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Viviana Mantilla es la creadora de Maraka, una emprendedora social de Arauquita que está concientizando el consumo responsable y la protección de la tierra. ¿Cómo? Reutilizando las bolsas plásticas para transformarlas en moda. En 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos nos cuenta cómo comenzó todo y cuáles son los plabnes que tiene a futuro.
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
Tengo 36 años y luego de cambiar cuatro veces de carrera en diferentes universidades en Bogotá, terminé Administración de Empresas en la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB) y luego tuve la oportunidad de estudiar becada diferentes diplomados como: Emprendimiento Cultural para el desarrollo Local, Administración y Gestión Cultural, Gestión de la Innovación, Gestión Creativa de Proyectos Artísticos y Emprendimientos Culturales en Argentina, Marketing verde, entre otros.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Siempre soñaba con una tienda de reciclaje con diseños únicos, luego de hacer varios intentos con diferentes materiales, el universo en el año 2018 me puso como regalo un bolso tejido a mano con bolsas plásticas. Cuando investigué y conocí quién lo hacía me tomó por sorpresa que fuera una mujer de la tercera edad rural, se hace llamar “Doña Dolly”, una mujer arrolladora, residente en la vereda de Aguachica, municipio de Arauquita, en Arauca, y fue allí cuando me dispuse a dar a conocer su trabajo por el mundo. Ella ha sido mi motivación para replicar este arte y para apostarle a la igualdad de oportunidades de empleabilidad entre mujeres de la comunidad rural y mujeres sordas (donde los índices de desigualdad también son muy altos).
Es entonces cuando nace Maraka, una marca de accesorios hechos a mano por mujeres campesinas y sordas de Arauca, que reutilizan las bolsas plásticas para transformarlas en moda, concientizando el consumo responsable y la protección de la tierra. Esta es una empresa social y ambiental que lidera el proyecto “Tejiendo conciencia ambiental desde la inclusión”.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Lanzándome a la práctica con pasión, proyectándome a hacer marca, a gestionar, a comercializar y con fuerza visibilizando mi territorio araucano con el talento de las mujeres campesinas llaneras.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Prácticamente inicie sin dinero, ha sido todo de gestión tanto comercial como de publicidad, esfuerzos en tiempo para aplicar mis conocimientos y un gran trabajo en equipo con la comunidad rural de la vereda de Aguachica, Arauquita. Para gastos logísticos conté con el ahorro que tenía de un trabajo al cual renuncié por iniciar en esta aventura de emprender.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Construir mi sueño, mi empresa, mi marca. Poder empoderar a mujeres rurales y sordas (residentes en veredas de Saravena y Arauquita, Aguachica, Caño Claro, Alto la Colorada) y ofrecer una alternativa laboral para mejorar su calidad de vida, descontaminando la tierra por medio de la reutilización de la bolsa plástica en accesorios de moda.
Se está cambiando paradigmas principalmente en mi territorio Saravena y el departamento Araucano ante el uso que se le da a la bolsa plástica, por ejemplo, por medio de las campañas de reciclaje, hemos despertado la conciencia ambiental en niños, en familias y en el comercio, evitando que estas bolsas sean expuestas, contaminado los ecosistemas, de esta manera aportando en la economía circular desde la sostenibilidad ambiental.
6. ¿Soy feliz?
¡Si! ¡Mucho! Emprender trae grandes satisfacciones personales y grandes aprendizajes.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
Vendería mi modelo de negocio para que se replique, de hecho, es uno de los propósitos.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
¡Bastante!. Tomé la decisión luego de asistir a un evento por nombre “Emprendeland” de la Cámara de Comercio de Bucaramanga. Lo más duro es creer en uno, al inicio estaba llena de muchos miedos, inquietudes, incertidumbre, pero una vez que tú te lanzas y tus ideas empiezan a abrir caminos y a dar forma, todo va fluyendo. ¡Claro! Se presentan muchas situaciones, pero la estrategia está en darle la vuelta y ajustarte a lo que vaya pasando. Yo emprendí en junio de 2019 y en el 2020 inició la pandemia, y podemos decir que este año nuestro proyecto tomó mayor fuerza, se visibilizó en medios nacionales (televisión, radio, prensa).
Además, viendo la contingencia tomamos la iniciativa de hacer tapabocas inclusivos junto con nuestras tejedoras ambientales de Maraka, tapabocas que permiten leer los labios y ser incluyentes con la comunidad sorda y ahora va a ser ley en Colombia. ¡Es así que emprender es duro, pero tus ideas ejecutándolas saben el camino!
He ido tomando confianza, además de aprovechar las oportunidades que se han presentado con mucho esfuerzo, sacrificio en tiempo, dedicación, estudiando mucho y sobre todo tocando puertas que afortunadamente se han ido abriendo, pero sobre todo entendiendo que nuestro emprendimiento aporta a los desafíos globales.
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9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
¡No! Hasta ahora estoy iniciando. Me falta posicionar mi marca a nivel internacional, generar más empleo y abrir mercados, ser ejemplo el emprendimiento verde a nivel nacional por lo mínimo, para que más personas sigan el camino, dejar huella, pero una huella social y ambiental.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Aprovechar las oportunidades que se presentan. Actualmente estamos representando a Colombia en los premios Latinoamérica Verde que es uno de los festivales de sostenibilidad más relevantes del mundo, cada año premia y da visibilidad a los 500 mejores proyectos sociales y ambientales de Latinoamérica y nosotros estamos aquí por segundo año consecutivo. El año pasado ocupamos el ranking 94 de la general y el puesto 22 de la categoría. Y este año somos finalistas, ocupamos el número 1 de la categoría igualdad y el puesto 9 de 2450 proyectos que se presentaron a nivel latinoamericano, compitiendo con países como España, Estados Unidos y Canadá.
Actualmente hemos estamos durante meses en un arduo proceso de estudio y preparación para luego exponer ante el jurado internacional (que es National Geographic, La Corporación Financiera Internacional (CFI), PNUD, Fondo Mundial para la Naturaleza, wwf, entre otros); posteriormente se realizará la gala de premiación. Yo ya me siento ganadora por participar en un certamen que jamás imaginé llegar, representar a mi país desde la ruralidad araucana es más que un sueño, se abrirán los caminos que Dios disponga.
Por otra parte estamos abriendo mercado con nuestros tapabocas inclusivos que tienen una película transparente y permite leer los labios para comunicarse con la población con discapacidad auditiva. Actualmente en la plenaria del Congreso Colombiano ha pasado el proyecto de Ley “Tapabocas inclusivos” lo cual será una oportunidad para ser incluyente con esta población y poder generar más empleo para nuestras tejedoras ambientales de Maraka quienes son realmente quienes los realizan.
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11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Si, 100 % tiene un potencial de crecimiento muy fuerte e incluso que puede internacionalizarse (Ejemplo: iniciamos en una vereda y ya llevamos tres en menos de un año) sin tener que reinvertir en infraestructura, se puede replicar en diferentes comunidades e impactar positivamente al medio ambiente que realmente está en emergencia.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
Sí, claro, siempre y cuando yo sea la accionista mayoritaria.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
A dudar tanto en poner en acción mis ideas. Las ideas se materializan en la acción, si las dejas en la mente solo son pensamientos creativos.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Mis padres son mi inspiración. Mi madre es auxiliar de enfermería, es llanera, y mi padre comerciante es santandereano. Ellos son empresarios, la vena emprendedora independiente está por ellos. Me gustaría seguir a mi madre, es una mujer llanera arrolladora, visionaria, servicial y trabajadora a un ritmo inalcanzable. Difícil igualarla.
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15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Si claro, muchas veces en mi vida creo que al cambiar de carreras profesionales fueron varios fracasos, con muchos aprendizajes, pero todo ha sumado. Con perseverancia vas encontrando alinearte con tu destino y en mi emprendimiento he fracasado varias veces, en la creación de productos que no son viables comercialmente, pero se sigue intentando.
Si, he pensado tirar toalla muchas veces, ¡Pero con la misma me levanto, me limpio y sigo! Detrás están estas mujeres que hay que seguir empoderando para que sigamos protegiendo la tierra libre de plástico.
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Si, actualmente hago parte de la comunidad RECON, es la red de emprendedores sociales en Colombia, llegamos aquí por ser finalistas en la categoría equidad de Género en 2019 y de hecho fue el impulso para entender que lo que estábamos haciendo era un emprendimiento social importante. También hago parte de la comunidad premios verdes Latinoamérica que nos ha permitido pertenecer al programa de Fortalecimiento empresas de la PAGE (Partnership for Action on Green Economy - Alianza para la Acción hacia una Economía Verde), que es una iniciativa del Sistema de las Naciones Unidas, de esta manera nos ha permitido crecer en conocimiento y hacer networking con profesionales muy tesos internacionalmente en temas de sostenibilidad ambiental. Y bueno, pertenecer a la gala de premiación de uno de los festivales de sostenibilidad más relevantes del mundo donde destacan a los mejores proyectos socio ambientales.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Totalmente transciende, de hecho eso es lo que deseamos, que más niños y niñas aprendan el arte de tejer en bolsa plástica y que sea un instrumento para reducir la contaminación que la bolsa plástica causa expuesta a los ecosistemas.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Wow, en 10 años en mi vida personal la verdad no sé, pero veo mi emprendimiento en 10 años como un empresa socio ambiental consolidada, una marca reconocida a nivel internacional, que exporte, que genere empleos en un comercio justo y responsable a muchas mujeres rurales que hayamos transformado mínimo unas 20.000 toneladas en accesorios y que sigamos innovado ya en otros desechos para así seguir protegiendo la tierra.
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19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Ha sido fundamental y bueno ha sido todo un proceso también, pues tengo que reconocer que mi familia no creía, se reían: “¿Vender bolsos de bolsa plástica?” y me veían cargar los bolsos para arriba y para abajo. “¿Se chiflo? (risas)”.
Pero luego que se fueron dando los resultados, empezaron a involucrarse y a apoyar al 100 %. Mis amigos que son pocos han sido incondicionales. Y también ha sido un camino valioso para conocer seres humanos invaluables, transparentes, conectados con tu propósito o con tu locura. Se han vuelto grandes amigos.
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Absolutamente. Siento que me conecto con parte de mi propósito de vida cuando doy nuestras charlas de emprendimiento verde a personas que están iniciando y decirles: No permitan que les suiciden sus ideas, hágale que usted puede…!!
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Mi equipo son las tejedoras ambientales de Maraka, así las denominé y así se han posicionado, juegan un papel vital en la cocreación de los productos, en el desarrollo de la marca, pero sobre todo porque hemos formado una familia, un gran equipo, apoyarnos entre todas cuando alguna situación difícil se ha presentado. Otro equipo fundamental son los voluntarios marakeros ambientales, que son las personas que nos aportan las bolsas, niñas y familias con quienes rescatan directamente estas bolsas y evitan que contaminen los ecosistemas, nos las entregan a nosotros para convertirlas en arte.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
¡Uy! mi sello personal… creo que mi espontaneidad, mi entusiasmo, mi sencillez, la sensibilidad social, mi carácter fuerte y transparente.
Y mi factor diferenciador es la pasión con que hago las cosas, que siempre me lanzo con miedo, me arriesgo insistiendo, intentándolo hasta lograrlo.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
He aprendido demasiado en diferentes aspectos, no hay mejor aprendizaje que la ejecución. Pero algo que me ha enseñado este proceso es a abrir la mirada, entender realidad del otro, conociendo circunstancias desfavorables, poder brindar soluciones con tus ideas para construir un mundo más equitativo. Sobre todo, a ver oportunidades dentro del propio Barro.
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