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La subida del precio del café ha marcado un hito histórico en Colombia, con el cierre de la Bolsa de Nueva York en el valor más alto en más de una década. La Federación Nacional de Cafeteros (FNC) informó que el café colombiano se cotizó a US$2,79 la libra, alcanzando así un récord no visto en 13 años.
Este incremento responde, en gran parte, a las afectaciones en la producción de café en Brasil y Vietnam, los dos mayores productores del mundo, lo que ha influido en la oferta mundial y beneficiado al mercado colombiano, el tercero en importancia.
A nivel nacional, la subida de precios se traduce en un precio interno de $2.505.000 por carga, lo cual representa un gran alivio para las 552.000 familias que dependen de la caficultura.
En un contexto de cosecha principal, este panorama resulta especialmente oportuno para muchos caficultores colombianos, quienes, en palabras del gerente de la FNC, Germán Bahamón, se benefician de una demanda favorable en un momento en el que Colombia cuenta con un amplio volumen de grano.
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¿Qué impulsa los precios del café?
La subida de precios del café en Colombia está vinculada a tres factores clave: el precio en la Bolsa de Nueva York, el diferencial colombiano (que se paga adicionalmente por la calidad del grano nacional) y la tasa de cambio actual. Estos factores, en conjunto, están detrás del aumento del precio interno, calculado sobre la base de dos tipos de grano: el café excelso (de alta calidad) y la pasilla (de calidad inferior).
Este incremento también es reflejo de un crecimiento de la actividad económica en el país, en parte impulsada por el cultivo de café, que según el DANE ha crecido en 25,8 % en el segundo trimestre de 2024 frente al mismo período del año anterior.
En paralelo, la FNC reportó un aumento de la producción y las exportaciones de café, con un crecimiento interanual de 18 % en la producción y de 25 % en las exportaciones durante agosto de 2024.
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El impacto del clima en la oferta
Las condiciones climáticas adversas en Brasil y Vietnam han afectado significativamente sus cosechas, reduciendo la oferta global de café y generando temores entre los mercados. Luis Fernando Samper, consultor internacional en temas cafeteros, le dijo a este diario que la sequía y las malas floraciones en Brasil han dejado debilitados a los cafetales, proyectando una cosecha baja para 2025.
En Vietnam, la excesiva sequía también pone en riesgo la cosecha de la especie robusta, que junto a la arábica colombiana marca los precios de referencia en el mercado internacional.
No obstante, la caficultura colombiana también enfrenta desafíos climáticos: el verano reciente afectó los cultivos en el país, dañando los frutos maduros y reduciendo su volumen.
Para productores como Margarita Vásquez, cafetera en Quindío, aunque el precio actual es positivo, solo un tercio de su cosecha cumple con los estándares de calidad óptimos, el resto tendrá que venderse como pasilla a menor precio.
Perspectivas en el mercado y retos para el futuro
Si bien el incremento en el precio del café favorece al productor, no todos los actores en la cadena están igualmente beneficiados. Los tostadores y comercializadores deben adaptar sus precios para no perder demanda, en tanto que algunas marcas de café buscan orígenes de grano más baratos.
A pesar de esto, la actual escasez global dificulta el reemplazo del grano colombiano, garantizando de momento una fuerte demanda.
Desde la FNC, se advierte que las presiones de este tipo suelen tener efectos temporales, pues la normalización de los precios podría tomar entre uno y dos años en promedio, dependiendo de cómo se estabilice la oferta mundial.
El alza en el precio genera una gran expectativa para el sector cafetero colombiano, que busca capitalizar este momento e impulsar la economía local.
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