Así quedó el negocio para las aseguradoras con la reforma pensional
La iniciativa del gobierno Petro modificó la financiación y el engranaje detrás de las pensiones de invalidez y sobrevivencia. Con el proyecto, el sector asegurador, además, podría participar en el pilar semicontributivo.
En el sistema pensional que crea la reforma del gobierno de Gustavo Petro, las aseguradoras tendrán más protagonismo porque entrarán a cubrir los riesgos de invalidez y sobrevivencia de todos los afiliados al sistema con nuevas reglas de juego.
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En el sistema pensional que crea la reforma del gobierno de Gustavo Petro, las aseguradoras tendrán más protagonismo porque entrarán a cubrir los riesgos de invalidez y sobrevivencia de todos los afiliados al sistema con nuevas reglas de juego.
La Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda) dijo durante el trámite de la reforma que, aunque el texto estaba sujeto a mejoras, es un “paso en la dirección correcta” y que era mejor aprobar el proyecto que archivarlo, pero hasta ahora poco se ha hablado sobre el nuevo papel que tendrán estas empresas en el sistema pensional.
Aunque de cara a los usuarios no hay mayores cambios en las pensiones de invalidez y sobrevivencia, la iniciativa sí sacude el engranaje.
Una torta más grande
Para entender la magnitud de la transformación hace falta observar el régimen actual. Tanto en Colpensiones como en las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) un 3 % del 16 % de la cotización que realizan mes a mes los afiliados se destina a cubrir la comisión y los riegos de invalidez y sobrevivencia. En Colpensiones la comisión es de 1,09 % y el porcentaje restante se usa para pagar ese tipo de pensiones, lo demás lo cubre el presupuesto general; mientras que las AFP adelantan licitaciones para contratar seguros previsionales que cubran a sus afiliados.
Cada fondo privado distribuye con el 3 % de la cotización según su situación; por ejemplo, en 2023 Porvenir destinó a los seguros previsionales 2,47 % y 0,53 % a la comisión, mientras que Skandia destinó 0,95 % a seguros y 2,05 % a comisión. El año pasado, en promedio en los cuatro fondos, se fue 0,6 % para comisión y lo demás para los seguros.
La diferencia en la distribución tiene que ver con las características de los afiliados. Al adquirir cualquier seguro se tienen en cuenta los riesgos para fijar el precio; de ahí que algunos fondos, por las condiciones de sus usuarios, deben pagar más que otros. La edad y el nivel de ingresos son factores claves, pues quienes ganan menos de dos salarios mínimos suelen accidentarse más.
En el sistema actual el papel de las aseguradoras es completar la suma necesaria para financiar la pensión. Teniendo en cuenta el monto y tipo (invalidez o sobrevivencia), la edad, los beneficiarios y cuánto dinero había ahorrado el afiliado (más el bono pensional, si lo hubiera), la compañía de seguros calcula cuánto dinero debe cubrir el seguro que es, básicamente, la plata que hace falta para cumplir con todas las mesadas. En promedio, los seguros previsionales responden por el 90 % del capital que se necesita.
Con las condiciones actuales, el mercado no era muy atractivo para las aseguradoras, prueba de ello es que en el pasado resultaron licitaciones desiertas. Según dijo Fasecolda a este diario hace unos meses, la falta de ofertas se debe a la inseguridad jurídica, el fraude y la alta siniestralidad.
Luis Felipe Jiménez, experto en pensiones y socio fundador de Logique Consulting, explica que en el mercado en realidad hay pocas aseguradoras con el capital suficiente para expedir una póliza del tamaño que requerían las AFP, por eso la participación era limitada.
Otro desincentivo, dice el experto, es que la ley establece que quienes ofertan seguros previsionales también tienen que ofrecer rentas vitalicias de invalidez y sobrevivencia; básicamente, este es un seguro con el que las personas que tienen todo listo para pensionarse autorizan a su fondo de pensiones a trasladar el capital a una compañía de seguros que desde ahí se encarga de pagar las mesadas y cubrir varios riesgos. El tema es que estas rentas son poco apetecidas en el sector, en particular, por los riesgos jurídicos y las restricciones relacionadas con el salario mínimo.
Con la transformación que implica la reforma el sistema cambia considerablemente. Colpensiones ahora realizará la licitación, como funciona hoy en las AFP, para contratar los seguros previsionales. El Gobierno definirá los detalles en la reglamentación. La medida se traduce en que el mercado para las aseguradoras crecerá, porque ya no será solamente para los usuarios de los fondos privados, sino para los 25 millones de afiliados al sistema.
Jiménez explica que en otros países se hace una licitación, pero se segmenta la población de afiliados para que haya más ofertas y participen más actores. “La torta será más grande, porque se incluirán todos los afiliados, pero se puede partir en más pedazos y así podrían acceder al mercado aseguradoras más pequeñas”.
Gustavo Enrique Morales, presidente de Fasecolda, dijo a este diario que este seguro “ha demostrado ser el mecanismo socialmente más idóneo para la administración de dichos riesgos”, pero que, en todo caso, “es importante que en la reglamentación se den las condiciones idóneas para la correcta operación del seguro en pro de los pensionados”. La solicitud más clara que ha hecho el gremio hasta el momento es sobre la definición de las reglas de juego.
Los riesgos que asumían hasta ahora las aseguradoras también cambian. El proyecto dice que el seguro previsional cubrirá una renta temporal. Así las cosas, las aseguradoras entrarán a cubrir totalmente las mesadas de los beneficiarios de invalidez y sobrevivencia, pero solo hasta la edad de pensión de vejez; es decir, 57 años para las mujeres y 62 años para los hombres. De ahí en adelante, Colpensiones se hará cargo de pagar de manera vitalicia esas pensiones. En este punto vale recordar que todas las pensiones de sobrevivencia no son vitalicias, solo las que se otorgan al compañero o compañera permanente de la persona que falleció si cumple con ciertas condiciones.
“Con la reforma hubo una reasignación de riesgos; por ejemplo, el riesgo de longevidad ya no lo asumirán las aseguradoras, sino el Estado. Además, ahora se contratará seguro para todos los afiliados y no solo para quienes están en los fondos. Aunque sin reglamentación es difícil saber cómo se moverá el mercado, en lo elemental se puede decir que habrá un apetito creciente en el sector”, explicó un experto que pidió no ser citado en este artículo.
Jiménez coincide en que con ese cambio disminuye el riesgo que asumen las aseguradoras, lo que a su vez podría implicar que más empresas quieran y puedan participar y que los seguros cuesten menos.
Nuevas opciones de mercado
Con la reforma podrían existir dos segmentos de rentas vitalicias; el primero está en el pilar semicontributivo. La iniciativa aprobada por el Congreso dice que los hombres mayores de 65 años y las mujeres mayores de 60 años que hayan cotizado entre 300 y menos de 1.000 semanas recibirán una renta vitalicia.
El Ministerio de Trabajo confirmó que en este pilar podrían entrar las aseguradoras, pero que dependerá de lo que resulte “más favorable”, según los estudios técnicos. Jiménez estima que este podría ser un mercado de más de $3 billones al año.
El segundo segmento está en el pilar contributivo. Con la pensional de Petro, todos los afiliados cotizarán hasta por 2,3 salarios mínimos ($2’990.000 en 2024) en Colpensiones y quienes ganen más de esa cifra cotizarán el excedente en alguna de las AFP. En la parte complementaria, donde están los fondos privados, pueden existir las rentas vitalicias.
La reforma dice que con los recursos del componente complementario (lo que se ahorre en los fondos) Colpensiones puede “constituir una renta vitalicia ofrecida mediante un mecanismo de mutualidad de riesgos u otras alternativas”. Jiménez explica que en la práctica la reforma abre la puerta para otras modalidades de pensión, así habría más opciones de productos para los usuarios y posibilidades de “innovación” en el mercado. El documento también establece que se definirán esquemas de cobertura de riesgos, como la extralongevidad y los riesgos jurídicos.
Ambos segmentos, señala Morales, están sujetos a la reglamentación, en la que se definirán las condiciones de operación de estas rentas vitalicias.
¿Cómo se financiarán los seguros?
A las cotizaciones que se hagan en Colpensiones (hasta por 2,3 salarios) se les descontarán tres puntos (del 16 % total), hasta un punto para comisión y lo demás para los seguros previsionales. A las cotizaciones por encima de ese umbral (las que lleguen a los fondos privados) se les descontará un punto.
Es vital que los usuarios sepan que, tal como está planteado, no habrá cambios en los requisitos, montos ni fórmulas para calcular las pensiones de invalidez y sobrevivencia, pues las modificaciones están tras bambalinas. En el tercer debate (Comisión Séptima de la Cámara de Representantes) se había aprobado una proposición que mejoraba las pensiones de invalidez, pero ese cambio se perdió con la polémica decisión que tomó la Cámara de aprobar el texto que había salido de Senado.
De todas formas, hay algunos avances. El proyecto incluyó lo establecido en sentencias de la Corte Constitucional y de la Corte Suprema de Justicia y, como explicó a este diario Iván Daniel Jaramillo, viceministro de Empleo y Pensiones, el sistema pasará de un enfoque “asistencial” a uno “social”. Para eso, entre otros puntos, se incluyó el concepto de “segunda actividad” en la pensión de invalidez, para que si el pensionado realiza una labor diferente a la que se estudió inicialmente para entregar la prestación económica, no se le tenga en cuenta en las revisiones.
La discusión de la pensional se concentró en las pensiones de vejez, pero en toda la conversación que sigue es necesario prestarles atención a las de sobrevivencia e invalidez. No es el diálogo más amable, pero ninguno está exento de ese riesgo. Con corte a abril, según la Superintendencia Financiera, había cerca de 332.000 pensionados en el régimen privado, el 44 % con pensiones de invalidez y sobrevivencia.
Por ahora, a todo el nuevo sistema hay que ponerle un asterisco porque hace falta que el Gobierno defina las reglas de juego que marcarán el rumbo de las pensiones, pero no es apresurado afirmar que en la reforma de Petro las aseguradoras jugarán un papel clave o por lo menos más protagónico que en el régimen actual.
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