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Fabricato: la textilera con más de 100 años que sigue rompiendo récord

Gustavo Alberto Lenis, presidente de Fabricato, habla de las cifras positivas que alcanzó la compañía durante el primer semestre del año, en medio de una crisis global de contenedores, la inflación y la volatilidad del dólar.

Lucety Carreño Rojas
26 de agosto de 2022 - 02:00 a. m.
La empresa cuenta con una planta de recuperación de fibra textil y lanzará telas con fibras naturales.
La empresa cuenta con una planta de recuperación de fibra textil y lanzará telas con fibras naturales.
Foto: Cortesía
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Fabricato reportó cifras récord para el primer semestre del año. Los niveles de ventas textiles que la empresa obtuvo en ese período ($235.026 millones) no se registraban desde 2013. También alcanzó la utilidad bruta más alta en ocho años.

Los buenos resultados de la textilera, fundada el 26 de febrero de 1920 por tres familias que representaban a la crema de la industria colombiana en el siglo XX (Mejía, Navarro y Echavarría), llegan en un momento en que la economía local y global todavía resiente los efectos de la pandemia, en medio de la crisis de los contenedores, el alza de la inflación y la volatilidad del dólar.

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La Fábrica de Hilados y Tejidos del Hato, conocida hoy como Fabricato, aseguró que los números en verde corresponden a la tarea que viene realizando desde hace dos años de enfocarse en la rentabilidad de la compañía a través del negocio textil e inmobiliario.

Gustavo Alberto Lenis Steffens, presidente de la compañía desde hace dos años, habló sobre el estado del negocio en el escenario económico actual, los aranceles y la normalización de las relaciones comerciales con Venezuela.

En medio de los retos macroeconómicos del momento, ¿cómo se dieron esos resultados positivos?

Todo eso al final aumenta los costos. Aunque crecimos en exportaciones, todavía no son tan importantes como para mitigar el efecto de la devaluación, porque las importaciones están por encima de nuestras ventas en dólares. Ha habido desarrollos nuevos y acciones de la compañía para mejorar los resultados. Hemos desarrollado nuevas telas y decidido recortar algunas producciones. Por ejemplo, hacíamos 1’300.000 metros de denim al mes y ahora estamos haciendo de 400.000 a 500.000, simplemente por el problema que tiene Colombia de contrabando. Se calcula que el contrabando del denim puede ser del 20 al 25 % del consumo nacional. No solo no pagan impuestos, sino que lo hacen con un dólar más barato. Muy difícil competir con eso.

Los confeccionistas y empresarios del sector textil tienen que importar materias primas porque Colombia no produce suficientes insumos. ¿Cómo los ha afectado la crisis de los contenedores?

El segundo semestre de 2021 fue difícil. Fue un año de reactivación, con problemas de proveeduría de los materiales importados, pero en los momentos difíciles se aprende. Las telas importadas tienen que venir en contenedores, así que tienen que pagar el sobrecosto. La diferencia es que a nosotros no nos afecta el 100 % de los costos y al importador sí, porque ellos traen la tela confeccionada. A nosotros solo nos afecta el porcentaje de las materias primas que se importan.

¿Está de acuerdo con los aranceles a las prendas de vestir?

Siempre hemos tratado que los aranceles sean un tema considerado en toda la cadena textil. Hay que empezar al revés, por la confección, que es el resultado final de lo que hacemos con las telas, como se dice en el sector, el paquete completo.

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¿Por qué empezar por las confecciones?

El mayor empleador en la cadena textil está en la confección. En 2021, el Gobierno firmó un decreto de aranceles a las prendas de vestir que ha dinamizado el sector de la confección, pero eso no es tan rápido. Colombia está dentro de los países de Latinoamérica que tienen los aranceles más bajos. Los aranceles para el sector textil en Latinoamérica son solamente para protegerse de la competencia de Oriente, pero China e India son los países más denunciados mundialmente por el dumping y nosotros contra eso no tenemos ninguna barrera. Es un tema que el nuevo gobierno debería estudiar.

Además de revisar ese tema, ¿qué cree que debería hacer el nuevo gobierno por el sector textil?

Debemos protegernos, y no me refiero a grandes aranceles o a que nos hagan favores, pero sí debemos proteger las industrias domésticas y nacionales, que son las grandes empleadoras. El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, así como el Ministerio de Agricultura, podrían revisar las posibilidades que existen alrededor de la cadena textil. Es una cadena que en años pasados fue una fuente de empleo muy importante. Se ha recuperado, pero podría crecer más. Es cuestión de que se sienten los diferentes jugadores, confeccionistas, agricultores e industriales para buscar qué es lo mejor para todos. No creo que sea una tarea tan difícil.

Desde hace años se viene hablando de la importancia de reactivar la producción local en la industria textil…

Sí, la siembra del algodón es una posibilidad palpable. Las áreas sembradas van a aumentar y ya hay herramientas para empezar a sembrar algodón local. También hay unos mecanismos para fijar el precio con anterioridad a la siembra, porque las fluctuaciones mundiales son las que perjudicaban a los agricultores.

¿Desde Fabricato cómo ven la normalización de la relación comercial con Venezuela?

Nosotros lo vemos bien. En el pasado Venezuela fue un mercado importante para Fabricato, pero tenemos que decir que, en los últimos años, con todos los problemas de los hilos perdimos unas sumas importantes de dinero de alrededor de US$7 millones. Habría que ver cuáles son los mecanismos de pago y cómo nosotros nos vamos a acoplar.

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Lleva dos años al frente de una de las empresas más importantes del sector textil nacional y define la experiencia como enriquecedora, ¿qué ha aprendido del sector y en qué punto está Colombia?

No sé por qué existe la percepción de que el sector textil en Colombia ha venido en decadencia. Es un sector muy dinámico y grande, lo que pasa es que ha evolucionado, pero sigue siendo pujante y próspero. Si uno se pone a ver lo que ha pasado con el retail, con las marcas colombianas que son grandes jugadores en el país y en el exterior, la sorpresa es grande. Son marcas que hacen las cosas bien, son innovadoras, creativas y producen prendas de primera calidad.

¿Cuáles son las expectativas de Fabricato en lo que queda del año?

Tenemos unas expectativas de modernización, evolución y de participación en otros mercados con unas líneas de negocio diferentes a las que hemos tenido tradicionalmente. Tuvimos un 2021 bueno y un 2022 con cifras récord. Sin embargo, tendremos una menor dinámica en el segundo semestre del año.

Lucety Carreño Rojas

Por Lucety Carreño Rojas

Comunicadora social de Uninpahu, vinculada a El Espectador desde 2016. Periodista de moda y negocios. Directora de El Hilo, el formato audiovisual de moda de EE.@LucetyClcarreno@elespectador.com

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