Air-e ya pagó deudas por $78.000 millones en el mercado energético
Según ha explicado Edwin Palma, agente interventor de Air-e, la falta de garantías financieras y las deudas acumuladas de la administración anterior, que ascienden a $800.000 millones, han sido obstáculos para reencaminar a la compañía.
Air-e, la empresa responsable de suministrar energía a 1,3 millones de usuarios en la región Caribe, anunció que ha saldado las deudas con el 90 % de sus acreedores en el mercado energético. A través de un comunicado, la compañía aseguró que desembolsó $78.000 millones, provenientes de recursos propios, a 98 agentes para avanzar en el proceso de saneamiento financiero.
De los 109 acreedores de Air-e, la empresa mantiene deudas con 11. “Con estos acreedores se adelantarán procesos financieros apoyados por entidades del Gobierno Nacional para cumplir los acuerdos pertinentes”, indicó la compañía actualmente intervenida por el Gobierno.
Y es que uno de los grandes obstáculos en la intervención de Air-e ha sido la negativa de las empresas generadoras a vender energía a Air-e. Según ha explicado Edwin Palma, esto se debe a la falta de garantías financieras y a las deudas acumuladas de la administración anterior, que ascienden a $800.000 millones, incluyendo $400.000 millones pendientes con generadoras térmicas.
Este pasivo, junto con la falta de liquidez por subsidios atrasados que el gobierno debe a la empresa, ha complicado aún más las finanzas de Air-e. Según la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (ANDEG), resolver estos problemas es clave para estabilizar la operación de la compañía y asegurar contratos a largo plazo.
Como lo manifestó la Air-e, este paso hacia el saneamiento financiero permite “evitar repercusiones en el mercado eléctrico y así da un importante voto de confianza al proceso de intervención”.
El complejo panorama de Air-e
Air-e ha sido azotada por una combinación de factores, como “problemas de mal servicio por bajas inversiones, dificultades de cartera por no pago y la imposibilidad de recoger los subsidios a tiempo. Todos están relacionados y generan un círculo vicioso”, le dijo a este diario Julio César Vera, presidente de Xua Energy.
A esto se le suma la alta exposición de Air-e en la bolsa de energía (55 % de su compra), lo que resulta en un incremento en los costos de suministro, afectando directamente las tarifas para los usuarios.
“Desde el primer momento de la intervención estamos haciendo esfuerzos inalcanzables para cumplir las obligaciones financieras y garantizar la sostenibilidad de una de las empresas de servicios más importantes del país”, expresó Edwin Palma, agente interventor de Air-e.
Lo anterior no solo agrava el panorama de Air-e, sino que pone en riesgo la estabilidad del servicio en Atlántico, Magdalena y La Guajira.
El proceso de intervención ha sido accidentado, cuando menos. Uno de los aspectos más alarmantes es la desaparición de la información contable de la empresa. Edwin Palma, el agente interventor, denunció que los estados financieros, informes tributarios y otros datos esenciales almacenados en un único computador fueron borrados sin explicación clara.
Esta situación ocurre después de un hackeo denunciado en septiembre, justo antes de la intervención, que ya había afectado los sistemas operativos y financieros de la compañía. Así lo aseguró Carlos Diago, el anterior interventor, quien estuvo al margen durante 40 días.
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Air-e, la empresa responsable de suministrar energía a 1,3 millones de usuarios en la región Caribe, anunció que ha saldado las deudas con el 90 % de sus acreedores en el mercado energético. A través de un comunicado, la compañía aseguró que desembolsó $78.000 millones, provenientes de recursos propios, a 98 agentes para avanzar en el proceso de saneamiento financiero.
De los 109 acreedores de Air-e, la empresa mantiene deudas con 11. “Con estos acreedores se adelantarán procesos financieros apoyados por entidades del Gobierno Nacional para cumplir los acuerdos pertinentes”, indicó la compañía actualmente intervenida por el Gobierno.
Y es que uno de los grandes obstáculos en la intervención de Air-e ha sido la negativa de las empresas generadoras a vender energía a Air-e. Según ha explicado Edwin Palma, esto se debe a la falta de garantías financieras y a las deudas acumuladas de la administración anterior, que ascienden a $800.000 millones, incluyendo $400.000 millones pendientes con generadoras térmicas.
Este pasivo, junto con la falta de liquidez por subsidios atrasados que el gobierno debe a la empresa, ha complicado aún más las finanzas de Air-e. Según la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (ANDEG), resolver estos problemas es clave para estabilizar la operación de la compañía y asegurar contratos a largo plazo.
Como lo manifestó la Air-e, este paso hacia el saneamiento financiero permite “evitar repercusiones en el mercado eléctrico y así da un importante voto de confianza al proceso de intervención”.
El complejo panorama de Air-e
Air-e ha sido azotada por una combinación de factores, como “problemas de mal servicio por bajas inversiones, dificultades de cartera por no pago y la imposibilidad de recoger los subsidios a tiempo. Todos están relacionados y generan un círculo vicioso”, le dijo a este diario Julio César Vera, presidente de Xua Energy.
A esto se le suma la alta exposición de Air-e en la bolsa de energía (55 % de su compra), lo que resulta en un incremento en los costos de suministro, afectando directamente las tarifas para los usuarios.
“Desde el primer momento de la intervención estamos haciendo esfuerzos inalcanzables para cumplir las obligaciones financieras y garantizar la sostenibilidad de una de las empresas de servicios más importantes del país”, expresó Edwin Palma, agente interventor de Air-e.
Lo anterior no solo agrava el panorama de Air-e, sino que pone en riesgo la estabilidad del servicio en Atlántico, Magdalena y La Guajira.
El proceso de intervención ha sido accidentado, cuando menos. Uno de los aspectos más alarmantes es la desaparición de la información contable de la empresa. Edwin Palma, el agente interventor, denunció que los estados financieros, informes tributarios y otros datos esenciales almacenados en un único computador fueron borrados sin explicación clara.
Esta situación ocurre después de un hackeo denunciado en septiembre, justo antes de la intervención, que ya había afectado los sistemas operativos y financieros de la compañía. Así lo aseguró Carlos Diago, el anterior interventor, quien estuvo al margen durante 40 días.
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