridad, desde los 13 años.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
El problema:
El desplome de una reconocida blockchain llamada Terra, en 2022, acabó con el valor de 44.000 millones de dólares digitales en cuestión de horas. Una sorpresiva fluctuación del mercado ocasionó una inesperada pérdida de paridad entre la moneda digital y la tradicional (dólar americano): por ejemplo, 10.000 dólares digitales llegaron a valer menos de 1 dólar tradicional, lo que generó una alerta financiera a nivel mundial.
Cómo nació:
Después de que perdí algunos fondos personales en esta blockchain, para prevenir que esto no me pasara en futuros eventos, inicié a planear el desarrollo de Andro como una herramienta de uso personal. Pero en el transcurso del desarrollo, se terminó convirtiendo en un proyecto para ofrecer en el mercado, y así ayudar a proteger gran parte de los 130.000 millones de dólares digitales circulantes en el mercado cripto. Ahí nació la idea de Andro. Esta herramienta de seguridad monitorea 24/7 el precio de los dólares digitales versus el dólar tradicional, recolectando información para verificar que ambos tengan un precio 1:1, y cuando detecta fluctuaciones negativas alerta al usuario para que cambie su inversión a otra moneda digital, evitando así el colapso y ayudando a diversificar rápidamente los recursos en varios activos digitales para reducir el riesgo.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Pensamiento seguro. Siempre he sido muy apasionado en la creación de software: amo crear, es mi pasión, es mi vida. Siempre he visto la creación de software como la capacidad de hacer realidad la materialización de ideas, de una forma muy rápida. Para llevarla a los hechos tuve que contratar un equipo y, a la vez, sumar a personas de confianza con las que ya había trabajado creando otros productos privados; mediante esto, empezamos a materializar el concepto de Andro: lo que nos llevó 1 año de desarrollo.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Debido a mi larga trayectoria en ciberseguridad y viajes internacionales de negocios, donde emití muchos servicios y creaciones de soluciones personalizadas a empresas y a personas de alto nivel, con fondos propios financié todo el equipo de desarrollo del proyecto hasta su venta.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Con Andro emprendimos a trabajar en la construcción de ciberseguridad financiera: un gran reto que hoy tiene el mercado de las fintech y de las cripto. Visioné un lugar donde las personas que usan dólares digitales a diario pudieran estar completamente seguras, evitando el colapso de sus fondos por culpa de movimientos bruscos del mercado o por hackeos ejecutados por ciberdelincuentes o personas malintencionadas.
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6. ¿Soy feliz?
Sí, soy súper feliz. Creo que muchas personas buscan la felicidad a través de la obtención de cosas materiales, pero en mi caso, aunque eso no es un problema, es una gran felicidad poder trabajar en lo que amo y todos los días sumar en mi visión de hacer de Internet un lugar completamente seguro para todas las personas.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
Con apenas 2 años desde su creación, Andro acaba de ser adquirida por una importante compañía de Emiratos Árabes, con sede en Dubái, por una cifra de siete dígitos en dólares. Para mí, con tan solo 27 años, es un orgullo haber vendido una compañía en tiempo récord, sin haberla sacado oficialmente al mercado, con pruebas en prototipo por más de 30 millones de dólares y ganancias por 780.000 dólares.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Emprender es un viaje donde, personalmente, mapeo la mayor cantidad de posibilidades buenas o malas que puedan pasar en la empresa; y uno de mis objetivos siempre es ver la forma de crecer mucho más, tanto a nivel personal como en equipo. Predisponerse a pensar desde el inicio que emprender es algo muy duro, es un grave error, ya que es divertido usar el emprendimiento como una herramienta para resolver algunos de los problemas que actualmente hay en el mundo.
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9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Aún no cumplo mis sueños: este es tan solo uno de los pasos hacia mi objetivo de hacer de Internet un lugar completamente seguro para todos, donde las personas que utilizan las tecnologías que facilitan sus vidas no corran ninguna clase de riesgos.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Estoy construyendo una nueva compañía de ciberseguridad estructurada sobre la Inteligencia Artificial, con la que busco democratizar el acceso no solo de las grandes empresas, sino también de las mipymes a una nueva era de servicios de ciberseguridad más ágiles, eficientes y asequibles para todos.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Hablando de Andro, claro que sí es un emprendimiento completamente escalable, porque solucionó un problema que no había sido resuelto en Internet: la falta de seguridad en los activos digitales.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
Por supuesto que no. Se crean empresas para impactar una industria o el mundo entero, y al final es un juego reputacional, por lo que hay que saber escoger muy bien a las personas que van a trabajar con uno.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Incluir en mis proyectos a personas sin experiencia ni con un aporte de conocimiento realmente valioso, que sume en la consecución de los objetivos corporativos definidos. Invertí mucho dinero contratando personas que, al ser muy visibles en los medios y en las redes sociales hablando acerca del mundo cripto, pensé que tenían el conocimiento necesario para ayudarme a impulsar el proyecto, pero resulta que no me aportaron absolutamente nada y así aprendí que no debo volver a rodearme de supuestos expertos que tienen un mar de conocimiento, pero con un centímetro de profundidad. Pero ya no es momento de lamentarse. La magia de emprender es aprender y mejorar continuamente, tanto a la empresa como a uno mismo. Todo se resume en una sola palabra: crecer.
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14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Desde niño, me inspiré en Steve Jobs para acceder a la informática. Siempre me ha gustado el área de diseño y la experiencia de usuario, y ese es uno de los puntos de inspiración de él que me han impactado en mis inicios. Por otra parte, Elon Musk es una persona que ha elevado mucho la línea del típico empresario: es un titán que admiro mucho. Me inspiro en ellos para labrar mi propio camino en la ciberseguridad: una industria que tiene necesidades muy altas que, por ahora, no están siendo atendidas correctamente.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Cuando uno es emprendedor no existen los fracasos: hay aprendizajes que te ayudan a crecer. Mi primer emprendimiento fue a los 18 años, y también fue una empresa de ciberseguridad que se frenó por falta de experiencia en la toma de decisiones por parte de los inversionistas.
Mi segunda compañía fue a los 21 años, y quedó atrás porque identifiqué que no podía crecer a nivel personal, debido a la inexperiencia de los inversionistas al manejar los procesos y tomar decisiones estratégicas. Esto me llevó a enfocarme más en mi carrera y a aprender cada día más, para prevenir la mayor cantidad posible de errores e incluso a aumentar mis ingresos, para de esta forma yo mismo invertir en mis proyectos en la etapa inicial: la más importante de todas. Nunca he pensado en tirar la toalla: rendirme nunca será una opción.
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16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Actualmente, no hago parte de comunidades. Estudio constantemente, y estoy muy enfocado en la creación y mejora del producto. Las comunidades son muy importantes, pero pienso que en el proceso de creación o mejora a nivel de software, son una distracción. Personalmente, soy técnico, sé programar, diseñar, investigar, encontrar vulnerabilidades y, a la vez, empresario: una suma de cosas difíciles de hallar; por lo que mi enfoque está en crear productos geniales, que la gente y las empresas amen.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Siempre he pensado en crear algo que pueda impactar a las generaciones actuales e inspirar a las próximas. No es un trabajo fácil, requiere varias interacciones personales y adquisición de conocimiento continuo para reducir la mayor cantidad de errores y avanzar. Obviamente cometer errores es normal, es parte del proceso, pero con un gran compromiso podemos reducir la cantidad.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
En 10 años me veo como el hombre más influyente en la industria de la ciberseguridad, impactando de forma proactiva a todas las empresas que tienen tecnologías consumidas a diario por millones de personas en todo el mundo.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Siempre me han animado a seguir adelante, a luchar por mis sueños sin dejar que me afecten las críticas que otras personas puedan hacer de mí o de mi trabajo.
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
El viaje es interminable. No puedo decir que lo he logrado: solo he cumplido algunas tareas como parte del proceso de lograrlo; por lo que ayudaría a otros emprendedores a que aprendan a no cometer gran cantidad de errores y, de esta forma, avanzar más rápido.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
El papel de mi equipo ha sido muy importante. Aunque me considero un visionario, las visiones no se ejecutan solas, y la sincronización con mi equipo fue genial.
Quiero destacar a mi founding team: Jaime Varela, también fundador de Zulu, una startup de pagos empresariales internacionales que consiguió con éxito 5 millones de dólares en financiación de capital de riesgo; Carlos Villarreal, diseñador y creador de la experiencia de usuario; y Daniel Espósito, líder del equipo de desarrollo; también destaco el aporte de desarrolladores como Christian Arteaga y Nazhir Gonzalez, entre otros. Ha sido una gran experiencia trabajar con todos ellos.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Ser divergente y altamente creativo. Mi carrera en ciberseguridad es mi vida: desde que despierto pienso en ciberseguridad, desde los 13 años de edad; constantemente estoy creando y aportando conocimiento a través de mi código: aporto toda mi experiencia para hacer las cosas de una forma única, con mi sello personal.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
Aprendí que emprender, crear empresas y crecer es como un videojuego en el cual tú decides qué nivel quieres alcanzar. Pero hoy siento que mis objetivos aún no tienen un techo, por lo que pueden seguir creciendo cada día más y más. Estoy completamente convencido de poder impactar al mundo brindando ciberseguridad, con una alta experiencia de usabilidad, para que las próximas generaciones no tengan problemas con el activo más valioso de la humanidad en esta era digital: la confidencialidad de su información personal y financiera en Internet.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚