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El 2022 será una oportunidad de oro para consolidar la reactivación económica que cerrará este año con un crecimiento del PIB superior al 10 %, algo sin precedentes en la historia reciente del país.
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Sin duda, el sector minero-energético está llamado a ser protagonista del crecimiento económico el próximo año, desarrollando iniciativas y proyectos que seguirán transformando la matriz energética y minera, cerrando brechas sociales y llevando bienestar y una mejor calidad de vida a los colombianos.
Los altos precios de los commodities que produce Colombia, sumado a uno de los marcos normativos y fiscales más atractivos para inversión privada en el continente, seguirán posicionando al sector minero-energético como una de las anclas macroeconómicas del país.
En 2022, el sector continuará aportando cerca del 12 % de los ingresos corrientes de la nación, uno de cada tres pesos de los presupuestos de inversión de los entes territoriales, más del 50 % de las exportaciones y un poco más de un tercio de la inversión extranjera directa.
Adicionalmente, las empresas del sector generarán más empleos de calidad, bien remunerados y, a través de los mecanismos de obras por impuestos y obras por regalías, desarrollarán numerosos proyectos de alto impacto social y económico para las comunidades.
En el sector hidrocarburos vemos altas probabilidades de un repunte en la producción de crudo, esperando terminar el año retornando a niveles por encima de los 800.000 barriles/día, mientras que en gas se esperan picos de producción comercializada por encima de los 1.100 millones de pies cúbicos/día.
Adicionalmente, esperamos que las empresas movilicen cientos de millones de dólares en exploración como resultado del exitoso proceso permanente de asignación de áreas que lidera la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), en el que hemos adjudicado 69 contratos de exploración y producción nuevos, después de un período de casi cinco años sin firmar uno solo.
Una mayor producción en 2022 se beneficiará también de los precios altos, favorables a los países productores como Colombia. De hecho, la proyección del Ministerio de Hacienda, a través del Marco Fiscal de Mediano Plazo, ubica el barril Brent en US$63 para 2022. Este escenario hoy parece conservador, ya que en la segunda mitad de 2021 el precio ha estado en promedio por encima de los US$70 por barril, incluso superando durante varias semanas la barrera de los US$80.
Otro de los hitos a tener en cuenta es el inicio de las campañas exploratorias en aguas costa afuera del Caribe colombiano, una de las grandes apuestas para incrementar nuestras reservas de crudo y gas, y donde hemos adjudicado 11 nuevos contratos a empresas del primer orden, como Shell, Exxon, Occidental, Repsol y, por supuesto, Ecopetrol, las cuales tienen compromisos de inversión en las fases de exploración por US$3.000 millones.
La minería sigue avanzando
El repunte en la industria minera también será significativo, pues esperamos que la producción de carbón aumente entre 8 y 12 % en 2022. Si bien varios países están desarrollando políticas para reemplazar el carbón por fuentes más limpias, el proceso tomará tiempo y la crisis energética que viven Europa y Asia ha demostrado que Colombia tiene una gran oportunidad de seguir beneficiándose, en el mediano plazo, de la exportación de carbón térmico de alta calidad, sin afectar las ambiciosas apuestas que tenemos en materia de transición energética y lucha contra el cambio climático.
En cuanto al oro, estimamos que la producción aumente 5 % en 2022, superando las 53 toneladas. Cabe también destacar que la Agencia Nacional de Minería (ANM) otorgó más de 235 títulos mineros, entre suscritos e inscritos, y lanzó las primeras rondas de áreas estratégicas mineras en 2021, que contribuirán a una mayor actividad exploratoria en 2022.
Finalmente, tenemos como meta formalizar 15.000 mineros, que sumados a los 12.000 que llevamos a la fecha nos llevará a cumplir la meta de 27.000 de estos trabajadores formalizados. Esta cifra, que representa cerca de cuatro veces más el número registrado en los 12 años anteriores a nuestra administración, la hemos logrado mediante la implementación de un enfoque diferencial que reconoce las características especiales de los mineros pequeños, ancestrales y de subsistencia.
Transición energética, el legado
La transición energética, nuestra principal política pública, se consolidó en 2021 y se convierte en el gran legado del gobierno del presidente Iván Duque para el presente y el futuro de Colombia. Este año cerramos con una capacidad instalada de fuentes renovables no convencionales que supera los 710 MWp, es decir, que hemos multiplicado por 25 veces lo que había en 2018.
Sin embargo, las perspectivas para 2022 y años futuros son todavía más alentadoras, pues entre la subasta del cargo por confiabilidad de 2019 y las dos subastas de contratos de largo plazo de 2019 y 2021, hemos adjudicado proyectos por más de 2.870 MWp y cerca de US$3.000 millones que entrarán en operación entre 2022 y 2023. Esta cifra representa más de 100 veces la capacidad instalada que encontramos en 2018, sin lugar a dudas una de las expansiones de renovables más rápidas en el mundo.
Finalmente, 2022 será el año de las nuevas tecnologías. Por un lado, se culminará la construcción de cuatro parques eólicos en La Guajira, con una capacidad instalada de más de 430 MWp. Y, por otro, dejaremos en operación el primer piloto de producción de hidrógeno verde con Ecopetrol, además de reglamentar la hoja de ruta para la energía eólica costa afuera y la hoja de ruta del hidrógeno de cero y bajas emisiones.
* Ministro de Minas y Energía.