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Entregamos datos en las redes sociales, en todas las aplicaciones de transporte, en la que rentamos habitaciones, en las que pedimos comida; también dejamos datos en la tienda donde compramos ropa, en la más reciente votación, cuando pagamos los servicios públicos por internet, cuando pasamos por migración y nos capturan la imagen de nuestros ojos, cuando entramos a un edificio privado y nos piden poner la huella, cuando hacemos una transferencia bancaria o simplemente usamos Daviplata o Nequi para transferir el pago de los aguacates en el puesto de la calle.
Y, a gran escala, cuando pagamos impuestos, nos pagan el salario por medio de una cuenta de nómina, nos subimos a Transmilenio, estamos incluidos en una base de servicios de telefonía celular, usamos internet, entramos a un centro comercial, a un concierto, a un musical. Al final, todos vamos dejando datos y nos vamos volviendo un número más. Pero, ¿qué pasa con todos esos datos y qué se podría hacer con ellos cuando se habla de emprendimieto y, por supuesto, de vigilancia y control?
Pues esas respuestas nos la entregó Jhon García, el líder del LAB101 de la Universidad Nacional de Colombia, encargados de, entre otroas tareas, el trabajo en “transformación e innovación digital de la ciudad de Bogotá y el país, con el desarrollo de programas y proyectos de analítica de datos, innovación social e implementación de nuevas tecnologías pensadas en la ciudadanía”. En entrevista con Emprendimiento y liderazgo de El Espectador, aquí va la explicación no solo de qué son los datos sino cómo todos podemos usarlos, de manera gratuita y para solucionar problemas sociales, como habitualmente lo hacen los emprendedores en el mundo.
Dicen, todo el tiempo, que vivimos en la era de la información. Todo el mundo habla de datos, pero no se tiene muy claro, al final, ¿qué son los datos y por qué dicen que son tan valiosos?
Cuando hablamos de datos podríamos hacer un ejemplo en el sentido de que son el petróleo del siglo XXI. Sin embargo, al igual que el petróleo, se requieren ciertas habilidades para extraer un valor agregado de ellos. Por sí solos, los datos no representan un valor añadido significativo, pero cuando los ponemos en contexto ante una situación problema o los convertimos en un cruce de información es donde empieza manifestarse el verdadero valor de los datos y su potencial; esto nos permite comprender mejor los fenómenos de nuestro mundo, así como de poder eventualmente tener ciertas predicciones o acercamientos descriptivos a futuros escenarios, y anticipar o prever decisiones. Por ejemplo, con la crisis que estamos sufriendo del agua o de los razonamientos de electricidad, existe una vasta información disponible que podía ser utilizada para poder prever estos escenarios. En ese sentido, esta información podría haber servido para anticipar decisiones de política pública y mitigar la situación que se presenta en este momento.
Y ahora ustedes hablan de los datos abiertos ¿Qué son los datos abiertos?
Precisamente, los datos abiertos representan una tendencia en la política pública contemporánea a partir del valor que toda esta información tiene para la toma de decisiones, se abren también al público y a la sociedad en general, con un principio fundamental, y es que las decisiones de política pública al ser financiadas con nuestros impuestos y al impactarnos como sociedad, deberían estar disponibles desde su fuente de origen (el dato), así se podrán generar diferentes interpretaciones y validaciones, como hacer control, por ejemplo, o la ratificación de que las directrices emanadas desde las entidades públicas están en concordancia con los intereses generales de nuestra sociedad.
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¿Cómo los podrían usar los emprendedores?
Lo bonito de todo el tema de datos abiertos es que justamente parten de un principio de acceso gratuito y bajo la filosofía de uso y aprovechamiento abierto, bien sea que los análisis que surjan de estos datos se entreguen con fines sociales, culturales o descriptivos de un fenómeno; pero también con la posibilidad de que todos estos análisis pueden generar modelos de negocio altamente atractivos y comerciales, inclusive, sin ningún tipo de contraprestación o restricción dada la naturaleza propia del dato, que al ser un bien público y de acceso general facilita su posible explotación. Vale la pena resaltar que cuando nos referimos a estos datos, deben cumplir ciertas características, como la anonimización o una estructura del dato que dificulte o imposibilite la identificación de personas, grupos étnicos, grupos políticos, etc. De esta manera, lo fundamental en la naturaleza de los datos debería ser un análisis objetivo e imparcial de comportamientos agrupados, y no la identificación de personas, empresas o datos que estén protegidos bajo la ley de habeas Data.
Ya, en la práctica, si yo soy un emprendedor, ¿cómo podría usarlos en mi negocio por medio de ejemplos prácticos?
Existen múltiples aprovechamientos que se pueden obtener de los datos que las entidades públicas ponen a disposición. Por ejemplo, existen datos que podrían cruzarse desde la identificación de rutas de tráfico vehicular, focos de inseguridad, elementos asociados a tendencias de consumo o patrones de comportamiento en ciertas zonas geográficas. De esta manera utilizar toda esta Data para identificar no solamente potenciales servicios que puedan ser novedosos, sino la estructuración de modelos de negocio a partir de los mismos datos. En España, por ejemplo, a partir de los datos abiertos de la ubicación de estaciones de servicios de gasolina, se ofrecen servicios que facilitan identificar a conductores puntos de recarga. Aquí mismo en Bogotá, desde nuestro laboratorio hemos impulsado emprendimientos asociados al uso de datos abiertos que, por ejemplo, mitigan y dan a conocer servicios y rutas de atención en escenarios de violencia de género contra la mujer, esto a partir de la información que ofrecen las mismas entidades públicas. Adicionalmente, los datos que eventualmente abren entidades como Transmilenio u otras en Bogotá y en el país, pueden ser de gran utilidad para crear modelos de negocio basados en esta información georreferenciada.
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Para los emprendedores colombianos, ¿a qué bases de datos gratuitas se puede acceder y cómo hacerlo?
Desde nuestro laboratorio de innovación apoyamos en 2017 la creación del portal de datos abiertos de Bogotá. Este portal, ubicado en https://datosabiertos.bogota.gov.co/, permite a cualquier ciudadano del país acceder y descargar la información que necesite. Además, hemos dispuesto herramientas como la que utiliza la Comisión de Regulación de Comunicaciones para comparar planes y ofertas tarifarias de los operadores móviles y fijos del país. En el portal comparador.cr.com.gov.co, que utiliza inteligencia artificial para capturar la información de todos los portales de los operadores de comunicaciones y que se la entrega al usuario a través de comparación de planes, e incluso ofrece los datos brutos para análisis y consideraciones específicas. Finalmente, hemos colaborado con entidades del orden nacional, como el Ministerio TIC, para mejorar la experiencia de uso de sus portales de datos abiertos. Pueden acceder a estos portales desde la dirección Datos Abiertos Colombia.
Ustedes dicen que los datos abiertos son la clave del éxito de los emprendedores en la era digital. ¿Qué casos conoce que nos puedan compartir?
Los datos abiertos han emergido como una pieza fundamental para el éxito de los emprendedores en la era digital, y hay numerosos casos que ilustran este punto. En un nivel amplio, empresas líderes como Amazon, Uber, Waze y Spotify han demostrado cómo el aprovechamiento inteligente de los datos, respaldado por la ciencia de datos, puede impulsar el crecimiento y la innovación en diversos sectores.
Además de los casos emblemáticos de empresas líderes, es importante destacar las iniciativas basadas en datos abiertos que están surgiendo en distintos ámbitos. Un ejemplo inspirador son las propuestas ganadoras del Plan de Incentivos de Gobierno Abierto de Bogotá 2022. Estos proyectos, galardonados por su innovación y utilidad, demuestran cómo el aprovechamiento inteligente de los datos abiertos puede generar soluciones impactantes para la ciudad y sus habitantes.
Es importante tener en cuenta que el potencial de los datos abiertos no está reservado exclusivamente para grandes empresas. Desde nuestro laboratorio, promovemos activamente la idea de que estos datos, disponibles para toda la ciudadanía, sean aprovechados adecuadamente por emprendedores y empresarios emergentes. Al hacerlo, no solo se fomenta la innovación y el desarrollo económico, sino que también se fortalece la participación ciudadana y se promueve la transparencia gubernamental. Es fundamental que los nuevos empresarios del país reconozcan la valiosa herramienta que tienen a su disposición en forma de datos abiertos, y que aprovechen este recurso para generar impacto positivo en la sociedad y el mercado.
Son buenas prácticas que se deben continuar promoviendo hasta llegar a un gran alcance. La subutilización actual de esta información, ya sea por desconfianza o falta de conocimiento, representa un desafío que debemos abordar como país. Capacitar a los ciudadanos en el uso de datos abiertos no solo promueve la transparencia y la participación ciudadana, sino que también garantiza nuestra competitividad frente a países que ya han integrado estos recursos en sus sectores empresariales y productivos.
Si yo soy emprendedor y quiero empezar a construir mi propia base de datos, ¿qué herramientas me recomendarían usar?
Lo importante, antes de comenzar a armar bases de datos o consultarlas, es tener la claridad de cuál es el problema que quiero resolver, y qué herramientas y datos podrían facilitar, no solamente su comprensión, sino también abordar posibles soluciones una vez identificado. Para esto, existen múltiples herramientas desde las tradicionales suites ofimáticas, que en este momento ofrecen inclusive apoyos desde la inteligencia artificial para realizar análisis y complementar los datos de una forma mucho más estructurada y robusta.
Si el objetivo es usar datos, ¿qué pasa cuando se comparten datos entre compañías -nombres y teléfonos, por ejemplo- que no hemos autorizado compartir, pero esas compañías los usan en sus campañas de ventas y mercadeo?
Para ello existe la ley de protección de datos, conocida comúnmente como Ley Hábeas Data, y estamos en el derecho y la obligación no solamente de respetar los usos y fines para los cuales se autoriza la transmisión de datos, sino también de borrar la información que nos soliciten. Si se considera que se está vulnerando dicho derecho, se tienen las herramientas y procedimientos para hacer exigible la garantía de uso legítimo y expreso de la información.
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Sin embargo, considero que en política pública digital estamos bastante rezagados respecto a otras iniciativas, como las que se han venido impulsando en la Unión Europea. En estas iniciativas abordan temas como los usos legítimos de la información, el aprovechamiento de datos con fines comerciales y no comerciales, autorizados por el titular de los mismos, y el derecho al olvido, en relación con el borrado de la información que no se considera de carácter público.
Ya está claro que los datos son el nuevo oro, pero ¿cómo no perderse en ellos? ¿Cómo lograr el mejor provecho posible?
Mi primer consejo es no tenerle miedo a los datos, ya que cada vez más, todas las disciplinas y áreas del conocimiento van a estar trabajando con ellos. Es así como surgen nuevas iniciativas como el periodismo de datos, que implica la descripción de comportamientos cualitativos desde la información y la captura de imágenes de patrones; de esta forma el análisis y avances en tecnología con el uso de datos nos han llevado por ejemplo a la creación de estos grandes modelos de inteligencia artificial y de analítica de datos. Por lo tanto, invito a toda la ciudadanía, a los jóvenes y las personas interesadas en estos temas, a que participen en las diferentes iniciativas que tanto el gobierno como entidades de educación ofrecen en estos ámbitos. Las oportunidades en este sector y en este mercado cada vez van a ser más y más especializadas, y debemos estar preparados para no solamente usar los datos sino para entenderlos y darles un sentido y un propósito desde nuestro análisis como seres humanos.
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