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El desarrollo del cobre en Colombia representa una oportunidad para la inserción decidida del país en el mercado internacional, el desarrollo de nuestros territorios y el posicionamiento como actores clave en la transición energética global. Sin embargo, para que la entrada de capitales se materialice y se sostenga en el tiempo se requiere de reglas claras y voluntad política, señala un informe del centro de estudios del sistema financiero ANIF.
Precisa el estudio que el crecimiento de la demanda y la escasez de oferta de cobre, junto con las ventajas geológicas regionales le otorgan al país un amplio potencial para el desarrollo del sector minero.
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ANIF sostiene que una ventaja fundamental de Colombia es el interés que tiene la inversión extranjera en el país. Pero advierte que se debe tener reglas claras y voluntad política para que los inversionistas quieran llegar con sus capitales al país.
El estudio destaca la importancia de minerales como el cobre, el litio y el níquel dentro de la transición energética y la oportunidad que tiene Colombia, dada la existencia de estos minerales en el territorio, para insertarse en las cadenas de valor a nivel internacional y diversificar su canasta exportadora.
Recuerda el estudio que para el año 2021, el carbón, el petróleo y el gas componían casi el 80% de la energía usada en el mundo. Para disminuir la dependencia energética de las fuentes tradicionales, se requiere de una transición intensiva en minerales como el cobre, el níquel, el cobalto y el litio. Precisamente, Colombia tiene minas con buena presencia de estos minerales, pero requiere que la administración del presidente Petro tome la decisión de crear las condiciones para explotar las minas.
Para lograr una transición energética que a su vez garantice la seguridad energética global, será necesario el protagonismo del sector minero como proveedor de insumos. Sostiene el informe de ANIF que mientras el gas natural y el carbón requieren un promedio de 1.750 kg de mineral para generar 1 MW de energía, la generación de energías más limpias como la nuclear requiere 5.000 kg por MW, y la eólica terrestre por lo menos 10.000 kg por producir un MW y 15.000 kg por MW para la marítima.
El cobre es un protagonista en la transición energética pues es fundamental en el sistema de generación de energía renovable. Esto se ve reflejado en su contribución con la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Por cada tonelada de cobre utilizada en un sistema de generación de energía renovable, se reducen desde 100 a 7.500 toneladas de emisiones de carbono. Los generadores de energía renovable como la solar y la eólica requieren entre 8 y 12 veces más cobre que los generadores tradicionales.
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Según la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME) Colombia debe realizar mayores esfuerzos para definir la cantidad de recursos y reservas que tiene de mineral de cobre, “lo cual se logra incrementando la exploración en el país”. Desde el Estado se deben establecer procedimientos claros para el desarrollo de la exploración, mejorar la seguridad jurídica, agilizar los trámites y permisos requeridos para el desarrollo de la exploración.