Con renuncia de Felipe Bayón a Ecopetrol: ¿cuáles son los retos de la petrolera?

Felipe Bayón, presidente de Ecopetrol, dejará su cargo el 31 de marzo de este año, se acuerdo con un comunicado de la compañía emitido en la noche de este jueves para informar al mercado.

Felipe Bayón, presidente de Ecopetrol, dejará su cargo el 31 de marzo de este año, se acuerdo con un comunicado de la compañía emitido en la noche de este jueves para informar al mercado.

Bayón lleva poco más de cinco años al frente de la compañía, cargo que asumió en septiembre de 2017. Y durante su tiempo al frente de la empresa, esta ha crecido en sus operaciones de hidrocarburos, pero también en inversiones en energías sostenibles, principalmente en granjas solares (aunque también hay exploración en el terreno del hidrógeno).

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“La salida de Felipe Bayón de la presidencia de Ecopetrol ha generado preocupación en los analistas y en los inversionistas de la empresa. Bayón, quien lideró la empresa desde 2017, deja a la con unos sólidos estados financieros, una ruta clara de descarbonización y la contribución más alta en la historia al Gobierno con un aporte fiscal estimado de $59,2 billones para este año”, explicó José Ignacio López, director de investigaciones de Corficolombiana.

Con corte al tercer trimestre del año pasado, la petrolera registró resultados financieros que calificó de históricos, llegango a una utilidad neta de $26,6 billones. Esto un mercado en el que el petróleo se ha mantenido fuerte, en medio de la volatilidad de los precios de la energía por cuenta de la invasión de Rusia a Ucrania.

Además de capotear los días más duros de la pandemia, en los que los precios de los hidrocarburos se desplomaron por la falta de demanda global (consecuencia del parón de emergencia del mundo en 2020), Bayón también estuvo al frente del proceso de compra de Isa.

Esta operación, por más de $14 billones, significó que la petrolera se quedó con el 51,4 % de las acciones que el Estado tenía en esta transportadora de energía. Esta operación se cerró en agosto de 2021 y fue defendida por la compañía como una apuesta por impulsar la transición energética.

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En su momento, Bayón se refirió a esta operación como “una noticia transformacional. Permite que tanto Ecopetrol e ISA sigan trabajando en la transición energética”.

Ahora bien, la renuncia de Bayón llega en un momento crítico para el sector de hidrocarburos, luego de una semana en la que ha habido una poderosa tormenta por cuenta de las declaraciones de la ministra de Minas, Irene Vélez, acerca de la supuesta negativa del Gobierno del presidente Gustavo Petro a firmar nuevos contratos de exploración.

Si bien el ministro de Hacienda desmintió esta semana esta versión al afirmar que esta no es una decisión que ya haya tomado el Gobierno, las palabras de Vélez le inyectaron aún más incertidumbre a un sector que resulta clave para el desarrollo económico y social, así como para la propia transición energética.

A la polvareda que levantaron estas declaraciones se sumó una fuerte polémica por las cifras con las que el Gobierno estaría basando su toma de decisiones acerca del futuro del sector de hidrocarburos en Colombia.

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Y todo esto se da en medio de la que, dicen analistas y observadores del sector, es una pelea de poder de la ministra Vélez con miembros de su propio equipo, como la viceministra de Energía, Belizza Ruiz. Esta funcionaria lleva dos semanas en una especie de limbo, pues su carta de renuncia no ha sido aceptada por el presidente Petro, pero parece marginada de sus funciones.

Retos y metas de Ecopetrol

La renuncia de Bayón es clave, no sólo por la incertidumbre que reina en el sector de hidrocarburos, sino porque Ecopetrol continúa siendo la empresa más grande del país, con una proyección, de largo plazo, de entregarle a la Nación entre $13 y $20 billones por año en regalías, impuestos y dividendos (según la estrategia a 2040 trazada por la compañía).

Para 2030, la empresa espera contar con una producción de petróleo de 850 kbped (esto es miles de barriles de petróleo equivalente por día). Para tener esta cifra en contexto vale recordar que, se acuerdo con sus más recientes resultados financieros, la petrolera se encuentra produciendo alrededor de 720 kbped y su estrategia de largo plazo indica que para 2024 debería llegar a a 730 kbped.

Para lograr la meta de largo plazo, además de la optimización en los campos que ya están en producción, la petrolera espera invertir unos US$1.870 millones en su exploración de yacimiento no convencional (conocido popularmente como fracking) en la cuenca Permian de EE.UU., en donde es socia con Oxy. Esta operación, espera la compañía, se podría convertir en la una de las cinco mayores fuentes de producción de petróleo y gas en el corto plazo.

De acuerdo con cifras de la empresa entre 2023 y 2025 se perforarán 1,600 pozos de desarrollo, 574 de ellos en este año. Además, se prevé la perforación de 25 pozos exploratorios en este mismo periodo.

Así mismo, la petrolera destinó cerca de $4,1 billones para seguir adelante con el programa de exploración de gas. Esas inversiones están destinadas a proyectos de exploración y producción en el Piedemonte Llanero, Caribe continental y costa afuera. Y buscan mantener la oferta actual e incrementarla con los proyectos exploratorios, dentro de los cuales se tiene planeada la perforación de 12 pozos con objetivo gas en 2023.

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También para este año se espera que en las áreas costa afuera se comience a perforar los pozos que buscan confirmar el tamaño de los descubrimientos en la provincia gasífera del Caribe.

En materia de transición energética, la empresa destinará cerca de $30 billones de inversión para 2023 para este fin. Esto incluye la producción de hidrógeno azul, que ya esté en marcha, así como la investigación del verde. “También estamos buscando hidrógeno blanco, que es el que se busca en la superficie”, dijo recientemente Bayón en un conversatorio en el foro de Davos, Suiza.

De acuerdo con la compañía, el compromiso con la transición energética se refleja en inversiones “entre $5,9 billones y $6,8 billones en autogeneración renovable, hidrógeno, transmisión y vías, y eficiencia energética; $3,6 a $4,1 billones para la autosuficiencia en gas y entre $15,8 y $18,9 billones para asegurar la seguridad energética, la sostenibilidad financiera y favorecer la balanza comercial del país”.

Además, cerca de $4,1 billones en los próximos 3 años (alrededor de $315.000 millones en el 2023), permitirán incorporar 900 MW de energías renovables, producir más de 50,000 toneladas de hidrógeno de bajo carbono, reducir cerca de 400,000 toneladas de emisiones de CO2e y avanzar en estudios de almacenamiento y captura de carbono (CCUS por sus siglas en inglés).

ISA invertirá un monto aproximado de $6,3 billones, de los cuales cerca de $5,4 billones serán para construir 9,657 kilómetros de transporte de energía al 2025 (6,227 kilómetros de ellos para el transporte de energías renovables no convencionales), “consolidando a ISA como líder latinoamericano en transmisión de energía”, aseguró Ecopetrol.

López, de Corficolombiana, concluye diciendo: “El mercado se enfocará ahora en el sonajero de candidatos para reemplazar a Bayón, quien deja una vara alta por sus competencias profesionales y técnicas. Más allá de la incertidumbre asociada con el cambio de presidente, lo más relevante es cómo se soluciona la tensión entre los planes de transición energética de la compañía y una senda mucho más acelerada propuesta por el Gobierno”.

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