La pareja que diseña y fabrica portabebés ergonómicos en Colombia
Su misión es promover el porteo como una práctica que da beneficios físicos y emocionales a los más pequeños de la casa y a sus familias. ¿De qué se trata?
Tatiana Gómez Fuentes
“Amaru Portabebés fue fundada por mi esposo Juan Carlos y yo con el nacimiento de nuestro primer hijo Amaru. En sus primeros años pudimos experimentar de primera mano los beneficios del porteo y quisimos compartirlos con muchas otras familias. Desde entonces, nuestra idea se ha convertido en un emprendimiento líder en portabebés ergonómicos en Colombia. Somos un equipo de familias rurales de Boyacá que crea y confecciona los mejores portabebés del mercado, llenos de amor y calidad.
Amamos la vida, por eso diseñamos el programa 0 % residuos, además, usamos energía solar en algunos de nuestros procesos. Con parte de nuestras ganancias reforestamos la montaña donde estamos ubicados. Tenemos un producto certificado para el bienestar de las caderas por el Instituto Internacional de Displasia de Cadera y tenemos planes de exportación a mediano y largo plazo”, así fue como llegó la historia de esta idea de negocio -que ya está materializada- a 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos. Hablamos con María Paula Falla, una de sus fundadoras y este fue el recorrido que nos dio por su negocio:
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
37 años, Artes Visuales e hice una maestría y doctorado en Artes y Educación.
37 años, Gobierno y Finanzas.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
La idea surgió con el nacimiento de nuestro primer hijo. Yo era una mujer muy activa y la idea de tener que parar con mis proyectos y actividades por dedicarme únicamente a la maternidad no era algo que me hiciera sentir cómoda. Yo quería estar con mi bebé pero no quería dejar de hacer lo que me apasionaba -en ese momento era la docencia- así que comencé a usar mi primer fular, este había sido un regalo de baby shower que una amiga nos había traído del exterior. Para mi fue maravillosa la sensación al usarlo porque me permitía conciliar mi profesión y aficiones con la maternidad, podía estar con mi hijo pegadito sin dejar de hacer lo que me apasionaba. Esta herramienta fue tan útil en la crianza de nuestro hijo que decidimos compartirla con muchas otras familias.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
En ese momento yo era docente de la universidad de los Andes y muchas veces fui con mi hijo a dar clases con él dentro del fular. Estaba recargada de trabajo y cuando hablaba con mi esposo le decía que me sentía cansada y quería tomar un tiempo, pero no me atrevía a dejar la fuente de ingreso segura, que era mi trabajo como docente. Cada vez que íbamos con el bebé porteado causaba mucha curiosidad y la gente nos preguntaba que dónde habíamos comprado el portabebés porque ellos querían uno.
En ese momento no había mucha oferta en Colombia, así que no sabía decirles dónde adquirirlo. Un día mi esposo -que siempre ha sido muy emprendedor- vio una oportunidad de negocio y respondió a una persona que nosotros los hacíamos. Ahora recuerdo esa situación y me causa risa nerviosa porque no era cierto que los estuviéramos haciendo, pero por supuesto que nos pusimos el reto y lo hicimos, ese fue nuestro primer cliente.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Tenía ahorrados $160.000 y con eso compré las primeras telas, en ese entonces me parecía que esa cantidad era grande y me daba temor no hacerlo bien. Nos asesoramos con un amigo de mi esposo que sabía de confección y nos dio varios datos que nos fueron útiles para la confección. En ese entonces no sabía mucho del mundo textil, pero sí tenía experiencia como creadora, y en trabajo con distintos materiales por mi formación en artes visuales. Hicimos una primera pequeña producción, pero no salió bien y fue la primera desilusión como emprendedores, queríamos un producto de alta calidad y nos esforzamos porque así fuera.
Dimos vueltas por todo el país buscando como confeccionarlos hasta que después de tantas vueltas conocimos a un grupo de mujeres que habían sido capacitadas y tenían experiencia en confección en el pueblo donde vivíamos, con ellas comenzamos la segunda producción y con esa nos fue mucho mejor, todo comenzó a andar bien y a crecer orgánicamente hasta el día de hoy.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Estamos logrando generar empleo con condiciones dignas para mujeres rurales. Estamos llegando a cientos de familias que al adquirir su portabebés adquieren también un mundo de beneficios tanto para la madre o el padre como para el bebé: a la madre le ayuda con autonomía, movilidad, establecimiento del vínculo, y apego seguro, entre muchos otros. Al bebé le da seguridad y confianza, además de ayudarle en su desarrollo físico, el buen desarrollo de su aparato locomotor, digestivo, respiratorio, entre muchos otros beneficios.
Creamos una herramienta que acerca a los bebés y a sus cuidadores, dando grandes beneficios a ambos y con esto estamos aportando a un cambio en el concepto tradicional de crianza.
6. ¿Soy feliz?
Absolutamente feliz. Cada mensaje de las familias que a diario nos escriben agradeciendo por lo que hacemos nos llena el corazón. Cada reto en el emprendimiento nos llena de emoción. Cada innovación nos impulsa a seguir creando. Cada trabajo ofertado nos llena de esperanza. Soy feliz y valoro mucho cómo este emprendimiento ha tenido un crecimiento orgánico y ha sido tan fluido. La vida es como un lienzo que podemos pintar como lo imaginemos.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
No está en los planes actuales y en caso de que así fuera tendríamos que garantizar que los valores que hemos construido se mantengan porque es lo más importante en nuestro emprendimiento: generar empleo rural de calidad, un trato amable y comprensivo con las familias, insumos colombianos, cero residuos, etc.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
No fue duro, si hubo momentos difíciles pero fue apasionante, cuando hay pasión y ganas nada parece duro. El emprendimiento me ha enseñado muchas cosas para mi vida propia, la resiliencia, el encontrar soluciones prácticas para todo lo que se presente tanto en la vida como en el emprendimiento, a llevar las ideas a la práctica de manera fácil y agradable, a conocer a la gente y sus puntos de vista, a resolver problemas, a escuchar al cliente y sus necesidades, ha sido una escuela de aprendizajes para la vida.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
La forma que tomó el emprendimiento no estaba planeada. Lo que sí estaba planeado era vivir una vida tranquila, con libertad financiera, en el campo, generando empleo rural y poniendo nuestros talentos y saberes al servicio de otros. Queríamos también acompañar a nuestros hijos en su crecimiento. Todo esto se materializó con Amaru Portabebés, con mucha disciplina, estrategia, creatividad y trabajo en equipo.
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10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Seguir creciendo y quizá poder exportar, aunque el mercado de Colombia aún es muy grande. Poder seguir generando empleo, seguir siendo reconocidos como una marca de portabebés hechos con insumos y manos colombianas, continuar expandiendo el mensaje de la crianza consciente y de ser posible expandir y replicar en otros espacios esta forma de trabajo en el sector textil que tiene unas características muy propias y que benefician a las mujeres y sus familias.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Totalmente.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
Tampoco está en los planes, si llegara a darse tendría que ser una negociación muy clara que conserve los valores y estrategia de la marca.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Como somos un emprendimiento familiar tenemos que hacer muchas cosas juntos con mi esposo para la familia y para la empresa . Ya hemos logrado establecer la diferencia entre lo personal y lo empresarial pero al comienzo esto nos costó. No volvería a mezclar estos ámbitos, cada uno debe tener sus espacios y tiempos.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Me inspiran las mujeres rurales y sobre todos las mujeres boyacenses, su fortaleza y capacidad de trabajo.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Un par de veces lo alcancé a pensar pero rápidamente cambié de opinión. Hubo errores en algunos productos pero nada como para fracasar, todo han sido situaciones en las que siempre hay que sacar un aprendizaje.
Visite la sección de Emprendimiento y Liderazgo de El Espectador
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
En el equipo somos mi esposo y yo liderando los procesos, yo desde la parte creativa, de innovación, procesos, materiales y comunicación, y él desde la parte administrativa y organizacional. Somos un gran equipo en este camino hemos conformado. Un equipo de más de 10 familias entre confeccionistas, tejedoras, ilustradoras, etc. Esa es nuestra comunidad de producción, quienes nos han hecho crecer son las familias que han adquirido nuestros productos, que nos recomiendan, que nos escriben y animan.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Totalmente. Algo que me emociona mucho es imaginar cuando a cada familia que compra su portabebés le llega y hace uso de él. Imaginar la sensación de bienestar de ese bebé me hace super feliz. Un bebé contenido, atendido a tiempo y reconocido en sus necesidades puede llegar a ser un adulto seguro y estable. Una mamá estable, acompañada y apoyada garantiza también el bienestar del bebé. El porteo tiene muchos beneficios para ambos.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Veo a Amaru grande y fortalecida, con su propia fuerza y carácter, mucho más grande de lo que es hoy pero sin perder los valores con los que nació. A mi me veo creando e innovando constantenemente dentro de la marca y algo que no dejaré de hacer nunca es enseñar. Me encantaría que el sistema de producción tan amable y próspero que hemos creado pudiera replicarse en otros lugares, capacitar a más mujeres en confección y diseño de marca para así convertirnos en referencia no solo por la calidad de nuestros portabebés, sino por la forma de trabajo y operación dentro de la industria textil.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Muchísimo, fueron los primeros en creer en esta idea, nos compraban, regalaban en sus baby shower y nos recomendaban, gracias a ellos y su voz a voz fue como empezamos a crecer. Ellos fueron los multiplicadores y siempre estaremos agradecidos con todos ellos, amigos y familiares.
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20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
¡Por supuesto! y efectivamente lo estoy haciendo, estoy trabajado como docente y asesora de mujeres emprendedoras en un municipio de Samacá. Me gusta enseñar y compartir todo lo que sé.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Muy importantes, sin ellas no podríamos producir como lo hacemos. Somos un equipo de 12 mujeres en el taller de confección, todas son muy responsables y comprometidas. Con algunas de ellas llevamos trabajando desde que iniciamos. También contamos con el apoyo de nuestras vendedoras en las tiendas de Bogotá y Medellín y con una red muy amplia y maravillosa de distribuidoras en todo Colombia, estas últimas en su mayoría son mamás que han quedado enamoradas del porteo y encuentran en la venta de nuestros portabebés un ingreso extra. Es una gran red tejida desde el amor , la transparencia y la confianza.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Tengo una formación como artista visual y esto me da herramientas de diseño y creación importantes. Hemos innovado en telas y diseños. Nuestras telas son ilustradas por mi y gracias a ello sacamos colecciones durante todo el año. También tenemos un tipo de fular que es tejido en telar artesanal en algodón colombiano, este es muy especial en sus características. El concepto y los valores de la marca son muy especiales porque por nuestro estilo de vida en el campo evocamos un concepto de crianza desde lo natural y esto es algo con lo que muchas nuevas familias se sienten identificadas.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
A arriesgarme, a que nada es tan grave como parece, a que todo es temporal, lo bueno y lo malo, a escuchar, a hablar y a solucionar.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚
“Amaru Portabebés fue fundada por mi esposo Juan Carlos y yo con el nacimiento de nuestro primer hijo Amaru. En sus primeros años pudimos experimentar de primera mano los beneficios del porteo y quisimos compartirlos con muchas otras familias. Desde entonces, nuestra idea se ha convertido en un emprendimiento líder en portabebés ergonómicos en Colombia. Somos un equipo de familias rurales de Boyacá que crea y confecciona los mejores portabebés del mercado, llenos de amor y calidad.
Amamos la vida, por eso diseñamos el programa 0 % residuos, además, usamos energía solar en algunos de nuestros procesos. Con parte de nuestras ganancias reforestamos la montaña donde estamos ubicados. Tenemos un producto certificado para el bienestar de las caderas por el Instituto Internacional de Displasia de Cadera y tenemos planes de exportación a mediano y largo plazo”, así fue como llegó la historia de esta idea de negocio -que ya está materializada- a 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos. Hablamos con María Paula Falla, una de sus fundadoras y este fue el recorrido que nos dio por su negocio:
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
37 años, Artes Visuales e hice una maestría y doctorado en Artes y Educación.
37 años, Gobierno y Finanzas.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
La idea surgió con el nacimiento de nuestro primer hijo. Yo era una mujer muy activa y la idea de tener que parar con mis proyectos y actividades por dedicarme únicamente a la maternidad no era algo que me hiciera sentir cómoda. Yo quería estar con mi bebé pero no quería dejar de hacer lo que me apasionaba -en ese momento era la docencia- así que comencé a usar mi primer fular, este había sido un regalo de baby shower que una amiga nos había traído del exterior. Para mi fue maravillosa la sensación al usarlo porque me permitía conciliar mi profesión y aficiones con la maternidad, podía estar con mi hijo pegadito sin dejar de hacer lo que me apasionaba. Esta herramienta fue tan útil en la crianza de nuestro hijo que decidimos compartirla con muchas otras familias.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
En ese momento yo era docente de la universidad de los Andes y muchas veces fui con mi hijo a dar clases con él dentro del fular. Estaba recargada de trabajo y cuando hablaba con mi esposo le decía que me sentía cansada y quería tomar un tiempo, pero no me atrevía a dejar la fuente de ingreso segura, que era mi trabajo como docente. Cada vez que íbamos con el bebé porteado causaba mucha curiosidad y la gente nos preguntaba que dónde habíamos comprado el portabebés porque ellos querían uno.
En ese momento no había mucha oferta en Colombia, así que no sabía decirles dónde adquirirlo. Un día mi esposo -que siempre ha sido muy emprendedor- vio una oportunidad de negocio y respondió a una persona que nosotros los hacíamos. Ahora recuerdo esa situación y me causa risa nerviosa porque no era cierto que los estuviéramos haciendo, pero por supuesto que nos pusimos el reto y lo hicimos, ese fue nuestro primer cliente.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Tenía ahorrados $160.000 y con eso compré las primeras telas, en ese entonces me parecía que esa cantidad era grande y me daba temor no hacerlo bien. Nos asesoramos con un amigo de mi esposo que sabía de confección y nos dio varios datos que nos fueron útiles para la confección. En ese entonces no sabía mucho del mundo textil, pero sí tenía experiencia como creadora, y en trabajo con distintos materiales por mi formación en artes visuales. Hicimos una primera pequeña producción, pero no salió bien y fue la primera desilusión como emprendedores, queríamos un producto de alta calidad y nos esforzamos porque así fuera.
Dimos vueltas por todo el país buscando como confeccionarlos hasta que después de tantas vueltas conocimos a un grupo de mujeres que habían sido capacitadas y tenían experiencia en confección en el pueblo donde vivíamos, con ellas comenzamos la segunda producción y con esa nos fue mucho mejor, todo comenzó a andar bien y a crecer orgánicamente hasta el día de hoy.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Estamos logrando generar empleo con condiciones dignas para mujeres rurales. Estamos llegando a cientos de familias que al adquirir su portabebés adquieren también un mundo de beneficios tanto para la madre o el padre como para el bebé: a la madre le ayuda con autonomía, movilidad, establecimiento del vínculo, y apego seguro, entre muchos otros. Al bebé le da seguridad y confianza, además de ayudarle en su desarrollo físico, el buen desarrollo de su aparato locomotor, digestivo, respiratorio, entre muchos otros beneficios.
Creamos una herramienta que acerca a los bebés y a sus cuidadores, dando grandes beneficios a ambos y con esto estamos aportando a un cambio en el concepto tradicional de crianza.
6. ¿Soy feliz?
Absolutamente feliz. Cada mensaje de las familias que a diario nos escriben agradeciendo por lo que hacemos nos llena el corazón. Cada reto en el emprendimiento nos llena de emoción. Cada innovación nos impulsa a seguir creando. Cada trabajo ofertado nos llena de esperanza. Soy feliz y valoro mucho cómo este emprendimiento ha tenido un crecimiento orgánico y ha sido tan fluido. La vida es como un lienzo que podemos pintar como lo imaginemos.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
No está en los planes actuales y en caso de que así fuera tendríamos que garantizar que los valores que hemos construido se mantengan porque es lo más importante en nuestro emprendimiento: generar empleo rural de calidad, un trato amable y comprensivo con las familias, insumos colombianos, cero residuos, etc.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
No fue duro, si hubo momentos difíciles pero fue apasionante, cuando hay pasión y ganas nada parece duro. El emprendimiento me ha enseñado muchas cosas para mi vida propia, la resiliencia, el encontrar soluciones prácticas para todo lo que se presente tanto en la vida como en el emprendimiento, a llevar las ideas a la práctica de manera fácil y agradable, a conocer a la gente y sus puntos de vista, a resolver problemas, a escuchar al cliente y sus necesidades, ha sido una escuela de aprendizajes para la vida.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
La forma que tomó el emprendimiento no estaba planeada. Lo que sí estaba planeado era vivir una vida tranquila, con libertad financiera, en el campo, generando empleo rural y poniendo nuestros talentos y saberes al servicio de otros. Queríamos también acompañar a nuestros hijos en su crecimiento. Todo esto se materializó con Amaru Portabebés, con mucha disciplina, estrategia, creatividad y trabajo en equipo.
Puede interesarle: El contador que creó una app para ayudar a otros contadores en sus tareas diarias
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Seguir creciendo y quizá poder exportar, aunque el mercado de Colombia aún es muy grande. Poder seguir generando empleo, seguir siendo reconocidos como una marca de portabebés hechos con insumos y manos colombianas, continuar expandiendo el mensaje de la crianza consciente y de ser posible expandir y replicar en otros espacios esta forma de trabajo en el sector textil que tiene unas características muy propias y que benefician a las mujeres y sus familias.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Totalmente.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
Tampoco está en los planes, si llegara a darse tendría que ser una negociación muy clara que conserve los valores y estrategia de la marca.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Como somos un emprendimiento familiar tenemos que hacer muchas cosas juntos con mi esposo para la familia y para la empresa . Ya hemos logrado establecer la diferencia entre lo personal y lo empresarial pero al comienzo esto nos costó. No volvería a mezclar estos ámbitos, cada uno debe tener sus espacios y tiempos.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Me inspiran las mujeres rurales y sobre todos las mujeres boyacenses, su fortaleza y capacidad de trabajo.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Un par de veces lo alcancé a pensar pero rápidamente cambié de opinión. Hubo errores en algunos productos pero nada como para fracasar, todo han sido situaciones en las que siempre hay que sacar un aprendizaje.
Visite la sección de Emprendimiento y Liderazgo de El Espectador
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
En el equipo somos mi esposo y yo liderando los procesos, yo desde la parte creativa, de innovación, procesos, materiales y comunicación, y él desde la parte administrativa y organizacional. Somos un gran equipo en este camino hemos conformado. Un equipo de más de 10 familias entre confeccionistas, tejedoras, ilustradoras, etc. Esa es nuestra comunidad de producción, quienes nos han hecho crecer son las familias que han adquirido nuestros productos, que nos recomiendan, que nos escriben y animan.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Totalmente. Algo que me emociona mucho es imaginar cuando a cada familia que compra su portabebés le llega y hace uso de él. Imaginar la sensación de bienestar de ese bebé me hace super feliz. Un bebé contenido, atendido a tiempo y reconocido en sus necesidades puede llegar a ser un adulto seguro y estable. Una mamá estable, acompañada y apoyada garantiza también el bienestar del bebé. El porteo tiene muchos beneficios para ambos.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Veo a Amaru grande y fortalecida, con su propia fuerza y carácter, mucho más grande de lo que es hoy pero sin perder los valores con los que nació. A mi me veo creando e innovando constantenemente dentro de la marca y algo que no dejaré de hacer nunca es enseñar. Me encantaría que el sistema de producción tan amable y próspero que hemos creado pudiera replicarse en otros lugares, capacitar a más mujeres en confección y diseño de marca para así convertirnos en referencia no solo por la calidad de nuestros portabebés, sino por la forma de trabajo y operación dentro de la industria textil.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Muchísimo, fueron los primeros en creer en esta idea, nos compraban, regalaban en sus baby shower y nos recomendaban, gracias a ellos y su voz a voz fue como empezamos a crecer. Ellos fueron los multiplicadores y siempre estaremos agradecidos con todos ellos, amigos y familiares.
Puede interesarle: “Logro que la mayoría de hombres salgan como Superman: transformados y seguros”
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
¡Por supuesto! y efectivamente lo estoy haciendo, estoy trabajado como docente y asesora de mujeres emprendedoras en un municipio de Samacá. Me gusta enseñar y compartir todo lo que sé.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Muy importantes, sin ellas no podríamos producir como lo hacemos. Somos un equipo de 12 mujeres en el taller de confección, todas son muy responsables y comprometidas. Con algunas de ellas llevamos trabajando desde que iniciamos. También contamos con el apoyo de nuestras vendedoras en las tiendas de Bogotá y Medellín y con una red muy amplia y maravillosa de distribuidoras en todo Colombia, estas últimas en su mayoría son mamás que han quedado enamoradas del porteo y encuentran en la venta de nuestros portabebés un ingreso extra. Es una gran red tejida desde el amor , la transparencia y la confianza.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Tengo una formación como artista visual y esto me da herramientas de diseño y creación importantes. Hemos innovado en telas y diseños. Nuestras telas son ilustradas por mi y gracias a ello sacamos colecciones durante todo el año. También tenemos un tipo de fular que es tejido en telar artesanal en algodón colombiano, este es muy especial en sus características. El concepto y los valores de la marca son muy especiales porque por nuestro estilo de vida en el campo evocamos un concepto de crianza desde lo natural y esto es algo con lo que muchas nuevas familias se sienten identificadas.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
A arriesgarme, a que nada es tan grave como parece, a que todo es temporal, lo bueno y lo malo, a escuchar, a hablar y a solucionar.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚