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“El hotel está construido en una zona desértica, sobre un lote reforestado, en pleno desierto de la Candelaria. Aquí, no hay contaminación auditiva ni visual, todas las habitaciones tienen vista y privacidad, además, contamos con un restaurante, bar y actividades como caminos ecológicos, plantaciones de árboles y taller de pizzas, entre otros.
Apostamos por la sostenibilidad y sustentabilidad en diferentes frentes: la recuperación de la tierra, la huerta orgánica, la solución solar, el compostaje de basuras, o la planta de tratamiento de agua dulce y de aguas residuales. El hotel cuenta con 12 habitaciones, y 60 hectáreas, empleamos a 10 personas de la región y nos enfocamos en atender el turismo colombiano y extranjero, especialmente, para ofrecer experiencias a parejas, familia y amigos”, de esta manera llegó la historia de Alma a nuestra sección de 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos. Hablamos con Felipe Sardi y Leonor Osuna y aquí va su historia.
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
Felipe Sardi Cruz, 54, Ingeniería Industrial.
Leonor Osuna Motta, 56, Derecho y Magíster en Educación.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Teníamos una tierra en Tinjacá sin ningún tipo de explotación. Surgió la idea de desarrollar un proyecto que fuera eco sostenible, coherente con nuestra forma de ver la vida y en esa línea, que contribuyera al desarrollo de conciencia y a la vez fuera un negocio donde retirarnos en la vejez. Poco a poco fuimos construyendo la idea completa y nos lanzamos a obtener licencias, permisos y ejecutar los trámites necesarios para la puesta en marcha. Así surge Alma, un lugar para ser, un sitio para descansar y comer rico, un espacio transformador.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Fue un camino difícil por la rigidez de las normas y la infinidad de requisitos que hicieron de este camino algo complejo y demorado, pero finalmente salimos adelante y logramos terminar la construcción, comprar todo el menaje y mobiliario y contratar el primer grupo humano con el que arrancamos nuestro sueño en 2019. A las pocas semanas, con ocasión de la pandemia, tuvimos que cerrar las puertas para abrirlas nuevamente en octubre de 2020.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Teníamos ahorros que invertimos y conseguimos endeudamiento, que aún estamos pagando.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Hemos logrado poner en el mapa la región de Tinjacá, que era realmente desconocida. Con respecto a la región y con la oferta hotelera de Villa de Leyva, hemos podido ofrecer una propuesta realmente diferente en un solo sitio: turismo de naturaleza, sostenibilidad, hospedería cinco estrellas, restaurante con una excelente propuesta gastronómica y de vinos y cócteles, spa con actividades como reiki, yoga, talleres de pizza, y de observación del cielo, entre otros.
Asimismo, hemos recuperado una tierra históricamente desgastada por la explotación del barro, y proponemos un espacio de disfrute completamente sostenible: solución solar, compostaje de basuras para ser utilizado en la siembra, planta de tratamiento de aguas residuales, reciclaje de basuras. Además, estamos generando puestos de trabajo y somos motor de desarrollo para la región. Desde la llegada de Alma, hemos notado cómo ha aumentado la construcción, los pequeños negocios, y el turismo en el municipio.
6. ¿Soy feliz?
Sí, somos felices, trabajamos juntos sacando adelante el proyecto y utilizando este como plataforma para poner en práctica nuestra profesión y nuestro conocimiento.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
Sí, si lo venderíamos y también recibiríamos inversión de otro empresario. Esto le permitiría a Alma seguir creciendo y aportando al desarrollo de la región
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Fue un camino lleno de dificultades y de tropiezos, pero también lleno de satisfacciones. Con Alma cambiamos totalmente nuestro estilo de vida y nuestra mirada del mundo.
9 ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Sí, hemos ido cumpliendo nuestros sueños, poco a poco. Aún quedan varios por cumplir. Queremos que Alma sea un espacio donde haya una oferta permanente de talleres, cursos y programas para la construcción de conciencia.
Esto lo estamos haciendo hoy en día, pero solo parcialmente. Nos imaginamos a Alma con un calendario anual de actividades y talleres de bienestar y conciencia (yoga, reiki, comida saludable, danza, trabajo corporal, sostenibilidad, cursos para parejas, retiros espirituales, etc.), que sea sede permanente de encuentros empresariales de trabajo o descanso. Nos hace falta también darnos a conocer en el extranjero. Estamos seguros de que existen pocos lugares en el mundo con la oferta y la vocación que tiene este proyecto.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Seguir trabajando en lo que nos hace falta, según la respuesta anterior. Darnos a conocer más ampliamente. También queremos que Alma sea un lugar para actividades culturales y artísticas.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Sería maravilloso que lo fuera, porque el mundo necesita proyectos coherentes, conscientes y sostenibles. El reto de ampliarlo o replicarlo es mantener la calidad del producto, la calidez y personalización en el servicio que nos caracterizan. Nuestros clientes y huéspedes siempre hablan muy bien de ello y creemos que eso nos distingue: personal, siempre sonriente, porque es feliz haciendo su trabajo en un sitio realmente hermoso.
También creemos que es una apuesta que vale la pena, porque ofrece cosas distintas a lo que ofrece la competencia.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
Sí, estaríamos dispuestos a recibir inversión de un tercero y a ceder parte de la empresa para poder crecer organizadamente.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Querer hacerlo todo nosotros, hemos encontrado que es necesario y deseable delegar.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Nos inspiró un proyecto en California que se llama Esalen que tiene una escuela de formación permanente con una propuesta seria de desarrollo de conciencia.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Claro que fracasamos muchas veces y pensamos en tirar la toalla muchas más. Hacer empresa es realmente retador en este país.
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16 ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Hacemos parte de Cotelco, con quienes nos ayudamos mutuamente. Por lo demás, ha sido un camino más bien solitario.
17 ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Ese es nuestro deseo y esperanza. Muchas personas que han venido como visitantes han tomado de nosotros la idea de instalar soluciones solares (en lo cual también trabajamos). Queremos que nuestros clientes y huéspedes salgan de Alma mejor de lo que llegaron.
18 ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Nos vemos con un spa mucho más completo y funcional y con una ocupación permanente de empresarios y talleristas colombianos y extranjeros. Nos vemos, también, como el lugar a elegir para la celebración de fechas especiales como matrimonios, cumpleaños, graduaciones, etc.
19 ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Ha sido muy importante el apoyo que hemos recibido de nuestros familiares y amigos. Primero, con sus ideas y críticas durante la puesta en marcha. Y ya con el proyecto funcionando, con su voz a voz hablando de las bondades del proyecto.
20 Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Por supuesto. Siempre estamos dispuestos a compartir lo que hemos aprendido. Todas nuestras recetas del restaurante las compartimos, así como todo lo que sabemos sobre sostenibilidad y sobre desarrollo humano. No en vano, ambos hemos sido y seguimos siendo profesores universitarios. Compartir el conocimiento es un acto de optimismo.
21 ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Las personas han sido fundamentales. En particular nuestro equipo de trabajo y de asesores. Tenemos un equipo de trabajo maravilloso, sin el cual Alma no sería sino un cúmulo de ladrillos. El diseño de la página web se lo debemos a Julián Páez y Diego Bautista; la imagen de la marca y la fotografía a Juan David Osuna; el manejo de medios a Jorge Palacios; el registro marcario a Mdelaw; el trabajo constructivo a maestros de la región; el diseño arquitectónico a la colaboración de Iván Osuna; el trabajo jurídico corporativo a LOM abogados; la asesoría en mercados a Liliana Osuna; la asesoría en el mobiliario a María Mercedes Cruz (Boconcept-Kare). En realidad, son muchas las personas que han apoyado y colaborado en este proyecto.
22 ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Alma es un proyecto único porque reúne en un solo sitio paisaje inigualable, cielos despejados, actividades al aire libre, habitaciones espaciosas y todas con vista, lujo, cuidados para el alma, gastronomía, productos frescos de su huerta, servicio personalizado, diseño y buen vivir. Y a eso se suma que el clima de la región está catalogado como el mejor clima del país. Sin duda, es un hotel que es un destino en sí mismo y está cerca de los lugares turísticos de interés como Ráquira y Villa de Leyva.
23 ¿Qué he aprendido de todo esto?
Para hablar de lo que hemos aprendido necesitaríamos muchas páginas. Pero, si tuviéramos que resumirlo en una sola frase, hemos aprendido a ser resilientes.
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