EE.UU. vs. Google: el juicio del siglo que podría redefinir los negocios en línea
El juicio por monopolio es el primero que enfrenta al Gobierno federal de ese país con una empresa tecnológica estadounidense en más de dos décadas. Si la empresa es hallada culpable, las consecuencias se podrían extender a los poderosos mercados de búsqueda y publicidad en línea, columna vertebral de como opera el lado de negocios de internet como la conocemos.
Este martes arrancó el juicio por prácticas antimonopolio que une a unas cuatro docenas de fiscales generales de estados de EE.UU. y al Departamento de Justicia de ese país contra Google por presuntas prácticas antimonopólicas.
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Este martes arrancó el juicio por prácticas antimonopolio que une a unas cuatro docenas de fiscales generales de estados de EE.UU. y al Departamento de Justicia de ese país contra Google por presuntas prácticas antimonopólicas.
El juicio por monopolio es el primero que enfrenta al Gobierno federal con una empresa tecnológica estadounidense en más de dos décadas.
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De fondo, la tesis del Departamento de Justicia de EE.UU. es que Google ha pagado miles de millones de dólares para mantener una posición de liderazgos en el mercado de búsqueda, que hoy controla con casi 90 % de todos los requerimientos en línea haciéndose a través de su motor de búsqueda.
Este dinero se ha pagado a competidores, fabricantes de teléfonos y otras empresas de tecnología para que Google sea el buscador por defecto en sus dispositivos, a cambio de descuentos en los servicios de publicidad de Google, que son el otro gran peso en este mercado, en conjunto con Meta (Facebook).
Los demandantes alegan que estos acuerdos han bloqueado el avance de competidores, como DuckDuckGo o Bing, este último es propiedad de Microsoft.
En esta primera fase del juicio se evaluará si Google ha monopolizado ilegalmente el mercado de las búsquedas en línea.
Si el Departamento de Justicia gana, podría solicitar en la segunda fase del juicio la separación del negocio de búsquedas de Alphabet de otros productos, como Android y Google Maps, lo que representaría la mayor disolución forzosa de una empresa estadounidense desde el desmantelamiento de AT&T en 1984.
¿Cómo funcionan las leyes antimonopolio?
Lo primero que habría que aclarar aquí es, en rasgos muy generales, cómo operan las leyes antimonopolio en Estados Unidos.
Si bien es legalmente reconocido en esa jurisdicción que haya un jugador dominante en determinado mercado, posición que logró por su buen desempeño y maniobras, lo que sí es ilegal es que X compañía tome acciones contra otros actores del mercado, especialmente competidores, para mantener su posición de dominancia.
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¿Quiénes son los demandantes?
Esta acción legal lleva más de una década en preparación y agrupa al Departamento de Justicia de EE.UU. con unos 14 fiscales estatales. Otro grupo de 35 estados, además del Distrito de Columbia y Puerto Rico, demandaron por aparte.
Se espera que el juicio duro unos dos meses y medio y que el veredicto se conozca en 2024.
¿Por qué es tan importante este juicio?
Google se juega mucho en este proceso. Si el juez Amit Mehta falla a favor del Gobierno, el grupo podría verse obligado a dividir sus actividades o a cambiar su modo de funcionamiento.
Esto podría implicar, incluso, que la compañía tendría que vender Android, el sistema operativo móvil número uno en el mundo, presente en miles de millones de teléfonos globalmente.
De obtener una victoria, el Gobierno de EE.UU. podría pedir que la empresa comparta los datos que genera su negocio de búsqueda con otros rivales, con el fin de que estos tengan mejores herramientas para competir contra el jugador dominante en el mercado de búsqueda.
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La compañía ya ha sido multada con más de US$8.800 millones de dólares por varias infracciones de la ley anticompetencia en Europa, aunque algunas de estas decisiones están bajo apelación.
El presidente Joe Biden también se juega mucho en este proceso, iniciado por el Gobierno anterior del republicano Donald Trump.
La administración demócrata, que en enero demandó a Alphabet por su negocio publicitario, ha puesto mucho empeño en desafiar a los gigantes tecnológicos, aunque sin demasiados resultados hasta el momento. Cualquiera que sea el desenlace del juicio, es casi seguro que la sentencia será recurrida por alguna de las partes, lo que podría alargar el proceso varios años.
¿Qué dice el Departamento de Justicia sobre Google?
El Gobierno de EE.UU. asegura que Google paga más de US$10.000 millones al año para mantener su posición como motor de búsqueda predeterminado en navegadores web y dispositivos móviles, ahogando con ello a la competencia.
“Este caso trata sobre el futuro de internet y de si el motor de búsqueda de Google alguna vez enfrentará una competencia significativa”, dijo Kenneth Dintzer, abogado del Gobierno, en su declaración de apertura. “La evidencia demostrará que exigieron exclusividad por defecto para bloquear a sus rivales”.
Dintzer dijo que Google se convirtió en un monopolio al menos en 2010 y hoy controla más del 89 % del mercado de búsquedas en línea. “La empresa paga miles de millones por predeterminación porque son excepcionalmente poderosos”, afirmó. “Durante los últimos 12 años, Google ha abusado de su monopolio en las búsquedas generales”.
¿Cuál es la respuesta de Google a la demanda?
El grupo californiano, fundado en 1998 por Sergey Brin y Larry Page, asegura que la popularidad de su motor de búsqueda se debe a la calidad de su servicio.
“Este es un asunto retrógrado”, dijo Kent Walker, director jurídico de Alphabet, ya que estamos “en una era de innovación sin precedentes” con “avances en inteligencia artificial, nuevas aplicaciones y nuevos servicios que están creando más competencia y más opciones para el público que nunca”.
“La gente no utiliza Google porque no tenga otra opción, sino porque quiere. Es fácil cambiar el motor de búsqueda predeterminado, ya no estamos en la era de los módems y los CD-ROM”, añadió Walker a través de un comunicado.
Los abogados de Google destacan que Bing ha incorporado funcionalidades de inteligencia artificial generativa que permiten al usuario comunicarse con mayor facilidad con el motor de búsqueda.
Google y Microsoft están inmersos en una carrera frenética en esta tecnología, compitiendo con chatbots y otros asistentes digitales que se espera que revolucionen la mayoría de las tareas en línea.
Microsoft ganó ventaja gracias a su inversión en OpenAI, la startup que desarrolló ChatGPT.
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