Le pusieron arte a la tela y crearon un emprendimiento de regalos con estilo
Ellas juntaron su pasión por el diseño, usaron su experiencia en la industria de la publicidad y construyeron una marca dedicada a hacer regalos personalizados a punta de creatividad y el pedido de cada cliente.
Aleida Hernández González y Pilar Contreras Ulloa son socias, pero más que eso son amigas, comparten gustos, afinidades, objetivos y también ideas. Y así, con el conocimiento intangible se dieron a la tarea de crear una marca tangible con la que ya sacan sonrisas porque generan empleo, aportan a la economía de hogares con madres cabeza de familia y empezaron a construir un emprendimiento que ya está contando su propia historia basada en el arte, la tela y las emociones.
Por eso para conocer en detalle su historia y cómo pasó de ser una idea a una empresa formal, en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos nos narran de dónde vienen y para dónde van:
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
Aleida: Tengo 47 años. Soy publicista de la ujniversidad Jorge Tadeo Lozano con especialización en diseño gráfico en Westminster Kingsway College y Central Saint Martins School of Art en Inglaterra.
Pilar: Tengo 45 años. Soy comunicadora de profesión y publicista por pasión. Estudié la carrera y la especialización en Gerencia de Comunicación Organizacional, siempre muy inclinada a la parte digital, terminé el máster en Marketing Digital y Comercio Electrónico en la Universidad Internacional de La Rioja, España. Quiero agregar que Ale, más allá de publicista, lleva el diseño en su ADN: ella escogió el diseño gráfico como su disciplina, en la que se formó en Londres y le permitió entrar como creativa gráfica a una de nuestras grandes escuelas BBDO/Colombia, agencia donde nos encontramos y trabajamos tras mi paso por McCann-Erickson y luego por Sancho/BBDO.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Nuestro emprendimiento, más allá de esta marca, surgió hace 20 años cuando dos comunicadoras y una publicista —después de experiencias diferentes en agencias de publicidad multinacionales— nos unimos e iniciamos una agencia de comunicaciones llamada CMS. En ese recorrido de asesoría en temas estratégicos y de marca, una de las dinámicas era agradecer al final del año a nuestros clientes con detalles memorables y diferentes, con tal acierto que, en muchas ocasiones, nos querían contratar para replicar los mismos regalos para sus celebraciones. De esta forma surgió la idea de plasmar y conceptualizar una marca en la que, por medio de tela como materia prima principal, lleváramos ideas, diseño y un mensaje único para quien recibiera ese regalo. Así, hace tres años, nació StoryBoard, una marca tangible con un eslogan que lo dice todo: “Regalos únicos, como tu historia”.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Después de ese empuje de nuestros clientes y luego de soñar con una marca paralela que fuera tangible y, sobre todo, que pudiera ‘hacer clic’, nos sentamos a dar rienda suelta a un primer concepto que justo coincidió con el mes de mayo, y fue lanzar un cojín mariano. Sí, ¡un cojín para rezar el rosario!, con la Virgen de Guadalupe como protagonista, lleno de flores, con los misterios en la parte posterior y una cinta para colgar el rosario. Al personalizarlo con el nombre de la mamá, el cojín se convirtió en nuestro primer éxito. Desde ese momento no hemos parado de crear productos que logran emocionar para las líneas home & wear.
Que muchos hogares tengan en sus mesas unos individuales que pueden “vestir y desvestir” con nuestros diseños nos llena de felicidad, saber que con la mezcla de madera industrial y tela tienen muchos productos en uno solo, pues son perfectos para decorar la mesa, comer sobre las piernas o darle un look especial a cualquier lugar.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Para hacerlo no fueron necesarios más de $100.000, pero nuestra inversión más alta ha sido en tiempo y dedicación. Nunca hemos tenido deudas, nuestras utilidades por mucho tiempo han sido reinvertidas en la marca y, lo más importante, en apoyar la economía de las personas que nos ayudan cada día a producir nuestras ideas, quienes, en su mayoría, son madres cabeza de familia.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Aleida: Muchas cosas, creemos que la más importante es demostrar que cuando las cosas se hacen con amor, creatividad y pasión, la reciprocidad de la gente es a veces más importante que el dinero mismo. El dinero se ha visto con el tiempo, pero las sonrisas de la gente han sido nuestro pago desde el primer producto vendido.
Pilar: Sorprender, lograr las sonrisas más auténticas en quienes compran y en quienes reciben un StoryBoard. Nuestros clientes encuentran en StoryBoard una forma diferente de expresar sus sentimientos pues regalar es un arte, es demostrar lo que significa para nosotros una persona, aquella que será el usuario final, y es muy satisfactorio cuando nos llaman y nos dicen: “Recibí el regalo más especial y quiero saber qué más hacen o cómo puedo pedir uno para mi, ¿dónde las encuentro?”.
6. ¿Soy feliz?
Definitivamente. No existe mayor plenitud que saber que otros dan valor emocional a tu idea y te pagan por ello, e ir viendo con el tiempo crecer tu marca, que hable sola, que te busquen y que te digan: “¡Claro! ¡Storyboard, divino!”. Esa aceptación, esa respuesta y esa multiplicación no tienen precio.
Esta es una muy buena historia: “Ella logró hacer empresa con lo que era basura para otros”
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
No creemos y no queremos. Estas son las típicas marcas cuyo sello se lo imprimen sus creadoras, no son productos en serie ni importados en contenedores; son productos muy pensados, personalizados, llenos de detalles, creados para la persona que lo compra y para quien lo recibe como regalo. Somos un par de mujeres con la misma visión, si el emprendimiento se vendiera tal vez podría ser muy exitoso pero tendería a cambiar su esencia y su personalidad.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Ha sido duro, muy duro. Sin embargo esta marca ha sido construida desde la paciencia y la tenacidad. Nuestro principal afán es que la gente reciba su producto a tiempo, que esté perfecto y que viva la mejor experiencia.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Aleida: Toda mi vida he amado la estética, las formas, los colores, la simplicidad y admiro el buen gusto. Siempre pasaba por una tienda de diseño y pensaba: “Algún día quiero tener algo así con una marca propia”, creo que lo visualicé tanto que se dio.
Siempre van a faltar cosas, el dinero es muy importante para hacerlo más grande en un tiempo corto, pero creo que ahora hace falta más tiempo que capital para desarrollar más conceptos. StoryBoard ha sido una marca que ha venido creciendo incluso más de lo que pensábamos, a veces sentimos que nos perdemos en el día a día con la otra pasión, que es la agencia, y con nuestras otras responsabilidades. A veces nos sentimos en deuda porque creemos que podríamos innovar con más velocidad.
Pilar: Mi sueño de demostrarles a los otros cuánto me importan por medio de un detalle que se materializa a diario con StoryBoard y que eso mismo lo puedan lograr nuestros clientes, es un sueño que se cumple permanentemente. Y ni qué decir de los autorregalos: cada vez que sacamos una nueva colección, un nuevo desarrollo, un nuevo producto, soy la primera en quererlo. Falta tiempo, nos perdemos en su trampa. Ese es realmente nuestro principal competidor, nuestro talón de Aquiles.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Llegó el momento de mirar hacia otros países, donde el diseño, la creatividad, el trabajo manual y el made in Colombia son muy apetecidos, donde los emprendimientos son recompensados. En nuestro país hay una tendencia a subvalorar los emprendimientos, a pedir rebaja, y uno piensa: “Si uno va a comprar a una gran superficie nunca pide descuento”. Para nosotras será un orgullo llevar todos los atributos de nuestro país por el mundo: la calidad, el diseño, el trabajo de madres cabeza de familia en un StoryBoard. Hace poco logramos abrir de manera permanente al público, paralelo a ferias y a redes sociales, y lo más grato es ver cómo los que no nos conocen se emocionan y los que sí, nos apoyan con su fidelidad y con la pregunta: “¿Para cuándo lo nuevo?”.
Otra buena historia: Hacen pizza en casa para crear lazos empresariales
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Lo es, en la medida en que cada día seamos más innovadoras, que podamos delegar ciertas cosas que todavía hacemos nosotras mismas, pero que podrían hacerlo otros. Ese paso da susto, pero estamos seguras de que ya es el momento.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
Si esa inversión nos amarra o nos hace depender de decisiones que no van con nuestra filosofía, con nuestra esencia, no lo haríamos, preferimos permitir que StoryBoard siga su curso de manera orgánica y con nuestras propias estrategias. Ceder nuestra parte sería haber perdido más que dinero, significaría perder sueños, ideas, tiempo y retos… Sería una gran pérdida.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Lo volveríamos a hacer todo de la misma manera porque estamos convencidas de que la mejor escuela es la que uno hace en la práctica. Ninguna teoría académica se compara con ejecutar un proyecto en la vida real. Si todas las fallas y errores que hemos tenido no sirven para aprender y seguir, no estuvimos haciendo nada. Aprendizaje continuo.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Aleida: Mi primera inspiración fue la sinergia que produjo mi propia socia y amiga, porque no todos los días puedes encontrar a alguien que baile al mismo ritmo, que sea un complemento verdadero. Estamos sincronizadas en lo bueno y hasta en lo malo, pero lo reconocemos y avanzamos. También la inspiración son otras marcas que la rompen, que son de aplaudir, que han sido un faro, un “allá quiero llegar también”. Me gustaría seguir el paso de esas marcas que cruzan fronteras, que no tienen miedo, que son exitosas por su facturación y, sobre todo, por su genialidad.
Pilar: Me inspiré en nuestros sueños, en poder llevar nuestra creatividad más allá de los intangibles. En materializar todo lo que nos gusta, lo que nos hace levantarnos día a día, crear. Pero, realmente, mi principal inspiración es el diseño de Ale, la emoción de pasar de la pantalla del computador a una pañoleta, un camino de mesa, un individual, un producto que logra emocionar.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Aleida: Más que un fracaso económico, hemos tenido fracasos al creer que leemos perfectamente a nuestros consumidores y jurar que van a fascinar ciertas cosas, pero a veces nos llevamos sorpresas. Medir ese aceite, pese a nuestra experiencia profesional y de marca, muchas veces nos sorprende y siempre nos enseña. Hemos vivido momentos de muchísimo cansancio, pero tirar la toalla no.
Pilar: No hemos querido tirar la toalla. En los momentos de largas jornadas o cuando algunos factores externos —como los paros, la lluvia, la economía, la ubicación— nos han afectado la participación en eventos, nos hemos desanimado un poco, pero la certeza de ver la emoción de quien busca tu marca nos impulsa permanentemente.
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Claro que sí, creemos que tenemos un producto ganador. Pero si no buscamos el apoyo en comunidades que nos hacen visibles y nos apoyan, sería imposible. Las redes sociales, en especial los grupos de Facebook, han sido claves. Uno de nuestros principales motores, especialmente en nuestro inicio, es Merakiu, un grupo de emprendedoras que gracias a la rigurosidad y a herramientas de apoyo fue el trampolín para darnos a conocer: ahí lanzamos productos y leemos las necesidades y gustos de nuestros clientes.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Aleida: Trasciende en el sentido de poder inspirar y motivar a aquellos que, pese a las dificultades de este país, creen que sus sueños se pueden materializar. Que mi hijo siga siendo testigo de este proceso, que rescate lo mejor de este ejercicio y ojalá algún día lo supere, con eso ya habré logrado uno de mis mejores impactos.
Pilar: Definitivamente sí. Estoy segura de que con nuestra marca educamos a los clientes en cómo ser especiales, cómo sorprender. Despertar la creatividad y cocrear con nuestros clientes, que te llamen y te digan: “Tengo esta idea, ¿cómo la ponemos a andar?” y que termine en un producto memorable, eso es trascender. Sorprender siempre será una necesidad, enseñar a los más pequeños a hacerlo con un dibujo que plasmaremos en una pañoleta, en un poncho para la mamá o un pañuelo, una mesa, un delantal para el papá y abuelo es impactar a las nuevas generaciones.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Aleida: Tomándonos un café y topándonos con la marca de manera natural en cualquier parte del país y por qué no, del mundo.
Pilar: Rodeadas de emprendedores jalando nuestra marca por Colombia y por el mundo. Abriendo las puertas de StoryBoard para que más personas puedan decorar, mimar a quienes quieren y preferir nuestros productos.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
El papel protagónico. Nuestras familias nos han apoyado cada minuto en los momentos en los que no podemos compartir con ellos y han estado presentes cuando hay que ponerse la camiseta. Los amigos también han sido fundamentales, con ese cariño verdadero de quienes nos acompañan, creen y compran desde el primer metro de tela.
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Los ayudaríamos no solo desde la experiencia de emprendimiento sino desde la asesoría en comunicación. Creemos que nuestro recorrido y nuestras carreras profesionales han sido las claves del éxito.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Aleida: Son personas que están en concordancia con unos valores propios de la marca y que han encajado en nuestro propósito. Lo encabeza mi superdupla, que es cómplice, el trabajo, la estrategia, la locura y la pasión por el buen gusto y los detalles. Siempre hemos tenido feeling para trabajar en ideas y diseño. Le siguen personas maravillosas que nos colaboran día a día en la ejecución de los proyectos con trabajo, incondicionalidad, tesón y cariño.
Pilar: Nuestro equipo tiene un papel protagónico, sin ellos StoryBoard habría sido imposible, partiendo de nuestra mano derecha, Rodrigo, nuestro superhéroe: compra tela, recoge las impresiones, nos busca proveedores, lleva el producto con todo el cuidado y monta nuestro mobiliario. Imposible dejar de reconocer las manos de mujeres que ponen a mover las máquinas de coser y a nuestros familiares, que han cumplido todos los roles: rellenar, armar, resinar, empacar, entregar y apoyarnos incondicionalmente.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Aleida: El sello único son los detalles alrededor del producto, pero nuestro gran diferencial es desarrollar conceptos a la medida de cada cliente, es una marca infinita. Hemos visto llorar de emoción a una mamá destapando una caja con todo un set de bienvenida, llena de productos para su hijo que está por nacer, totalmente personalizados con su nombre, de acuerdo con su estilo en colores y decoración de la habitación.
Pilar: Sorprender. Lo hemos recalcado y esto se logra cuando a la creatividad le pones el corazón. Que una abuela quiera lucir en el evento más especial el poncho con dibujos de su nieto o que las clientas se conviertan en amigas y te pidan colecciones personalizadas para vestir sus mesas al estilo StoryBoard es definitivamente marcar la diferencia.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
Que debe haber un equilibrio entre lo emocional y lo financiero. A veces somos mucho corazón.
Aleida Hernández González y Pilar Contreras Ulloa son socias, pero más que eso son amigas, comparten gustos, afinidades, objetivos y también ideas. Y así, con el conocimiento intangible se dieron a la tarea de crear una marca tangible con la que ya sacan sonrisas porque generan empleo, aportan a la economía de hogares con madres cabeza de familia y empezaron a construir un emprendimiento que ya está contando su propia historia basada en el arte, la tela y las emociones.
Por eso para conocer en detalle su historia y cómo pasó de ser una idea a una empresa formal, en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos nos narran de dónde vienen y para dónde van:
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
Aleida: Tengo 47 años. Soy publicista de la ujniversidad Jorge Tadeo Lozano con especialización en diseño gráfico en Westminster Kingsway College y Central Saint Martins School of Art en Inglaterra.
Pilar: Tengo 45 años. Soy comunicadora de profesión y publicista por pasión. Estudié la carrera y la especialización en Gerencia de Comunicación Organizacional, siempre muy inclinada a la parte digital, terminé el máster en Marketing Digital y Comercio Electrónico en la Universidad Internacional de La Rioja, España. Quiero agregar que Ale, más allá de publicista, lleva el diseño en su ADN: ella escogió el diseño gráfico como su disciplina, en la que se formó en Londres y le permitió entrar como creativa gráfica a una de nuestras grandes escuelas BBDO/Colombia, agencia donde nos encontramos y trabajamos tras mi paso por McCann-Erickson y luego por Sancho/BBDO.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Nuestro emprendimiento, más allá de esta marca, surgió hace 20 años cuando dos comunicadoras y una publicista —después de experiencias diferentes en agencias de publicidad multinacionales— nos unimos e iniciamos una agencia de comunicaciones llamada CMS. En ese recorrido de asesoría en temas estratégicos y de marca, una de las dinámicas era agradecer al final del año a nuestros clientes con detalles memorables y diferentes, con tal acierto que, en muchas ocasiones, nos querían contratar para replicar los mismos regalos para sus celebraciones. De esta forma surgió la idea de plasmar y conceptualizar una marca en la que, por medio de tela como materia prima principal, lleváramos ideas, diseño y un mensaje único para quien recibiera ese regalo. Así, hace tres años, nació StoryBoard, una marca tangible con un eslogan que lo dice todo: “Regalos únicos, como tu historia”.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Después de ese empuje de nuestros clientes y luego de soñar con una marca paralela que fuera tangible y, sobre todo, que pudiera ‘hacer clic’, nos sentamos a dar rienda suelta a un primer concepto que justo coincidió con el mes de mayo, y fue lanzar un cojín mariano. Sí, ¡un cojín para rezar el rosario!, con la Virgen de Guadalupe como protagonista, lleno de flores, con los misterios en la parte posterior y una cinta para colgar el rosario. Al personalizarlo con el nombre de la mamá, el cojín se convirtió en nuestro primer éxito. Desde ese momento no hemos parado de crear productos que logran emocionar para las líneas home & wear.
Que muchos hogares tengan en sus mesas unos individuales que pueden “vestir y desvestir” con nuestros diseños nos llena de felicidad, saber que con la mezcla de madera industrial y tela tienen muchos productos en uno solo, pues son perfectos para decorar la mesa, comer sobre las piernas o darle un look especial a cualquier lugar.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Para hacerlo no fueron necesarios más de $100.000, pero nuestra inversión más alta ha sido en tiempo y dedicación. Nunca hemos tenido deudas, nuestras utilidades por mucho tiempo han sido reinvertidas en la marca y, lo más importante, en apoyar la economía de las personas que nos ayudan cada día a producir nuestras ideas, quienes, en su mayoría, son madres cabeza de familia.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Aleida: Muchas cosas, creemos que la más importante es demostrar que cuando las cosas se hacen con amor, creatividad y pasión, la reciprocidad de la gente es a veces más importante que el dinero mismo. El dinero se ha visto con el tiempo, pero las sonrisas de la gente han sido nuestro pago desde el primer producto vendido.
Pilar: Sorprender, lograr las sonrisas más auténticas en quienes compran y en quienes reciben un StoryBoard. Nuestros clientes encuentran en StoryBoard una forma diferente de expresar sus sentimientos pues regalar es un arte, es demostrar lo que significa para nosotros una persona, aquella que será el usuario final, y es muy satisfactorio cuando nos llaman y nos dicen: “Recibí el regalo más especial y quiero saber qué más hacen o cómo puedo pedir uno para mi, ¿dónde las encuentro?”.
6. ¿Soy feliz?
Definitivamente. No existe mayor plenitud que saber que otros dan valor emocional a tu idea y te pagan por ello, e ir viendo con el tiempo crecer tu marca, que hable sola, que te busquen y que te digan: “¡Claro! ¡Storyboard, divino!”. Esa aceptación, esa respuesta y esa multiplicación no tienen precio.
Esta es una muy buena historia: “Ella logró hacer empresa con lo que era basura para otros”
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
No creemos y no queremos. Estas son las típicas marcas cuyo sello se lo imprimen sus creadoras, no son productos en serie ni importados en contenedores; son productos muy pensados, personalizados, llenos de detalles, creados para la persona que lo compra y para quien lo recibe como regalo. Somos un par de mujeres con la misma visión, si el emprendimiento se vendiera tal vez podría ser muy exitoso pero tendería a cambiar su esencia y su personalidad.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Ha sido duro, muy duro. Sin embargo esta marca ha sido construida desde la paciencia y la tenacidad. Nuestro principal afán es que la gente reciba su producto a tiempo, que esté perfecto y que viva la mejor experiencia.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Aleida: Toda mi vida he amado la estética, las formas, los colores, la simplicidad y admiro el buen gusto. Siempre pasaba por una tienda de diseño y pensaba: “Algún día quiero tener algo así con una marca propia”, creo que lo visualicé tanto que se dio.
Siempre van a faltar cosas, el dinero es muy importante para hacerlo más grande en un tiempo corto, pero creo que ahora hace falta más tiempo que capital para desarrollar más conceptos. StoryBoard ha sido una marca que ha venido creciendo incluso más de lo que pensábamos, a veces sentimos que nos perdemos en el día a día con la otra pasión, que es la agencia, y con nuestras otras responsabilidades. A veces nos sentimos en deuda porque creemos que podríamos innovar con más velocidad.
Pilar: Mi sueño de demostrarles a los otros cuánto me importan por medio de un detalle que se materializa a diario con StoryBoard y que eso mismo lo puedan lograr nuestros clientes, es un sueño que se cumple permanentemente. Y ni qué decir de los autorregalos: cada vez que sacamos una nueva colección, un nuevo desarrollo, un nuevo producto, soy la primera en quererlo. Falta tiempo, nos perdemos en su trampa. Ese es realmente nuestro principal competidor, nuestro talón de Aquiles.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Llegó el momento de mirar hacia otros países, donde el diseño, la creatividad, el trabajo manual y el made in Colombia son muy apetecidos, donde los emprendimientos son recompensados. En nuestro país hay una tendencia a subvalorar los emprendimientos, a pedir rebaja, y uno piensa: “Si uno va a comprar a una gran superficie nunca pide descuento”. Para nosotras será un orgullo llevar todos los atributos de nuestro país por el mundo: la calidad, el diseño, el trabajo de madres cabeza de familia en un StoryBoard. Hace poco logramos abrir de manera permanente al público, paralelo a ferias y a redes sociales, y lo más grato es ver cómo los que no nos conocen se emocionan y los que sí, nos apoyan con su fidelidad y con la pregunta: “¿Para cuándo lo nuevo?”.
Otra buena historia: Hacen pizza en casa para crear lazos empresariales
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Lo es, en la medida en que cada día seamos más innovadoras, que podamos delegar ciertas cosas que todavía hacemos nosotras mismas, pero que podrían hacerlo otros. Ese paso da susto, pero estamos seguras de que ya es el momento.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
Si esa inversión nos amarra o nos hace depender de decisiones que no van con nuestra filosofía, con nuestra esencia, no lo haríamos, preferimos permitir que StoryBoard siga su curso de manera orgánica y con nuestras propias estrategias. Ceder nuestra parte sería haber perdido más que dinero, significaría perder sueños, ideas, tiempo y retos… Sería una gran pérdida.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Lo volveríamos a hacer todo de la misma manera porque estamos convencidas de que la mejor escuela es la que uno hace en la práctica. Ninguna teoría académica se compara con ejecutar un proyecto en la vida real. Si todas las fallas y errores que hemos tenido no sirven para aprender y seguir, no estuvimos haciendo nada. Aprendizaje continuo.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Aleida: Mi primera inspiración fue la sinergia que produjo mi propia socia y amiga, porque no todos los días puedes encontrar a alguien que baile al mismo ritmo, que sea un complemento verdadero. Estamos sincronizadas en lo bueno y hasta en lo malo, pero lo reconocemos y avanzamos. También la inspiración son otras marcas que la rompen, que son de aplaudir, que han sido un faro, un “allá quiero llegar también”. Me gustaría seguir el paso de esas marcas que cruzan fronteras, que no tienen miedo, que son exitosas por su facturación y, sobre todo, por su genialidad.
Pilar: Me inspiré en nuestros sueños, en poder llevar nuestra creatividad más allá de los intangibles. En materializar todo lo que nos gusta, lo que nos hace levantarnos día a día, crear. Pero, realmente, mi principal inspiración es el diseño de Ale, la emoción de pasar de la pantalla del computador a una pañoleta, un camino de mesa, un individual, un producto que logra emocionar.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Aleida: Más que un fracaso económico, hemos tenido fracasos al creer que leemos perfectamente a nuestros consumidores y jurar que van a fascinar ciertas cosas, pero a veces nos llevamos sorpresas. Medir ese aceite, pese a nuestra experiencia profesional y de marca, muchas veces nos sorprende y siempre nos enseña. Hemos vivido momentos de muchísimo cansancio, pero tirar la toalla no.
Pilar: No hemos querido tirar la toalla. En los momentos de largas jornadas o cuando algunos factores externos —como los paros, la lluvia, la economía, la ubicación— nos han afectado la participación en eventos, nos hemos desanimado un poco, pero la certeza de ver la emoción de quien busca tu marca nos impulsa permanentemente.
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Claro que sí, creemos que tenemos un producto ganador. Pero si no buscamos el apoyo en comunidades que nos hacen visibles y nos apoyan, sería imposible. Las redes sociales, en especial los grupos de Facebook, han sido claves. Uno de nuestros principales motores, especialmente en nuestro inicio, es Merakiu, un grupo de emprendedoras que gracias a la rigurosidad y a herramientas de apoyo fue el trampolín para darnos a conocer: ahí lanzamos productos y leemos las necesidades y gustos de nuestros clientes.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Aleida: Trasciende en el sentido de poder inspirar y motivar a aquellos que, pese a las dificultades de este país, creen que sus sueños se pueden materializar. Que mi hijo siga siendo testigo de este proceso, que rescate lo mejor de este ejercicio y ojalá algún día lo supere, con eso ya habré logrado uno de mis mejores impactos.
Pilar: Definitivamente sí. Estoy segura de que con nuestra marca educamos a los clientes en cómo ser especiales, cómo sorprender. Despertar la creatividad y cocrear con nuestros clientes, que te llamen y te digan: “Tengo esta idea, ¿cómo la ponemos a andar?” y que termine en un producto memorable, eso es trascender. Sorprender siempre será una necesidad, enseñar a los más pequeños a hacerlo con un dibujo que plasmaremos en una pañoleta, en un poncho para la mamá o un pañuelo, una mesa, un delantal para el papá y abuelo es impactar a las nuevas generaciones.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Aleida: Tomándonos un café y topándonos con la marca de manera natural en cualquier parte del país y por qué no, del mundo.
Pilar: Rodeadas de emprendedores jalando nuestra marca por Colombia y por el mundo. Abriendo las puertas de StoryBoard para que más personas puedan decorar, mimar a quienes quieren y preferir nuestros productos.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
El papel protagónico. Nuestras familias nos han apoyado cada minuto en los momentos en los que no podemos compartir con ellos y han estado presentes cuando hay que ponerse la camiseta. Los amigos también han sido fundamentales, con ese cariño verdadero de quienes nos acompañan, creen y compran desde el primer metro de tela.
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Los ayudaríamos no solo desde la experiencia de emprendimiento sino desde la asesoría en comunicación. Creemos que nuestro recorrido y nuestras carreras profesionales han sido las claves del éxito.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Aleida: Son personas que están en concordancia con unos valores propios de la marca y que han encajado en nuestro propósito. Lo encabeza mi superdupla, que es cómplice, el trabajo, la estrategia, la locura y la pasión por el buen gusto y los detalles. Siempre hemos tenido feeling para trabajar en ideas y diseño. Le siguen personas maravillosas que nos colaboran día a día en la ejecución de los proyectos con trabajo, incondicionalidad, tesón y cariño.
Pilar: Nuestro equipo tiene un papel protagónico, sin ellos StoryBoard habría sido imposible, partiendo de nuestra mano derecha, Rodrigo, nuestro superhéroe: compra tela, recoge las impresiones, nos busca proveedores, lleva el producto con todo el cuidado y monta nuestro mobiliario. Imposible dejar de reconocer las manos de mujeres que ponen a mover las máquinas de coser y a nuestros familiares, que han cumplido todos los roles: rellenar, armar, resinar, empacar, entregar y apoyarnos incondicionalmente.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Aleida: El sello único son los detalles alrededor del producto, pero nuestro gran diferencial es desarrollar conceptos a la medida de cada cliente, es una marca infinita. Hemos visto llorar de emoción a una mamá destapando una caja con todo un set de bienvenida, llena de productos para su hijo que está por nacer, totalmente personalizados con su nombre, de acuerdo con su estilo en colores y decoración de la habitación.
Pilar: Sorprender. Lo hemos recalcado y esto se logra cuando a la creatividad le pones el corazón. Que una abuela quiera lucir en el evento más especial el poncho con dibujos de su nieto o que las clientas se conviertan en amigas y te pidan colecciones personalizadas para vestir sus mesas al estilo StoryBoard es definitivamente marcar la diferencia.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
Que debe haber un equilibrio entre lo emocional y lo financiero. A veces somos mucho corazón.