Vestidos de baño diseñados para mujeres de todas las tallas
Utilizan materiales sostenibles en la producción de sus prendas ayudando a minimizar el impacto ambiental y fomentando prácticas responsables en la industria de la moda.
Tatiana Gómez Fuentes
“Inanna Swimwear es una marca que viste a todas las mujeres con prendas que van desde la talla XS hasta la 5XL, independientemente de su forma o tamaño. Creemos en la importancia de la inclusión y la diversidad en la moda, y es por eso que decidimos crear un negocio de gama de tallas y estilos para que todas las mujeres puedan sentirse cómodas y seguras en su propio cuerpo. Con nuestra marca, estamos generando un impacto positivo en la sociedad al empoderar a las mujeres a amar sus cuerpos y al mismo tiempo, contribuir a un futuro más sostenible para el planeta.
Además, estamos transformando la imagen negativa que carga cada mujer de sí misma, elevando su autoestima a través de la comodidad y la funcionalidad de nuestros productos”, así comienza el recorrido por su idea de negocio Stephany Gregory, la emprendedora que encontró en la industria de la moda una oportunidad para romper estereotipos de belleza, convirtiendo su marca en un lugar seguro y libre de prejuicios. Hablamos con ella en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos y esto fue lo que nos contó:
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
Stephany Gregory, 38 años, Marketing Digital y Publicidad.
Adriana Cháves, 34 años, Diseño.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Stephany siempre desde su infancia fue una mujer gorda, ha tenido que atravesar por la frustración de no encontrar ropa apta para su cuerpo durante toda su vida. Cuando era una niña tenía que comprar en la sección de adolescentes, cuando era adolescente debía comprar ropa en la sección de adultos y al convertirse en adulta, a los 21 años, se encontró con la triste realidad de solo poder encontrar ropa en la sección para señoras de la tercera edad, ya que era la única sección que incluía su talla. “En el 2016 tenía 31 años y tenía un viaje de luna de miel para Isla Margarita, me quería ver hermosa, quería gozarme mis vacaciones con mi pareja, todo estaba supremamente arreglado, hotel, pasajes y tour, solo faltaba una cosa, el vestido de baño.
Visité cuanta tienda me recomendaron, marcas como Leonisa, Laura, incluso fui a buscar al centro de Bogotá prendas en mi talla, pero tristemente en todo lado encontré lo mismo, prendas que aunque me quedaban no iban acorde ni con mi edad ni con mi estilo. Fue sumamente deprimente darme cuenta de que para mi luna de miel la única opción era ponerme un vestido de baño que se pondría también una señora de 80 años. Terminé mandándolo a hacer, bajé un ejemplo de internet, le solicité a la persona que me lo hizo, que le pusiera faja y quedó perfecto. Durante mi viaje no hice más que pensar en eso, sabía que existían mujeres mucho más gordas que yo y no comprendía cómo nadie estaba pensando en nosotras.
Me devolví de ese viaje con la idea de crear una marca de vestidos de baño solo para mujeres de tallas grandes y a los 6 meses registré en cámara de comercio mi empresa, nombré en ese momento mi marca Curvy Colombia.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Aunque tenía mucho conocimiento de marketing digital, me faltaba mucho aprender sobre mi consumidor y sobre el mundo de la moda, ya que de este había sido excluido gran parte de mi vida. La persona que me maquilaba los vestidos de baño en ese entonces era Adriana, yo le compraba las telas, le llevaba la foto del modelo que quería vender y ella los sacaba. Duramos un año trabajando juntas de esa manera.
En ese año comprendí que ella tenía un enorme conocimiento del producto y que claramente a mí me faltaba. Ella tenía claro mucho sobre patronaje, molderia, construcción de colecciones, telas, materiales, tecnologías, yo no sabía ni coser un botón. Ahí fue cuando supe que para poder escalar mi sueño debía aliarme con ella y le pedí que fuéramos socias. Desde mi área de marketing ya tenía varios insights del consumidor, comprendía que todas las mujeres gordas no eran “curvy”. Muchas se sentían mal por estar gordas y no tener curvas. Comprendí que a nosotras las gordas realmente nos cuesta mucho aceptar que la única opción que tenemos para conseguir ropa es comprar en una marca para gente gorda, entonces una marca de solo tallas grandes no le estaba realmente llegando de manera correcta a mi consumidor.
Cuando Adriana aceptó ser mi socia decidimos lanzar juntas una marca completamente nueva, que vistiera a las tallas grandes pero que también incluyera las tallas pequeñas (Adriana es una mujer delgada). Así es que nace Inanna Swimwear, una marca realmente inclusiva, porque nos incluye a todas.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Para iniciar a andar nuestra empresa el dinero ha salido de todo lado. Inicialmente lo que invertía en la primera marca salía de una parte de mi sueldo, yo trabajaba en simultáneo haciendo marketing para otras empresas.
Hemos pedido préstamos a familiares y amigos, los primeros años fueron solo pérdidas, nos faltaba mucho educarnos en temas de presupuesto, finanzas e incluso ventas. Ese dinero se fue pagando con las ventas que año tras año se han ido incrementando gracias a Dios.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Con nuestra marca estamos logrando cambiar la mentalidad de muchas mujeres frente a su cuerpo. Infinidad de veces hemos visto cómo se transforma automáticamente la forma en la que se ve una mujer frente al espejo cuando se pone uno de nuestros vestidos de baño en la talla correcta, con la horma correcta.
Nuestras clientas salen de nuestra tienda mirándose diferente, hablando distinto, la transformación que logramos con la buena horma de nuestros vestidos de baño es momentánea comparada con la transformación mental que logramos en ellas cuando se lo ponen por primera vez. Ver mujeres de todas las tallas, que llevaban hasta 30 años sin usar un vestido de baño por miedo a como luce su cuerpo, otras que llegan a nosotros con miedo porque tienen un viaje importante, familiar, empresarial o incluso su luna de miel y que salen de nuestro showroom con un bikini es algo sumamente impactante y emocionantes. Es ahí cuando comprendemos que no es el vestido de baño o la talla, es lo que logramos hacerlas sentir cuando se lo ponen, eso es lo que realmente importa.
6. ¿Soy feliz?
Soy y somos muy felices, puedo decir con toda la confianza del mundo que nuestras clientes son muy felices de tener prendas que las representen y nosotras somos muy felices de saber que les estamos generando felicidad.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
Tenemos mente de empresarias, en algún momento sé que vamos a querer evolucionar al siguiente nivel y vender nuestra empresa será una opción en la mesa que tomaremos. Pero en el momento no, no es una idea que tengamos planeada a corto plazo, estamos enfocadas en escalar, en crecer, en llevar a Inanna Swimwear por el mundo.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Los emprendedores somos solucionadores de problemas, emprender nunca deja de ser duro o difícil. Constantemente tenemos que enfrentarnos con decisiones que cambian el rumbo de nuestra empresa por completo, para un lado o para el otro y hemos aprendido a cargar con las consecuencias. Lo más difícil para mí ha sido enfrentarme constantemente al síndrome del impostor, comprender que en los tiempos malos mi emprendimiento sí transforma vidas, que es importante y que por eso no debemos rendirnos.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Estoy cumpliendo mi sueño y creo que no tiene fin porque año tras año evoluciona. Al principio lo que quería era que una marca como la mía existiera. Ya existe, y con el paso del tiempo hemos visto cómo se suman más marcas para incluir tallas grandes. ¡Pero mi sueño ya evolucionó, ya existe una marca inclusiva, lo logré!
Ahora nos falta escalar, salir, ganar más reconocimiento. Nuestro sueño es impactar a millones de mujeres con nuestros vestidos de baño y en eso es lo que estamos trabajando.
Continúe leyendo: “La Mujer W” que emprendió para vender carros de alta gama en Colombia
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Sigue escalar, ya probamos muy bien el público nacional. Este año tenemos planeado enfocarnos en el mercado americano, llevamos vendiéndole a Estados Unidos 4 años. Es un mercado con mucha más competencia, porque allí se popularizaron las marcas inclusivas, pero eso no nos asusta, la calidad del producto que hemos construido es inmejorable. La molderia es un éxito porque la construimos desde cero con medidas de mujeres reales que llevamos tomando e ingresando a nuestra base de datos durante 6 años.
Inanna Swimwear vende vestidos de baño que ya no solo son inclusivos, sino que también embellecen mucho más la figura de cualquier mujer. Este año nos presentaremos en el Miami Swimweek.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Nuestro emprendimiento es 100% escalable, estamos constantemente en la búsqueda de nuevos distribuidores que comercialicen nuestro producto en otros países, actualmente contamos con distribuidores en Miami y Puerto Rico.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
La inversión es bienvenida siempre y cuando sea por el bien de escalar nuestro negocio y alcanzar nuestros objetivos. En cuanto a cederle parte de nuestra empresa a un inversionista, es una idea que claro que contemplaríamos siempre y cuando los términos nos beneficien a todos.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
No volvería a participar en ferias sin previamente hacer un buen estudio de ellas y del consumidor que las visita. Esto lo aprendí a las malas, nos endeudamos para poder participar en Buró dos veces por el gran tráfico de personas que atraía y lo popular que era esta feria. No vendimos ni la mitad de lo que costaba el stand. El visitante de Buró va a “farandulear” como decimos, va a tomarse fotos, a ver los emprendimiento a consumir comida, pero realmente es muy difícil que vaya con la intención de ir a quitarse toda la ropa para medirse un vestido de baño. Menos mi tipo de consumidora que a lo que más le teme es a la exposición pública.
Esto lo aprendí a las malas, salir de esas deudas que tomé para participar en esa feria fue algo que me costó mucho.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Mi mamá fue mi inspiración principal. Desde muy joven tuvo varias joyerías pequeñas en Cali, es relojera y siempre fue su propia jefe, verla liderando empleados y su negocio fue algo que me inspiró mucho a querer emprender.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Todo el tiempo. Todo el tiempo quiero tirar la toalla y decir no voy más con esto, pero siempre pasa algo que me borra por completo esa idea de la cabeza. Llega algún mensaje de un cliente que nos dice cómo le cambiamos la vida, cómo la hicimos sentir, cómo pudo disfrutar con su familia tranquila gracias a lo que construimos y es ahí donde la idea de rendirme se va por completo.
Visite la sección de Emprendimiento y Liderazgo de El Espectador
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Somos las reinas de inscribirnos a todo, creemos que el éxito en el emprendimiento está en el networking. Somos parte del programa “Mujeres cambiando la moda” de Inexmoda y el Banco de Bogotá, también hacemos parte de Mujeres Tech, del cluster de moda de la cámara de comercio y tenemos relaciones muy cercanas con Procolombia.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Lo que estamos haciendo definitivamente trasciende. Las nuevas generaciones tendrán marcas que no les nieguen el derecho a ser vestidas por como luce su cuerpo. La comunicación que hoy en día genera nuestra marca le demuestra a las próximas jóvenes que los cuerpos son hermosos, que se deben abrazar y cuidar.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Creciendo y con una empresa fortaleciendo y con expansión en todo el mundo.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Tengo dos hijas adolescentes y han jugado un papel clave en el crecimiento de mi empresa, mi proyecto y mi idea. No solo desde el principio apoyaron por completo mi idea loca de vender vestidos de baño sin saber nada del tema, sino que constantemente me dan su opinión sobre cómo comunica la marca, las colecciones que sacamos y siempre vienen con ideas nuevas de lo que debemos incorporar según lo que está de moda en su generación.
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20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Siempre estaremos disponibles para ayudar a los emprendedores que vienen por el mismo camino. Estos años hemos tenido la fortuna de sentarnos con empresarias de otros sectores que ya lo han logrado, escuchar sus historias y comprender que hay diversas formas de enfrentar las dificultades es algo que nos ha ayudado mucho. Definitivamente esperamos poder hacer lo mismo por los emprendedores que siguen.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Mi socia ha jugado un papel fundamental para que mi idea se potencializara, somos la pareja perfecta. Sin su conocimiento Inanna Swimwear hoy no tendría el éxito que hemos logrado. Adriana tiene una capacidad enorme para analizar, escuchar, pero sobre todo entender lo que pasa con nuestras consumidoras: sus miedos, sus inseguridades y sus incomodidades. Gracias a eso año tras año nuestras colecciones se agotan. Ella también es la encargada de “lidiar” con proveedores y de guiar a las mujeres que confeccionan nuestros vestidos de baño. Hace un trabajo increible, y me deja dedicarme a lo que yo sé, vender.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Nuestro diferencial más grande es el conocimiento que tenemos del consumidor, podemos plenamente identificarnos con la “gordofobia”, sabemos lo que significa salir de una tienda llorando porque la vendedora nos miró mal o nos dijo que “para gente como nosotras no existe talla”. Comprendemos lo que es recibir criticas sobre nuestro cuerpo de familiares y amigos, sabemos lo que es sentir inconformidad con nuestro cuerpo despúes de un embarazo. Es es nuestro sello personal, la empatía. Lo que a nuestro consumidor le duele a nosotras ya nos dolió, logramos salir de ahí y estamos listas para ayudarles a cambiar las cosas.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
Durante estos 6 años lo que más he aprendido es a ser resiliente, a ver los obstáculos como oportunidades de crecimiento, a comprender que los sueño se trabajan y se logran.
Actualmente Inanna Swimwear ha exportado sus vestidos de baño a 8 países incluyendo Australia, México, Perú, España, Alemania y USA. Hemos participado en el BFW dos veces y hemos sido destacados por medios internacionales como los son la revista British Vogue y el portal de moda más importante, The Business Of Fashion. Generamos en el momento más de 20 empleos indirectos y finalizamos el 2022 con un incremento del 68% en ventas frente a los años anteriores.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚
“Inanna Swimwear es una marca que viste a todas las mujeres con prendas que van desde la talla XS hasta la 5XL, independientemente de su forma o tamaño. Creemos en la importancia de la inclusión y la diversidad en la moda, y es por eso que decidimos crear un negocio de gama de tallas y estilos para que todas las mujeres puedan sentirse cómodas y seguras en su propio cuerpo. Con nuestra marca, estamos generando un impacto positivo en la sociedad al empoderar a las mujeres a amar sus cuerpos y al mismo tiempo, contribuir a un futuro más sostenible para el planeta.
Además, estamos transformando la imagen negativa que carga cada mujer de sí misma, elevando su autoestima a través de la comodidad y la funcionalidad de nuestros productos”, así comienza el recorrido por su idea de negocio Stephany Gregory, la emprendedora que encontró en la industria de la moda una oportunidad para romper estereotipos de belleza, convirtiendo su marca en un lugar seguro y libre de prejuicios. Hablamos con ella en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos y esto fue lo que nos contó:
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
Stephany Gregory, 38 años, Marketing Digital y Publicidad.
Adriana Cháves, 34 años, Diseño.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Stephany siempre desde su infancia fue una mujer gorda, ha tenido que atravesar por la frustración de no encontrar ropa apta para su cuerpo durante toda su vida. Cuando era una niña tenía que comprar en la sección de adolescentes, cuando era adolescente debía comprar ropa en la sección de adultos y al convertirse en adulta, a los 21 años, se encontró con la triste realidad de solo poder encontrar ropa en la sección para señoras de la tercera edad, ya que era la única sección que incluía su talla. “En el 2016 tenía 31 años y tenía un viaje de luna de miel para Isla Margarita, me quería ver hermosa, quería gozarme mis vacaciones con mi pareja, todo estaba supremamente arreglado, hotel, pasajes y tour, solo faltaba una cosa, el vestido de baño.
Visité cuanta tienda me recomendaron, marcas como Leonisa, Laura, incluso fui a buscar al centro de Bogotá prendas en mi talla, pero tristemente en todo lado encontré lo mismo, prendas que aunque me quedaban no iban acorde ni con mi edad ni con mi estilo. Fue sumamente deprimente darme cuenta de que para mi luna de miel la única opción era ponerme un vestido de baño que se pondría también una señora de 80 años. Terminé mandándolo a hacer, bajé un ejemplo de internet, le solicité a la persona que me lo hizo, que le pusiera faja y quedó perfecto. Durante mi viaje no hice más que pensar en eso, sabía que existían mujeres mucho más gordas que yo y no comprendía cómo nadie estaba pensando en nosotras.
Me devolví de ese viaje con la idea de crear una marca de vestidos de baño solo para mujeres de tallas grandes y a los 6 meses registré en cámara de comercio mi empresa, nombré en ese momento mi marca Curvy Colombia.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Aunque tenía mucho conocimiento de marketing digital, me faltaba mucho aprender sobre mi consumidor y sobre el mundo de la moda, ya que de este había sido excluido gran parte de mi vida. La persona que me maquilaba los vestidos de baño en ese entonces era Adriana, yo le compraba las telas, le llevaba la foto del modelo que quería vender y ella los sacaba. Duramos un año trabajando juntas de esa manera.
En ese año comprendí que ella tenía un enorme conocimiento del producto y que claramente a mí me faltaba. Ella tenía claro mucho sobre patronaje, molderia, construcción de colecciones, telas, materiales, tecnologías, yo no sabía ni coser un botón. Ahí fue cuando supe que para poder escalar mi sueño debía aliarme con ella y le pedí que fuéramos socias. Desde mi área de marketing ya tenía varios insights del consumidor, comprendía que todas las mujeres gordas no eran “curvy”. Muchas se sentían mal por estar gordas y no tener curvas. Comprendí que a nosotras las gordas realmente nos cuesta mucho aceptar que la única opción que tenemos para conseguir ropa es comprar en una marca para gente gorda, entonces una marca de solo tallas grandes no le estaba realmente llegando de manera correcta a mi consumidor.
Cuando Adriana aceptó ser mi socia decidimos lanzar juntas una marca completamente nueva, que vistiera a las tallas grandes pero que también incluyera las tallas pequeñas (Adriana es una mujer delgada). Así es que nace Inanna Swimwear, una marca realmente inclusiva, porque nos incluye a todas.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Para iniciar a andar nuestra empresa el dinero ha salido de todo lado. Inicialmente lo que invertía en la primera marca salía de una parte de mi sueldo, yo trabajaba en simultáneo haciendo marketing para otras empresas.
Hemos pedido préstamos a familiares y amigos, los primeros años fueron solo pérdidas, nos faltaba mucho educarnos en temas de presupuesto, finanzas e incluso ventas. Ese dinero se fue pagando con las ventas que año tras año se han ido incrementando gracias a Dios.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Con nuestra marca estamos logrando cambiar la mentalidad de muchas mujeres frente a su cuerpo. Infinidad de veces hemos visto cómo se transforma automáticamente la forma en la que se ve una mujer frente al espejo cuando se pone uno de nuestros vestidos de baño en la talla correcta, con la horma correcta.
Nuestras clientas salen de nuestra tienda mirándose diferente, hablando distinto, la transformación que logramos con la buena horma de nuestros vestidos de baño es momentánea comparada con la transformación mental que logramos en ellas cuando se lo ponen por primera vez. Ver mujeres de todas las tallas, que llevaban hasta 30 años sin usar un vestido de baño por miedo a como luce su cuerpo, otras que llegan a nosotros con miedo porque tienen un viaje importante, familiar, empresarial o incluso su luna de miel y que salen de nuestro showroom con un bikini es algo sumamente impactante y emocionantes. Es ahí cuando comprendemos que no es el vestido de baño o la talla, es lo que logramos hacerlas sentir cuando se lo ponen, eso es lo que realmente importa.
6. ¿Soy feliz?
Soy y somos muy felices, puedo decir con toda la confianza del mundo que nuestras clientes son muy felices de tener prendas que las representen y nosotras somos muy felices de saber que les estamos generando felicidad.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
Tenemos mente de empresarias, en algún momento sé que vamos a querer evolucionar al siguiente nivel y vender nuestra empresa será una opción en la mesa que tomaremos. Pero en el momento no, no es una idea que tengamos planeada a corto plazo, estamos enfocadas en escalar, en crecer, en llevar a Inanna Swimwear por el mundo.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Los emprendedores somos solucionadores de problemas, emprender nunca deja de ser duro o difícil. Constantemente tenemos que enfrentarnos con decisiones que cambian el rumbo de nuestra empresa por completo, para un lado o para el otro y hemos aprendido a cargar con las consecuencias. Lo más difícil para mí ha sido enfrentarme constantemente al síndrome del impostor, comprender que en los tiempos malos mi emprendimiento sí transforma vidas, que es importante y que por eso no debemos rendirnos.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Estoy cumpliendo mi sueño y creo que no tiene fin porque año tras año evoluciona. Al principio lo que quería era que una marca como la mía existiera. Ya existe, y con el paso del tiempo hemos visto cómo se suman más marcas para incluir tallas grandes. ¡Pero mi sueño ya evolucionó, ya existe una marca inclusiva, lo logré!
Ahora nos falta escalar, salir, ganar más reconocimiento. Nuestro sueño es impactar a millones de mujeres con nuestros vestidos de baño y en eso es lo que estamos trabajando.
Continúe leyendo: “La Mujer W” que emprendió para vender carros de alta gama en Colombia
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Sigue escalar, ya probamos muy bien el público nacional. Este año tenemos planeado enfocarnos en el mercado americano, llevamos vendiéndole a Estados Unidos 4 años. Es un mercado con mucha más competencia, porque allí se popularizaron las marcas inclusivas, pero eso no nos asusta, la calidad del producto que hemos construido es inmejorable. La molderia es un éxito porque la construimos desde cero con medidas de mujeres reales que llevamos tomando e ingresando a nuestra base de datos durante 6 años.
Inanna Swimwear vende vestidos de baño que ya no solo son inclusivos, sino que también embellecen mucho más la figura de cualquier mujer. Este año nos presentaremos en el Miami Swimweek.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Nuestro emprendimiento es 100% escalable, estamos constantemente en la búsqueda de nuevos distribuidores que comercialicen nuestro producto en otros países, actualmente contamos con distribuidores en Miami y Puerto Rico.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
La inversión es bienvenida siempre y cuando sea por el bien de escalar nuestro negocio y alcanzar nuestros objetivos. En cuanto a cederle parte de nuestra empresa a un inversionista, es una idea que claro que contemplaríamos siempre y cuando los términos nos beneficien a todos.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
No volvería a participar en ferias sin previamente hacer un buen estudio de ellas y del consumidor que las visita. Esto lo aprendí a las malas, nos endeudamos para poder participar en Buró dos veces por el gran tráfico de personas que atraía y lo popular que era esta feria. No vendimos ni la mitad de lo que costaba el stand. El visitante de Buró va a “farandulear” como decimos, va a tomarse fotos, a ver los emprendimiento a consumir comida, pero realmente es muy difícil que vaya con la intención de ir a quitarse toda la ropa para medirse un vestido de baño. Menos mi tipo de consumidora que a lo que más le teme es a la exposición pública.
Esto lo aprendí a las malas, salir de esas deudas que tomé para participar en esa feria fue algo que me costó mucho.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
Mi mamá fue mi inspiración principal. Desde muy joven tuvo varias joyerías pequeñas en Cali, es relojera y siempre fue su propia jefe, verla liderando empleados y su negocio fue algo que me inspiró mucho a querer emprender.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Todo el tiempo. Todo el tiempo quiero tirar la toalla y decir no voy más con esto, pero siempre pasa algo que me borra por completo esa idea de la cabeza. Llega algún mensaje de un cliente que nos dice cómo le cambiamos la vida, cómo la hicimos sentir, cómo pudo disfrutar con su familia tranquila gracias a lo que construimos y es ahí donde la idea de rendirme se va por completo.
Visite la sección de Emprendimiento y Liderazgo de El Espectador
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
Somos las reinas de inscribirnos a todo, creemos que el éxito en el emprendimiento está en el networking. Somos parte del programa “Mujeres cambiando la moda” de Inexmoda y el Banco de Bogotá, también hacemos parte de Mujeres Tech, del cluster de moda de la cámara de comercio y tenemos relaciones muy cercanas con Procolombia.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Lo que estamos haciendo definitivamente trasciende. Las nuevas generaciones tendrán marcas que no les nieguen el derecho a ser vestidas por como luce su cuerpo. La comunicación que hoy en día genera nuestra marca le demuestra a las próximas jóvenes que los cuerpos son hermosos, que se deben abrazar y cuidar.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Creciendo y con una empresa fortaleciendo y con expansión en todo el mundo.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Tengo dos hijas adolescentes y han jugado un papel clave en el crecimiento de mi empresa, mi proyecto y mi idea. No solo desde el principio apoyaron por completo mi idea loca de vender vestidos de baño sin saber nada del tema, sino que constantemente me dan su opinión sobre cómo comunica la marca, las colecciones que sacamos y siempre vienen con ideas nuevas de lo que debemos incorporar según lo que está de moda en su generación.
Puede interesarle: Un curso gratuito, de cinco módulos, para aprender a invertir en finca raíz
20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Siempre estaremos disponibles para ayudar a los emprendedores que vienen por el mismo camino. Estos años hemos tenido la fortuna de sentarnos con empresarias de otros sectores que ya lo han logrado, escuchar sus historias y comprender que hay diversas formas de enfrentar las dificultades es algo que nos ha ayudado mucho. Definitivamente esperamos poder hacer lo mismo por los emprendedores que siguen.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
Mi socia ha jugado un papel fundamental para que mi idea se potencializara, somos la pareja perfecta. Sin su conocimiento Inanna Swimwear hoy no tendría el éxito que hemos logrado. Adriana tiene una capacidad enorme para analizar, escuchar, pero sobre todo entender lo que pasa con nuestras consumidoras: sus miedos, sus inseguridades y sus incomodidades. Gracias a eso año tras año nuestras colecciones se agotan. Ella también es la encargada de “lidiar” con proveedores y de guiar a las mujeres que confeccionan nuestros vestidos de baño. Hace un trabajo increible, y me deja dedicarme a lo que yo sé, vender.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Nuestro diferencial más grande es el conocimiento que tenemos del consumidor, podemos plenamente identificarnos con la “gordofobia”, sabemos lo que significa salir de una tienda llorando porque la vendedora nos miró mal o nos dijo que “para gente como nosotras no existe talla”. Comprendemos lo que es recibir criticas sobre nuestro cuerpo de familiares y amigos, sabemos lo que es sentir inconformidad con nuestro cuerpo despúes de un embarazo. Es es nuestro sello personal, la empatía. Lo que a nuestro consumidor le duele a nosotras ya nos dolió, logramos salir de ahí y estamos listas para ayudarles a cambiar las cosas.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
Durante estos 6 años lo que más he aprendido es a ser resiliente, a ver los obstáculos como oportunidades de crecimiento, a comprender que los sueño se trabajan y se logran.
Actualmente Inanna Swimwear ha exportado sus vestidos de baño a 8 países incluyendo Australia, México, Perú, España, Alemania y USA. Hemos participado en el BFW dos veces y hemos sido destacados por medios internacionales como los son la revista British Vogue y el portal de moda más importante, The Business Of Fashion. Generamos en el momento más de 20 empleos indirectos y finalizamos el 2022 con un incremento del 68% en ventas frente a los años anteriores.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚