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“Siento que no he fracasado con mi emprendimiento porque aún me falta mucho por dar. He tenido dudas, he estado temerosa, tuve momentos complejos como cuando me dio Covid, perdí completamente el gusto y el olfato, fue muy duro, porque en mi oficio diario son partes esenciales. Me sentí en condición de discapacidad, llegué a pensar que ya no podía continuar con mi idea de negocio, pero como siempre, el acompañamiento de mi equipo fue fundamental, me apoyaba todo el tiempo en ellos para verificar sabores, olores y que todo quedara perfecto, lentamente volví a recuperar mis sentidos y pude disfrutar plenamente lo que hacía”, así es como Lida Betancur empieza a devolverse en el tiempo para ver todo lo que ha logrado con una idea gastronómica auténtica y llena de sabor. Hablamos con ella en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos y aquí está su historia.
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
Soy Lida Betancur, tengo 45 años con ganas de vivir muchos más, mi carrera inicial fue Mercadeo y Publicidad, pero después estudié Cocina y Pastelería.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Mi idea de negocio siempre fue tener una pastelería, un sitio lindo donde se pudiera comer rico, donde se pudieran complacer caprichos incluyendo los de aquellas personas con restricciones que necesitan algunas variaciones en los ingredientes o por simple gusto.
Inicialmente pensé en dedicarme solo a la llamada “pastelería saludable”, aquella donde se sustituye la harina de trigo por otras harinas sin gluten, azúcar o lactosa, pero entendí que la pastelería tradicional es saludable, entendiendo que lo que no es saludable son los excesos, por supuesto que tenemos clientes con restricciones alimentarias, pero estos ya se manejan personalizando el producto en cada caso.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
No puedo decir que lo pensé e inmediatamente la puse en marcha, sería mentira. Sin embargo, por todas esas dudas que tenemos muchos, que no nos dejan cumplir nuestros sueños y que a vez están sumadas al miedo y a la incertidumbre, comencé a pensar si funcionaría, si sería viable y empecé a pensar cómo lo debía hacer.
Un día, después de pensarlo mucho renuncié a mi trabajo estable y emprendí, con todos los miedos y dudas a cuestas, arranqué este sueño en un taller a puerta cerrada, ofreciendo mis productos, trabajando todo sobre pedido y ha sido un éxito hasta hoy.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Como era algo que venía pensando ya hacía tiempo y además la pastelería ha sido un gusto desde siempre, ya tenía la mayoría de las cosas básicas, como un horno pequeño, la batidora, moldes, etc. Con la plata de la liquidación organicé el taller, compré mesones, adapté mi espacio para hacer las instalaciones necesarias y compré ingredientes.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Primero estoy cambiando mi vida, enfrentando cada día retos que me llevan a verme como una persona mejor, estoy apoyando a mi familia y dándole el mejor ejemplo a mis hijos, apoyando a las personas que me colaboran y forman mi equipo de trabajo y demostrando que siempre se puede.
6. ¿Soy feliz?
Trabajo cada día en eso, porque soy una creyente de que para eso estamos, para ser felices.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
No está entre mis planes, es un proyecto que siento muy mío.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Tal vez ha sido tan duro como me imaginé que iba a ser, sobre todo porque he tenido que trabajar no solo en todo lo relacionado con la pastelería, sino también en esas labores que no me gustan como las redes sociales y los costos, pero hay que hacerlas, además de convencerme que todo lo puedo lograr.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
No he llegado a la meta, este emprendimiento da para mucho más, es maravilloso haberlo iniciado y poco a poco ser consciente de lo que puedo lograr, e ir encontrando nuevos proyectos que lo complementen.
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10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Mucho trabajo, mucho aprendizaje y muchas satisfacciones, me encuentro en un camino de aprendizaje permanente para encontrar mejores formar de llegar a cada persona con mis productos; aún hay muchas puertas que abrir para continuar creciendo.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Claro que sí, aun me falta mucho mercado por conquistar, logrando productos y empaques que me permitan llegar a todo el país.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
Sí, estoy abierta a recibir inversión, no exactamente de desconocidos, pero si de personas que compartan mi filosofía de negocio, sé que el apoyo es muy valioso y siempre será bien recibido.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Al principio esperaba mucho hasta sentir que estaba segura para la realización de alguna idea, como sacar un producto nuevo o probar alguna técnica, luego entendí que la mejor forma de saber si algo funciona o no, es probándolo. Así que procuro hacer nuevas pruebas todo el tiempo.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Para emprender siempre me ha inspirado mi hermana mayor que es un ejemplo maravilloso de emprendimiento, en pastelería tengo varios pasteleros colombianos que sigo, me encanta su trabajo y son dignos de seguir por el apoyo que brindan a los que apenas estamos arrancando.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Siento que no he fracasado porque aún me falta mucho por dar. He tenido dudas, he estado temerosa, tuve momentos complejos como cuando me dio Covid, perdí completamente el gusto y el olfato, fue muy duro, porque en mi oficio diario son partes esenciales. Me sentí en condición de discapacidad, llegué a pensar que ya no podía continuar con mi idea de negocio, pero como siempre, el acompañamiento de mi equipo fue fundamental, me apoyaba todo el tiempo en ellos para verificar sabores, olores y que todo quedara perfecto, lentamente volví a recuperar mis sentidos y pude disfrutar plenamente lo que hacía.
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16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Participo activamente en grupos de emprendimiento, recibiendo y compartiendo conocimiento, buscando estar actualizada en técnicas y tendencias de repostería.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Claro que sí, trabajo con una pastelería tradicional que tiende a ser estigmatizada como dañina por las nuevas generaciones. Por ejemplo dicen que la leche es mala por la lactosa, que la harina de trigo es mala por el gluten, cuando estos ingredientes simplemente, como muchos otros, pueden no ser aptos para todos los organismos.
Pretendo y busco ayudar a entender que un buen proceso de elaboración y un buen hábito de consumo son los mayores generadores de bienestar. Además, trabajar por los sueños siempre será un gran legado que dejar.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Tener más clientes satisfechos a través de una planta de producción más grande, un mercado a nivel nacional y por supuesto con un equipo de trabajo de más personas y muy satisfechas de su labor.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Mi familia, como la de muchos siempre fue y será mi gran pilar, son los primeros que me apoyaron, los que siempre han estado ahí con consejos, sugerencias y abrazos cuando eso es lo que se requiere.
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20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Por supuesto, siempre es un honor ser ejemplo, apoyo y guía para todos los que nos siguen en el camino, compartiendo experiencia y conocimiento.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Cuando arrancas normalmente tu equipo es tu familia, en mi caso mi esposo y mi hermana han sido fundamentales en este camino, como dicen “pa´ las que sea” siempre conmigo, después ya empezamos a contar con otros colaboradores, tanto en producción como en la parte de entregas con los cuales formamos otra familia.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Trabajo con una pastelería tradicional saludable, personalizando cada producto de acuerdo a las especificaciones o preferencias de cada cliente, buscando siempre que se sientan satisfechos cualquiera que sea su gusto o necesidad, dándoles un producto artesanal con los mejores ingredientes y siempre enfocado a quien lo va ha disfrutar.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
A insistir, probar, tomar acción, buscar nuevos caminos, emprender es una opción de vida.
Lida Betancur Pastelería, empezó como un proyecto, pero se está convirtiendo en el sueño de un grupo de trabajo, por ahora trabajamos 3 personas en producción y 1 en entregas, puedo decir que estamos creciendo y que las proyecciones son muy buenas, me encanta lo que estoy logrando, ayudar a generar empleo y bienestar.
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