Boeing dijo que planea recortar su plantilla en cerca de un 10 %, es decir los puestos de unas 17.000 personas, además de adoptar medidas sobre su catálogo de aviones, por dificultades financieras.
El anuncio responde a la crisis que atraviesa el fabricante de aviones por una prolongada huelga de trabajadores y una creciente escasez de efectivo.
Las reducciones incluirán a ejecutivos, directivos y empleados, dijo el director ejecutivo Kelly Ortberg en un memorándum a los empleados. Boeing cerrará 2024 con 171.000 empleados.
“Nuestro negocio se encuentra en una posición difícil y es difícil exagerar los retos a los que nos enfrentamos juntos”, dijo Ortberg en el memorándum.
La compañía dijo que espera registrar ingresos en el tercer trimestre de US$17.800 millones, y una pérdida por acción de US$9,97, según cifras preliminares. Las salidas en flujo de caja están en US$1.300 millones, dejando a Boeing con un efectivo e inversiones en valores negociables de US$10.500 millones al final del trimestre, dijo. La empresa informará cifras completas el 23 de octubre.
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La empresa también trabaja para encarrilar sus negociaciones con los sindicatos. Boeing ha hecho dos ofertas de aumento salarial, ambas rechazadas por los trabajadores. Unos 33.000 empleados en sus plantas del área de Seattle llevan un mes en huelga, golpeando la producción y agotando las reservas de Boeing.
Las últimas conversaciones fracasaron esta semana, sin que esté claro cuándo y cómo podrían reanudarse.
Boeing ya ha puesto en marcha una serie de recortes de costos. La empresa ha suspendido algunos puestos de trabajo, ha congelado contrataciones y recortado los viajes corporativos.
Las acciones de Boeing caían un 1,5 % tras las operaciones regulares del viernes en Nueva York. Las acciones se han desplomado un 42 % este año hasta el cierre.
Ortberg también dijo que la compañía ha notificado a los clientes que las primeras entregas del 777X serán recién en 2026 debido al paro laboral y la pausa en las pruebas de vuelo. En agosto, Boeing anunció que suspendía pruebas tras descubrir grietas en un componente clave que conecta los motores del avión con las alas.
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La empresa ya ha sufrido retrasos en la obtención de la certificación de la Administración Federal de Aviación.
El retraso tanto de la versión de pasajeros como del carguero -ahora previsto para 2028- supondrá un cargo por beneficios antes de impuestos de US$2.600 millones, según Boeing. En conjunto, la filial de aviones comerciales tendrá un cargo por ganancias antes de impuestos de US$3.000 millones, en parte por el retraso de los programas del 767.
El negocio de defensa y espacio tendrá un cargo por ganancias antes de impuestos de USS$2.000 millones, dijo Boeing.
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