Motos “made in” Colombia: una historia que va sobre ruedas
Las motos son el vehículo preferido por los colombianos. Pero más allá de su uso, este segmento esconde una historia de éxito y crecimiento industrial. Hablamos con las empresas del sector para conocer cómo están el panorama y las proyecciones.
Lucety Carreño Rojas
Hace 20 años el Grupo Corbeta fundó la ensambladora de motocicletas colombiana AKT. Se trató de una apuesta y un sueño por poner en el mercado una marca local que compitiera con las empresas internacionales que ofrecían el ensamble y la venta de motos.
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Hace 20 años el Grupo Corbeta fundó la ensambladora de motocicletas colombiana AKT. Se trató de una apuesta y un sueño por poner en el mercado una marca local que compitiera con las empresas internacionales que ofrecían el ensamble y la venta de motos.
En abril la ensambladora cumplió dos décadas, genera 1400 empleos, ha vendido casi 1′500.000 motocicletas, ocupa el segundo lugar de las ventas locales, con 17 % del mercado, y es una de las ocho empresas (con Auteco, Auteco Mobility, Yamaha, Hero, Honda, Grupo UMA y Suzuki) dedicadas al ensamble de vehículos de dos ruedas.
El desempeño del mercado de las motos, al menos desde la fabricación y el ensamblaje, contrasta poderosamente con el de carros: con la reciente salida de Colmotores (que anunció el cierre de su planta en Bogotá, además de una en Ecuador), en Colombia solo quedan la operaciones industriales de Sofasa-Renault e Hino en el lado de los automóviles.
Y, de hecho, el número actual de las ensambladoras de motos casi que triplica el de la época dorada de la fabricación de carros en Colombia, cuando no solo estaban Renault-Sofasa y Colmotores, sino también Mazda e Hino.
Esta es una historia que avanza a toda máquina y sobre ruedas, tan solo que va en dos, no en cuatro.
Fabricación de motos: un mercado creciente
La primera empresa que incursionó fuerte en el mercado de motos local fue Autotécnica de Colombia, más conocida como Auteco. En 1941, creada por Paul Vásquez, la marca se dedicó primero a importar motocicletas y comercializar partes en un pequeño local del centro de Medellín. En 1954, la compañía consiguió los derechos para ensamblar, por primera vez, una moto en el país: la motoneta italiana Lambretta.
Carlos Andrés Pineda, presidente ejecutivo de Asopartes, explica que el mercado de las motocicletas en Colombia tiene dos componentes: las empresas locales que abren una planta de producción de ensamble de producto importado, listo para terminar y vender, y las que importan motocicletas de nicho. “Colombia es un mercado potencial para este sector”, dijo.
De acuerdo con cifras de la Cámara de la Industria Automotriz de la ANDI, las motos representan el 60 % del parque automotor del país y son el medio de transporte con mayor crecimiento.
Vale la pena mencionar que en 2022 se registraron 805.920 motos nuevas, pero el apretado panorama económico de 2023 redujo esta cifra a 678.660 matrículas el año pasado. “Las ensambladoras en Colombia logran registrar más del 95 % de las motocicletas en el país y generan más de 88.000 empleos en toda la cadena de valor del sector, llevando desarrollo y crecimiento en los territorios donde están asentadas, a través de encadenamientos productivos, motopartistas, talleres y servicios, entre otros”, aseguró Iván García, director de la Cámara de la Industria de Motocicletas de la ANDI.
Tras un período de cifras en rojo, el sector volvió a mostrar su recuperación y en el primer cuatrimestre de este año se han registrado 246.929 motocicletas nuevas, según las cifras del Registro Único Nacional de Tránsito (RUNT).
Ensambladoras de motos vs. de carros
El pasado 26 de abril General Motors, encargado de la fabricación de vehículos Chevrolet, anunció el cese de producción en Colombia, que se realizaba en la planta de Colmotores. Aunque seguirá comercializando sus vehículos en el mercado local, la decisión de frenar el ensamble responde al reducido uso de su capacidad instalada (tan solo era del 9 %).
Ante el anuncio, la Cámara de la Industria Automotriz pidió al Gobierno nacional implementar “prioritaria y urgentemente” un plan de reactivación del sector industrial automotriz, para garantizar el ensamble y la venta, así como atraer inversiones al país.
De acuerdo con el gremio, el sector automotor ha tenido una desaceleración de más del 30 % desde 2018. La más afectada con esa caída ha sido la industria automotriz nacional, que pasó de tener un porcentaje de participación del 32 % en el mercado nacional al 14 % en 2023.
“Convertirse en un hub de exportación competitiva para América Latina es el único camino certero que tiene la industria automotriz nacional para garantizar su sostenibilidad a futuro, atendiendo la realidad de un sector de competencia global”, afirmó el gremio.
En contraste, durante los últimos años el mercado de las motocicletas en el país viene mostrando una alta dinámica, “con una importante contribución social y económica para el país”, dijo García. Además, la industria local exporta a Venezuela, Ecuador y varios países de Centroamérica.
Según un estudio de 2023 de Movemos Colombia, que reúne a las ocho ensambladoras de motocicletas junto a la ANDI, el 92,2 % de los motociclistas pertenecen a los estratos 1, 2 y 3. Las características más valoradas por los usuarios de motos son la calidad (10,7 %), el estilo y diseño (10 %) y el precio (9,8 %).
Kevin Moreno, jefe de mercadeo estratégico de Suzuki, explicó que uno de los factores para el auge de las motocicletas se debe al costo de la gasolina, “que incide en un mayor desembolso por mantenimiento, así como los cambios en las tarifas del seguro obligatorio (SOAT), que han sido beneficiosos para las motocicletas de baja cilindrada”.
Además, los incrementos de los peajes, los impuestos de los carros, el tráfico y las restricciones en la movilidad han posicionado a la motocicleta como un medio de transporte más práctico y económico. “Mientras que en 2017 se comercializaban dos motocicletas por cada carro vendido en Colombia; en 2023 esa cifra llegó a 3,7 motos por cada automóvil; y en lo que va corrido del año ha alcanzado el valor de 4,4 motos nuevas por cada carro registrado”, comentó Moreno, vocero de Suzuki, marca japonesa que llegó a Colombia en 1982, genera 1.300 empleos directos, ha fabricado 1.864.111 motocicletas en el país y exporta desde nuestro país a Ecuador, Venezuela, Chile, Perú, Bolivia y Trinidad y Tobago.
Aquí también hay que recordar que, tristemente, los usuarios de motocicletas son el gran protagonista de las muertes y lesiones en siniestros de seguridad vial en Colombia.
La ubicación estratégica de las ensambladoras
Las ensambladoras de motos en Colombia están distribuidas en cinco departamentos: Bolívar, Antioquia, Risaralda, Valle del Cauca y Cauca.
Por ejemplo, Suzuki Motor de Colombia tiene sus oficinas y fábrica de ensamble en Pereira, un punto “equidistante a los tres mercados más grandes de motocicletas en el país: Bogotá, Medellín y Cali”, explicó Moreno. También está cerca de Buenaventura, el principal puerto marítimo de Colombia. Además, cuando una marca monta una ensambladora en un país le está apostando a que en esa geografía y en los países vecinos aumente la venta de sus productos. “Colombia es un país que sobrepasó más de 800.000 unidades nuevas vendidas y está de segundo o tercer lugar en el consumo de este producto junto con Brasil y México”, dijo Pineda.
Es decir, que Colombia es uno de los países de la región con mayor consumo per cápita de motos, considerando que Brasil y México tienen más población.
Las ensambladoras han logrado mantenerse y crecer debido a las constantes renovaciones e inversiones industriales en líneas de producción, calidad y tecnología que seducen al mercado interno y al de la región.
Royal Enfield es otra marca presente en el país. La empresa surgió en Reino Unido y, tras trasladar su producción a la India, fue comprada por el grupo indio Eicher Motors. Aunque llegó a Colombia en 2009 y pertenece a un segmento aspiracional, desde 2021 comparte fábrica con AKT para importar, ensamblar sus piezas y ofrecerlas al mercado colombiano.
“La legislación colombiana ofrece beneficios arancelarios para las empresas que traen productos desensamblados y los arman aquí. También buscan incentivar el mercado nacional mediante el desarrollo local de ciertas partes del producto. Con Royal desarrollamos ese tipo de partes para cumplir con la legislación”, comentó Sebastián Mejía, gerente comercial de Royal Enfield, que genera 250 empleos directos en esta actividad industrial.
Las proyecciones del sector
El sector automotor aporta $160 billones en valor agregado encadenado, equivalente al 17 % del PIB, y tiene más de 290 proveedores de partes y piezas para el ensamble, según datos de la ANDI y Andemos.
De acuerdo con la ANDI, esperan cerrar el año con 680.000 o 700.000 unidades nuevas vendidas. Sin embargo, los resultados del primer cuatrimestre de 2024 tienen al sector más positivo y creen que se podría llegar a 740.000 motocicletas nuevas registradas.
“Tenemos buenos augurios, las expectativas de las marcas de motocicletas están con renovado optimismo. Las bajas en las tasas de interés nos hacen pensar que las condiciones están dadas para alcanzar una cifra de venta superior o similar a la de 2022″, afirmó Pineda.
En el mercado, Yamaha sigue ocupando el primer lugar, AKT prevé posicionarse en el segundo y alcanzar los 21 países en exportaciones, Suzuki espera unirse al top tres y Royal crecer un 30 % frente a 2023.
“Con los años, fuimos adquiriendo las características de lo que les gustaba a los clientes: buen producto y calidad. AKT tiene como sello ofrecer una muy buena relación de precio-producto”, finaliza diciendo Camilo Mantilla, director de diseño y desarrollo de la marca colombiana ubicada en Envigado, que ensambla motocicletas con materiales provenientes de China, Brasil, Japón, Tailandia, Taiwán y Colombia, pero con diseño y estudio de mercado local.
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