Frutas y cafés “made in Colombia” que conquistan Latinoamérica
Jóvenes colombianos presentaron sus agroemprendimientos en el VII Encuentro de Jóvenes de la Alianza del Pacífico, que se realizó en México. Los emprendimientos van desde plátanos de paquete de Bojayá (Chocó) hasta arándanos sostenibles de Subachoque (Cundinamarca).
Lucety Carreño Rojas
Hace una década, en medio de la crisis global que estaba afectando a Europa y causando una tasa de desempleo juvenil del 25 %, a la empresa Nestlé se le ocurrió una iniciativa para ser parte de la solución a la problemática social y económica que se estaba viviendo. La idea era darles trabajo y oportunidades a los jóvenes europeos. Cuando Laurent Freixe asumió como CEO de la marca para Latinoamérica se le ocurrió replicar esa estrategia en la región.
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Hace una década, en medio de la crisis global que estaba afectando a Europa y causando una tasa de desempleo juvenil del 25 %, a la empresa Nestlé se le ocurrió una iniciativa para ser parte de la solución a la problemática social y económica que se estaba viviendo. La idea era darles trabajo y oportunidades a los jóvenes europeos. Cuando Laurent Freixe asumió como CEO de la marca para Latinoamérica se le ocurrió replicar esa estrategia en la región.
El Encuentro de Jóvenes de la Alianza del Pacífico, que se realizó entre el 20 y 21 de octubre en México, fue el lugar para mostrar algunos de los proyectos que han salido adelante durante la séptima versión de esa iniciativa privada.
Durante estos años, más de 1,3 millones de jóvenes en Colombia, Chile, México y Perú han tenido oportunidades de empleo y apoyo para sus emprendimientos. A la iniciativa se fueron sumando más de 200 empresas y el sector público.
“El encuentro es un espacio para hallar soluciones a las problemáticas juveniles entre los sectores público y privado, y expertos. La iniciativa se nutre de creatividad y de la propuesta de los jóvenes”, dijo Freixe.
Una delegación de 20 jóvenes colombianos, menores de 30 años, representó al país y durante dos días mostraron ante más de 200.000 participantes latinoamericanos los agroemprendimientos en los que trabajan y que han sido apoyados por Nestlé, el Sena y el Fondo Emprender.
“Estamos apoyando a los jóvenes agroemprendedores porque hay una necesidad de relevo generacional en el campo y hay que motivar a los jóvenes para que se queden en el campo, porque la solución no siempre está en la ciudad”, agregó Freixe.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, entre 2 y 3 millones de jóvenes de Latinoamérica y el Caribe se encuentran desempleados, siendo la falta de oportunidades laborales dignas una de las principales causas.
En Colombia, de acuerdo con cifras del DANE, la tasa de desempleo para los jóvenes de 15 a 28 años en el total nacional en el trimestre junio y agosto de 2022 fue del 18,2 %. La cifra en las 23 ciudades y áreas metropolitanas fue del 11,5 %. Las ciudades que registraron las mayores tasas de desempleo fueron Quibdó e Ibagué, con 24,7 y 17,5 %, respectivamente.
“Debemos pensar en que un joven que encuentra un trabajo formal aporta a su comunidad. El empleo es un elemento clave de integración económica y social. Las comunidades que saben integrar a su juventud son más estables, pacíficas y armónicas”, agregó el CEO de Nestlé.
Desde el comienzo de la iniciativa, en la que se incluyen capital semilla, mentorías y ofertas de empleo, 50.000 jóvenes colombianos se han beneficiado. Actualmente hay 2.000 oportunidades laborales con 70 empresas. Hablamos con cuatro de los 20 emprendimientos colombianos que participaron para conocer sus productos e historias.
Arándanos sostenibles de Subachoque
Mónica Velandia entró hace dos años al programa Sena Emprende Rural y aprendió sobre el cultivo de arándanos. En paralelo participó en un programa de formación y emprendimiento del Fondo Emprender. “Tuvimos la posibilidad de presentarnos a una convocatoria, en alianza con Nestlé, para mujeres rurales menores de 30 años y con emprendimientos de frutas, cereales y hortalizas”, recordó.
Con el dinero que se ganó de la convocatoria del Fondo Emprender, y tras conocer sobre el cultivo de arándanos, la emprendedora creó Bioberriescol, pero le quiso apostar a un cultivo diferente y agroecológico.
“Un cultivo agroecológico busca ser más armónico con el ecosistema en el que está. Con el capital semilla compramos plantas, maquinaria, adecuamos los espacios y pagamos los sueldos. Nestlé nos ayudó con mentorías”, dijo la representante legal de la empresa, que genera cuatro empleos directos.
“Vimos el potencial del mercado y decidimos adquirir un cultivo en la vereda El Pantano, en Subachoque, que durante 25 años se ha venido posicionando porque tenemos unas condiciones de suelo, agua y luminosidad que se pueden explotar”.
Los cultivos de arándanos tradicionales suelen dar producción entre los 10 meses y el año y medio. Velandia va a cumplir un año con su cultivo, pero aún no ha dado la primera producción porque es un proceso más lento al ser agroecológico. “El terreno en el que estamos fue explotado en papa por 50 años. Así que tuvimos que arar la tierra, traer las plantas de arándanos importadas y empezar el proceso desde cero. Las plantas están en un período de adaptación”.
Espera ver los frutos a comienzos de 2023 y le apostará al mercado nacional con la venta del producto fresco. También le apuesta al relevo generacional en el campo.
Café de Abejorral
Andrés Fernando Duque es un emprendedor del municipio de Abejorral, en Antioquia, que cuando habla de su emprendimiento empieza contando la historia del nombre. Dice que, al iniciar, como no sabía sobre registros de marcas y marketing, le puso a su marca de café Duque, y lo empezaron a relacionar con el expresidente de la República. Para resolver el problema le agregó su nombre y lo registró como: Café Andrés Duque, y trabajan con un café especial de 500, 250 y 150 gramos.
“Mis primeros pasos fueron agarrando una rama de café. Soy campesino y me siento orgullo de serlo. Migré a la ciudad a los 17 para estudiar y trabajar, aunque a mi papá no le gustó la idea porque quería que siguiera en el campo”, dijo Duque.
Trabajó en hotelería y turismo e hizo contactos. Le fue bien, y con los ahorros decidió volver a su tierra y comprar una finca. “Me siento orgulloso de mi emprendimiento y quiero que los jóvenes sigan replicando estos emprendimientos en el campo, porque se puede crear empresa y salir adelante”, aseguró.
Tiene la finca desde hace cinco años y desde hace dos el proyecto de café especial. Es un “proceso esencial en el que seleccionamos los mejores granos, tenemos un lote para hacer el proceso con cuidado. Después de molerlo, este se fermenta y se seca. Luego lo llevamos a Medellín para realizar el proceso de maquila”.
Duque intercala el cultivo de café con mandarina, guanábana y mango, porque, según cuenta, el café es susceptible a los cambios climáticos, especialmente en el verano. “Lo hacemos para tener otra fuente de ingresos y no son cultivos extensivos”.
Aseveró que se sintió feliz de participar en el encuentro de jóvenes por compartir con sus compañeros colombianos y conocer los emprendimientos de los otros jóvenes latinoamericanos. “Me gustó el empuje y la berraquera de otras naciones. Esto permite demostrar que se puede, que podemos reinventarnos y salir adelante con nuestros proyectos”.
Confituras de frutas de Boyacá
“Creamos una innovación en cuanto a las mermeladas, creamos confituras de frutas, porque tenemos una gran ventaja: somos los mismos productores de la fruta. Nuestro objetivo es darle el valor agregada a la fruta que nosotros mismos sembramos y hacer el proceso productivo sin intermediarios”, contó Karen Hernández, creadora de Atao origen de mi campo.
El emprendimiento que beneficia a 13 mujeres de la región de Tibaná, municipio de Boyacá, fue creada hace un año como parte de una iniciativa para incentivar la agroindustria en mujeres rurales.
“Soy de Bogotá, pero adopté a Boyacá y vivo allá. Mi esposo sí es de allá y con él creamos esta iniciativa porque nuestro objetivo era disminuir el desperdicio de fruta. Tomamos la fruta en cosecha. Por ejemplo, en estos momentos hay durazno, ciruela y manzana. Esas frutas las llevamos a nuestra planta de procesamiento y ese mismo día se transforman”, explicó Hernández.
La emprendedora es ingeniera de alimentos y, mientras trabajaba en Bogotá en una fábrica de alimentos, soñaba con tener su propio negocio. “Un día me quedé sin empleo y dije: es mi oportunidad y qué más que tener todos los recursos a la mano. Empezamos de manera artesanal, y con las oportunidades y apoyos se hizo realidad”, recordó.
“El trabajo que hay para dar a conocer las frutas de nuestra región es todavía muy extenso. Nuestro país y Boyacá tienen riquezas y biodiversidad de cafés, frutas, artesanías, entre otros. Estos eventos permiten crear nuevas alianzas para que ese producto, que para nosotros es muy común, salga y llegue a más personas. Esperamos sacar el producto del país”, agregó.
La empresaria invitó a los jóvenes a seguir en el campo y a creer en las oportunidades. También espera que se puedan reducir los intermediarios, porque, según ella, las mujeres son las más afectadas y esto “no deja avanzar al campo”.
Plátanos de Bojayá
Juan David Mena llegó a México a representar no solo a Colombia, sino a Bojayá, en Chocó, uno de los municipios más afectados por el conflicto armado. Sin embargo, Mena no quería mostrar a un lugar que históricamente han asociado con la guerra y las víctimas. Él les habló a los otros jóvenes de Latinoamérica sobre la agricultura, la flora, la fauna y la diversidad que hay en Bojayá.
“En el municipio la principal fuente de alimento es el plátano, y lo que hacíamos era llevarlo a otro lado, así que con otros jóvenes nos unimos y creamos Platanitos Bojayá. Ojalá podamos replicar lo bueno que hacemos y emprender no solo con el plátano, sino con todo lo que tenemos en el municipio”, dijo.
De acuerdo con Mena, por lo general, cada familia de Bojayá tiene una finca en la que tienen cultivos de plátano. Ahora lo que hacen los jóvenes es recogerlo y llevarlo a una planta de procesamiento en donde se hace “el proceso de pelado, lavada, picada, fritura y se le agregan ingredientes, como la sal”.
Los jóvenes esperan comenzar la comercialización del producto a comienzos de noviembre y proyectan la fabricación de 4.000 paquetes a la semana. “Esperamos crecer y llegar a todos los oídos del país para que nos vean con otra cara. En Bojayá también se puede emprender”, afirmó Mena, quien estudia administración de empresas y forma parte de la Asociación de Plataneros del Medio Atrato (Aplameda).
Los jóvenes colombianos pudieron mostrar sus emprendimientos y dar a conocer el capital humano detrás del café, las frutas y los plátanos, por mencionar algunos. Los retos de los sectores público y privado son abrir los espacios y crear las oportunidades para potencializar los talentos y las capacidades creativas de los jóvenes generando empleos. Los desafíos están en la aplicación de tecnología en el campo, que van desde cobertura y conexión digital, hasta maquinaria para los procesos industriales, así como un enfoque sostenible porque las nuevas generaciones están más preocupadas por el impacto ambiental y en conocer la trazabilidad de los productos. Nestlé espera generar 10 millones de oportunidades laborales para 2030.