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“Con esta iniciativa, queremos generar consciencia ambiental y promover buenas prácticas como la reducción, reutilización y reciclaje de diferentes materiales, contribuyendo no solo a la preservación del entorno, sino también al fortalecimiento del bienestar de las comunidades a través del acceso a alimentos esenciales. Estamos ubicados en el municipio de San Martín, Cesar y queremos con nuestra idea de negocio que niños y jóvenes entiendan la importancia de reciclar en barrios y en su entorno escolar”.
Pedro Ariel Serpa, el emprendedores detrás de este negocio, pasó por nuestra sección de 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos, y aquí está su historia:.
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
Tengo 38 años. Mi mamá era una persona muy humilde y en mi juventud pensaba que el estudio no era tan importante, que era mejor trabajar. En ese entonces hice solo hasta cuarto de primaria, pero después entendí que si quería salir adelante debía terminar el bachillerato y lo validé. Luego hice un técnico en Administración de Empresas y Contabilidad y un diplomado de Liderazgo Transformador con la Escuela Superior de Administración Pública.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Ecosam nació hace un año. Somos una empresa de reciclaje con un concepto social, ambiental y comercial ubicada en el municipio de San Martín, Cesar. Recibimos el reciclaje en nuestro centro de recuperación de material a recicladores de oficio, pero también a personas comunes y corrientes que quieren reciclar. Nos entregan diversos materiales como papel, cartón, envases, plástico, hierro, cobre, bronce, aluminio, acero, baterías, entre otros, luego, lo pesamos, le damos un valor y con eso las personas pueden intercambiarlo en nuestra tienda por productos de la canasta familiar como arroz, aceite, atún, granos, azúcar, café, entre otros.
En algunos casos hay personas que necesitan el dinero y se lo damos en efectivo. Asimismo, hay empresas que nos dan los materiales y van acumulando dinero que al final entregan en forma de mercados a sus empleados. Otro valor agregado en el tema social es que vamos a los barrios y hacemos jornadas de recolección en donde enseñamos a clasificar los materiales y le entregamos a los niños alcancías de reciclaje para inculcar en ellos, la cultura del ahorro.
Nuestra idea fue inspirada en un muchacho que vive en Aguachica y que hacía reciclaje de una forma muy básica. Nosotros retomamos esa idea y le incluimos el tema de la tienda y otras actividades.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Cuando vimos que la idea podía ser realizable comenzamos a trabajar en ella. Fue un proceso largo en el que fuimos aprendiendo sobre la marcha. Por ejemplo, hay muchos materiales que nos entregan que no tenemos cómo sacarlos, como el vidrio, que su valor comercial es muy bajo y vale más transportarlo. Por eso, comenzamos a hacer ajustes y a recibir lo que podíamos comercializar de una mejor manera. Hoy en día tenemos como aliada a la Alcaldía del municipio, quienes nos entregan el material y a cambio les damos cuadernos hechos en material biodegradable.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
La bodega y la tienda están ubicadas en un terreno que me dio mi mamá después de un acuerdo entre hermanos. Arrancamos con mis ahorros y con los de una compañera que trabaja con nosotros. Somos cinco personas y tenemos muchos voluntarios que nos apoyan.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Que el reciclaje tenga un objetivo social y no solo comercial, ese es un gran cambio. No queremos que las personas y las empresas reciclen solo por obtener un beneficio económico, sino que tomen consciencia de la importancia de esta labor y aporten para ayudar a otras personas. Antes, acá solo existían los recicladores de oficio, hoy hemos logrado que gente del común también lo haga y que niños, jóvenes y mujeres también se conviertan desde su cotidianidad en recicladores y que obtengan un beneficio en nuestra tienda por hacerlo para llevar alimento a sus casas. Ha sido tal el impacto de esta iniciativa que es raro ver en las calles del municipio botellas o chatarra. La gente ya sabe que pueden tener un valor.
6. ¿Soy feliz?
Sí, soy muy feliz. Me gusta saber que con este emprendimiento no solo estamos aportando al medio ambiente, sino que también ayudamos a las personas. Es una idea que crece cada día más. El tema social siempre ha sido mi propósito a lo largo de mi vida. Por eso, poder hacerlo realidad a través de Ecosam me llena de mucha satisfacción.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
Sé que no es fácil mantenerse en el mercado por la competencia, pero no la vendería. Ecosam se creó con un propósito social muy claro. No es solo una empresa, es un sueño y un proyecto de vida. Queremos que siga adelante y que se multiplique, por eso nos hace muy felices haber sido uno de los ganadores de los premios Somos de la Corporación Mundial de la Mujer Colombia en la categoría Para que el mundo Sea + Vivible.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Al principio fue muy difícil porque no conocíamos la clasificación de los materiales y tuvimos muchas pérdidas. Por otro lado, creíamos que la tienda debería tener una muy grande cantidad de productos y muchos se nos quedaban. Por eso decidimos poner allí solo los que tenían más demanda y eso nos ayudó a salir adelante.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Sí, esto es sueño, ya comenzó a volverse realidad, pero todavía nos hacen falta muchas cosas, como maquinaria que nos ayude en el proceso, una prensa hidráulica, y un camión con el que podamos recoger cada vez más materiales. Contamos con una báscula de 200 kilos, pero necesitamos muchas más. También tenemos unas herramientas básicas con las que realizamos el proceso de descontaminación de los materiales, pero nos toma mucho tiempo. Contar con maquinaria que mejore el proceso sería ideal.
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10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Gracias al premio que nos dio la Corporación vamos a poder invertir en maquinaria como básculas, taladros, pulidoras y sabemos que eso será muy importante para el progreso de nuestro negocio. Tenemos muchas ideas. Queremos hacer ladrillos ecológicos a base de cartón y construir la primera casa en nuestro municipio a base de ladrillos ecológicos, pero para eso necesitamos el apoyo de las empresas para que nos den sus desechos reciclables y cumplan así con su responsabilidad social.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Totalmente. El reciclaje es muy importante para el planeta, es algo que cada día cobra más importancia y del que más personas están tomando conciencia. Queremos poder tener una bodega más grande y poder replicar esta idea en otros municipios.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
Lo podríamos considerar porque queremos que Ecosam sea un proyecto a gran escala y para eso se necesita inversión, sin embargo, para nosotros es indispensable que un posible inversionista tenga la visión social que nosotros tenemos, si solo busca un beneficio económico no lo aceptaríamos porque se alejaría de nuestro propósito.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Uno al principio se encuentra con personas muy emocionadas que quieren participar del negocio, pero poco a poco lo van dejando a un lado. De pronto no volvería a creer tanto en personas que no se comprometan de lleno con el negocio porque eso nos hizo perder mucho tiempo y esfuerzos. Yo a veces siento que estoy fuera de lugar, porque mi visión y mi mente son muy amplias y en un pueblo tan pequeño es difícil lograr todas las ideas que tengo en mente.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
En primer lugar, Eliseo, que fue el muchacho de Aguachica en el que nos inspiramos para crear el negocio. Ya en otro nivel admiro mucho a Gohard Giraldo, de la Fundación Un techo Para mi País, y a Camilo Montes, que en la actualidad es director ejecutivo de la Cámara de Industria de Alimentos ANDI. Lo admiro por la calidad de persona que es, ya que a pesar de su jerarquía no deja de ser una persona humanamente muy buena y con mucha pasión para ayudar a los emprendedores.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Muchas veces porque no es fácil. A veces se cierran muchas puertas y aceptarlo es difícil, pero muchas otras también se abren y eso es lo que nos motiva a seguir adelante, nada se construye de la noche a la mañana y todo es un proceso. En este negocio hay mucho monopolio y muchos intereses, así que lograr entrar con un propósito social tiene muchos obstáculos, sobre todo en pueblos pequeños como este, en donde lograr que las personas abran la mente es muy complicado.
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16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Para nosotros la CMMC ha sido muy valiosa, porque bajo su asesoría hemos aprendido la importancia de hacer un plan de negocios inteligente, y de usar el marketing como estrategia para impulsarnos y crecer. También el apoyo en capacitarnos en diferentes áreas y en alentarnos a innovar para que podamos hacer realidad todas las ideas que tenemos.
En este punto también quiero destacar que el apoyo de los habitantes del municipio porque son personas que han entendido nuestro propósito y nos ayudan constantemente, no solo trayendo sus materiales, sino también ofreciéndose como voluntarios y divulgando lo que hacemos.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Hoy en día nos apoyan muchos jóvenes en nuestras jornadas de eco trueque en los barrios. En la actualidad hacemos varios talleres de semilleros de trabajo ambiental en el que les enseñamos la importancia del reciclaje para el medio ambiente, y de la labor social que realizamos. Buscamos que niños y jóvenes apoyen estas iniciativas en sus barrios y en su entorno escolar.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Si todo se da como lo planeamos podríamos estar en varias regiones del país y hacer alianzas con cadenas de supermercados para hacer las redenciones, también buscamos lograr alianzas estratégicas de responsabilidad social y ambiental con universidades y empresas privadas.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Cuando uno comienza a emprender se da cuenta quiénes son los verdaderos amigos, esos que te apoyan de diferentes maneras y que te ayudan en todo. Muchos son voluntarios en las jornadas de reciclaje, otros traen sus materiales y le cuentan a más personas sobre nuestro proyecto, eso es muy valioso. En cuanto a mi familia, he contado con el apoyo incondicional de mi esposa y de mis dos hijos, uno de 16 años y una niña de 6, ellos son mi motor.
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20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Claro que sí. He conocido a lo largo de la labor social que he hecho en mi vida muchas personas muy valiosas que necesitan apoyo para emprender y reconocimiento a su labor. Estoy dispuesto a ayudarlos a través de asesorías que les permitan sacar sus emprendimientos adelante. Hago contenido en Facebook constantemente para ellos, los entrevisto y les doy visibilidad.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
En el emprendimiento con total dedicación estamos cinco personas, pero tenemos otras externas que nos apoyan, como el dueño de la bici taxi, que es quien nos recoge materiales cuando lo requerimos. Cuando hacemos las jornadas de eco trueque nos apoyan varios voluntarios, entre ellos muchos jóvenes.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
El servicio me encanta servirle a la gente. Pienso que cuando algo está a tu alcance para ayudar a otros, debes hacerlo. Soy líder social, ambiental desde niño, comencé participando en la Asociación de Jóvenes de San Martín, Cesar y toda mi vida ha estado enfocada en el trabajo social, esa es mi pasión y me siento muy satisfecho ahora de poder seguir en el mismo camino con este emprendimiento.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
He aprendido que uno puede tener una idea maravillosa y que lo más difícil no es empezar, sino mantenerse. Uno tiene que estar abierto constantemente al aprendizaje, pero también a desaprender, a dejar de lado esas cosas que no nos sirven y que nos impiden progresar.
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