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“BLOOM es una empresa social con enfoque de género que trabaja por la salud menstrual. Nuestra misión es mejorar la calidad de vida de niñas, adolescentes, mujeres y otras personas menstruantes a través de productos sostenibles, saludables y de alta calidad para la gestión menstrual como las copas menstruales y los calzones absorbentes. También ofrecemos talleres educativos sobre derechos sexuales, menstruales y reproductivos. Entre los principales temas están los mitos y tabúes de la menstruación, la anatomía femenina y el ciclo menstrual, cómo navegar los cambios físicos y hormonales en el espacio laboral, cómo abordar la primera menstruación de las niñas, entre otros temas con enfoque de género, y por último, trabajamos de manera constante en la investigación y medición de impacto, porque creemos en soluciones integrales basadas en análisis de datos para generar un impacto medible a corto, mediano y largo plazo. Nuestro objetivo es resignificar la menstruación”, sin más preámbulo aquí va la historia de Laura Restrepo, la emprendedora detrás de BLOOM. Hablamos con ella en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos y esta es su historia:
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
30 años, Administración de Empresas en la Universidad de los Andes
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Estaba en la universidad cuando oí sobre la copa menstrual por primera vez. Al principio me dieron nervios sólo de pensar que debía introducir ese dispositivo en la vagina, pero siempre he sido de mente abierta y los beneficios ambientales me convencieron.
Desde el primer mes que utilicé la copa viví mi menstruación de una forma completamente diferente a lo que venía acostumbrada por más de 10 años. Me impactó que no había malos olores, que podía dormir perfectamente sin mancharme, que podía estar todo el día sin tener que preocuparme por cambiar el tampón y que podía sentirme igual de cómoda que en los días sin la regla. Fue una experiencia tan linda que decidí volverme revendedora de una marca que ya estaba en Colombia y contarle a todas las mujeres a mi alrededor de este invento tan increíble. Hablando con mi clientas pude ver que la copa no sólo me había cambiado la vida a mi, sino que a las otras mujeres también les estaba funcionando a la perfección y estaban felices con ella.
Empecé a investigar sobre la menstruación en Colombia y no encontré mucho, excepto un estudio de la UNICEF de 2015 que contaba como una de cada 4cuatro niñas deja de asistir al colegio por la menstruación. Para mi esta cifra fue reveladora, sin lugar a dudas, la falta de educación y de posibilidades a una gestión menstrual digna estaba contribuyendo a una brecha de género que se traduce en menores oportunidades laborales y económicas para las niñas y mujeres.
Rápidamente visualice cómo la copa menstrual y otras alternativas reutilizables, acompañadas de educación, podrían ayudar a resolver ciertas desigualdades de género desde el ámbito económico, social y ambiental. Fue en ese momento, donde entendí la dimensión del problema y me propuse crear mi propia empresa con enfoque de género, para investigar, analizar y llevar soluciones sostenibles para que millones de niñas y mujeres dejaran de sentirse limitadas por su ciclo menstrual, para que todos, tanto hombres como mujeres empezáramos a romper mitos y tabúes sobre la menstruación y tomar decisiones más conscientes con respecto a nuestro cuerpo y el planeta.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
El canal de comunicación más importante en el crecimiento de la empresa sin duda fue Instagram. Fue ahí donde empecé a crear una comunidad de mujeres espectaculares, con ganas de aprender más sobre su cuerpo y de vivir una menstruación más cómoda y tranquila.
Sin embargo, el componente fundamental para que BLOOM se convirtiera en lo que es hoy, siempre ha sido oír muy atentamente a nuestras clientas, entender qué les gusta, qué no les gusta, qué les da miedo, qué les da asco, qué las motiva a hacer un cambio de hábito, cuáles son sus dolores más grandes, entre otras preguntas claves que las startups centradas en usuarios debemos hacernos constantemente para iterar nuestros productos y servicios.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Con mis ahorros de la universidad empezó este sueño. Literalmente, con 3 millones de pesos. Fui muy juiciosa con las finanzas desde el principio para asegurar que con las utilidades pudiera comprar una siguiente tanda de más copas. BLOOM ha sido una empresa que ha sobrevivido bajo el modelo de Bootstrapping, es decir, que todas sus utilidades se han vuelto a invertir en la empresa para poder crecer.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Estamos logrando muchas cosas, afortunadamente:
● Estamos mostrándole a las mujeres una nueva forma de vivir su menstruación de una manera cómoda, práctica y saludable.
● Estamos enseñándole a los hombres, que la menstruación y los ciclos no es un tema sólo de mujeres, sino que ellos desde sus diferentes roles, ya sea como hermanos, papás, amigos, pareja, o compañeros de trabajo, también deben aprender sobre la naturaleza femenina para que se conviertan en nuestro apoyo y dejen de llamarnos locas, irritables o personas a las que nadie entiende.
● Estamos evitando miles de toneladas de basura.
● Estamos evitando miles de toneladas de emisiones de CO2.
● Estamos ayudando a las mujeres a ahorrar dinero en productos desechables.
● Estamos contribuyendo a que las mujeres tengan menores infecciones urinarias.
● Estamos contribuyendo a que las mujeres conozcan su cuerpo, dejen de tenerle miedo, asco y vergüenza.
● Estamos contribuyendo a que las mujeres descubran su sexualidad y la vivan plenamente sin culpa.
● Estamos empoderando niñas y mujeres cuando les llevamos educación para que tomen decisiones informadas, desde escoger el método anticonceptivo que más les guste, o incluso evitar embarazos no deseados al derribar mitos sobre el ciclo menstrual y la sexualidad
6. ¿Soy feliz?
¡Soy absolutamente feliz! Bloom me ha permitido abrir los ojos a las problemáticas de género en Colombia, en Latinoamérica y en el mundo. Ha sido a través de esta empresa que he descubierto uno de mis propósitos de vida más importantes: trabajar con enfoque de impacto en toda la cadena de valor. Es decir, cómo impactar desde el producto, pero también cómo impactar de manera positiva a cada persona que rodea la empresa: empleados, proveedores, aliados, etc.
Me siento profundamente agradecida por tener la oportunidad de gozar el trabajo, incluso en los momentos más difíciles, incluyendo todos los sube y bajas y todas las lágrimas. En BLOOM hemos logrado crear un espacio de trabajo flexible y muy poderoso, donde los retos los inspiran a ser mejores y donde los fracasos sin nuestros mejores profesores. Debo admitir que amo los lunes y nunca he sentido pereza un domingo en la noche por tener trabajo al día siguiente. Creo que eso lo resume todo.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
Cuando uno empieza un emprendimiento, uno no está pensando en venderlo, mucho menos en los primeros años. Al principio uno está mirando si su producto resuelve el problema, si a la gente le gusta lo que ofreces y si están dispuestos a pagar por ello. Una vez se pasa esa etapa, es momento de escalar y es en esta fase donde muchas cosas pueden pasar. Hasta el momento no he pensado en venderlo. Pero si llegase un momento en el que otras personas u otra organización pueda llegar a impulsar el crecimiento de la empresa más de lo que lo puedo hacer yo, por qué no.
Con los años he aprendido que la misión de la empresa es la prioridad y esto implica una alta responsabilidad que no se le puede entregar a cualquiera. Si llegase el momento y la oportunidad de venderla, tendría muchísimo cuidado a quién se la vendería.
Bloom es una empresa que tiene un propósito enorme, y que pocas personas entienden a profundidad. No me gustaría entregarle a alguien este motorcito de impacto, como lo llamo yo, para que lo conviertan en un motor de hacer plata. No quiero decir que la plata no sea importante, por supuesto que lo es, pero la razón de ser y de existencia de la empresa no puede tener a lo económico por encima de lo social o ambiental, los tres componentes deben estar al mismo nivel de importancia.
Hace algunos años, cuando estaba empezando, conocí en el camino algunos inversionistas que me “aconsejaban”: “no diga que la copa dura 10 años, diga que dura 1 año, porque con productos reutilizables sin recompra no hay manera de crecer”. Entonces la respuesta es, nunca digas nunca, pero con toda certeza, siempre pondré la misión de la empresa por encima de todo.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Al principio me metí de cabeza, sin miedo y con toda la convicción. El mundo comercial siempre me ha fascinado, entonces siempre he tenido la facilidad de hablarle a las personas, en público y vender sin problema. Eso y el potencial que vi en el producto, me ayudó muchísimo a no tenerle miedo a empezar. Adicionalmente acababa de salir de la universidad, entonces eso también me puso en una posición donde no tenía muchas responsabilidades económicas y el riesgo de alguna manera no era muy alto. En su momento pensaba, si no funciona, consigo un trabajo y ya está.
Las pruebas duras se han dado en el transcurso del camino, como ha sido desarrollar la disciplina para construir todos los días, para no perder el foco entre tantas cosas que hay que hacer, en no dejar de pedalear y en luchar contra la probabilidad tan alta de fracaso de los emprendimientos.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Mi sueño de construir una empresa social está mega cumplido. ¡Qué rico y satisfactorio ha sido este camino hasta el momento! Por supuesto falta mucho. Entre más se aprende sobre problemáticas sociales, más se me abren los ojos a múltiples realidades que necesitan soluciones urgentemente. Hoy no sólo estoy obsesionada con la problemática alrededor de los ciclos menstruales, también con la problemática de equidad de género en espacios laborales, con la creación de oportunidades para niñas, con cambios de hábitos que cuiden el medio ambiente, con el placer sexual como un derecho básico, entre muchos otros temas a los que buscaré más caminos para ayudar a construir cambios sostenibles en el corto, mediano y largo plazo.
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10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Sigue el crecimiento, aún hoy queda más de un 98 % de población menstruante en Colombia por hacer el cambio a productos sostenibles para su gestión menstrual.
También sigue la expansión de la academia Bloom a más rincones de Colombia y Latinoamérica. A través de nuestras investigaciones sobre la menstruación, de los talleres educativos sobre derechos sexuales, menstruales y reproductivos, y los reportes de impacto, seguiremos abriendo las puertas a que millones de personas mejoren su calidad de vida a través de la toma de decisiones informadas y conscientes sobre su ciclo, su menstruación, su sexualidad y reproducción. Con cifras le estamos demostrando al mundo que estos temas son relevante y se deben abordar de manera urgente en todo tipo de poblaciones para reducir la desigualdad de género.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Desde que estaba en la universidad leí sobre cómo crear empresas escalables y la importancia de enfocar los esfuerzos cotidianos hacia acciones que sean escalables. Por eso mi empresa tiene una estructura diseñada para escalar fácilmente desde el punto de producción hasta el de distribución.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
No le tengo miedo a ceder una parte de la empresa, ni a recibir inversión, pero sí creo que de hacerlo sería muy selectiva con quién lo haría. No sólo se debe tratar de plata, sino de alineación en valores, en tener objetivos de impacto afines y en dejar claras las responsabilidades de cada parte. A veces se piensa que los inversionistas sólo entran a dar plata y exigir resultados, y en algunos casos sí puede ser así, pero si yo fuera a hacerlo, me aseguraría de que también aporten con experiencia en industrias relacionadas y con contactos que sean relevantes para el crecimiento de la empresa.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Hemos pasado por muchos fracasos y malas decisiones, pero siempre hemos aprendido y pienso que si no las hubiéramos vivido, no hubiéramos podido aprender. Sí, muchas veces he tomado decisiones arriesgadas, unas que han funcionado y otras que no. Si me devuelvo en la historia, no quisiera eliminar ninguna de mis decisiones, confió mucho en el proceso y en no tenerle miedo a estar equivocada.
Más bien, diría que tres piezas claves en mi proceso de construcción de empresa han sido tener asesoría legal, tener asesoría contable/financiera y como mínimo tres personas en las que confié intelectualmente para rebotar ideas, recibir feedback y que sientan confianza para cuestionar mis ideas.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Tengo varias personas que me han inspirado en mi proceso como emprendedora. Mi mamá y mi abuelita son quienes desde niña me enseñaron habilidades de negociación y mi capacidad de tener un rol de liderazgo aún en espacios tradicionalmente masculinos. Mi papá ha sido quién desde el ejemplo me ha mostrado qué es y cómo se ve la recursividad en acción, me ha enseñado a no parar, a enfocarme en soluciones creativas en vez de quedarme frenada en un problema. Mi hermano desde su experiencia financiera y su personalidad racional me mostró siempre la importancia de aterrizar todo a un Excel con número claros, así las proyecciones sean una ilusión, pero por lo menos a tenerlos claros.
Y mi esposo ha sido mi ejemplo de emprendedor más poderoso, quién desde el principio me motivó a aprender sola, a no tenerle miedo a aprender a programar, a pensar en grande y a creerme el cuento. Me acuerdo que desde que empecé con la idea de crear empresa me dijo: “el emprendimiento no es fácil, y vas a tener muchos sube y bajas, pero si algo te puedo asegurar es que nunca te vas a aburrir”.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
¡Uf! Fracasos muchos, estos me han traído inmensos aprendizajes para mejorar y seguir construyendo este motor de impacto.
No existe emprendedor que diga que no ha pensado en tirar la toalla, o por lo menos yo no conozco al primero. Así como es maravilloso y satisfactorio el camino del emprendimiento, también es desafiante y muchas veces desgastante. Los sube y bajas económicos y emocionales son una realidad de todas las empresas y de sus líderes. Cuando las cosas no van bien, cuando se caen los negocios, cuando toca despedir personal, cuando no hay flujo de caja, cuando las cosas no salen como se planearon, es muy duro. Como emprendedora y líder debes asumir la responsabilidad, debo tener la capacidad de pensar rápido para buscar soluciones, corregir, adaptar el producto o el modelo de negocio y mantener al equipo motivado.
Creo que todos los años he tenido ese momento donde he pensado en tirar la toalla y lo que siempre me levanta el ánimo y me empuja a seguir pedaleando es la misión de la empresa. Suena a cliché pero es verdad, el propósito y las ganas de solucionar ese problema que nos genera tanto dolor y por el cuál decidimos crear empresa, es la razón más poderosa para seguir dándolo todo.
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16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Si, estoy en varios grupos de emprendedores y empresarios donde compartimos conexiones, proveedores, aliados, concursos, postulaciones, incluso donde compartimos hojas de vida de referidos o donde pedimos ayuda para conseguir determinados perfiles. Son grupos poderosos que ayudan a acelerar algunos procesos y para generar lazos de confianza más rápidos.
Algunos son con enfoque de género, otros ambientales, otros de empresas a nivel Latinoamérica, entre otros. Cada uno aportando desde diferentes ángulos.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
No me cabe la menor duda de que lo que hacemos trasciende no solo en cada cliente, sino en las personas que rodean y ven la diferencia de la marca, incluidos papás, parejas, hermanos, amigos, etc. Que los hombres también aprendan sobre estas alternativas y le pierdan el asco a la menstruación, este es un componente clave para eliminar los estigmas sociales con los que cargamos las niñas y las mujeres hoy.
El 97 % de nuestras clientas están felices con los productos y los siguen usando, eso significa que su experiencia menstrual ha tenido un antes y un después de nuestra marca, porque no volverán a productos desechables. Si ellas están felices, probablemente, a sus hijas también las invitarán a probar la copa y a conocer este producto tan maravilloso.
A menos que nos inventemos algo nuevo y diferente en los próximos años, me atrevo a pensar que la copa seguirá siendo la mejor solución para muchas en los próximos 10 años o más.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Predecir el futuro es muy difícil, sobre todo siendo emprendedora, sé que las cosas pueden cambiar muy rápido. Lo vimos con la pandemia y lo hemos visto con cambios económicos del mercado muy fuertes en los últimos dos años.
Sin embargo, tengo la certeza de que en Bloom seguiremos trabajando fuertemente para seguir creciendo y llevando impactos positivos a más personas y a más rincones de Colombia y Latinoamérica. Estamos listas para enfrentarnos a la incertidumbre, para hacer cambios cuando toque hacerlos y a adaptarnos para seguir nuestro camino hacia una menstruación digna y saludable para todas las niñas, mujeres y otras personas menstruantes.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Han sido una pieza fundamental durante toda esta travesía del emprendimiento. Son ellas y ellos los que me han apoyado a seguir remando, a creer en mí y a no tirar la toalla. Sin un círculo de apoyo emocional este camino sería aún más difícil. No creo que sea imposible y no siempre tienen que ser amigos o familia los que nos brinden ese apoyo, muchas veces pueden ser otros emprendedores o algún colectivo u organización que entiendan el propósito de lo que hacemos.
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20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
¡Por supuesto! Creo en el poder de la colaboración y del networking. Siempre que alguien acude a mí buscando ayuda a su emprendimiento intento desde mi experiencia aportar algo de valor a su proceso.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Mi equipo ha sido un apoyo crucial en el crecimiento de BLOOM. Yo me demoré mucho en construir equipo, ese es tal vez uno de los puntos en los que creo que si tuviera que empezar de nuevo, lo haría diferente. Tener un equipo en quién confiar para delegar tranquilamente, con quien rebotar ideas para co-crear los mejores productos y soluciones, es uno de los proceso que más me disfruto.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Mi sello personal es una mezcla entre experiencias, personalidad y carácter, por ejemplo, habló sin pelos en la lengua, cuestiono todo, me gusta entender el por qué y el cómo de las cosas, me gusta la flexibilidad y no creo en la rigidez o en los “porque sí” o “porque así siempre ha sido”. Soy de mente abierta y me abro a las posibilidades, me encanta la innovación, la creatividad como herramientas para solucionar problemas y los números como esa ancla para aterrizar, medir, verificar, calcular y proyectar.
Antes de empezar BLOOM tuve la oportunidad de viajar por el mundo, de conocer muchísimas culturas y de entender cómo los humanos en cada parte del planeta podemos ser tan distintos y tan similares a la vez. Una de las experiencias más enriquecedoras fue haber vivido un año en Taiwán y conocer países como Tailandia, Vietnam, Filipinas, Japón, entre otros. Aprender a comunicarme no solo con palabras, sino con señas, con expresiones faciales, con pequeños gestos y empatizar con las historias y realidades de muchas personas. Ver cómo otras culturas hacen las cosas diferentes, cómo hay siempre muchos caminos y formas para abordar retos, cómo no hay un camino perfecto o un sólo camino correcto.
De ese año, me quedaron muchísimos aprendizajes que he llevado a mi vida personal y profesional para apostarle a la construcción de un mejor mundo para todas las personas.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
Que emprender es una universidad única y profundamente valiosa para cualquier persona que decida tomar este camino. He aprendido a tomar riesgos, a consolidar equipos donde la confianza es el valor central, a construir desde cero, a darme cuenta que con poquito se puede hacer mucho, a valorar la rutina y la disciplina, a ser perseverante, a valorar mis capacidades y las de los demás, mejor dicho, la lista creo que es bien extensa.
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