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“Society Bags nació hace tres años como una opción sostenible con el planeta para reemplazar las tradicionales bolsas de plástico, convirtiéndolos en un accesorio versátil y fashionista. La idea de negocio la acompañamos con un proceso de fabricación responsable y con insumos de primera calidad, en contraposición a los procesos industriales masivos, descartables y contaminantes. Con tan poco tiempo en el mercado hemos logrado un crecimiento de más del 300 % desde nuestro primer año. Hemos participado en 10 ediciones de las ferias Vassar y Eva. Además, tenemos hasta el momento más de 10.000 unidades vendidas con un equipo de trabajo de 20 empleados y un máximo en ventas de hasta 200 millones de pesos mensuales”.
Emanuel Han y Andrea Cereh pasaron por 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos, y aquí la historia de su emprendimiento contada para ustedes:
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
Emanuel Han, 38 años, Comercio Internacional.
Andrea Cereh, 35 años, Arquitectura, Magíster en Hábitat.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Society Bags nació hace tres años como una búsqueda por introducir en el mercado nacional diseños innovadores y coloridos que no encontrábamos en su momento. Viviendo en un país referente de moda y tendencias a nivel internacional, encontramos que los accesorios, como los bolsos, se situaban en un lado más conservador. Al no encontrar los diseños que esperábamos en el mercado, decidimos hacerlos nosotros mismos, descubriendo gran aceptación en el público con nuestra apuesta en la innovación en los colores, los materiales y la calidad de los insumos. Así fue como nos establecimos como una marca con mucha personalidad.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Fue un proceso muy retador, pues si bien ambos teníamos experiencias previas, en el campo del diseño y el comercio internacional, respectivamente, el diseño y la materialización de producto y todo lo que implicaba el desarrollo de un bolso, era completamente nuevo para nosotros. Así que hubo mucho ensayo y error; nos imaginábamos algo y a prueba y error íbamos aprendiendo a hacerlo posible. Definitivamente, desde el día uno fue un camino de mucho aprendizaje. Además de que para nosotros siempre fue muy importante hacer un negocio sin dejar de lado la parte sostenible, lo que nos significó resolver no solamente una cuestión económica, sino también la necesidad de ser responsables con nuestro entorno a través de una apuesta a la producción local y la búsqueda insumos nacionales como valor agregado.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Definitivamente, fuimos afortunados en ese sentido y pudimos tomar recursos propios de los trabajos “formales” que veníamos desarrollando para empezar con el proyecto.
5.¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
La verdad es que cada vez somos más conscientes de que estamos construyendo un proyecto con mucho potencial. Society ha triplicado su crecimiento año a año y actualmente ya es un proyecto que empieza a rodar solo. En este sentido nos llena de orgullo decir y poder mostrar, que es posible hacer empresa, y especialmente en el mundo de la confección, donde se manejan condiciones muy precarias y de informalidad, en condiciones responsables laboralmente; hacer contratos laborales justos, dar buenas condiciones a los empleados, tener un manejo diferente donde todos ganemos. Sin duda creemos que estamos cambiando la forma de hacer productos, no solo desde lo creativo sino desde lo laboral.
6. ¿Soy feliz?
Somos los más felices del mundo. Siempre decimos que somos como papás orgullosos en el grado de su hijo. Es muy satisfactorio ver el camino recorrido y los niveles a los que ha llegado el proyecto.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
No, mientras tengamos la opción de conservarlo no lo venderíamos, Society y todo el equipo que nos acompaña son una parte de nuestro corazón y nos costaría mucho dejarlo ir. Esperamos seguir dando la talla como cabezas de este proyecto para que eso no sea necesario en un futuro.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Creo que en nuestro caso no fue un proceso tan duro como puede ser con otros emprendedores, en parte porque siempre fuimos muy cautelosos. No fue un salto al vacío de un día para otro, sino que tratamos de ir pasito a pasito, siendo bastante conservadores con las decisiones que íbamos tomando. Desde el principio tratamos de no sobrecargar el proyecto con gastos propios, pues sabíamos que lo podíamos ahogar. Mantuvimos en paralelo nuestros trabajos mientras Society cogía vuelo. Pero como lo decíamos arriba, fue un proceso tremendamente retador, de aprender todo desde cero. Esa parte fue la más difícil en nuestro caso.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Sin duda, parte del sueño está cumplido, pero nos hace falta una parte grande para hacer de este emprendimiento una empresa que funcione sola. Siempre decimos que Sociaty Bags estará completa el día que nosotros no hagamos falta en su maquinaria. Que todos los que hacen parte del proyecto puedan seguir rodando más allá de nosotros, ese es el objetivo.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Tenemos muchos planes; en nuestros planes a corto plazo está la apertura de otro punto físico en Bogotá, y esperamos en otras ciudades. También está en marcha ya un proyecto piloto de internacionalización del cual esperamos pronto tener noticias muy positivas. Así que la búsqueda está en seguir explotando estas fortalezas que tenemos, consolidando los canales digitales que ya tenemos, para después conquistar mercados internacionales.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Sin duda pensamos que puede ser escalable, especialmente porque al ser dueños de nuestra propia producción tenemos un control mayor sobre muchas cosas claves del crecimiento.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
Idealmente no lo haríamos. No consideramos que sea fácil que un tercero se involucre a los niveles que un proyecto así, con tanto corazón, lo necesita.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Puntualmente, no hay una decisión que no volveríamos a tomar, lo que sí tenemos es un montón de aprendizajes que, en retrospectiva, fueron aprendizajes y que consideramos parte del proceso. Las decisiones equivocadas fueron parte del camino que nos llevaron al lugar donde estamos hoy.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Me inspiraron las mismas ganas de emprender.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
El emprendedor que no haya querido tirar la toalla en algún momento es un héroe. Hay mucha incertidumbre a la hora de emprender, mucha carga emocional y física, muchos temas personales que también se mezclan, así que es difícil no querer renunciar a eso en algún momento y volver al lugar “seguro” del emplearse y vivir más tranquilo.
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
No.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Esperamos poder demostrarle a la industria de la moda y la confección que es posible hacer las cosas bien, emplear a trabajadores en condiciones justas, trabajar con insumos de calidad, nacionales a precios justos. Para nosotros desde el principio hacer un negocio sostenible significó no solamente lograr una consolidación económica, sino también ser responsables con nuestro entorno y desde el comienzo decidimos apostarle a la producción local, priorizando los insumos nacionales y la mano de obra como valor agregado y esperamos que eso genere algún impacto a futuro.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Queremos ser una marca con reconocimiento internacional, pero orgullosamente Made in Colombia.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Un papel muy importante. Especialmente en este momento donde las redes sociales y las comunidades que se crean allí tienen tanto peso. Los amigos y los aliados en esos campos son fundamentales, pues con poco pueden hacer mucho. Realmente, ‘hacer comunidad’ para nosotros, ha sido una de las cosas que más nos ha fortalecido.
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Sin duda, 100 %. Sabemos que emprender es un camino muy difícil, no hay una ruta establecida y la guía y los testimonios que pueden darnos personas que ya lo transitaron es muy valiosa, por eso no solo hemos participado ya en clases universitarias y charlas con estudiantes y futuros emprendedores, sino que esperamos más adelante poder ayudar semilleros de empresarios más pequeños.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
El equipo en Society lo es todo. Puede ser una de las cosas de las que más nos sentimos orgullosos; de haber podido conformar un gran equipo. Tenemos, por ejemplo, a nuestra jefe de taller que está con nosotros desde el día uno y a muchos empleados que han crecido con nosotros.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Creemos que nuestro factor diferencial son los diseños originales y creativos, además de ser una marca con mucha personalidad.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
Society ha representado para nosotros aprendizajes en todos los campos: profesionales, laborales, económicos, personales, etc. Nos mostró que, aunque contábamos con experiencia previa en muchos de esos campos, siempre es necesario seguir aprendiendo y mejorando. Y así mismo, hacernos cocientes de nuestras propias debilidades, no siempre debe saberse todo y a veces es más importante saber a qué experto pedir ayuda.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚