Un emprendimiento de moda sostenible para los más pequeños de la casa
Le dan una segunda oportunidad a alrededor de 800 prendas por mes, lo que equivale al año a 9.600 prendas reutilizadas, aproximadamente.
Tatiana Gómez Fuentes
“Pulgarín es un emprendimiento de moda sostenible para bebés y niños, desde la talla 0 hasta la 14. Aquí pueden vender o comprar ropa de segunda mano en excelente estado. Contamos con dos puntos físicos, uno en la ciudad de Santa Marta y otra en la zona bananera del país. Actualmente, incluimos en nuestro proyecto una línea de artesanías locales, la cual es exhibida en nuestra tienda, fortaleciendo nuestro compromiso social con las comunidades indígenas y artesanas de la región.
Recientemente, decidimos apostarle a una sección de prendas para adultos que lleva por nombre Pulgarín Family. Trabajamos también desde nuestro emprendimiento en otra de nuestras misiones que es el trabajo social que desarrollamos en distintas comunidades, llevando donaciones de ropa, calzado, útiles y alimentos, denominándola “Herencias”, buscando siempre con nuestra idea aportar de forma positiva a escenarios sociales y contribuir hacia al consumo responsable y cuidado del medio ambiente”, así empezó a contarnos su historia Fabiola Cárdenas, la fundadora detrás de este emprendimiento colombiano. Después de entender su idea de negocio, decidimos hablar con ella en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos y aquí está contada por ella misma.
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
28 años, estudiante de último semestre de Comunicación Social y Periodismo.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Pulgarín nace en plena pandemia como una flor en el desierto, en un momento difícil para nosotros y para el mundo entero. No teníamos muchas opciones, solo una pequeña idea. Decidimos tomar toda la ropa de nuestra hija y venderla, así que creamos una página en Instagram y comenzamos a publicar todo, para nuestra sorpresa vendimos todo el mismo día.
Esto se volvió un reto para nosotros, pues no contábamos con capital para conseguir más ropa. Así que ideamos un proceso de compra en el que las familias nos daban bajo consignación las prendas de sus hijos y nosotros, a medida que las íbamos vendiendo, les dábamos su parte de la ganancia, así y poco a poco fue creciendo este sueño.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Inicialmente nuestra intención era sinceramente sobrevivir, vender las prendas de nuestra hija como único recurso, no teníamos muchas opciones, estábamos en pleno confinamiento. Teníamos claro que queríamos darle valor agregado, un plus a todo, así que nos esforzamos por darle una imagen bonita, armamos un set de fotos en la sala de nuestra casa, buscamos flores silvestres, y comenzamos con nuestra identidad muy marcada, todo, a través de Instagram.
Fuimos solo tienda virtual durante un año y medio, luego dimos el salto a tienda física con un capital de no más de 300 mil pesos. Montamos la tienda utilizando una mesa que nos regalaron, un espejo, un abanico, un recibidor, compramos algunos implementos de segunda mano y armamos con palos los espacios para colgar la ropa. Así inicio nuestra primera tienda física.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Somos el tipo de emprendimiento que empieza literalmente con cero pesos, como mencioné anteriormente, vendimos la ropa de nuestra hija y ahí poco a poco comenzó todo.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Nuestro principal logro es tener la posibilidad de crear empresa a partir de la familia, ponernos en sintonía y luchar día a día por esto, siendo Dios el centro de todo. No menos importante, hemos cambiado la forma en cómo las personas ven la ropa de segunda mano, cada día son más y más familias que le confían a Pulgarín el vestir de sus hijos, y ahora también de ellos.
Estamos alargando el ciclo de vida de las prendas, dándoles una segunda oportunidad de uso, contribuyendo así al consumo responsable y cuidado del medio ambiente.
6. ¿Soy feliz?
Dejé de sentir mi emprendimiento como un trabajo, es mi pasión, amo lo que hago y lo que gracias a Dios y a mi familia estamos logrado, así que soy inmensamente feliz.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
En este momento no, pero nunca hay que cerrarse a las posibilidades.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Emprender ha sido un camino de trocha, una montaña rusa de emociones, un acto total de fe en el que hemos saltado más de una vez al vacío, en el que hemos sembrado con lágrimas y sacrificio, pero donde también hemos recogido con alegría.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Siento que a pesar de que falta mucho camino por recorrer, hemos cruzado muchas metas ya, alcanzado cosas que ni imaginamos, así que celebramos todos los días los pequeños logros. Sueño con generar más empleos y con tener puntos físicos en todo Colombia.
Una historia para destacar: Una tienda de “souvenirs” inspirada en Colombia
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
A corto plazo queremos mejorar cada uno de nuestros procesos, darnos a conocer más a nivel nacional y seguir posicionándonos aquí en Santa Marta. Seguiremos trabajando para materializar la idea de abrir nuevos puntos físicos en Colombia. Anhelamos poder seguir aportando a poblaciones vulnerables como lo hemos hecho desde que comenzamos, pero esta vez con más alcance.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Sí, esta industria está en constante movimiento.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
Para crecer seguiremos haciendo lo de siempre, trabajar duro, con constancia y de la mano de Dios. En el momento no contemplamos la posibilidad de ceder parte de nuestra empresa a nadie.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Sacrificar mi tiempo en familia por el trabajo, emprender 24/7 es agotador, por eso considero que teniendo mejores procesos se puede optimizar el tiempo y cumplir con todo.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Nuestra inspiración es Juana, nuestra hija. Ella fue la semilla que Dios nos envió, esa luz en el camino. Bueno, y al hablar de inspiración, debo decir que está en todos lados, en la mujer colombiana y su capacidad de reinventarse las veces que sea necesario, en mi mamá, en mi abuela, en cada madre, destacando la capacidad de luchar.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Para ganar siempre se pierde algo. Han sido muchas las ocasiones en las que he dicho “no más”. En ocasiones me he sentido sin salida, sin ganas, sin inspiración y con bloqueos creativos. Cuando inicié mi emprendimiento, perdí a mi abuelo y un mes después a mi suegro, estas dos situaciones nos devastaron como familia, pero nos sobrepusimos. Ahí fue que dije “si esto no me detuvo, entonces seguiré”, así que lo pude lograr con el amor de mi familia y con las fuerzas de Dios. Aquí vamos de victoria en victoria.
Visite la sección de Emprendimiento y Liderazgo de El Espectador
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Hago parte de una comunidad cristiana, que toca justo esa parte que todo emprendedor debe tener fortalecida: la espiritualidad, ahí está la fuente de nuestros pequeños y grandes logros, en saber dónde encontrar inspiración y palabras de fe para seguir adelante.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
A mi generación ya la ha impactado. Actualmente, cinco miembros de mi familia trabajan con nosotros y ya sueñan con crecer como emprendedores. Aquí se habla un lenguaje de reino y de fe, todos aquí estamos convencidos del poder de creer. Este es mi sueño personal más grande, que otras personas puedan crecer a través de nuestra historia, que puedan inspirarse, así que soy la más feliz cuando veo a alguien dar el salto, intentarlo.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Con locales en muchos pueblos, municipios y ciudades de Colombia. También quisiéramos abrir una fundación que brinde apoyo a comunidades en condición de pobreza extrema. Pero además, una red de emprendimiento que permita capacitar a mujeres y madres cabeza de hogar.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Mi familia es el pilar, todos con su esfuerzo, amor y paciencia, han sido los espectadores, para luego convertirse en los protagonistas de este cuento, siempre estamos hablando un mismo idioma, soñando lo mismo. Estar juntos es nuestro mayor logro.
Lea también: Un “e-commerce” que vende piezas decorativas hechas en cemento
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Es mi misión, estoy aquí para servir y ser ese instrumento de amor que ayude a otros, no necesito haber logrado mucho, de lo poco que sé, puedo impartir e impulsar a otros, lo creo.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Mi equipo es mi familia.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Nuestro sello es convertir nuestro emprendimiento en una extensión de nosotros mismos, es el poder de una comunicación que nace desde la sencillez y desde el ingenio. Nuestro sello es ser nosotros mismos, parece cliché, pero las personas logran conectar con nuestra marca a través de todo ese proceso de humanización que hemos tenido desde siempre.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
Que un emprendedor debe ser integral, que la espiritualidad es el centro de todo, que los muchos golpes son los que rompen la piedra, que es necesario quebrarse muchas veces para luego volver a crear algo hermoso, y que mientas estemos unidos podemos con todo. Podría escribir hojas enteras de todo el aprendizaje que hemos obtenido en nuestro camino como emprendedores, y aun así nos quedaríamos cortos.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚
“Pulgarín es un emprendimiento de moda sostenible para bebés y niños, desde la talla 0 hasta la 14. Aquí pueden vender o comprar ropa de segunda mano en excelente estado. Contamos con dos puntos físicos, uno en la ciudad de Santa Marta y otra en la zona bananera del país. Actualmente, incluimos en nuestro proyecto una línea de artesanías locales, la cual es exhibida en nuestra tienda, fortaleciendo nuestro compromiso social con las comunidades indígenas y artesanas de la región.
Recientemente, decidimos apostarle a una sección de prendas para adultos que lleva por nombre Pulgarín Family. Trabajamos también desde nuestro emprendimiento en otra de nuestras misiones que es el trabajo social que desarrollamos en distintas comunidades, llevando donaciones de ropa, calzado, útiles y alimentos, denominándola “Herencias”, buscando siempre con nuestra idea aportar de forma positiva a escenarios sociales y contribuir hacia al consumo responsable y cuidado del medio ambiente”, así empezó a contarnos su historia Fabiola Cárdenas, la fundadora detrás de este emprendimiento colombiano. Después de entender su idea de negocio, decidimos hablar con ella en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos y aquí está contada por ella misma.
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
28 años, estudiante de último semestre de Comunicación Social y Periodismo.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Pulgarín nace en plena pandemia como una flor en el desierto, en un momento difícil para nosotros y para el mundo entero. No teníamos muchas opciones, solo una pequeña idea. Decidimos tomar toda la ropa de nuestra hija y venderla, así que creamos una página en Instagram y comenzamos a publicar todo, para nuestra sorpresa vendimos todo el mismo día.
Esto se volvió un reto para nosotros, pues no contábamos con capital para conseguir más ropa. Así que ideamos un proceso de compra en el que las familias nos daban bajo consignación las prendas de sus hijos y nosotros, a medida que las íbamos vendiendo, les dábamos su parte de la ganancia, así y poco a poco fue creciendo este sueño.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Inicialmente nuestra intención era sinceramente sobrevivir, vender las prendas de nuestra hija como único recurso, no teníamos muchas opciones, estábamos en pleno confinamiento. Teníamos claro que queríamos darle valor agregado, un plus a todo, así que nos esforzamos por darle una imagen bonita, armamos un set de fotos en la sala de nuestra casa, buscamos flores silvestres, y comenzamos con nuestra identidad muy marcada, todo, a través de Instagram.
Fuimos solo tienda virtual durante un año y medio, luego dimos el salto a tienda física con un capital de no más de 300 mil pesos. Montamos la tienda utilizando una mesa que nos regalaron, un espejo, un abanico, un recibidor, compramos algunos implementos de segunda mano y armamos con palos los espacios para colgar la ropa. Así inicio nuestra primera tienda física.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Somos el tipo de emprendimiento que empieza literalmente con cero pesos, como mencioné anteriormente, vendimos la ropa de nuestra hija y ahí poco a poco comenzó todo.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Nuestro principal logro es tener la posibilidad de crear empresa a partir de la familia, ponernos en sintonía y luchar día a día por esto, siendo Dios el centro de todo. No menos importante, hemos cambiado la forma en cómo las personas ven la ropa de segunda mano, cada día son más y más familias que le confían a Pulgarín el vestir de sus hijos, y ahora también de ellos.
Estamos alargando el ciclo de vida de las prendas, dándoles una segunda oportunidad de uso, contribuyendo así al consumo responsable y cuidado del medio ambiente.
6. ¿Soy feliz?
Dejé de sentir mi emprendimiento como un trabajo, es mi pasión, amo lo que hago y lo que gracias a Dios y a mi familia estamos logrado, así que soy inmensamente feliz.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
En este momento no, pero nunca hay que cerrarse a las posibilidades.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Emprender ha sido un camino de trocha, una montaña rusa de emociones, un acto total de fe en el que hemos saltado más de una vez al vacío, en el que hemos sembrado con lágrimas y sacrificio, pero donde también hemos recogido con alegría.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Siento que a pesar de que falta mucho camino por recorrer, hemos cruzado muchas metas ya, alcanzado cosas que ni imaginamos, así que celebramos todos los días los pequeños logros. Sueño con generar más empleos y con tener puntos físicos en todo Colombia.
Una historia para destacar: Una tienda de “souvenirs” inspirada en Colombia
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
A corto plazo queremos mejorar cada uno de nuestros procesos, darnos a conocer más a nivel nacional y seguir posicionándonos aquí en Santa Marta. Seguiremos trabajando para materializar la idea de abrir nuevos puntos físicos en Colombia. Anhelamos poder seguir aportando a poblaciones vulnerables como lo hemos hecho desde que comenzamos, pero esta vez con más alcance.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Sí, esta industria está en constante movimiento.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
Para crecer seguiremos haciendo lo de siempre, trabajar duro, con constancia y de la mano de Dios. En el momento no contemplamos la posibilidad de ceder parte de nuestra empresa a nadie.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Sacrificar mi tiempo en familia por el trabajo, emprender 24/7 es agotador, por eso considero que teniendo mejores procesos se puede optimizar el tiempo y cumplir con todo.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Nuestra inspiración es Juana, nuestra hija. Ella fue la semilla que Dios nos envió, esa luz en el camino. Bueno, y al hablar de inspiración, debo decir que está en todos lados, en la mujer colombiana y su capacidad de reinventarse las veces que sea necesario, en mi mamá, en mi abuela, en cada madre, destacando la capacidad de luchar.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Para ganar siempre se pierde algo. Han sido muchas las ocasiones en las que he dicho “no más”. En ocasiones me he sentido sin salida, sin ganas, sin inspiración y con bloqueos creativos. Cuando inicié mi emprendimiento, perdí a mi abuelo y un mes después a mi suegro, estas dos situaciones nos devastaron como familia, pero nos sobrepusimos. Ahí fue que dije “si esto no me detuvo, entonces seguiré”, así que lo pude lograr con el amor de mi familia y con las fuerzas de Dios. Aquí vamos de victoria en victoria.
Visite la sección de Emprendimiento y Liderazgo de El Espectador
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Hago parte de una comunidad cristiana, que toca justo esa parte que todo emprendedor debe tener fortalecida: la espiritualidad, ahí está la fuente de nuestros pequeños y grandes logros, en saber dónde encontrar inspiración y palabras de fe para seguir adelante.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
A mi generación ya la ha impactado. Actualmente, cinco miembros de mi familia trabajan con nosotros y ya sueñan con crecer como emprendedores. Aquí se habla un lenguaje de reino y de fe, todos aquí estamos convencidos del poder de creer. Este es mi sueño personal más grande, que otras personas puedan crecer a través de nuestra historia, que puedan inspirarse, así que soy la más feliz cuando veo a alguien dar el salto, intentarlo.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Con locales en muchos pueblos, municipios y ciudades de Colombia. También quisiéramos abrir una fundación que brinde apoyo a comunidades en condición de pobreza extrema. Pero además, una red de emprendimiento que permita capacitar a mujeres y madres cabeza de hogar.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Mi familia es el pilar, todos con su esfuerzo, amor y paciencia, han sido los espectadores, para luego convertirse en los protagonistas de este cuento, siempre estamos hablando un mismo idioma, soñando lo mismo. Estar juntos es nuestro mayor logro.
Lea también: Un “e-commerce” que vende piezas decorativas hechas en cemento
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Es mi misión, estoy aquí para servir y ser ese instrumento de amor que ayude a otros, no necesito haber logrado mucho, de lo poco que sé, puedo impartir e impulsar a otros, lo creo.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Mi equipo es mi familia.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Nuestro sello es convertir nuestro emprendimiento en una extensión de nosotros mismos, es el poder de una comunicación que nace desde la sencillez y desde el ingenio. Nuestro sello es ser nosotros mismos, parece cliché, pero las personas logran conectar con nuestra marca a través de todo ese proceso de humanización que hemos tenido desde siempre.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
Que un emprendedor debe ser integral, que la espiritualidad es el centro de todo, que los muchos golpes son los que rompen la piedra, que es necesario quebrarse muchas veces para luego volver a crear algo hermoso, y que mientas estemos unidos podemos con todo. Podría escribir hojas enteras de todo el aprendizaje que hemos obtenido en nuestro camino como emprendedores, y aun así nos quedaríamos cortos.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚