“Tenemos que tener ‘hambre’ de ser mejores cada día”: Christian Daes
Christian Daes, COO de Tecnoglass, habla del papel que deben cumplir los empresarios y el Gobierno en la recuperación del país tras la crisis que trajo la pandemia.
Edwin Bohórquez Aya
Estamos viviendo un momento único en la historia con un impacto gigante en la economía. Usted dijo que el mayor miedo de los empresarios era que frenaran la economía y después fuera imposible reanudarla. Y, al final, eso pasó: más de cinco millones de desempleados en un solo mes y una caída en la economía de más del 20 %. ¿Cómo ve esa reanudación de la economía colombiana, ahora que vamos poco a poco con la reactivación?
Es una situación compleja, si bien es importante que nos cuidemos y mitiguemos el riesgo de propagación del virus, vamos a tener que aprender a vivir en un nuevo mundo. Es imperativo que trabajemos juntos, que nos apoyemos, que invirtamos en Colombia y que les continuemos generando confianza a los inversionistas a través de políticas robustas y sostenibles. Sin duda alguna, esta crisis nos desvió de la senda en la que veníamos, pero los colombianos somos resilientes; definitivamente no va a ser de la noche a la mañana, pero creo que tenemos una base sólida para reconstruir.
A pesar del frenazo a la economía, mantuvieron a sus más de 5 mil empleados. ¿La sociedad, sus clientes, todos sus “steakholders” se lo recompensarán?
Tecnoglass es una familia, nuestros steakholders más importantes son nuestros empleados, a ellos les debemos lo que hoy es la compañía. Hicimos lo que teníamos que hacer para asegurar su bienestar en estos tiempos tan difíciles. Esperamos que nos reconozcan por lo que hemos construido, por la trayectoria, por aportarle al país y su desarrollo; no necesariamente por una acción puntual, la cual ya de por sí está en línea con nuestros valores corporativos.
¿Qué cree que pasará con aquellas empresas que tuvieron que despedir empleados o los sacaron a vacaciones obligadas, unos más a licencias no remuneradas o los que bajaron los salarios? Vimos muchos comentarios en redes sociales con la respuesta de los consumidores diciendo que no les volverían a comprar a esas empresas. ¿Qué cree que pasará?
Es una situación compleja, Tecnoglass estuvo bien preparada para afrontar el reto y se encuentra en una industria esencial para el país. Tuvimos la fortuna de poder prepararnos para operar bajo los más altos estándares de salubridad y retomar nuestras actividades. Muchas compañías están en una situación más compleja, donde los directores tienen que sopesar estas medidas con la viabilidad del negocio, y otras ya dejaron de existir pese a tomar medidas drásticas y difíciles. Me gustaría pensar que la mayoría de las compañías trataron de actuar de tal forma que buscaran proteger a sus empleados en la medida que fuese posible, pero es entendible que es una situación extrema donde se tuvieron que tomar medidas muy difíciles.
Hablemos de dignidad humana, un tema en el que usted siempre hace especial énfasis. ¿Esa es la razón de iniciativas sociales, como la entrega de mercados y lo que han llamado “adopción de barrios enteros”?
Nada nos ganamos con que nuestro negocio les genere bienestar a unos pocos, queremos que nuestra comunidad esté bien, queremos que Barranquilla continúe en la senda de la prosperidad en la cual venía. Nosotros le venimos invirtiendo a la filantropía a través de la Fundación Tecnoglass desde hace años, no solo a raíz de la pandemia. En estos momentos es cuando más nos necesitan, tenemos que ser parte de la solución.
La pregunta que este año les estamos haciendo a los líderes es si creen posible que la solidaridad sea sostenible. ¿Cuál es su opinión?
Definitivamente, la solidaridad es algo que debe pertenecer a nuestro ADN. Desafortunadamente vivimos en un país con una alta desigualdad, estamos llamados a contribuir con achicar las diferencias y contribuir al desarrollo. Necesitamos invertir en Colombia y que todos estemos mejor, esto no se trata de un tema puntual a corto plazo, se trata de acciones sostenibles sobre el tiempo.
¿Cómo lograr una justicia social en Colombia desde el ámbito empresarial? ¿Mejores salarios? ¿Educación para los empleados? ¿Planes de educación para los hijos de los empleados? ¿Promoción y creación de emprendimientos?
Todo va de la mano en que podamos generar confianza, incentivar la inversión, apostarle a Colombia. Veníamos en un camino de mejora, el Gobierno venía haciendo la tarea a través de una política fiscal responsable para financiar programas sociales. Hacia delante vamos a tener retos, porque las cuentas van a estar más apretadas, por ende, es importante no dejarles la carga exclusiva al Gobierno y a los pocos que pagamos impuestos a cabalidad, debemos buscar una contribución más extensiva que al final genere una riqueza colectiva.
En el país se está hablando de la renta básica universal como estrategia de equidad. ¿Qué tan viable la ve?
Tiene sus retos y sabemos que se está evaluando a través de los expertos. Creo que al final hay que evaluar bien sus ventajas y retos, Colombia se ha caracterizado por tomar decisiones responsables y tener una política fiscal sólida, cualquier decisión en este sentido debe sopesar sus beneficios, pero también sus costos.
Usted trabaja en una empresa con base tecnológica en la industria del vidrio, por eso están enlistados en la bolsa de Nueva York bajo el Nasdaq. ¿Cómo fomentar la base tecnológica, justo ahora en medio de esta coyuntura alargada donde se quiere evitar el contacto físico, para otras industrias en el país tan atrasadas en la materia?
Nosotros le venimos invirtiendo fuertemente a la tecnología, hemos hecho grandes inversiones apostándole al futuro y bajo una estrategia a largo plazo. El apostarle a la innovación es fundamental, el concepto de “reinventarse” no es nuevo, es parte esencial de la sostenibilidad de cualquier negocio. El Gobierno está buscando incentivar la innovación y la tecnología, pero los empresarios tienen también que tener la iniciativa de querer ser más eficientes, de querer diferenciarse, de tomar riesgos calculados para darle sostenibilidad al negocio. No nos podemos quedar en el status quo y arriesgar perder competitividad, tenemos que tener “hambre” de ser mejores cada día.
Muchos han dicho que esta pandemia nos está cambiando, que nos ha hecho pensar más en los demás, en ser conscientes de que lo que yo haga tiene impacto en el otro, ser más empáticos. Pero muchas de las escenas que vimos en el día sin IVA nos mostraron que no es tan cierto. ¿Cree que la pandemia logrará hacerle ajustes a la idiosincrasia colombiana?
Yo creo que el mundo en general va a tener cambios estructurales por lo menos en el corto y mediano plazo, sin embargo, es posible que cuando las cosas se normalicen, volvamos a algo parecido a lo que teníamos antes de la pandemia. Para buscar cambios de raíz hay que invertir en educación, en que las personas tengan principios arraigados desde el principio, no es algo tan fácil de cambiar de un día para otro, es algo que se construye con tiempo y esfuerzo.
Muchos empresarios han pedido, desde hace años, una política industrial clara. Recuerdo ese debate entre el presidente de la Andi y una entonces ministra de Comercio, cuando la discusión era ‘Colombia y la enfermedad holandesa’. ¿Una política industrial más clara, fuerte, con clúster definidos, nos permitiría crear esos empleos de calidad que tanto se buscan y, de esa forma, conseguir una sociedad más justa, por lo menos en ingresos per cápita? ¿Atacar la informalidad de manera contundente? ¿Qué parte, justo en este momento, debe asumir el gobierno y qué parte los empresarios e industriales?
Creo que el gobierno viene haciendo la tarea para proveer incentivos de inversión que nos permitan diversificar la industria y generar más empleos de calidad. La tarea tiene que ser conjunta, necesitamos no solo el apoyo del gobierno para continuar desarrollando políticas claras que incentiven el desarrollo sino también más gente con ganas de emprender y desarrollar estas oportunidades. Necesitamos tener ambos lados, los que ayuden a crear empresas, pero los que quieran crearla, es un trabajo conjunto.
Estamos viviendo un momento único en la historia con un impacto gigante en la economía. Usted dijo que el mayor miedo de los empresarios era que frenaran la economía y después fuera imposible reanudarla. Y, al final, eso pasó: más de cinco millones de desempleados en un solo mes y una caída en la economía de más del 20 %. ¿Cómo ve esa reanudación de la economía colombiana, ahora que vamos poco a poco con la reactivación?
Es una situación compleja, si bien es importante que nos cuidemos y mitiguemos el riesgo de propagación del virus, vamos a tener que aprender a vivir en un nuevo mundo. Es imperativo que trabajemos juntos, que nos apoyemos, que invirtamos en Colombia y que les continuemos generando confianza a los inversionistas a través de políticas robustas y sostenibles. Sin duda alguna, esta crisis nos desvió de la senda en la que veníamos, pero los colombianos somos resilientes; definitivamente no va a ser de la noche a la mañana, pero creo que tenemos una base sólida para reconstruir.
A pesar del frenazo a la economía, mantuvieron a sus más de 5 mil empleados. ¿La sociedad, sus clientes, todos sus “steakholders” se lo recompensarán?
Tecnoglass es una familia, nuestros steakholders más importantes son nuestros empleados, a ellos les debemos lo que hoy es la compañía. Hicimos lo que teníamos que hacer para asegurar su bienestar en estos tiempos tan difíciles. Esperamos que nos reconozcan por lo que hemos construido, por la trayectoria, por aportarle al país y su desarrollo; no necesariamente por una acción puntual, la cual ya de por sí está en línea con nuestros valores corporativos.
¿Qué cree que pasará con aquellas empresas que tuvieron que despedir empleados o los sacaron a vacaciones obligadas, unos más a licencias no remuneradas o los que bajaron los salarios? Vimos muchos comentarios en redes sociales con la respuesta de los consumidores diciendo que no les volverían a comprar a esas empresas. ¿Qué cree que pasará?
Es una situación compleja, Tecnoglass estuvo bien preparada para afrontar el reto y se encuentra en una industria esencial para el país. Tuvimos la fortuna de poder prepararnos para operar bajo los más altos estándares de salubridad y retomar nuestras actividades. Muchas compañías están en una situación más compleja, donde los directores tienen que sopesar estas medidas con la viabilidad del negocio, y otras ya dejaron de existir pese a tomar medidas drásticas y difíciles. Me gustaría pensar que la mayoría de las compañías trataron de actuar de tal forma que buscaran proteger a sus empleados en la medida que fuese posible, pero es entendible que es una situación extrema donde se tuvieron que tomar medidas muy difíciles.
Hablemos de dignidad humana, un tema en el que usted siempre hace especial énfasis. ¿Esa es la razón de iniciativas sociales, como la entrega de mercados y lo que han llamado “adopción de barrios enteros”?
Nada nos ganamos con que nuestro negocio les genere bienestar a unos pocos, queremos que nuestra comunidad esté bien, queremos que Barranquilla continúe en la senda de la prosperidad en la cual venía. Nosotros le venimos invirtiendo a la filantropía a través de la Fundación Tecnoglass desde hace años, no solo a raíz de la pandemia. En estos momentos es cuando más nos necesitan, tenemos que ser parte de la solución.
La pregunta que este año les estamos haciendo a los líderes es si creen posible que la solidaridad sea sostenible. ¿Cuál es su opinión?
Definitivamente, la solidaridad es algo que debe pertenecer a nuestro ADN. Desafortunadamente vivimos en un país con una alta desigualdad, estamos llamados a contribuir con achicar las diferencias y contribuir al desarrollo. Necesitamos invertir en Colombia y que todos estemos mejor, esto no se trata de un tema puntual a corto plazo, se trata de acciones sostenibles sobre el tiempo.
¿Cómo lograr una justicia social en Colombia desde el ámbito empresarial? ¿Mejores salarios? ¿Educación para los empleados? ¿Planes de educación para los hijos de los empleados? ¿Promoción y creación de emprendimientos?
Todo va de la mano en que podamos generar confianza, incentivar la inversión, apostarle a Colombia. Veníamos en un camino de mejora, el Gobierno venía haciendo la tarea a través de una política fiscal responsable para financiar programas sociales. Hacia delante vamos a tener retos, porque las cuentas van a estar más apretadas, por ende, es importante no dejarles la carga exclusiva al Gobierno y a los pocos que pagamos impuestos a cabalidad, debemos buscar una contribución más extensiva que al final genere una riqueza colectiva.
En el país se está hablando de la renta básica universal como estrategia de equidad. ¿Qué tan viable la ve?
Tiene sus retos y sabemos que se está evaluando a través de los expertos. Creo que al final hay que evaluar bien sus ventajas y retos, Colombia se ha caracterizado por tomar decisiones responsables y tener una política fiscal sólida, cualquier decisión en este sentido debe sopesar sus beneficios, pero también sus costos.
Usted trabaja en una empresa con base tecnológica en la industria del vidrio, por eso están enlistados en la bolsa de Nueva York bajo el Nasdaq. ¿Cómo fomentar la base tecnológica, justo ahora en medio de esta coyuntura alargada donde se quiere evitar el contacto físico, para otras industrias en el país tan atrasadas en la materia?
Nosotros le venimos invirtiendo fuertemente a la tecnología, hemos hecho grandes inversiones apostándole al futuro y bajo una estrategia a largo plazo. El apostarle a la innovación es fundamental, el concepto de “reinventarse” no es nuevo, es parte esencial de la sostenibilidad de cualquier negocio. El Gobierno está buscando incentivar la innovación y la tecnología, pero los empresarios tienen también que tener la iniciativa de querer ser más eficientes, de querer diferenciarse, de tomar riesgos calculados para darle sostenibilidad al negocio. No nos podemos quedar en el status quo y arriesgar perder competitividad, tenemos que tener “hambre” de ser mejores cada día.
Muchos han dicho que esta pandemia nos está cambiando, que nos ha hecho pensar más en los demás, en ser conscientes de que lo que yo haga tiene impacto en el otro, ser más empáticos. Pero muchas de las escenas que vimos en el día sin IVA nos mostraron que no es tan cierto. ¿Cree que la pandemia logrará hacerle ajustes a la idiosincrasia colombiana?
Yo creo que el mundo en general va a tener cambios estructurales por lo menos en el corto y mediano plazo, sin embargo, es posible que cuando las cosas se normalicen, volvamos a algo parecido a lo que teníamos antes de la pandemia. Para buscar cambios de raíz hay que invertir en educación, en que las personas tengan principios arraigados desde el principio, no es algo tan fácil de cambiar de un día para otro, es algo que se construye con tiempo y esfuerzo.
Muchos empresarios han pedido, desde hace años, una política industrial clara. Recuerdo ese debate entre el presidente de la Andi y una entonces ministra de Comercio, cuando la discusión era ‘Colombia y la enfermedad holandesa’. ¿Una política industrial más clara, fuerte, con clúster definidos, nos permitiría crear esos empleos de calidad que tanto se buscan y, de esa forma, conseguir una sociedad más justa, por lo menos en ingresos per cápita? ¿Atacar la informalidad de manera contundente? ¿Qué parte, justo en este momento, debe asumir el gobierno y qué parte los empresarios e industriales?
Creo que el gobierno viene haciendo la tarea para proveer incentivos de inversión que nos permitan diversificar la industria y generar más empleos de calidad. La tarea tiene que ser conjunta, necesitamos no solo el apoyo del gobierno para continuar desarrollando políticas claras que incentiven el desarrollo sino también más gente con ganas de emprender y desarrollar estas oportunidades. Necesitamos tener ambos lados, los que ayuden a crear empresas, pero los que quieran crearla, es un trabajo conjunto.