Estos son los nubarrones que opacan el panorama energético de Colombia
“Ad portas” de una asamblea de accionistas crítica en Ecopetrol vale la pena mirar cuál es la relación que tiene el país con los hidrocarburos y cómo se encuentran algunas de las empresas del sector energético.
Esta será una semana crítica para Ecopetrol, la petrolera estatal y la mayor empresa de un país que, a pesar de ser productor de hidrocarburos, se encuentra en una suerte de encrucijada entre las apremiantes necesidades que impone la crisis climática, el discurso político y una larga lista de realidades económicas y sociales.
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Esta será una semana crítica para Ecopetrol, la petrolera estatal y la mayor empresa de un país que, a pesar de ser productor de hidrocarburos, se encuentra en una suerte de encrucijada entre las apremiantes necesidades que impone la crisis climática, el discurso político y una larga lista de realidades económicas y sociales.
Para algunos, este panorama podría visualizarse en forma de teoría de conjuntos: tres círculos en cuya intersección hay petróleo y gas y, claro, Ecopetrol. A pesar de ser el factor común, nadie parece tener muy claro cuál debe ser la senda de la empresa hacia un futuro en el que la descarbonización de la economía es una necesidad de supervivencia, como también lo son los dividendos petroleros de un país que, en las cuentas duras y crudas, no tiene mucho más sustento inmediato que la explotación de estos recursos.
El viernes se realizará una asamblea de accionistas en donde todo apunta a que serán elegidos nuevos miembros de la junta directiva de la compañía que, en opinión de la junta actual, no tienen la experiencia necesaria para sentarse en el máximo órgano de la petrolera.
La polémica sobre los cambios que se avecinan en la junta directiva enmarca las tensiones estructurales alrededor del petróleo y gas en el país, impulsadas especialmente por la administración del presidente Gustavo Petro, quien ha hecho de la transición energética una de sus principales banderas.
“El buen desempeño de Ecopetrol es vital para la autosuficiencia energética en Colombia y los recursos de inversión necesarios para la transición”, señala un informe de la firma Corficolombiana.
El panorama actual de la petrolera se ve algo mezclado: si bien en 2023 alcanzó sus mayores niveles de producción en ocho años, con 737 mil barriles de petróleo equivalentes por día, sus utilidades se redujeron 42,9 % con respecto a las del año anterior. También bajaron las reservas, con una reducción anual del 6,4 %. Vale aclarar que esto, en parte, tiene que ver con los fluctuantes precios del petróleo a nivel internacional.
Sin embargo, la empresa mejoró notablemente en la eficiencia de producción de sus pozos, lo que marca un objetivo estratégico para la compañía. De acuerdo con Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, el 77 % de la producción de la petrolera se “sustenta en el recobro mejorado que hemos encontrado en nuestros campos, y en eso vamos a seguir trabajando para mantener los niveles de producción”.
Pero, a la vez, esta mejora en eficiencia puede ser una medida que no alcance a cubrir las necesidades de hidrocarburos para hacer una transición energética sin quebrar el panorama socioeconómico del país.
“El líder de la transición energética es el mismo Ecopetrol”, señala Carlos Gustavo Cano, quien fue parte de la junta directiva de la compañía hasta su salida el año pasado en medio de un escenario que dejó más confusiones y preguntas que certezas.
Lo que dice Cano expone breve, pero claramente, el dilema que está en el corazón de todo lo que ha sucedido con el sector de hidrocarburos en el país: la tensión entre explorar y explotar, y marchar hacia la descarbonización.
¿Qué significan los hidrocarburos para Colombia?
Cano lo pone de esta forma: “La quinta parte de los ingresos del Estado dependen de la industria petrolera”.
De acuerdo con la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP), si el país deja de producir gas y petróleo se perderían $18 billones en aportes fiscales entre 2022 y 2026. Para 2032, esta pérdida llegaría a $104 billones.
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Por su parte, cálculos de Fedesarrollo estiman que el 1,7 % del PIB de Colombia proviene de la actividad petrolera. De este porcentaje, 1,2 % corresponde a dividendos de Ecopetrol y el restante 0,5 % son ingresos tributarios de esta industria.
Además de su peso en regalías e impuestos, la industria genera lo que se conoce como encadenamientos productivos. Según la Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleo, por cada peso del sector se generan $1,65 para el resto de la economía.
Reservas y abastecimiento de energía
La otra forma de mirar este escenario es el del abastecimiento de energía, en términos básicos de gasolina y gas natural (que se usa no solo para el consumo residencial de los usuarios, sino para encender las plantas térmicas cuando se presentan fenómenos, como el actual de El Niño).
Para 2022, las reservas de Ecopetrol se encontraban en 8,4 años y, de acuerdo con los resultados para 2023 que recientemente presentó la petrolera, esta cifra bajó a 7,6 años.
En la baja en reservas también influyeron los precios internacionales del petróleo, algo que escapa del control de la petrolera y del país en general, vale la pena aclarar. “Dada la baja en el precio de referencia (Brent), y por el período de maduración que tienen las reservas para pasar de 2P (probadas y probables), a 1P (reservas probadas) eso hizo que bajáramos en 54 millones de barriles de ese balance que se tenía en 2022”, explicó en su momento Roa.
Pero aquí hay otro lunar en la historia: una porción importante de las reservas petroleras de la compañía proviene del exterior, mediante la explotación de fracking que se da en el Permian, en Estados Unidos, en donde Ecopetrol es socia con Oxy. Estamos hablando de 89.000 barriles equivalentes al día. Ese negocio se extingue en unos tres años y, al mismo tiempo, el Gobierno no le ha dado aval a ningún nuevo contrato de exploración.
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A esta ecuación se suma también una baja en el plan de inversiones de la empresa para 2024 en temas de exploración y producción de gas y petróleo, que descendió 19,8 % en términos de dólares.
Esta suma de factores genera preocupaciones “sobre el futuro aporte de la compañía al país en términos de exportaciones, autosuficiencia de petróleo y gas, y transferencias a la nación (dividendos, impuestos y regalías)”, advierte Corficolombiana.
El análisis de esta firma indica que estas transferencias disminuirán 20 % para este año, en comparación con 2023. No es un panorama halagador justo cuando el Gobierno tuvo que restarles al menos unos $3 billones a sus cuentas por el fallo de la Corte Constitucional sobre las regalías petroleras.
¿Cómo están las empresas de energía en Colombia?
En términos de resultados financieros, el panorama tiene luces y sombras, pues si bien algunas de las principales empresas del sector energético registraron cifras positivas en ventas para 2023, en utilidades sí hubo contracciones frente a los números de 2022, según los cálculos hechos por Corficolombiana.
En este escenario intervinieron factores como las altas tasas de interés, que golpearon a toda la economía en general, pero pues lo hacen con especial fuerza para grandes receptores de crédito y capital (como las empresas).
Aquí también pegaron cosas como el impacto de El Niño en el mercado energético del país, así como una desaceleración general de toda la economía que, aunque era prevista, terminó siendo mucho más profunda de cualquiera de las proyecciones disponibles.
Hay noticias positivas, como la realización de la subasta de cargo por confiabilidad de febrero, que dejó una mayor asignación para la energía solar.
También hubo avances para las líneas de transmisión que deben conectar a La Guajira con el resto del sistema eléctrico nacional (esta región concentra buena parte del potencial de crecimiento de energía solar y eólica del país).
Pero, a la vez, también se dieron una serie de problemas y cancelaciones de proyectos relacionados con licenciamiento ambiental y consultas previas con las comunidades.
Y, al final, estos inconvenientes terminan por torpedear el avance de la transición energética y, de fondo, del autoabastecimiento del país en materia de energía en general.