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Una odontóloga que creó ropa para personal de salud con plástico reciclado

La pandemia la obligó a buscar opciones y encontró en la moda y el uso de materias primas innovadoras una buena solución.

14 de febrero de 2022 - 11:35 p. m.
Melissa Celis Londoño es la creadora de Oceánica.
Melissa Celis Londoño es la creadora de Oceánica.
Foto: Cortesía Oceánica
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Un emprendedor nos escribió por chat contando la historia de otra emprendedora que tenía una historia por contar: su propia historia de reinvención apegada a una palabra muy importante: sostenibilidad. Y así llegó Melissa Celis, la creadora de una marca llamada Oceánica y con la que ya está generando 20 empleos a madres cabeza de familia y, además, creando ropa para el personal de la salud con una materia prima que se obtiene del plástico reciclado. Entonces para saber más detalles la invitamos a 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos y esto fue lo que nos respondió:

1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?

Soy una mujer de 30 años, me gradué como odontóloga en el 2015 y tengo una especialización en ortodoncia.

2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?

A mí toda la vida me ha interesado la moda y siempre he estado inconforme con la ropa que debemos ponernos para atender a nuestros pacientes. Pero solo fue hasta la pandemia, en donde como a muchos me tocó hacer un alto y dejar de ejercer mi profesión, cuando comencé a pensar en qué haría si no fuera odontóloga. Mi idea fue crear prendas de vestir funcionales, enfocadas principalmente en el personal de la salud, que además de que cumplieran con los estándares de bioseguridad, fueran cómodas, vanguardistas y amigables con el medio ambiente siendo fabricadas a partir de plástico reciclado.

3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?

Para convertir un sueño en una realidad hay que empezar por tener clara la idea y crear un plan de acción. Yo partí por crear una marca, darle un nombre, una personalidad, una misión. Tuve una etapa de búsqueda, tanto de recursos económicos como de proveedores, materia prima, confección, en fin, todo lo necesario para poner en marcha el plan. Pero creo que cada empresa tiene su proceso, todas tienen tiempos, dificultades o virtudes diferentes qué hay que saber aprovechar, eso si, cada una necesita adaptabilidad, disciplina y constancia.

Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.

4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?

Desde los 17 años he trabajado, fui desde vendedora de ‘shots’ hasta administradora en un local de computadores, y siempre he sido muy organizada con mis finanzas. Cuando me gradué como odontóloga, con ayuda económica de mis padres y unos ahorros provenientes de mis trabajos previos, abrí un consultorio odontológico, ahí conseguí una parte fundamental del dinero para crear Oceánica; sin embargo, también he tenido que acudir a la financiación bancaria para inyección de capital y crecimiento de la empresa.

5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?

Oceánica está llegando cada vez a más personas, creando consciencia en un sector en el que nunca se había implementado la sostenibilidad. Motiva a las personas que nos siguen a hacer parte del cambio, no solo contribuyendo con la compra de las prendas sino reemplazando el plástico por opciones más sostenibles como el cambio de cepillos de dientes de plástico por los cepillos de bambú.

Gracias a la producción y ventas, con Oceánica estamos generando 20 empleos entre directos e indirectos, en donde en su mayoría son mujeres cabeza de familia. Y a demás, pero no menos importante, Oceánica está revolucionando el uso de las prendas médicas convencionales, introduciendo diseños vanguardistas que resaltan la belleza y personalidad de las personas que lo usan.

6. ¿Soy feliz?

No creo en las vidas perfectas, la mía por lo menos no lo es, hay altos y bajos, pero puedo decir que estoy en el mejor momento de mi vida hasta hoy. Oceánica hace parte fundamental de ello, me ha dado un propósito que me llena, me apasiona y me hace disfrutar completamente el proceso y eso me hace una persona muy feliz.

7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?

Hoy no lo haría, apenas es el inicio y me lo estoy disfrutando como nunca, además, tiene un potencial enorme que espero saber aprovechar.

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8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?

Tomar la decisión de emprender nunca me ha parecido difícil, lo que si considero más complejo es sacar adelante el proyecto, mantenerte, solucionar los problemas que día a día se van presentando. Emprender implica sacrificar tiempo, pensar desde que te despiertas hasta que te duermes en qué más hacer para seguir creciendo, en solucionar estancamientos creativos, en cómo más vender, expandirnos, crecer. No puedo decir que emprender sea fácil, no es algo para todo el mundo, pero trae muchas recompensas. Lo verdaderamente difícil es convencerse cada día de que vale la pena seguir adelante a pesar de las dificultades que se van presentando.

9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?

Se está cumpliendo uno de ellos, pero los sueños siempre evolucionan, cada que alcanzamos algo, siempre quieres más y más. Los sueños no terminan, las ganas menos.

10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?

Sigue seguir construyendo, seguir creciendo, masificar la marca a nivel nacional, expandirnos a más países. Pretendo tener varias unidades de negocio y ser cada vez más sostenibles no solo en el producto final, sino en la obtención de la materia prima, en la fabricación y la logística.

11. ¿Mi emprendimiento es escalable?

Lo es y puede serlo cada vez más. Oceánica tiene un potencial de crecimiento muy fuerte e incluso puede expandirse nacional e internacionalmente sin tener que reinvertir en infraestructura, además, le apostamos a la optimización de procesos y a la reinvención según las tendencias y necesidades.

12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?

Claro que si, todo el que llegue a aportar tanto económicamente como en ideas innovadoras siempre será un buen aliado.

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13. ¿Qué no volvería a hacer?

No delegar. Me cuesta soltar el control de las cosas y en este proceso hay que aprender a delegar.

14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?

Me inspiran las mujeres independientes, libres y empoderadas, las que alzan su voz y tienen luz propia, esas que brillan sin opacar a las demás. A una de ellas la conocí gracias a un documental, Sylvia Earle, una bióloga marina que nunca se puso límites, que ha vivido su vida como ha querido y que la ha dedicado completamente a su propósito sin importar lo que ha tenido que dejar atrás. Rompió cuanto paradigma hubo con respecto a la sexualización de su actividad y dio un claro ejemplo de que no hay profesión de hombre o de mujer, solo se trata de hacer lo que te apasiona. Ella es un ejemplo para mí y gracias a su documental, “Mission blue”, mi sensibilización con respecto al tema del plástico creció considerablemente.

15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?

¿Quién no lo ha hecho? Es parte de la vida y de los procesos, cada “fracaso” es un aprendizaje, las cosas siempre pueden salir como uno no espera y eso no significa que es el fin. Muchas veces me he sentido estancada, he sentido ansiedad y he pasado noches desvelada pensando en cómo solucionar X o Y problema, también he tenido innumerables dudas y miedos, he pedido muchas veces ayuda, consejos, o un simple abrazo con un ojo aguado, pero nunca he tenido ganas de tirar la toalla, de cerrar o algo parecido. Creo mucho en Oceánica y en mí.

16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?

Más que una comunidad, tengo personas cercanas (familia, pareja, amigas) que son clave para mí. Creo que las personas que más te conocen y más te quieren tienen el poder de llenarte de valentía, de hacerte ver y convencerte del poder que tienes; pero también, toda la capacidad de bajarte de las nubes y hacerte pisar firme el suelo, de hablarte con toda la sinceridad y crudeza necesaria para hacerte ver que estás equivocado.

17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?

Estoy segura de eso. Yo siento que es el inicio de una ola de consciencia y sostenibilidad; cada vez hay más creatividad, sensibilidad, conocimiento y medios para transformar lo que ya conocemos por opciones sostenibles.

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18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?

Me veo como una mujer referente en emprendimiento y sostenibilidad en Colombia, viviendo una vida mucho más ‘desplastificada’ y más orgánica. En lo personal, mucho más tranquila, viviendo sin tanto agite, con una familia y disfrutando de ella. A Oceánica la veo muy grande, como una marca líder en moda y sostenibilidad, con diferentes sedes y unidades de negocio.

19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?

La familia es la base de todo, son el inicio, la palanca, ellos son mi motivación, mi club de fans, mi polo a tierra, ellos son todo.

20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?

Es una de mis motivaciones, inspirar a soñar, a tomar acción, a no quedarse mirando cómo los demás hacen cosas no solo para cumplir sus sueños sino para cambiar el rumbo de las cosas establecidas.

21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?

Mi equipo lo conforman todas y cada una de las personas que han creído en mí, que me han apoyado y me han corregido, esos que me han prestado su inteligencia o me han brindado un poquito de su tiempo para ayudarme, alentarme o retarme. A esas personas solo puedo decirles gracias, porque han sido una parte fundamental de lo que soy hoy.

22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?

Que pregunta tan difícil, pero siento que las personas que me conocen, cuando no esté, me recordarían porque soy auténtica, soy Melissa Celis esté donde esté, y eso lo reflejo en mis emprendimientos, en mis ideas, en mis decisiones y hasta en mis palabras. Soy una mujer con luz propia y siempre he creído que el éxito se mide con la cantidad de rostros iluminados con tu presencia.

23. ¿Qué he aprendido de todo esto?

Que puedes tener buenas ideas, pero si no ejecutas y eres disciplinado, se queda siendo una buena idea. Aprendí que es hermoso soñar, es delicioso proyectarse y verse ahí en la meta, pero es muy difícil ejecutar, para eso se necesita disciplina y constancia.

Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com).

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