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“¿Bob Iger ahora se llama Bob Iger +?”.
El chiste en redes es flojo, si se quiere, pero ayuda a contarlo todo, muy concretamente: Robert Iger ha regresado para dirigir Disney, apenas dos años después de que saliera como CEO de uno de los mayores conglomerados de entretenimiento en el mundo.
Iger estuvo al frente de Disney 15 años antes de que dejara su cargo en 2020 y fue durante esa etapa que la compañía tomó la forma actual que tiene el conglomerado: las compras de Pixar, Marvel, Lucasfilm, bienes de Fox y el lanzamiento de la plataforma de streaming Disney + sucedieron durante el tiempo de este ejecutivo como CEO.
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“El consejo de administración consideró que cuando Disney se embarca en un período cada vez más complejo de transformación de la industria, Bob Iger está en una posición única para liderar la compañía en este momento crucial”, explicó la presidenta del consejo directivo, Susan Arnold, en el comunicado.
Defensor de la imagen pulida y familiar de Disney, Bob Iger dirigió la compañía de 2005 a 2020 y siguió siendo presidente ejecutivo del grupo hasta finales de 2021.
El regreso de Iger llega en medio de la salida de Bob Chapek, quien tomó las riendas de la empresa a principios de 2020, en los albores de la pandemia.
Y si bien los servicios de streaming y de consumo de entretenimiento en el hogar crecieron durante los periodos más difíciles del covid-19, las divisiones que necesitan de público para existir, como los parques, sufrieron duras pérdidas durante este periodo.
La entrada casi segura a un periodo de enfriamiento económico (incluso podemos estar hablando de una recesión), junto con unos resultados financieros que no cayeron del todo bien en Wall Street, parecen ser un combo poderoso detrás de la salida de Chapek y el regreso de Iger.
En los tres últimos meses de su año fiscal, el más reciente y seguido por los analistas de Wall Street, la compañía ganó US$162 millones, un 2 % más respecto al mismo tramo de 2021, pero por debajo de las expectativas de los analistas, algo que trajo algunas de las peores jornadas en bolsa para la acción del conglomerado; para el acumulado del año, los títulos de Disney han bajado 40 % en su valuación.
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Chapek tuvo la desgracia de hacerse cargo de Disney en febrero de 2020, justo cuando la pandemia obligó a cerrar sus parques y cines. Supervisó una rápida recuperación y las acciones alcanzaron un récord al año siguiente en medio de la emoción por el rápido crecimiento de su servicio de streaming Disney+. Pero los mercados son volubles: mientras que en un momento solo les interesaba el crecimiento de los suscriptores, ahora los inversionistas anhelan la rentabilidad. Una pérdida de US$1.500 millones registrada por el servicio de streaming en el último trimestre fue tan popular como Scar, el león villano.
El contrato de Chapek se renovó en junio, lo que hizo que su destitución pareciera torpe, pero en otros aspectos, el segundo acto de Iger llega en el momento oportuno. Asume el cargo con el precio de las acciones de Disney en niveles poco exigentes, luego de caer más del 40 % este año. La tan esperada secuela de Avatar finalmente se lanzará el próximo mes y la celebración del centenario de Disney el próximo año seguramente traerá un golpe de nostalgia. También podría encontrar alguna forma sencilla de calmar a los inversionistas, como comprar la participación de un tercio de Comcast Corp. en el servicio de streaming de Hulu.
El mandato de Chapek estuvo marcado también por un complicado episodio en Florida, donde la empresa, a principios de año, había decidido inicialmente no pronunciarse en contra de una ley que prohibía la enseñanza de temas relacionados con la orientación sexual o la identidad de género en las escuelas primarias.
Pero, bajo el impulso de sus empleados, Chapek finalmente criticó abiertamente el texto, despertando la ira del gobernador conservador Ron DeSantis, lo que tuvo como consecuencia que el parque temático Disney World perdiera ventajas administrativas que tenía desde los años 1960.
¿Iger +?
Si bien Iger está envuelto en un halo de gloria y grandes resultados al frente de uno de los pesos pesados de esa industria, el reto actual puede quedar fuera de alcance de sus manos, si se tiene en cuenta que no es el mejor momento para prácticamente ningún sector de la economía, tanto en EE.UU. como en otros lugares.
Entre la ata inflación y los vientos de recesión, la confianza (y alcance) de los consumidores es un asunto volátil y que bien puede dañar los planes del ejecutivo, sean los que sean.
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El punto de fondo acá es que Iger no puede agitar una varita mágica. Al enfrentarse a una crisis del costo de vida, los clientes pueden eventualmente dar un paso atrás ante los aumentos de precios que Disney está implementando en Disney+ y sus parques temáticos. También es poco probable que las audiencias de los cines se recuperen a los niveles previos a la pandemia. Métricas como los ingresos de taquilla ya no tienen tanta importancia, lo que altera la forma en que se compensa el “talento”. Aunque Disney tiene un excelente grupo de historias y personajes, el año pasado gastó alrededor de US$30.000 millones en contenido para alimentar a la bestia del streaming, en medio de la competencia de rivales acaudalados como Apple, Netflix y Amazon. Sin embargo, no a todo el mundo le entusiasman sus experimentos con las franquicias de Star Wars y Marvel.
Durante la era Iger al frente de Disney, la valuación del conglomerado creció en US$200.000 millones. Y este martes, las acciones de Disney subieron más de 6 % en Wall Street, lo que se vio como una señal positiva del mercado frente al regreso del ejecutivo; más aún cuando en el panorama general la bolsa de Nueva York cayó (0,13 % en el Dow Jones y 0,39 % en el S&P 500).
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