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Emprender para solucionar problemas sociales. Emprender para generar empleo. Emprender para crear riqueza. Emprender para distribuirla. Soltar ideas, tratar de ejecutarlas, equivocarse en el intento, ser criticado y cuestionado, volver a intentar, sorprenderse por lo alcanzado, materializar esa solución, salir a vender y encontrar en el camino no solo la solución a ese problema, sino a la necesidad de facturar. Y que todos podamos hacerlo, que todos logremos lanzarnos al agua a internarlo. A gran escala, si se tiene la tecnología como base; o de autosostebilidad, si lo que se está haciendo es montar un negocio para poder tener un ingreso en la casa después de perder el empleo.
Pues así es que se podría resumir una serie de conversaciones y charlas que en el marco del foro “Hablemos de emprendimiento universitario, científico, tecnológico y de alto impacto”, este jueves en Bogotá. “Esta ola de nuevas ideas y oportunidades ha dejado ganancias, como que el emprendimiento se está democratizando. Que se logre mejorar la calidad de vida de las personas. Y en ese desarrollo, el papel del Estado es determinante, en acceso a internet, por ejemplo. Se vale quejarse y exigir tasas más justas para los emprendimientos, igualdad de condiciones para las empresas que nacen frente a las que ya tienen tiempo”, dijo Juan Fernández, consejero para asuntos empresariales de la presidencia de la República.
Aseguró Fernández que “la buena noticia es que el gobierno está migrando hacia la economía basada en el conocimiento”. Y recordó que “ayer se presentó la política de reindustrialización”, que en Colombia se “necesitan instrumentos para tener transferencias de tecnología desde otros países, fortalecer los centros de investigación nacional y se busca cerrar las brechas tecnológicas. Esa política dice que se establecerán alianzas para generar impacto en la actividad productiva territorial, y es Innpulsa importante en el desarrollo de todas esas decisiones” de cara al apoyo de los emprendedores y en ese camino, de todo el sector empresarial.
Pero, ¿qué tan innovador es el país ahora que más y más están hablando de emprendimiento? “La situación no es nada buena, apenas menos del 1% de empresas de este país innova, apenas el 7% de las inversiones que hacen las empresas se destina a transferir conocimiento. Y los científicos, investigadores, no están trabajando en empresas. El 95,7% de los investigadores colombianos están trabajando en las universidades, y eso es muy diferente a lo que pasa en países de la OCDE, donde los científicos trabajan en las empresas, generando innovación, y solo el 38% trabajan en la academia. Ahí está el desafío”, apuntó María Fernanda Valdez, Viceministra de desarrollo empresarial.
Durante el encuentro también participó Hernán Ceballos Gacharná, gerente general de Innpulsa, quien informó que “la semana pasada hablé con el embajador francés de una apuesta muy dura que son los emprendimientos de base de economía popular porque aquí en Colombia hay una gran cantera”. Y tiene sentido, pues de acuerdo con Ila Tracevedo, presidenta de la French Tech Global en Colombia, se viene trabajando entre los dos países para “unir a todos los actores del mundo de los negocios en un solo lugar, startups que tengan potencial de desarrollo en Francia y explorar nuevos mercados, y generar impacto social, que es lo que hacemos con Innpulsa. La idea, el reto, es descentralizar un poco el ecosistema, que no solo las cosas pasen en Bogotá o Medellín. El año pasado el Héroes Fest fue con Francia como invitado y estuvimos en Norte de Santander para expandir su conocimiento al resto del país, al desarrollo económico y empresarial de los colombianos, transfiriendo conocimiento y apoyando a esos pequeños emprendedores que no tiene un sistema exitoso de cómo crear un modelo de negocio, por ejemplo. La idea es que haya un intercambio real entre el ecosistema francés y el colombiano”.
Gabriel Santos, presidente de Colombia Fintech, aseguró que desde la asociación que lidera hay más de 343 empresas entre afiliadas y asociadas en 9 verticales de trabajo y van a lanzar una nueva de paridad de género. “Colombia es especial, porque tenemos una base muy grande desatendida en servicios financieros. Aquí hay una noción disruptiva, todas las empresas que están naciendo tienen esa vocación de hacer las cosas de manera distinta, que sean más costo eficiente en un servicio esencial. Hay dificultades con el tema de las tasas de interés y un crédito más difícil de otorgar, y eso tiene una implicación para quienes tiene modelos disruptivos, porque aquí se asume más riesgo, eso implica costos más altos. Y viendo ese riesgo lo que hacemos desde Colombia Fintech es un trabajo con el Estado, por ejemplo: el gobierno va a sacar un programa de democratización del crédito por medio de banca tradicional y cooperativa de crédito, quieren sacar 100.000 operaciones de crédito para dinamizar el microecosistema de crédito digital. Nosotros estamos buscando la forma para reducir requisitos en esas líneas de crédito. Hemos logrado algunas cosas para dinamizar la innovación”.
Y desde el sector empresarial, Óscar Rodríguez, vicepresidente de Innovación del Grupo Bolívar, recalcó que “identificar el problema que queremos resolver suena obvio, pero que hay métodos para que el emprendedor se pregunte qué es lo que está solucionando, y es ahí en donde entramos a resolver con metodología, con herramientas para romper paradigmas. Las trajimos de Israel. Nosotros, como Grupo Bolívar, lo ponemos al servicio del ecosistema. Hemos convocado a los emprendedores a que busquen soluciones a los retos de desarrollo sostenible. Ahí los mismos emprendedores pueden entrar a solucionar”. Y soltó una cifra: “Ya tenemos invertidos más de US$ 50 millones en todas estas iniciativas”.
La tarea, de acuerdo con el gerente de Innpulsa, está en que Colombia trabaje desde tres puntos clave en el ecosistema emprendedor: Alto impacto con base tecnológica, el trabajo con las universidades (para compartir conocimiento) y el de base real (los de economía popular, esos emprendimientos de la gente de a pie que, incluso, muchos de ellos ni siquiera son formales). “Todos los grandes talentos se los llevan las universidades y las empresas gringas. Y eso pasa porque hay un déficit de oportunidades en Colombia. Si genero conocimiento debo tener en dónde aplicarlo. Por eso hay que articular a la universidad con la empresa”, dijo Ceballos.
El objetivo está claro: democratizar el emprendimiento. ¿Y cuál es el camino? Hay varios, pero la ruta está fijada: Abrir el crédito para que todos tengan acceso y que el talento se quede en el país, que la política de reindustrialización funcione y que el dinero de financiación llegue a todos los rincones del país, porque en el territorio también hay muchos emprendimientos por apoyar.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚