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“No es mentira que estamos en un país con exceso de tramitologías y muchísimos impuestos que siempre serán difíciles de sortea. Nuestras formaciones carecían de algunas especialidades que se deben aprender para que como dicen: “no nos metan el dedo a la boca”. Nos tocó aprender de leyes, contabilidad, trámites que ni sabíamos que existían (mensajería), entre muchas cosas más, que son necesarias e indispensables para salir adelante”, así fue como Juan Camilo Álvarez y Andrés Betancur comenzaron con su emprendimiento. Una idea de negocio que ha logrado posicionarse en el mercado y que ya está buscando expandirse en el mundo. En nuestra sección de 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos hablamos con ellos sobre el crecimiento de su empresa y lo que tienen en sus planes para llegar a más países con esta propuesta.
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
Juan Camilo Álvarez, 42 años, Ingeniería Civil
Andrés Betancur, 40 años, Ingeniería Civil
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
En 2013 sentimos que teníamos un conocimiento valioso sobre el tema inmobiliario que podríamos usar para independizarnos y trabajar para nosotros mismos, creando malls pequeños que mezclaran servicios y entretenimiento de forma estratégica y en sitios clave, para que a las personas les quedara fácil y cómodo ir a comprar o a comer algo que necesitaran. Además, definimos un punto clave para diferenciarnos y para poder pensar a largo plazo: ser dueños nosotros mismos de los malls completos, para poder decidir la mezcla de marcas de cada uno y que así se cumpliera realmente la idea original de satisfacer esas necesidades de las personas.
Además, queríamos aportarle algo al mundo inmobiliario que tanto nos apasiona y que la gente joven tuviera maneras diferentes de trabajar: flexibles, apasionadas y disfrutando el camino. Creamos Pento para hacer del mundo tradicional, aburrido y lleno de papeles, algo distinto, flexible, fresco, sin límites. Aprendimos el negocio inmobiliario de desarrollo a largo plazo trabajando para terceros, entendimos que el desarrollador tradicional en Colombia es cortoplacista, nos lanzamos con nuestra visión a largo plazo a detonar las oportunidades del mercado, creamos una compañía que con practicidad y simpleza rentabilizó mucho más las oportunidades.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Las cosas importantes en la vida se logran con disciplina y método. Muchísimo esfuerzo y paciencia, abriendo la mente para mezclar lo mejor del mundo corporativo con la informalidad del negocio en la calle, el conocimiento del negocio a largo plazo, con la rentabilidad del corto plazo, esfuerzos inmensos económicos personales, tiempo con nuestras familias, salirnos de las comodidades.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Vendiendo todo. Los dos socios llegamos al punto de movernos en bicicleta porque debimos invertir apartamentos, carros y ahorros (todo nuestro patrimonio). Todo el mundo quería que trabajáramos a riesgo y no pagarnos, sabíamos que algún día recuperaríamos el dinero, pero el tiempo es difícil de controlar. Le apostamos al sueño y la oportunidad que vimos de entregarle un comercio de calle formal al consumidor, luego llegaron Family & Friends, e inyecciones de capital de nuevos socios estratégicos.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Estamos logrando ser felices, hacer que un grupo de colaboradores se sientan felices e importantes, estamos logrando trabajar delicioso, impactar entornos a donde llegan nuestros proyectos con armonía y valorizaciones significativas para nuestros vecinos (nuestra apuesta es ser buen vecino).
Estamos entregando un comercio de conveniencia de calle a un consumidor que exige estar siempre a la vanguardia, de distintas tendencias en categorías, marcas, formatos, etc. Al tener el control y la gestión de estos espacios, podemos estar siempre atendiendo las necesidades y no que cada local esté como una rueda suelta haciendo lo que cree más conveniente para sí mismo.
6. ¿Soy feliz?
¡Plenamente! Pero no conformes. Pento llegó para quedarse y soñamos con ser un actor relevante en el negocio del retail de conveniencia en Colombia.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
De ninguna manera. Pento es parte de nuestro plan de vida y de la visión de largo plazo que tenemos con nuestros colaboradores, familia, aliados y clientes, con quienes pretendemos mantener y consolidar nuestra relación de largo plazo.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Esto solo lo entiende otro emprendedor y su familia, es lo más duro y satisfactorio que hemos hecho. Muchos sacrificios, no es mentira que estamos en un país con exceso de tramitologías, muchísimos impuestos que siempre será difícil de sortear, nuestras formaciones carecían de algunas especialidades que se deben aprender para que como dicen: “no nos metan el dedo a la boca”. Nos tocó aprender de leyes, contabilidad, trámites que ni sabíamos que existían (mensajería), entre muchas cosas más que son necesarias e indispensables para salir adelante, que por los sacrificios económicos, no teníamos con qué tener terceros que nos acompañaran especialistas.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
No aún. Desde Pento no solo queremos consolidarnos como un actor importante en el desarrollo de malls en Colombia, sino también apostar por lo social: creemos firmemente que a través de los proyectos tenemos mucho que aportar a nuestra sociedad, a la gente joven y sus familias, y al negocio retail. Queremos trascender más allá de los proyectos, dejar un legado.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Estamos enfocados en consolidar nuestra marca Mixy para que sea líder y de su mano la llegada a la capital con proyectos absolutamente importantes por el impacto de ciudad que tienen.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Totalmente escalable, los límites son nuestros sueños. Nuestro producto puede expandirse nacional e internacionalmente, nos soñamos llevando Mixy a otros mercados como México, Centroamérica, USA o Europa y darle nuestro sello práctico y simple.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
No hay absolutamente ninguna posibilidad.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Ser solo prestadores de servicios. Estamos enfocados 100% en proyectos propios con participaciones que nos permitan control para desarrollar nuestra estrategia largo plazo
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Mi inspiración es mi familia, mi madre, una señora de estrato medio que sacó adelante a este joven inquieto enseñándole lo más importante que un padre puede enseñar a un hijo: humildad y aprender a valerse por sí mismo con dignidad. Mis socios, más que socios son hermanos de la vida, me acompañan en todo, me arropan y cuestionan objetivamente para hacer de Pento lo mejor. Mi señora quien saca día a día lo mejor de mí y por supuesto mis hijos quienes llegaron a mi vida a llenarla de alegrías y sonrisas.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Mil veces y me faltan mil más, pero más que fracaso creo que hemos cometido mil errores porque con determinación sabemos que somos exitosos y estamos condenados al éxito. Aprendí a querer los errores, son estos los que te enseñan a ser mejor, son los errores de los que más aprendes. Nunca he pensado tirar la toalla así me toque arrancar solo y de ceros.
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16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
No.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Por supuesto que sí y es algo que tenemos en Pento como foco hoy y siempre. Estamos logrando proyectos en un negocio práctico, rentable y duradero, en un sector que tiene un concepto de dificultad, muchos trámites, y que exige grandes capitales. La practicidad y simplicidad atraen muchísimo a las nuevas generaciones, que pocas opciones tienen de excelentes rentabilidades, riesgos bajos y montos manejables
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
En 10 años me veo muy enfocado a temas sociales, en dar de múltiples maneras. Me encantaría estudiar cosas nuevas como filosofía, arte. Siempre he tenido claro que llegará el momento en que seré obsoleto para Pento y pido día a día la humildad para tener la capacidad de retirarme oportunamente dejando espacio a nuevas generaciones. A Pento lo veo muy consolidado, buscando operaciones en otras geografías fuera de Colombia y con la misma dinámica y flexibilidad para mantenerse a la vanguardia del retador universo del retail.
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19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
La familia sin duda es el eje de todo, su apoyo incondicional es parte fundamental en la vida de cualquier emprendedor (no soy la excepción). Soy una persona de muy pocos amigos, pero sé que los que tengo son como hermanos que incondicionalmente siempre han estado ahí para darme esa voz de aliento cuando más la he necesitado.
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Por supuesto que sí, es algo que tengo muy presente y algo a lo que me gustaría dedicar gran parte de mi tiempo a mediano plazo.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
El equipo lo es todo, ningún buen técnico es capaz de ganar un partido solo, el partido se gana con 11 pero jugando en equipo y enfocados en una meta común. En Pento tenemos un equipo de colaboradores jóvenes de primer nivel, enamorados de nuestro sueño y con la camiseta puesta para dejarlo todo en la cancha. Sin ellos nada de lo poco que hemos logrado hubiera sido posible.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Pasión.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
Todos tenemos un propósito en este mundo y es responsabilidad de cada uno encontrarlo. Le recomiendo a todo el mundo leerse “El líder sin cargo”. HUMILDAD y muchísima PACIENCIA, los éxitos llegan en el tiempo que tienen que llegar, se debe disfrutar el camino.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com).