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Con las OPA (oferta pública de adquisición) de los Gilinski por los grupos Nutresa y Sura, el mercado de capitales en Colombia ha sufrido un movimiento inusitado, que ha disparado al alza las acciones de varias empresas en la Bolsa de Valores de Colombia, así como ha elevado el índice del mercado (Colcap).
Sólo la semana pasada, el Colcap llegó a tener un incremento diario de 6 %, lo que, según datos compilados por Bloomberg, lo situó en el podio de las bolsas con mejor desempeño en sus operaciones diarias.
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Por ejemplo, las acciones del Grupo Sura habían registrado un incremento de 18 % desde que los Gilinski (y sus socios de Abu Dabi) lanzaron la OPA por Nutresa. Actualmente, este título se encuentra suspendido mientras se resuelve si procede la OPA que los mismos Gilinski (en solitario en esta jugada) hicieron por Sura.
Estos movimientos en el mercado de capitales han abierto una serie de conversaciones paralelas alrededor del dinamismo (o su ausencia) en la Bolsa de Valores de Colombia, así como la forma en la que se crea y se percibe el valor a partir de las acciones.
Este último punto ganó más relevancia aún con la posición que sentó el Grupo Argos (parte del Grupo Empresarial Antioqueño) alrededor de la OPA de Nutresa. Su argumento, en pocas palabras, es que la compañía vale más de lo que están ofreciendo los Gilinski por las acciones.
A través de un comunicado, Argos (accionista de Nutresa) aseguró que “la oferta económica presentada de US$7,71 por acción (...) no refleja un precio justo, dado que no reconoce el valor fundamental del negocio de alimentos ni de su portafolio de inversiones”. La implicación real de este argumento es que el conglomerado de construcción y energía no está interesado en salir de la participación de 10 % que tiene en el grupo de alimentos.
La decisión se dio como resultado de un análisis técnico hecho “con el acompañamiento de un grupo de asesores independientes entre los que se encuentran JP Morgan y la consultora EY”.
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Y esto es notable, pues los Gilinski ofrecen una prima (valor por encima de lo que se cotizaba la acción) de 38 % en el caso de Nutresa.
Prácticamente desde el primer día de la OPA, antes incluso de que fuera aceptada por la Superintendencia Financiera, varios analistas del mercado aseguraron que los títulos de Nutresa estaban baratos, pues la solidez de resultados y la perspectiva internacional del conglomerado suben su valor real.
Si el argumento de Argos es cierto, que Nutresa vale más que lo que ofrecieron por ella (y esta oferta era, a su vez, más alta de la cotización del mercado), lo que se tiene acá es un abismo entre el valor de la bolsa y el real. Algunos hablan de grieta para referirse a este fenómeno. Pero abismo quizá puede resultar más apropiado.
Según datos recopilados por Bloomberg, las acciones de Nutresa, por ejemplo, han perdido más de la mitad de su valor en la última década. Esto en paralelo con la expansión de un grupo que hoy tiene 45 plantas de producción en 14 países, con un crecimiento del 11 % en ventas registrado en 2020 (frente a los números de 2019).
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En una entrevista con Bloomberg, el propio Jaime Gilinski aseguró que “el mercado no ha reflejado lo que creemos que es el valor de la empresa”, refiriéndose a Nutresa”.
La pregunta de fondo acá es ¿cómo las visiones en bolsa dejan de reconocer de un momento a otro la promesa de valor que por años estas empresas han entregado no sólo a sus beneficiarios, sino los aportes que han hecho al desarrollo del país y por lo que realmente deberían valorarlas?