“Necesitamos un sector privado más empático”: Andrea Salazar
Aunque desde el lado empreasarial se ha hecho la tarea, se busca más cercanía; y hacia el lado político, se les pide conectarse mejor con el país porque la “frustración” está levantando la mano.
Edwin Bohórquez Aya
(Liderazgo) ¿Cómo está el liderazgo en Colombia? ¿Qué pasa cuando se reúne a varios equipos de trabajo expertos en distintas áreas del conocimiento para que adelanten una investigación en cada área de expertise en busca de la información más diversa posible? ¿Cuál puede ser el resultado cuando se entrevista a varias docenas de líderes en la economía, el deporte, la política, la academia, la salud, entre otros? Pues eso fue lo que hicieron con el “Lideroscopio: perspectivas para impulsar a Colombia”, que acaba de lanzar Origen Red de Liderazgo con el objetivo no solo de entender cómo estamos sino con la idea de ofrecer algunas recomendaciones para que todos, como país, logremos remar hacia el mismo lado.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
(Liderazgo) ¿Cómo está el liderazgo en Colombia? ¿Qué pasa cuando se reúne a varios equipos de trabajo expertos en distintas áreas del conocimiento para que adelanten una investigación en cada área de expertise en busca de la información más diversa posible? ¿Cuál puede ser el resultado cuando se entrevista a varias docenas de líderes en la economía, el deporte, la política, la academia, la salud, entre otros? Pues eso fue lo que hicieron con el “Lideroscopio: perspectivas para impulsar a Colombia”, que acaba de lanzar Origen Red de Liderazgo con el objetivo no solo de entender cómo estamos sino con la idea de ofrecer algunas recomendaciones para que todos, como país, logremos remar hacia el mismo lado.
Por eso entrevistamos en Emprendimiento y liderazgo entrevistamos a Andrea Salazar Arango, directora Ejecutiva de Origen Red de Liderazgo, y quien estuvo al frente de la investigación para que, desde sus más de 17 años de experiencia en liderazgo y coordinación de proyectos con una veintena de “organizaciones y fundaciones en el diseño de estrategias de impacto social y fortalecimiento institucional”, nos cuente sobre los principales hallazgos y el por qué es determinante entender que vivimos en el que parece un país con muchos países adentro, que no hay otro camino que construir dialogando y que es necesario que los líderes políicos se acerquen a la gente porque lo que está peredominando en la frustración.
Ustedes acaban de publicar un estudio que en mi consideración y criterio es bien distinto a todos los demás, porque convocaron a otras personas que saben mucho de sus áreas de experiencia y les dieron una responsabilidad que indagar sobre lo que saben, lo que me parece más valioso aún, y además el nombre del estudio me parece también novedoso. Entonces, que sea usted misma la que lo presente y cuéntenos de qué se trata.
Lo primero que les diría es que en origen estamos obsesionados con el concepto de liderazgo colectivo y nosotros creemos que juntos llegamos más lejos. Entonces, por definición, como organización no hacemos nada solos.
Nos soñábamos con que Colombia tuviera un estudio integral de liderazgo, un panorama completo de qué está pasando con el liderazgo en Colombia y por eso nace Lideroscopio, una iniciativa que convocó a 13 organizaciones distintas. Hay universidades, hay fundaciones, hay emprendimientos, hay cajas de compensación, hay una variedad enorme de actores que ponen lo mejor de sus metodologías y de su conocimiento para que hoy tengamos líderes.
Lideroscopio es una iniciativa que busca, como lo dije anteriormente, pues un poco ver en qué estamos, cómo estamos percibiendo el liderazgo, pero también cuáles son los desafíos que perciben los líderes en Colombia justamente para ese ejercicio de liderar.
Háblenos un poco de algunos de los hallazgos que encontraron en ese estudio...
Claro que sí. Te quiero empezar por contarte que la metodología que usa este estudio trae distintas herramientas. Entonces, por un lado, utilizamos una metodología maravillosa que se llama Science Maker, que nos permitió llegar a 1.616 colombianos a que nos contaran sus historias y sus perspectivas de liderazgo. Pero también hay encuestas, hay entrevistas a profundidad, hicimos grupos focales. Entonces, gracias a todas estas herramientas es que hoy podemos hablar de estos hallazgos y estas tendencias. Yo te diría que el primer gran hallazgo importante del estudio es que cuando pensamos en liderazgo y pensamos en hablar de liderazgo, normalmente la gente piensa que vamos a hablar principalmente de liderazgo político, que vamos a reconocer la importancia del liderazgo político y para nosotros fue completamente sorprendente darnos cuenta de que los colombianos estamos reconociendo un liderazgo mucho más diverso que el político.
Recomendada: La ingeniera que creó un emprendimiento para remodelar construcciones en obra gris
Ante un liderazgo político que no está logrando conectarnos, entonces nos estamos haciendo cargo, nos echamos al hombro la solución de nuestros propios problemas y eso es poderoso en sí mismo.
Es decir, contamos historias de liderazgo empresarial, familiar, comunitario, social. Entonces, ante esa pregunta o esa frase que oímos muy seguido, “estamos ante una crisis de liderazgo”, la respuesta a este estudio es -no necesariamente en Colombia-, sí hay con quién y es con muchos. Ahora, eso quiere decir que de pronto estamos ante una respuesta, no una sociedad, que ante un liderazgo político que no está logrando conectarnos, entonces nos estamos haciendo cargo, nos echamos al hombro la solución de nuestros propios problemas y eso es poderoso en sí mismo.
Pero la realidad es que también el estudio nos presenta un llamado a un liderazgo político que necesita conectarse mejor con el país, que definitivamente está generando sentimientos y emociones de frustración. Para que te hagas una idea, parte de lo que hicimos fue escucha a redes sociales y medios, y la emoción predominante cuando hablamos de liderazgo político es la frustración.
Entonces hay un llamado a un liderazgo que necesita conectarnos más. Si hay unos colombianos que nos estamos haciendo cargo, hay un liderazgo valioso y diverso, pero también hay una ausencia de un liderazgo político más empático y que nos ayude a repartir mejor esa sensación de poder, no de que todos podemos resolver nuestros problemas.
Yo creo que la vivimos todos casi que, a diario, esa frustración, cuando pensamos en esos líderes que nos lideran hoy. Finalmente quienes están allá arriba liderando el país tienen una gran responsabilidad y esa es liderar para todos. Así de sencillo. Entonces, por eso me parece interesante cuando yo le escucho a Andrea hablar de frustración, porque eso es lo que sentimos muchos. Usted tiene mucha experiencia en el mundo de los derechos humanos, investigando, liderando, trabajando y produciendo información de valor allí. Háblenos un poco de eso y se lo pregunto porque si hay un país en donde es peligroso ejercer el liderazgo en materia de protección de derechos humanos, en materia de derechos ambientales, es casi que cualquier liderazgo que tenga que ver con un derecho humano, es Colombia el país más peligroso del mundo. Cuéntenos qué encontraron ahí…
Correcto. Sin duda alguna en un país como Colombia no podemos hablar de liderazgo social y comunitario sin abordar la situación de derechos humanos. Estos liderazgos sufren de una victimización enorme en términos de amenazas contra su vida, contra su dignidad, contra su buen nombre y demás.
La realidad de estos liderazgos es muy compleja, porque además sufren de una altísima estigmatización y esa estigmatización hace que sea aún más difícil tener cifras concretas en términos de amenazas. Por ejemplo, la seguridad de estas personas. Pero, por otro lado, uno de los hallazgos que para nosotros ha sido más iluminador y desafiante es darnos cuenta de que la mayoría de liderazgos sociales y comunitarios, en su sostenibilidad, su permanencia, depende de sus propios recursos.
Para leer: ¿Merece la pena ahorrar en tiempos de inflación e incertidumbre?
Es decir, estos líderes que llevan en su corazón cosas potentes para beneficiar a la sociedad o a la comunidad, dependen de su supervivencia personal para que esa cosa realmente trascienda. Y esto es relevante. ¿Por qué? Porque si estas personas están, de forma permanente, buscando su propia supervivencia, pues entonces la casa es completamente vulnerable. Claro, y si a eso le encimas amenazas contra su vida, contra su integridad, contra su patrimonio, contra su familia, pues estás generando un entorno que es completamente desfavorable para ejercer un liderazgo comunitario real.
Más importante aún, la posibilidad que tienen estas personas de saltar, por ejemplo, un liderazgo político no de realmente representar de forma política los intereses de una comunidad que uno diría están a un paso y que sería lo ideal, pero la realidad es que no tienes buenos mecanismos de financiación para que estos liderazgos realmente puedan acceder a esos mecanismos.
Entonces son líderes fundamentales. Hoy el país reconoce el poder de estos liderazgos, pero al mismo tiempo no estamos generando un contexto, un ecosistema que acompañe y soporte el poder del liderazgo comunitario y social.
Se trata de que el sector empresarial fortalezca otros tipos de liderazgo y haya una relación más mutua, más horizontal entre distintos tipos de liderazgo que nos ayuden además a construir visiones compartidas del territorio. Que nos ayuden a unirnos en eso que realmente nos conecta y en la visión de país que queremos ver.
¿Cómo hacemos para que ese ecosistema se dé? ¿Cómo hacemos para que esas personas, de una u otra forma, sí tengan esa posibilidad de dar el siguiente paso y lleguen a cumplir con unos objetivos que en últimas son los que ya tienen trazados, pero incluso hasta por la sostenibilidad propia, no lo logran?
Yo te diría que desde el estudio hay varias recomendaciones, pero yo aquí plantearía dos o tres. La primera es desde quiénes son financiadores. Yo creo que tenemos que pensar de forma disruptiva y distinta como irrigan los recursos para que los liderazgos sociales y comunitarios sean más sostenibles. Eso, digamos, como un primer paso. Pero la realidad es que nosotros lo que estamos viendo en el estudio es un llamado para que todos los tipos de liderazgos se fortalezcan.
Es decir, en el estudio se reconoce el poder del liderazgo empresarial y el sector privado y seguramente ya hablaremos de eso. Pero acá el llamado es cómo hay un sector empresarial que entiende el poder de relacionarse con liderazgos sólidos, comunitarios, por ejemplo. No solo se trata de que los empresarios hagan más y hagan con más fuerza. Eso es importante.
También se trata de que el sector empresarial fortalezca otros tipos de liderazgo y haya una relación más mutua, más horizontal entre distintos tipos de liderazgo que nos ayuden además a construir visiones compartidas del territorio. Que nos ayuden a unirnos en eso que realmente nos conecta y en la visión de país que queremos ver.
Yo la semana pasada entrevistaba a una señora que le acaban de dar un reconocimiento como la Mujer Energía Latam 2024 y hablaba mucho sobre eso, sobre el papel de líderesa, de mujer en un sector casi que ha sido dominado por hombres. Pero además habla de esos stakeholders, que es un poco lo que está diciendo Andrea. Entonces no quiero irme sin perder ese hilo: ¿Cómo encontraron el capítulo de liderazgo empresarial en la investigación?
A nosotros nos sorprendió gratamente ver que las historias de liderazgo que contamos los colombianos, en su gran mayoría, son historias positivas del sector privado. Y cuando hablo del sector privado, quiero ser muy precisa, porque hablamos de empresas, pero también de emprendimientos, de subsistencia, es decir, de toda esta práctica de lo que se consideraría un sector privado, digamos, ampliamente visto.
Inspiradores: Así es como estos ocho referentes empresariales lideran en Colombia
Y la realidad es que vemos un sector privado que es el actor que tal vez más logra generar confianza en un país como Colombia, que eso no deberíamos darlo por sentado y reconocemos un sector privado que ha logrado ejercer un liderazgo que como país nos ayuda a avanzar. Ahora, al mismo tiempo, hay un llamado para el sector privado, casi que una voz que dice: lo que hemos hecho está bien, pero no es suficiente.
Necesitamos más, necesitamos un sector privado más empático, necesitamos un sector privado más valiente en contar lo que hace. Necesitamos más de lo que hemos hecho, No lo que hemos hecho. Está bien, pero no es suficiente. Entonces, si necesitamos unas empresas y unos, sobre todo unos líderes empresariales que estén mucho más presentes en la conversación de país, que estén tejiendo con otro tipo de liderazgos para construir esas visiones compartidas de las que yo hablaba.
Estamos convencidos de que es que el camino es colectivo, que el camino es sentarnos desde esas esquinas a veces improbables para realmente pensar el futuro de un territorio y sobre todo de un territorio tan importante como Bogotá y la Sabana.
Sí, necesitamos un sector privado que sea cada vez más consciente del rol tan fundamental que juega en esta sociedad. Esto que dice Andrea me hace recordar de Compromiso Valle. Un grupo de empresarios en el Valle que, precisamente después de este estallido social, hace unos años en Cali, se bajaron de sus camionetas, me lo decían ellos mismos, y se sentaron a hablar con los muchachos de Puerto Resistencia y lograron entre todos acuerdos valiosos. ¿De esos estamos hablando?
Me encanta que hayas usado ese ejemplo. Es uno de los ejemplos de liderazgo colectivo más potentes que hay en este país, tanto así que estamos en proceso de consolidar Compromiso Bogotá - Sabana.
Ah, sí, Cuéntenos esa noticia. ¿Cómo es?
Hay un gran grupo de empresarios, organizaciones sociales, organizaciones comunitarias que nos estamos reuniendo para ver cómo esta iniciativa toma forma muy de la mano de Compromiso Valle. Aprendí de ellos, de sus desafíos, de sus errores, de las cosas que ellos quisieran haber hecho de manera distinta, pero sobre todo de la potencia que ellos han tenido, porque nosotros desde Origen y desde todo este grupo de organizaciones, estamos convencidos de que es que el camino es colectivo, que el camino es sentarnos desde esas esquinas a veces improbables para realmente pensar el futuro de un territorio y sobre todo de un territorio tan importante como Bogotá y la Sabana.
Cuéntennos un poquito más. ¿Ya se han sentado, ya fueron a terreno, ya conversaron con la gente?
El próximo 20 de noviembre será la primera firma y el primer lanzamiento. Entonces, desde acá la buena noticia es que los primeros pondremos, digamos, como la firma para que esto inicie y la idea es empezar a hacer acciones el próximo año.
Bueno, entonces estaremos atentos a la noticia. Hablan en el estudio de “liderazgo tradicional” y, aunque parece obvio, ¿qué es el liderazgo tradicional? Porque hablan de redefinir el liderazgo tradicional…
El liderazgo tradicional hace varios años, si se quiere, décadas, lo entendíamos como el liderazgo completamente asociado con el ejercicio del poder y el poder, entendido como la toma de decisiones. Y estábamos ligando por completo el liderazgo al cacique, al rol, a la posibilidad que yo tengo de pararme en un rol y tomar yo las decisiones casi que de una forma muy vertical.
El jefe allá arriba, el gerente general, presidente, el político, el jefe del partido, el patrón que es el que manda, lo que él dice es el modelo que hay que cumplir.
Tal cual. Hoy, gracias a este estudio, nosotros vemos un cambio profundo en ese paradigma de liderazgo que a mí me genera mucha emoción, porque hoy lo que estamos entendiendo es un liderazgo donde el poder reside en la responsabilidad compartida, es decir, ya no es una persona la que toma las decisiones, somos todos y todos tenemos una voz, es un liderazgo que busca convocar, unir a partir de la empatía. Entonces es un concepto de liderazgo que está menos ligado al rol y mucho más al contexto, a la función, al relacionamiento. Es un rol más fluido. Lo podemos compartir, lo tenemos, lo ejercemos en ciertos momentos, es interrelacional.
Les voy a dar un dato que sale del estudio y lo entregaban ahí en el documento: Mientras que el 57% de las personas ve el liderazgo como una responsabilidad compartida, solo el 12 lo asocia a un rol formal. ¿Esto tiene que ver algo con la edad? ¿Esto tiene que ver en algo con las generaciones?
Yo te diría que más que relacionarlo con la edad, lo relacionaría con el contexto del mundo, con la apertura de las comunicaciones, con la presencia de las redes sociales, con esa sensación que tenemos como humanidad de que ahora somos más partícipes, tenemos más voz. Abrir estos espacios definitivamente ha cambiado el paradigma en quienes toman las decisiones y quienes participan.
¿Cómo invertir en Bolsa? Guía para principiantes
Hoy sentimos que tenemos muchas maneras de participar. Nosotros en el estudio, incluso desde todo lo que hacemos en origen intención, damos mucho la diversidad. Entonces, para nosotros las voces que se reflejan en este estudio no son solo de edades jóvenes, son todo tipo de líderes en todo el espectro de liderazgo, en todo el espectro etario y geográfico del país.
Entonces aquí se resumen voces que son completamente diversas. Pero justamente yo creo que ese cambio en el paradigma de la participación y de cómo, como ciudadanos participamos o hacemos parte de distintas conversaciones, es lo que más ha influenciado, pues estos cambios de paradigmas, ya no es unos señores reunidos tomando decisiones, ya todos hacemos parte de la conversación.
Hoy somos muy emocionales para tomar decisiones y eso en parte ha pasado por las redes sociales, porque cada persona tiene la posibilidad de comunicar de la forma en la que lo siente, muchas veces sin ser tan racionales como se debería. ¿Qué encontraron con el uso de las redes sociales en los liderazgos de hoy?
Dos cosas. Cuando nosotros nuevamente nos íbamos a escuchar redes sociales, que estaba asociado al liderazgo, lo que encontrábamos principalmente era que la conversación en redes sociales si se enfoca en liderazgo político y la emoción predominante, como te decía, es la frustración.
De hecho, hubo un momento que a nosotros nos llamó mucho la atención porque la emoción predominante en redes sociales cuando hablamos de liderazgo político es el asco, que es una palabra supremamente fuerte. Entonces, claro, eso permea mucho de la emocionalidad con la que vivimos. Pero cuando nosotros nos vamos a preguntarle a las personas sobre las perspectivas de liderazgo, sobre lo que ven de liderazgo, pues lo que encontramos es un montón de historias poderosísimas de gente reconociendo un liderazgo muy diverso.
Entonces ahí, yo en lo personal, ahí entré como en un momento de decir: pero no entiendo. Por un lado, tengo esta sensación que yo también comparto a veces de frustración de un país difícil, de incertidumbre, pero me estoy encontrando con este gran poder y estas grandes historias. Y la conclusión, para nosotros, es que no solo somos un país, no solo somos una cosa, somos muchos países, somos muchas narrativas. No solo somos la sensación de la crisis de liderazgo o no solo somos la sensación del asco.
Somos todo. Y lo más clave para mí es tal vez que somos un país que nos comportamos de cierta manera, pero el estudio declara que tenemos una aspiración de comportarnos distinto. Nos soñamos con un liderazgo más colectivo, estamos pidiendo un liderazgo más empático. Puede que hoy estemos comportándonos de una manera, pero sí estamos declarando un futuro y esa declaración de futuro para mí es poderosísima.
¿Ustedes creen que los políticos escuchan las opiniones diversas que están en contra de ellos? Yo siento en lo personal que la política hoy en día solo escucha a quienes aplauden y les alaban sus formas de liderazgo, pero no escuchan de la misma forma a quienes están en contra, hablando con argumentos, no con emocionalidad.
Yo te diría que cuando tratamos de meter a todos una categoría, en una bolsa, terminamos necesariamente siendo injustos con algunas partes. Es decir, si yo meto a todos los periodistas en una bolsa y digo “es que los periodistas” seguramente varios de ahí me dirán: “un momento que yo no soy así”. Cuando nosotros vemos las cifras del estudio sí vemos necesariamente que hay un liderazgo político que necesita despertar y conectarse mejor con una sociedad.
Pero dentro del estudio hicimos unos grupos focales en donde hablamos con líderes políticos de distintas regiones del país porque estábamos preguntando también por el ejercicio de ellos, los desafíos de ellos para ser líderes políticos y lo que nos encontramos fue unas reflexiones muy poderosas de unos líderes políticos diciendo: sí, nosotros tenemos que conectarnos más con la sociedad, pero también necesitamos una sociedad que quiera conectarse con lo político.
Es decir, esa frustración nos llevó a una conversación en donde, como todo lo político es malo o peor, como todo lo político es corrupto, entonces yo ya ni me acerco, ni lo toco. Yo más bien resuelvo todo solo y yo ignoro el mundo político. Entonces también hay un clamor de un mundo político, de unos líderes políticos, si se quiere emergentes, diciendo: sí, las cosas deben ser distintas.
Sí, reconocemos que la política tradicional no ha sabido unirnos. Pero también necesitamos un espacio, una caja de conversación y de resonancia que ayude al sector político a reinventarse.
Yo siempre le pregunto a quienes pasan por esas entrevistas, siempre les hago esa pregunta que le voy a hacer a Andrea: ¿Qué deberían aprender los políticos de los empresarios o que podrían los empresarios aportarle a los políticos, sobre todo en un país como este, en donde uno siente tanta frustración?
Para mí uno de los superpoderes que tiene el sector empresarial y los líderes empresariales es la vocación de permanencia. Las apuestas de largo plazo, la innovación y la persistencia. Es decir, una empresa está para quedarse. Una empresa se diseña para pensarse en el largo plazo, Claro, uno desde el ejercicio de la política, pues no puede pensar en el liderazgo propio con vocación de permanencia. Pero uno sí debería pensar en las ideas, las agendas, con esa vocación de permanencia. Yo creo que todos tenemos esta misma sensación de que cada que hay cambio de un gobernante es como un vuelva y arranque, como apaguemos lo que pasó en el periodo pasado y volvamos un poquito de cero…
O en el mundo de la operación, cuando le dicen que hay que apagar una máquina para prender la otra con el montón de dinero que eso vale, o su equivalente….
Exacto. Entonces ahí, ahí yo creo que hay un aprendizaje muy valioso desde el sector privado hacia el sector político y es cómo, cómo trascendemos, cuáles son los legados, que es eso que me trasciende a mí como líder que yo quiero que suceda. Y cómo logro apalancarme en una sociedad más completa, más diversa, para que eso pueda ser posible.
Andrea, ya se nos está acabando el tiempo y yo quiero terminar con dos cosas que pueden, digamos, de una u otra forma resumir lo que hemos hablado, pero mirando hacia el futuro, hacia adelante. Yo encontré una frase que me llamó mucho la atención en el estudio y dice “conversar es crecer juntos”, pero yo siento que hoy en Colombia no nos interesa conversar. ¿Cómo hacer para lograr ese “conversar es crecer juntos”?
Llegar a un punto medio. Yo te diría que muy muy alineado con la misión de una organización como origen. El camino es el liderazgo colectivo, y el liderazgo colectivo, que es lo que nos permite entender que tú tienes superpoderes, que yo tengo superpoderes y que juntos realmente podemos llegar más lejos de lo que podríamos llegar de forma individual.
El hecho de que haya una sociedad que se echa al hombro resolver sus propios problemas porque siente que hay un liderazgo político que no se lo resuelve, no anula la necesidad de un liderazgo político que convoque al contrario. De hecho, somos un país muy empoderado, pero sin causa común. Y eso quiere decir que la posibilidad de que cada uno jale para su lado es altísima.
Pues es lo que pasa todos los días...
Exacto. Entonces, para nosotros conversar juntos como país es primero reconocer la diversidad, reconocer que desde distintos sectores tenemos mucho que aportar y hacemos mucho por el país. Pero, segundo, estar dispuestos a construir confianza en ese proceso. Y eso es dificilísimo. Ayer estábamos en una conversación en donde reconocíamos que muchos de los acuerdos los vamos a tener que hacer sin haber construido confianza, porque estamos en un país con mucha desconfianza y eso está bien. ¿Pero cómo realmente reconocemos el valor del otro, el valor de la diferencia? Trascendemos el querer tener la razón cada uno desde nuestra esquina, siempre. Y buscamos conversar sobre eso que nos une más allá de lo que nos separa, que es eso que queremos en conjunto. Ahí está el objetivo. Debería ser: todos conversar para crecer juntos.
Y esta es la última otra frase, entre comillas: “Somos la historia que nos contamos”. El rollo ahí está en que muchos líderes políticos cuentan la parte de la historia que les conviene y sobre la cual quieren mover al rebaño de ovejas que los siguen. Y hablo de izquierdas, de derechas, de centros, todos actúan igual. ¿Qué hacemos?
Somos la historia que nos contamos porque yo creo que esto no solo se trata de la historia que cuentan otros, sino del rol que tenemos cada uno como ciudadanos de este país. Podríamos cada uno quedarnos en esa eterna conversación sin salida en donde pensamos que hay una crisis de liderazgo o en donde declaramos que todos los políticos son corruptos o que a los empresarios solo les importa la plata, o que todos los jóvenes quieren todo regalado.
Pero la realidad es mucho más completa, diversa y rica que eso. Y eso es lo que nos muestra este estudio. Nosotros como colombianos podemos quedarnos en esa conversación de hoy, una crisis de liderazgo o podemos realmente mirar un país ferozmente diverso y empoderado y reconocer esa diversidad que hay. Y pues yo, optimista irremediable que soy, creo que siempre los cambios arrancan por uno.
¿Cuál es la historia que yo me estoy contando de este país? ¿Cuál es el liderazgo que yo ejerzo? ¿Cuál es el rol que yo juego en construir, la confianza que quiero ver en otros? Y tal vez por ahí podemos empezar a sumar.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚