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La sostenibilidad vista desde el interior de un vehículo eléctrico

Se necesita un cambio cultural -y económico- para dejar atrás la combustión. ¿Cuál es la visión de un actor de esta industria en Colombia?

Edwin Bohórquez Aya
26 de octubre de 2023 - 10:51 p. m.
Nicolás Olarte, gerente de posventa a nivel nacional de Volvo Colombia.
Nicolás Olarte, gerente de posventa a nivel nacional de Volvo Colombia.
Foto: Edwin Bohórquez Aya
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(Liderazgo - Sostenibilidad) Reconocer que existe un problema y buscar ser parte de la solución. De eso se trata. De que cada uno ponga, en medio de la crisis climática en la que estamos como humanidad, una pequeña acción que sume, pues ‘Quien no haya contaminado, que tire la primera piedra’, más que una frase usada a diario está camino en convertirse en adagio de cara a la realidad.

¿Y qué se está haciendo desde la industria automotriz? “La electrificación en el camino”, dice Ángela Bolívar, gerente de Mercadeo de Volvo Car Colombia. Lo dice porque la marca a la que representa viene anunciando cambios que les han permitido “entrar en el top 10 de países que ya se volvieron 100% recharge”. ¿Eso qué quiere decir? Que ya no van más con ventas de carros de combustión “porque reconocemos que somos parte del problema y parte de la solución”. Su plan, cuenta, es que “para 2024, estaremos en el 50% de ventas de carros eléctricos y el otro 50% híbridos enchufables. El 100% en 2030 todos eléctricos y en 2040 carbono neutro incluyendo toda la cadena, como los concesionarios y las plantas de produccion”.

Es, como todo en el mundo de los negocios, una apuesta que en números parece que les está funcionando: “Llevamos este año 625 matrículas y esperamos superar el resultado que tuvimos el año pasado, que fueron 898 unidades. Es decir, debemos estar entre 900 y 1.000 unidades este año. Hay que aclarar que pese a que el mercado va decreciendo un 30%, el segmento premium va decreciendo un 20%, es decir, su decrecimiento es menor. Seguramente vamos a tener una mejor participación de la que tuvimos el año pasado y si ya hablamos de portafolio, como tal, digamos que en el segmento premium, nosotros participamos del 27% de las ventas de híbridos enchufables y eléctricos, pero dentro de esas 625 matrículas que hemos hecho este año, el 37% son híbridos enchufables y 100% eléctricos”, le dice a El Espectador Alberto Telch, Brand Manager de Volvo.

La palabra, entonces, es “electromovilidad”. El cómo usar la energía para movilizarse en ciudades cargadas de contaminación. Y esa es no solo la apuesta de Volvo, es la de todos los que han entendido que no podemos seguir quemando petróleo y gasolina para movernos de un punto a otro. Eso implica un cambio cultural, de mentalidad, de infraestructura, incluso de la forma en la que nos entendemos como protagonistas de una sociedad que necesita hacer cambios para poder seguir viviendo con aire puro en esta casa llamada Tierra.

Durante un viaje desde Bogotá hasta el Eje Cafetero, a bordo de vehículos híbridos enchufables y otros tantos 100% eléctricos, Volvo anunció una alianza con Terpel-Voltex para mantener la hoja de ruta con un punto de llegada claro: que más usuarios en Colombia dejen sus vehículos de combustión y se vayan, poco a poco, a los que son amigables con el medio ambiente, pues Terpel ha venido instalando estaciones de carga por varias carreteras. “Nos unimos dos compañías líderes en el mercado para seguir innovando y mejorando la vida de las personas. Hemos hecho un esfuerzo para diferenciarnos porque somos más que un combustible líquido. Hoy ofrecemos toda la canasta energética, por eso hace 4 años lanzamos Terpel Voltex, para aportar en el movimiento de movilidad sostenible, para que cada vez más personas se sumen a esta realidad. Lanzamos puntos de carga rápida como el de La Mesa, ya son 17 puntos de un total de 27 a final de año. Todo en carretera, en las principales troncales cada 150 kilómetros, para poderme mover en vehículos de este tipo por todo el país”, dice Juan Daniel Rueda, gerente de nuevos negocios de energía y electromovilidad en Terpel.

Pero, más allá de recordar al país que la marca sueca ya logró tener en Colombia todo su portafolio de vehículos 100% recargables (C40, XC40, XC60, XC90), que está teniendo récord en la preventa del EX 30 (llega en el 2024) o que lo que se viene con Terperl busca que las personas pierdan el miedo a viajar por carretera con un vehículo recargable, hablamos con Nicolás Olarte, gerente de posventa a nivel nacional de Volvo Colombia para entender el riesgo de dejar a un lado los vehículos a gasolina en una sociedad que todavía es ‘petroleodependiente’ y que sigue basando su economía en el uso de la gasolina y el acpm.

La industria más contaminante del mundo es la petrolera, luego sigue la industria de la moda. Y al final la industria automotriz dependía, hace muy pocos años, 100% de la industria petrolera, pero también de la textil. Ahora hay marcas como la de ustedes que están haciendo una migración directa hacia el mercado eléctrico. ¿Cómo están entendiendo ustedes la sostenibilidad desde esa industria automotriz?

Es súper importante tener claro que esos cambios de sostenibilidad tienen que ser al 100%, como lo está haciendo Volvo. No podemos decir: oiga, vamos a tener una línea donde va a ser sostenible, pero vamos a seguir haciendo los carros de gasolina. No. Como lo hizo Volvo: todos nuestros vehículos van a ser enchufables, van a ser eléctricos y eso es un tema súper importante porque vamos a poder, primero, medir todo y tener claro el objetivo que quiere la marca. Por otro lado, también es súper importante mirar desde dónde arranca la cadena de creación o de fabricación de los carros. Estamos teniendo materiales reciclados tapizados en temas de texturas dentro del vehículo, inclusive de lo que usted ha hablado, del tema textil, entonces están cogiendo algunas partes y los están reciclando para usarlas de tapicería. El cuero ya no está en nuestras camionetas tampoco. Son carros amigables con el medio ambiente.

Se dice en la industria que un carro eléctrico contamina más que uno de gasolina...

Como decimos nosotros: eso es un mito y hay que ver cuánto o cómo se construye un carro de combustión interna versus cómo se construye un carro de motor eléctrico. Hablemos de la batería. Ya Volvo está trabajando en su propia planta para hacer baterías que sean mucho menos contaminantes, pero a lo que voy es a que esa batería que tiene el carro, no se termina ahí. Estamos hablando de una batería que puede estar llegando a unos 15 años de de vida y esa batería pasa después a otro ciclo que es una industria, por decir algo, de los hogares, en donde no va a necesitar ese desempeño o tener esa energía disponible como en los motores de un vehículo, pero sí vamos a poder tener alumbrado en una casa o para uso de neveras. Y ese tipo de cosas va a dar otro ciclo a esa batería, de más o menos, otros 10 años. Entonces estamos hablando de una batería de 25 años en el mercado sin tener ninguna contaminación.

Cuando esa batería ya no funciona, digamos en la casa por temas de rendimiento, se puede extraer sus materiales principales y se puede reciclar otra vez. Entonces, si nosotros nos ponemos a ver todo el ciclo que tienen esas baterías, pues realmente son vehículos que no contaminan lo mismo que un vehículo a combustión interna. Inclusive en los desechos o desperdicios en el taller, Volvo está mirando el tema de los cartones, de los plásticos, todo tiene que estar certificado, las empresas deben tener ciclos de reciclaje con un segundo uso aprobado por Volvo en toda la cadena de materiales. Es un ciclo completo desde que arranca el primer tornillo hasta que se desarma ese tornillo. Entonces sí tenemos claro esa línea, esta es una marca que tiene muy claros sus principios en todo el tema de sostenibilidad.

Hay muchas denuncias por la forma en la que precisamente la cadena de proveedores no cumple con ese tipo de exigencias. Se ve mucho en la producción de teléfonos celulares o de ropa. ¿Ustedes se están fijando en lo que está haciendo su cadena de proveedores, incluso local, para que vaya en línea con su objetivo global?

Sí, sí, sí, ahoritica estamos muy enfocados en eso, en toda la línea, inclusive un pequeño ejemplo es que los transportadores, es decir, los camiones que están llevando los repuestos a nuestros 10 concesionarios, tienen que tener unas ciertas, digamos, restricciones de emisiones en Colombia y si no se cumplen, pues toca exigir ese cumplimiento o cambiar de empresa, porque Volvo ya nos está llegando a ese nivel de exigencia que tenemos que cumplir, no solamente lo tiene que cumplir Europa, lo tenemos que cumplir acá en Latinoamérica, en Colombia.

Hace justo un año, andaba en Argentina y estaba en un congreso de temas de transformación y de cómo deberíamos, como sociedad, entender la energía de una mejor forma. ¿Por qué? Porque daban unos datos aterradores: el 40% de la energía a nivel global se derrochaba, se desperdiciaba. ¿Cómo ustedes, hablando de carros eléctricos, de celdas, de baterías, entran en esa dinámica de un mejor aprovechamiento de la energía?

La energía hay que saber usarla para lo que necesitamos, eso es algo que culturalmente se tiene que venir trabajando, pero Volvo lo viene haciendo hace mucho tiempo atrás, inclusive nuestro último concesionario en Barranquilla ya lo tenemos con paneles solar solares, estamos aprovechando esa energía del sol para poder utilizar en todos los aires acondicionados, en todas las herramientas que se necesitan en el taller, en la vitrina. Y esto lo estamos haciendo, digamos que como en todos nuestros concesionarios, obviamente hay fases, pero tenemos que aprovechar la energía de cualquier cosa para poder ser beneficiarnos de esta energía y que sea un tema circular en todos los aspectos.

Entrevisté a Barbara Frei, vicepresidenta Ejecutiva de automatización Industrial en la multinacional Schneider Electric, la multinacional reconocida en el 2021 por el índice Corporate Knights Global 100 como la empresa más sostenible del mundo. Ella invitaba a hacer una reflexión y decía: “El mundo se debe replantear la sostenibilidad en el sector industrial”. ¿Qué piensa usted de ese postulado?

Sí, sí, definitivamente hay que arrancar por ahí. La fábrica de Charleston, en Estados Unidos, de Volvo, que fue hace más o menos unos 3 o 4 años su lanzamiento, toda su energía es circular, tiene paneles solares, el agua que utilizan es reciclable, o sea, toda la planta como tal. Todo arranca desde un tornillo hasta que se finaliza el carro, bien sea en su mantenimiento, o donde sea. Entonces sí, obviamente hay que arrancar en las fábricas y con todo el tema circular. Pero, volvemos otra vez al punto anterior, esto se hace con cultura y se hace poco a poco, y en Colombia pues ya la estamos implementando hace varios años.

Quiero hacer una analogía: el mundo saludable de la alimentación es costoso, alimentarse saludablemente es costoso. Y en la industria automotriz ser eléctrico es costoso. ¿Ser sostenible en la industria automotriz es costoso?

Sí, sí, no hay duda, eso es algo súper importante que tenemos que tener claro: ahora es más costoso porque se hace en menos cantidad. Si nosotros lográramos, por decir algo, tener la misma cantidad de ventas de vehículos eléctricos que de los de combustión interna, pues al hacer volumen vamos a tener el mismo precio, llamémoslo así. ¿Qué es lo que se está apostando desde Volvo con todos sus carros? Como ya todos son enchufables, pues yo voy a tener una producción de baterías mucho mayor, voy a tener una producción de motor mucho mayores, y entonces voy a hacer que el precio baje y se acerque mucho más al de la combustión interna, que es lo que va a pasar y esperamos con la EX 30. Sí, la EX 30 es una apuesta que en el momento del lanzamiento Volvo está diciendo: no me importa perder plata, quiero estar al mismo valor de lo que están hoy en día los motores de combustión interna. ¿Por qué? Porque va a tener una producción mucho más grande y al final vamos a poder ser mucho más competitivos, poder poner un precio real y ya no voy a perder. Pero efectivamente, al ser sostenible y tener menos producción, digamos o menos cantidad, pues la producción va a salir más costosa.

Hace diez años, hablando con otro fabricante, BMW, sus altos ejecutivos decían que tenía la capacidad de en dos o tres años enviar a todos los mercados del mundo sus carros carros eléctricos, pero que no había en dónde cargarlos. Y ese era un mensaje directo a los líderes y líderesas que manejaban la política pública, no solo en Colombia sino en el mundo. ¿Cómo está eso en Colombia? ¿Se hace política pública con ese objetivo?

Pues tienen razón, ya que el tiempo de carga está siendo un poco más largo, pero si nos ponemos a ver, el 95% de nuestros clientes carga su carro en el parqueadero de su garaje, es decir, por la noche, que tiene toda la lógica. Solamente el 5% de nuestros clientes cargan en alguna zona social, como en clubes, restaurantes, centros comerciales. El desarrollo de las baterías y de la carga está siendo, digamos, que demasiado rápido. Y eso va a ser un tema que se va a solucionar definitivamente en 2 años, en donde vamos a tener donde el carro que va a cargar su batería a full en 10 minutos. Ya no vamos a tener el carro 2 horas parqueado, pero necesitamos la estructura y apoyo de los Gobiernos para que esto crezca. Solo por las marcas fabricantes va a ser imposible. Colombia ha puesto su granito de arena, somos uno de los países más desarrollados en el tema de electrificación, pero obviamente falta muchísimo más. ¿Por qué no está? Porque eso vale plata.

¿Qué incentiva hoy comprar un carro eléctrico cuando todavía son tan costosos y el crédito es tan alto?

Definitivamente hay varias cosas en temas de impuestos, pues hay unos beneficios; está el tema del pico y placa, está el tema obviamente ambiental. La gente, cuando tiene hijos, dice: Oiga, ¿qué mundo le voy a dejar a mis hijos? Entonces piensa en un carro eléctrico también por los beneficios en temas de ahorro, de mantenimiento, o sea, mantener un carro eléctrico es mucho más barato porque el valor de la gasolina está súper alto versus el kilovatio, sale más barato el kilómetro recorrido en un carro eléctrico.

Ya que tocó el bolsillo, Nicolás, haga una comparación: yo tanqueo un carro con gasolina extra que está a 20.000 pesos el galón en Colombia, eso quiere decir que una tanquedada full está en unos 350 a 400.000 pesos. ¿Cuánto costaría recargar una eléctrica?

De cero al 100%, en estrato 6, estaremos hablando más o menos de 76.000 pesos.

Estrato 6, que es el costo más alto del recibo.

Exactamente, más o menos vale 800 que pesos el kilovatio, sale mucho más barato, como hablábamos, el kilómetro recorrido versus el de combustión interna. Y sume todos los beneficios: el mantenimiento de un vehículo eléctrico se hace en el doble de tiempo, es decir, en los de combustión interna es cada 10.000 kilómetros, en el vehículo eléctrico es a 20.000 kilómetros. Y no solamente eso, sino que no voy a tener que cambiar filtro, aceite, combustible, un montón de cosas que se cambian en el mantenimiento. Lo que se hace con un eléctrico es un mantenimiento más de chequeo, como revisión de frenos, alineación, balanceo, plumillas y ya. O sea, vale la mitad de lo que costaba también un mantenimiento de un motor a combustión interna, entonces también es ahorros que, a mediano y largo plazo, van sumando mucho para el propietario.

Hace 20 años el teléfono celular era un lujo, arrancaba Motorola, luego el boom masivo de BlackBerry y se empezó a masificar hasta llegar al punto en que hoy en Colombia hay más celulares que habitantes. ¿Cuándo estiman ustedes que en Colombia podríamos llegar a una analogía similar en carros eléctricos? O que al menos sea un balance entre carros de combustión y carros eléctricos o que los eléctricos superen a combustión.

Le puedo decir que en dos años Volvo a tener la mitad de su parque enchufable versus todo lo que había vendido en sus años anteriores. En 2 años. Sí, eso gracias a la entrada de la EX 30.

Llega el otro año, en como en abril...

Ajá, marzo-abril. Vamos a tener la camioneta que ya tenemos en preventa rompiendo todos los récords, entonces yo diría que ese va a ser el inicio, no solamente de Volvo, sino de abrirle los ojos a las demás marcas y decir: oiga, Volvo lo está haciendo, nos toca a nosotros hacerlo. Entonces también va a presionar a las otras marcas para que bajen el precio y, obviamente, ponerlo al lado de una gasolina donde el cliente ya va a decir: prefiero, ahora sí, el eléctrico que el de gasolina porque van a costar lo mismo. Por el lado de Volvo le diría que en un par de años podríamos estar en el mismo número de enchufables versus a gasolina.

*Este viaje fue posible gracias a una invitación de Volvo Colombia.

Edwin Bohórquez Aya

Por Edwin Bohórquez Aya

Comunicador social-periodista. MBA Inalde Business School. Premio Iberoamericano de Periodismo Económico IE Business School, Madrid (España). Premio a Mejor trabajo periodístico de Analdex, categoría prensa@EdwinBohorquezAebohorquez@elespectador.com

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