La ‘startup’ colombiana que ayuda con el rescate de alimentos en Latinoamérica
EatCloud ha redistribuido desde 2019 más de 33.500 toneladas de alimentos, lo que equivale a más de 80 millones de platos de comida.
Tatiana Gómez Fuentes
“Somos el aliado del ecosistema alimentario y nos convertimos en el puente entre excedentes de alimentos en perfecto estado, que no alcanzan a venderse o consumirse en múltiples canales y las instituciones y comunidades que más los necesitan. Con este proyecto queremos promover conjuntamente con ICCO Conexión, una mayor conciencia sobre la importancia de reducir el desperdicio de alimentos y combatir el hambre.
EatCloud utiliza inteligencia artificial para conectar de manera segura y eficiente el ecosistema alimentario con bancos de alimentos y organizaciones sociales que atienden a poblaciones vulnerables, actuando como un puente entre los alimentos no vendidos y quienes más los necesitan, generando ahorros logísticos, beneficios tributarios y un amplio impacto social y ambiental“, así llegó esta historia a nuestra sección de 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos. Hablamos con Jorge Correa y así narró el nacimiento de su emprendimiento.
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
46 años, publicista de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín y especialista en Marketing. Experto en innovación, transformación digital, automatización de procesos, emprendimiento de triple impacto y desarrollo de ecosistemas de negocios.
Fundé este emprendimiento en compañía de mis hermanos Juan David de 48 años, ingeniero administrador especializado en desarrollo de software, Luis Carlos Correa de 42 años, diseñador Industrial especializado en UX (user experience), Isis Espitia de 42 años, ingeniera industrial especializada en Supply Chain, y Daniel Cárdenas ingeniero electrónico, especializado en innovación.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Hace 20 años, nuestro equipo gestor fundó la primera compañía colombiana que desarrolló apps móviles y automatizó operaciones comerciales en tiempo real (nodrizza.com).
Desde esta empresa nos especializamos en automatizar las ventas de los líderes de mercado en la industria alimentaria. Y fue precisamente de la mano de nuestros clientes que conocimos lo que pasa cuando los alimentos no se logran vender de manera oportuna, o cuando no cumplen el estándar para comercializarse y lamentablemente deben ser retirados de puntos de venta, plantas y centros de distribución y arrojados a la basura, incluso siendo plenamente aptos para el consumo humano, porque representan para la industria un enorme riesgo reputacional.
En ese momento hicimos un alto en el camino y conocimos que la pérdida y el desperdicio de alimentos es un problema global que cuesta a la industria de alimentos 2.6 trillones de dólares al año y genera el 8 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Entendimos entonces la urgencia que amerita la solución de este problema en un momento en el que en el mundo se tiran a la basura un tercio de los alimentos que se producen mientras una de cada nueve personas se acuesta con hambre y sobre todo en un país en el que se pierden y desperdician 10 millones de toneladas de alimentos, con las que se pueden alimentar 8 millones de personas al año, mientras 1 de cada 10 niños sufre desnutrición crónica.
A partir de entonces, empleamos nuestros conocimientos y recursos humanos y tecnológicos en desarrollar a EatCloud, un modelo que hoy reduce el desperdicio de alimentos y combate el hambre a gran escala.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Definimos el concepto, el modelo operativo y modelo de negocios, desarrollamos un producto mínimo viable y validamos el mercado de la mano de dos grandes aliados, la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia, ABACO, y el Grupo Éxito. Esta validación nos permitió afinar el modelo y estar preparados justo en el momento en el que se desata la pandemia y fue la gran crisis alimentaria suscitada por el confinamiento la que enmarco la oportunidad de lanzar nuestra operación para combatir el hambre a gran escala.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Múltiples fuentes. Recursos propios, donaciones de industria alimentaria, grants de cooperación internacional, ángeles inversionistas, deuda y ventas que crecen día a día para solventar los recursos que demanda la consolidación local y la expansión de la iniciativa.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Con nuestro emprendimiento estamos reduciendo el desperdicio alimentario, combatiendo el hambre, y ayudando al medio ambiente. A la fecha, de la mano de los bancos de alimentos de Colombia, hemos redistribuido más de 35.000 toneladas de alimentos, equivalentes a más de 80 millones de platos de comida, evitando que se tiren a la basura. Esta operación nos ha permitido mitigar las emisiones de más de 20.000 toneladas de CO₂ y ahorrar a la industria alimentaria más de 30 millones de dólares.
6. ¿Soy feliz?
Soy intensamente feliz, y me siento realizado al materializar mi propósito y ayudar a los demás.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
Cada que se suma un nuevo inversionista a la empresa estamos vendiendo pequeñas participaciones accionarias. Ahora, definitivamente, este no es el momento para pensar en una venta total, esta opción sería viable en el momento en el que haya escalado mi iniciativa a nivel global, haya consolidado el modelo como referente en la lucha contra el desperdicio y el hambre, y pueda tener la certeza de que cumplí mi misión y que mi empresa quedará en manos de quienes la hagan trascender.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Ha sido difícil, sobre todo, empezar desde cero, ser pionero, evangelizar el mercado, demostrar que funciona, pero cada desafío ha valido la pena, porque detrás de cada uno de los 80 millones de platos de comida redistribuidos por EatCloud hay 80 millones de sonrisas y una luz de esperanza para los más necesitados.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Hemos encontrado un camino, y hemos dado un muy buen primer paso, nos hace falta recorrer este camino, hasta el final.
Lea esta historia: La familia que crea experiencias alrededor de una heladería artesanal
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Expandir el modelo y ser referente global de la lucha contra el desperdicio alimentario y el hambre.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Sí, desde su concepción se pensó como una iniciativa global y esta decisión impacta, entre otras cosas, el modelo operativo, el modelo de negocios, la arquitectura tecnológica, los procesos core, y la estructura organizacional que perseguimos.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
En el marco de cada ronda de inversión nos acercamos a muchas personas, y organizaciones, y en el proceso nos aseguramos de conocernos muy bien de parte y parte antes de dar el paso.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Cuando nació EatCloud, llevábamos 20 años emprendiendo, por ello procuramos no cometer errores del pasado, no obstante, esto no quiere decir que no los hayamos cometido. Hay muchas cosas que sin duda no volvería a hacer, como por ejemplo dejar a un lado el equilibrio, los emprendedores debemos ser cuidadosos y entender que la vida no es solo trabajo. Debemos ponerle atención y dedicarle tiempo a la salud, a la espiritualidad, a la familia, a la relación de pareja, y entender que se trata de vivir en equilibrio.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Nos sentimos inspirados por el legado de nuestra madre, Mercedes Toro, una maestra de preescolar quien después de fundar una institución educativa y pensionarse, emprende con su socia Gloria Luz Jaramillo la iniciativa de fundar un jardín infantil en un barrio de la ciudad de Medellín con grandes desafíos de seguridad alimentaria. En dicha institución vimos llegar casi 300 niños, muchos de ellos salían los viernes para sus casas llorando, porque tenían que esperar hasta el lunes para volver a Comer. Esta experiencia en la que conocimos la desnutrición crónica definitivamente nos marcó. Años después uniríamos puntos hasta llegar a lo que hoy es EatCloud.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Si en fracaso en múltiples ocasiones, y a un costo muy alto. En esos momentos difíciles, siempre me confronto con el propósito y entiendo qué hay muchas razones para continuar, con la fortaleza de quien se levanta y sigue adelante con fe y entusiasmo.
Visite la sección de Emprendimiento y Liderazgo de El Espectador
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Tenemos clara la importancia de avanzar de la mano de quienes ya han recorrido el camino, o de quienes tienen un interés genuino de ayudarnos a recorrerlo con paso firme. Somos parte del ecosistema local y nacional de emprendimiento e innovación, en donde hemos tenido la oportunidad de contar con el apoyo de organizaciones como Ruta N, Secretaría de Desarrollo Económico de Medellín, Secretaría de Desarrollo Económico de Bogotá, Connect Bogotá, Innpulsa Colombia, entre otras y de empresas como SAP, Google, etc. Del mismo modo hacemos parte del ecosistema de impacto, en el que hemos tenido la oportunidad de contar con el apoyo de organizaciones como Yunus Social Bussiness, P4G, SVX, entre otros.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Definitivamente sí. No solo somos la startup, que redistribuye el mayor volumen de alimentos en el mundo, jugando un papel importante en la lucha contra el hambre, también somos un testimonio del potencial de las iniciativas de triple impacto (económico, social y ambiental) para resolver problemas globales.
Estamos demostrando que, si utilizamos tecnologías exponenciales para reducir el desperdicio alimentario y redistribuir alimentos no vendidos hoy, podemos erradicar el hambre del mañana.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
En 10 años vamos a estar operando en 50 países, escalado la iniciativa a nivel global. Nuestro modelo se habrá posicionado en la industria alimentaria como estrategia humanitaria de reducción de desperdicio alimentario y se habrá consolidado en el mundo como referente de la lucha contra el hambre.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Mi familia lo ha sido todo para mí en este proceso. He contado con el apoyo y la inspiración de mis padres y he trabajado mano a mano con mis hermanos Juan David, Luis Carlos y Ana María, sacando adelante esta iniciativa que honra la memoria de nuestra madre.
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20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Claro que sí, me encanta compartir experiencias y conocimientos con quienes han tomado la decisión de emprender. Ser mentor es un gran compromiso, y una hermosa manera de devolver las bendiciones que he recibido.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Mi equipo es el más leal, el más dispuesto, el que pese a todo continua, el que me alienta a no desfallecer, el que siembra día a día entornos a un propósito común y sin duda con quien anhelo disfrutar la cosecha. Somos 15 personas en el equipo y este mes se sumaron 10 más a nuestra área comercial.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
La fe es lo que mi hizo abrazar el propósito, aceptar una misión, lo que me levanta en cada caída y me permite ver más allá, lo que me permitió encontrar a mi equipo y lo que día a día me muestra el camino y me recuerda la importancia de llevar a muchos hogares, con cada alimento rescatado, la misericordia de Dios.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
He aprendido a ser agradecido, a alejarme del ego, a entender que no hay cometido más importante que servir con amor, a entender que el punto de partida y de llegada es el propósito transformador que me fue dado y que recorrer el camino desde la fe es acercarme a la felicidad.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚
“Somos el aliado del ecosistema alimentario y nos convertimos en el puente entre excedentes de alimentos en perfecto estado, que no alcanzan a venderse o consumirse en múltiples canales y las instituciones y comunidades que más los necesitan. Con este proyecto queremos promover conjuntamente con ICCO Conexión, una mayor conciencia sobre la importancia de reducir el desperdicio de alimentos y combatir el hambre.
EatCloud utiliza inteligencia artificial para conectar de manera segura y eficiente el ecosistema alimentario con bancos de alimentos y organizaciones sociales que atienden a poblaciones vulnerables, actuando como un puente entre los alimentos no vendidos y quienes más los necesitan, generando ahorros logísticos, beneficios tributarios y un amplio impacto social y ambiental“, así llegó esta historia a nuestra sección de 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos. Hablamos con Jorge Correa y así narró el nacimiento de su emprendimiento.
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
46 años, publicista de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín y especialista en Marketing. Experto en innovación, transformación digital, automatización de procesos, emprendimiento de triple impacto y desarrollo de ecosistemas de negocios.
Fundé este emprendimiento en compañía de mis hermanos Juan David de 48 años, ingeniero administrador especializado en desarrollo de software, Luis Carlos Correa de 42 años, diseñador Industrial especializado en UX (user experience), Isis Espitia de 42 años, ingeniera industrial especializada en Supply Chain, y Daniel Cárdenas ingeniero electrónico, especializado en innovación.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Hace 20 años, nuestro equipo gestor fundó la primera compañía colombiana que desarrolló apps móviles y automatizó operaciones comerciales en tiempo real (nodrizza.com).
Desde esta empresa nos especializamos en automatizar las ventas de los líderes de mercado en la industria alimentaria. Y fue precisamente de la mano de nuestros clientes que conocimos lo que pasa cuando los alimentos no se logran vender de manera oportuna, o cuando no cumplen el estándar para comercializarse y lamentablemente deben ser retirados de puntos de venta, plantas y centros de distribución y arrojados a la basura, incluso siendo plenamente aptos para el consumo humano, porque representan para la industria un enorme riesgo reputacional.
En ese momento hicimos un alto en el camino y conocimos que la pérdida y el desperdicio de alimentos es un problema global que cuesta a la industria de alimentos 2.6 trillones de dólares al año y genera el 8 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Entendimos entonces la urgencia que amerita la solución de este problema en un momento en el que en el mundo se tiran a la basura un tercio de los alimentos que se producen mientras una de cada nueve personas se acuesta con hambre y sobre todo en un país en el que se pierden y desperdician 10 millones de toneladas de alimentos, con las que se pueden alimentar 8 millones de personas al año, mientras 1 de cada 10 niños sufre desnutrición crónica.
A partir de entonces, empleamos nuestros conocimientos y recursos humanos y tecnológicos en desarrollar a EatCloud, un modelo que hoy reduce el desperdicio de alimentos y combate el hambre a gran escala.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Definimos el concepto, el modelo operativo y modelo de negocios, desarrollamos un producto mínimo viable y validamos el mercado de la mano de dos grandes aliados, la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia, ABACO, y el Grupo Éxito. Esta validación nos permitió afinar el modelo y estar preparados justo en el momento en el que se desata la pandemia y fue la gran crisis alimentaria suscitada por el confinamiento la que enmarco la oportunidad de lanzar nuestra operación para combatir el hambre a gran escala.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Múltiples fuentes. Recursos propios, donaciones de industria alimentaria, grants de cooperación internacional, ángeles inversionistas, deuda y ventas que crecen día a día para solventar los recursos que demanda la consolidación local y la expansión de la iniciativa.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Con nuestro emprendimiento estamos reduciendo el desperdicio alimentario, combatiendo el hambre, y ayudando al medio ambiente. A la fecha, de la mano de los bancos de alimentos de Colombia, hemos redistribuido más de 35.000 toneladas de alimentos, equivalentes a más de 80 millones de platos de comida, evitando que se tiren a la basura. Esta operación nos ha permitido mitigar las emisiones de más de 20.000 toneladas de CO₂ y ahorrar a la industria alimentaria más de 30 millones de dólares.
6. ¿Soy feliz?
Soy intensamente feliz, y me siento realizado al materializar mi propósito y ayudar a los demás.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
Cada que se suma un nuevo inversionista a la empresa estamos vendiendo pequeñas participaciones accionarias. Ahora, definitivamente, este no es el momento para pensar en una venta total, esta opción sería viable en el momento en el que haya escalado mi iniciativa a nivel global, haya consolidado el modelo como referente en la lucha contra el desperdicio y el hambre, y pueda tener la certeza de que cumplí mi misión y que mi empresa quedará en manos de quienes la hagan trascender.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Ha sido difícil, sobre todo, empezar desde cero, ser pionero, evangelizar el mercado, demostrar que funciona, pero cada desafío ha valido la pena, porque detrás de cada uno de los 80 millones de platos de comida redistribuidos por EatCloud hay 80 millones de sonrisas y una luz de esperanza para los más necesitados.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Hemos encontrado un camino, y hemos dado un muy buen primer paso, nos hace falta recorrer este camino, hasta el final.
Lea esta historia: La familia que crea experiencias alrededor de una heladería artesanal
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Expandir el modelo y ser referente global de la lucha contra el desperdicio alimentario y el hambre.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Sí, desde su concepción se pensó como una iniciativa global y esta decisión impacta, entre otras cosas, el modelo operativo, el modelo de negocios, la arquitectura tecnológica, los procesos core, y la estructura organizacional que perseguimos.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
En el marco de cada ronda de inversión nos acercamos a muchas personas, y organizaciones, y en el proceso nos aseguramos de conocernos muy bien de parte y parte antes de dar el paso.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Cuando nació EatCloud, llevábamos 20 años emprendiendo, por ello procuramos no cometer errores del pasado, no obstante, esto no quiere decir que no los hayamos cometido. Hay muchas cosas que sin duda no volvería a hacer, como por ejemplo dejar a un lado el equilibrio, los emprendedores debemos ser cuidadosos y entender que la vida no es solo trabajo. Debemos ponerle atención y dedicarle tiempo a la salud, a la espiritualidad, a la familia, a la relación de pareja, y entender que se trata de vivir en equilibrio.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Nos sentimos inspirados por el legado de nuestra madre, Mercedes Toro, una maestra de preescolar quien después de fundar una institución educativa y pensionarse, emprende con su socia Gloria Luz Jaramillo la iniciativa de fundar un jardín infantil en un barrio de la ciudad de Medellín con grandes desafíos de seguridad alimentaria. En dicha institución vimos llegar casi 300 niños, muchos de ellos salían los viernes para sus casas llorando, porque tenían que esperar hasta el lunes para volver a Comer. Esta experiencia en la que conocimos la desnutrición crónica definitivamente nos marcó. Años después uniríamos puntos hasta llegar a lo que hoy es EatCloud.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Si en fracaso en múltiples ocasiones, y a un costo muy alto. En esos momentos difíciles, siempre me confronto con el propósito y entiendo qué hay muchas razones para continuar, con la fortaleza de quien se levanta y sigue adelante con fe y entusiasmo.
Visite la sección de Emprendimiento y Liderazgo de El Espectador
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Tenemos clara la importancia de avanzar de la mano de quienes ya han recorrido el camino, o de quienes tienen un interés genuino de ayudarnos a recorrerlo con paso firme. Somos parte del ecosistema local y nacional de emprendimiento e innovación, en donde hemos tenido la oportunidad de contar con el apoyo de organizaciones como Ruta N, Secretaría de Desarrollo Económico de Medellín, Secretaría de Desarrollo Económico de Bogotá, Connect Bogotá, Innpulsa Colombia, entre otras y de empresas como SAP, Google, etc. Del mismo modo hacemos parte del ecosistema de impacto, en el que hemos tenido la oportunidad de contar con el apoyo de organizaciones como Yunus Social Bussiness, P4G, SVX, entre otros.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Definitivamente sí. No solo somos la startup, que redistribuye el mayor volumen de alimentos en el mundo, jugando un papel importante en la lucha contra el hambre, también somos un testimonio del potencial de las iniciativas de triple impacto (económico, social y ambiental) para resolver problemas globales.
Estamos demostrando que, si utilizamos tecnologías exponenciales para reducir el desperdicio alimentario y redistribuir alimentos no vendidos hoy, podemos erradicar el hambre del mañana.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
En 10 años vamos a estar operando en 50 países, escalado la iniciativa a nivel global. Nuestro modelo se habrá posicionado en la industria alimentaria como estrategia humanitaria de reducción de desperdicio alimentario y se habrá consolidado en el mundo como referente de la lucha contra el hambre.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Mi familia lo ha sido todo para mí en este proceso. He contado con el apoyo y la inspiración de mis padres y he trabajado mano a mano con mis hermanos Juan David, Luis Carlos y Ana María, sacando adelante esta iniciativa que honra la memoria de nuestra madre.
Puede interesarle: Se buscan 1.000 emprendedores para capacitar gratis en ventas por redes sociales
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Claro que sí, me encanta compartir experiencias y conocimientos con quienes han tomado la decisión de emprender. Ser mentor es un gran compromiso, y una hermosa manera de devolver las bendiciones que he recibido.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Mi equipo es el más leal, el más dispuesto, el que pese a todo continua, el que me alienta a no desfallecer, el que siembra día a día entornos a un propósito común y sin duda con quien anhelo disfrutar la cosecha. Somos 15 personas en el equipo y este mes se sumaron 10 más a nuestra área comercial.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
La fe es lo que mi hizo abrazar el propósito, aceptar una misión, lo que me levanta en cada caída y me permite ver más allá, lo que me permitió encontrar a mi equipo y lo que día a día me muestra el camino y me recuerda la importancia de llevar a muchos hogares, con cada alimento rescatado, la misericordia de Dios.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
He aprendido a ser agradecido, a alejarme del ego, a entender que no hay cometido más importante que servir con amor, a entender que el punto de partida y de llegada es el propósito transformador que me fue dado y que recorrer el camino desde la fe es acercarme a la felicidad.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚