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La marca de lencería para bebés que ayuda a las madres en la etapa de maternidad

Se llama Aluna Baby y comercializan desde cobijas para el primer día de nacimiento, nidos, almohadas, arrullos y hasta cojines para lactancia.

Tatiana Gómez Fuentes
11 de septiembre de 2024 - 04:08 p. m.
Ledis Marcela Pérez, Julián Molina e Isabel Largo Sánchez , equipo de trabajo detrás de "Aluna Baby".
Ledis Marcela Pérez, Julián Molina e Isabel Largo Sánchez , equipo de trabajo detrás de "Aluna Baby".
Foto: Aluna Baby
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Aluna Baby empezó con tres metros de tela sobre la mesa del comedor, unas tijeras y una máquina de coser nueva empolvada por caprichos de otro tiempo. Mi emprendimiento fue la ventana para convertir una necesidad, en una posibilidad para creer en mí. La idea de negocio cobró vida con $500.000 que nos prestó mi suegra, y hoy, después de cinco años, hemos realizado más de 20.000 prendas diseñadas para bebés y sus mamitas”.

De esta manera llegó a 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos, la historia de este emprendimiento que le apuesta al sector textil en Colombia. Hablamos con Ledis Marcela Pérez, la cabeza detrás de esta idea de negocio y esto fue lo que nos contó:

1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?

28 años, Pedagogía Waldorf, Escritura Creativa y otros estudios.

2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?

Aluna Baby es una creación que nació de mis exploraciones en el año 2019, cuando se me ocurrió hacer cobijas para bebé. Mi situación en ese momento estaba difícil económicamente, pero mi propósito y el amor por mis hijos y mi compañero me sostuvieron con mucho amor y con la necesidad de estar atenta a lo que pudiese ocurrir.

Mi compañero era un joven soñador, con un espíritu por el trabajo digno y honrado, eso me enamoraba de él. En cambio, yo en esos momentos me encontraba más en las nubes que aquí en la tierra. Él me ayudó todos los días a crear propósitos, a despertar mi centro creativo y espíritu de trabajo.

Hoy en día los productos Aluna se envían nacional e internacionalmente. Hemos realizado más de 20.000 prendas, desde cobijas hasta nidos y productos del portafolio, que suman más de 100 referencias, y nuestros principales clientes son de Medellín, Bogotá y Cali.

3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?

Tres metros de tela sobre la mesa del comedor, unas tijeras y una máquina de coser nueva empolvada por caprichos de otro tiempo fueron la ventana para convertir una necesidad, en una posibilidad para creer en mí.

Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.

4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?

A los días de crear una cobija para mi bebé, mi “gran obra textil”, nos endeudamos con mi pareja, pidiéndole prestados $500.000 a mi suegra para comprar más telas y hacer cobijas. Les tomamos fotos con el celular y se las mostramos a nuestros familiares. Tuve temor de no vender nada, de quedar debiendo ese dinero y así pasó, no vendimos nada.

Las cobijas estaban en las fotos, pero las compradoras querían otros colores, gustos y deseos. Así que no se tardaron en escribirnos cómo querían sus artículos. Escuchamos, aprendimos de ellas y las complacimos. Vendimos por más de 2 años así. Pagamos la deuda con las ganancias que iba dejando la venta de cada cobija para bebé y nos sosteníamos como familia, llegando a generar, incluso, trabajo para dos mujeres de tiempo completo.

5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?

Hoy, después de cinco años, hemos tenido muchas facetas, nuevas búsquedas, nuevos mercados, como todo, hemos estado evolucionando. La última versión de nuestro trabajo se vio reflejada en su nombre de marca, pasó de ser Cobijas Mar y Mar a Aluna Baby.

Una marca más contemporánea en concepto, producto y mensaje. Aluna no solo es una cobija, toalla o nido, también es una invitación profunda que invita a una maternidad reflexiva, apoyando la forma de cómo vive la madre en pro del bienestar y el confort textil que llega al hogar por medio de lo que hacemos para los bebés.

6. ¿Soy feliz?

Me gusta ser líder, tener la chispa de la creatividad despierta cada momento, hacer productos en beneficio de un recién nacido, eso me hace muy feliz.

7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?

Todas estas experiencias han generado en mi expansión, pero a la vez compromiso de mejora personal y laboral, así que no vendería mi empresa actualmente porque disfruto lo que hago.

8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?

Emprender no es emprender si no nos conocemos un poco a nosotros mismos. Lo difícil se halla en lo que no se conoce, entonces conocerte en pensamiento, te hace vibrar motivacionalmente. Para mí fue eso, reconocerme como persona y descubrir que en realidad me hacía sentir bien sin hacerlo simplemente por imitación.

9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?

Voy en marcha. Los sueños parecen ser muchos, pero en realidad son unos cuantos que significan todo en esta vida para mí. Unos fueron sueños ajenos y otros en verdad eran míos. Debo ser más disciplinada, no distraerme fácilmente con las cosas cotidianas sin dejar de vivirlas.

10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?

Ahora tengo una lista que me motiva cada día, no es aburrida, ni absurda para que me robe mi energía, sino unos propósitos que me permiten realizarme desde lo personal, donde puedo poner límites de tiempo, todo ellos pensando en mi salud física, mental, emocional y espiritual.

11. ¿Mi emprendimiento es escalable?

Mi trabajo es una escala hacia arriba muy generosa, muy posible y por supuesto generadora de confianza en el trabajo para mujeres que practican el coser desde el comienzo de los tiempos. Un oficio impregnando de voluntad, detalle y ganas.

12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?

Crecemos en sociedad, tribu o comunidad. La diversidad en la fuente es necesaria y humana, y cuando se confía en alguien y se muestra con vulnerabilidad, sus intenciones abren relaciones honestas, así que claro que le cedería parte de mi empresa a la persona que muestre sus verdaderas intenciones.

13. ¿Qué no volvería a hacer?

No me cegaría por tener cabida en espacios o en personas que no me permiten ser, o sea, como marca, no forjaría entradas tempranas sin estar lista. A eso, sumo las inversiones altas, que pueden ser ganancias de años o largos meses en algo inconcluso, también alquileres de espacios cuando la marca tiene asuntos internos que resolver, cada cosa en su momento y su etapa de maduración.

14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?

Mis clientas me han inspirado mucho. Sus experiencias con los productos también y lo que les transmite la marca mucho más. Sigo a muchas marcas, por ejemplo, Mattelsa, es local y extraordinaria; La Carpi, Somos Martina – La Yerbateria y Vélez, entre otras, se suman. Cada una de ellas tiene trabajo manual, artístico, elocuente y responsable.

15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?

Este año ha sido el más retador para nosotros, pero la esperanza en seguir haciendo lo que nos gusta es intacta. Fracasar hace parte del camino, lo importante es tener la resiliencia y el entusiasmo para continuar.

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16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?

No.

17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?

Claro que sí. El mensaje es sublime, es escuchar nuestras propias reflexiones. La mujer es la que conlleva la gran misión humana, la crianza en cooperación con sus compañeros y la familia que debería respaldarla. La madre se sensibiliza en esta etapa y el mensaje que se lleve tiene un cambio en ella increíble. Estos bebés estarán en una sanación junto a su madre, donde luego ellos tendrán más consciencia sobre la vida y los diferentes roles que hay en ella.

18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?

En lo personal me veo más desarrollada, con una maduración importante desde la experiencia. Con iniciativas andantes y latentes por toda la ciudad de Medellín, donde se fomente una buena salud mental, emocional y espiritual en la madre. A mi marca la veo más expansiva en su carácter de productos, con un portafolio sostenible en el tiempo y en escala por reproducir, sin perder sus toques hechos a mano, abarcando también espacios de exhibición para todas las familias.

19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?

Muchas veces no se entiende este camino, pues no se trata de salir del taller y olvidarlo todo. El taller se lleva a cuestas todos los días. Emprender se vuelve un estilo de vida y alejarse de los familiares y amigos ocurre espontáneamente. La familia siempre puede ayudar al comienzo de todo proyecto, pero expandirse es necesario y los amigos son gran apoyo moral porque pueden ver el esfuerzo que se hace detrás de algo.

20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?

Por supuesto, somos una comunidad en aprendizaje y el reflejo de lo que vamos haciendo. Tejemos saberes juntos y el apoyo de los demás nos permiten reconocer en nosotros mismo el arte más asombroso de todos que es el de creer en nosotros mismos.

21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?

El papel de confiar. En un equipo debe existir y construirse día a día la confianza. En la actualidad está compuesto por tres mujeres que son madres increíbles que aman lo que hacen, siendo voluntarias que le dan vida a los pensamientos.

22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?

Que somos más que una cobija, cambiador o almohada; que nos importa la salud integral de la madre, en especial la emocional y espiritual en la que se encuentra viviendo.

23. ¿Qué he aprendido de todo esto?

Que en el camino de la vida cuando se inicia algo se puede encontrar con tantas situaciones y creencias que nos hacen tambalear acerca de la vida que llevamos y somos. Solo con nuestra percepción abierta aprendemos de todos y todas las cosas que ocurren. Que el crecimiento y el éxito tienen un significado propio o personal.

Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻‍💻 🤓📚

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