¿Ganó el Aguardiente Amarillo? Esto resolvió la SIC sobre demanda de licorera
La Superintendencia de Industria y Comercio negó la petición de medidas cautelares solicitadas por la Empresa de Licores de Cundinamarca contra la Industria Licorera de Caldas. Estos fueron los argumentos.
La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) resolvió la demanda que la Licorera de Cundinamarca le puso a la Licorera de Caldas por supuesta competencia desleal en la comercialización del Aguardiente Amarrillo de Manzanares.
Lea: ¿Qué pasa con el Aguardiente Amarillo? Hay una nueva demanda entre las licoreras
La “Superintendencia de Industria y Comercio niega las medidas cautelares solicitadas por la Empresa de Licores de Cundinamarca contra la Industria Licorera de Caldas”. En el documento de respuesta de la SIC se menciona que la Licorera de Cundinamarca expuso en su demanda que la ILC desplegó una campaña publicitaria mediante la cual “está induciendo al error y engañando a los consumidores respecto del origen del Aguardiente Amarillo de 24° sin azúcar, su creador, composición y fórmula”.
Vale la pena recordar que en la demanda, noticia que fue revelada por Caracol Radio, se incluyeron unas supuestas “ventas atadas”. Según explicó a W Radio Mauricio Velandia, abogado de la Licorera de Cundinamarca, estarían obligando a los comerciantes de ese departamento a comprar tres botellas de aguardiente cristal para poder comprar el aguardiente amarillo.
Lea también: ¿Toma aguardiente amarillo? Pleito entre licoreras lo sacará de la rumba en Bogotá
Según los argumentos que daba la Licorera de Cundinamarca, el creador de la fórmula del aguardiente en 1885 realmente es don Juan de Dios Echeverry y no Camilo Jiménez como ha afirmado ILC en múltiples publicaciones, la ILC compró la fórmula a este último campesino, pero esa empresa se creó 1943 y no 1885 y que la fórmula química ha sido guardada juiciosamente durante más de 130 años y se mantiene intacta, “pese a ser un producto nuevo ya que no tiene las mismas características al elaborarse en la actualidad con agua purificada, colorante amarillo, sin azúcar y una disminución en los grados de alcohol”.
De acuerdo con la decisión de la SIC, las acusaciones formuladas en el escrito de medidas cautelares “no prosperarán al no encontrarse acreditados en esta etapa preliminar la existencia de alguno de los actos desleales alegados”.
La demanda también mencionaba una supuesta campaña publicitaria en la que, según la Licorera de Cundinamarca, “se miente” sobre la historia del Aguardiente Amarrillo sin azúcar, con una concentración de 24°. La campaña dice que el producto fue creado en 1885, pero la empresa argumenta que el licor fue lanzado al mercado en 2019.
Sobre las supuestas campañas falsas, la SIC aseguró que “ninguna de las publicaciones realizadas en las redes sociales por la ILC, tiene la potencialidad de inducir a algún error a los consumidores a fin de escoger sus productos o prestaciones mercantiles por encima de las de sus competidores, con base en una distorsión creada en la esfera volitiva del consumidor”.
La entidad mencionó que los cambios que hubieren incorporado en su fórmula “parecen ser fruto de la evolución misma de la producción mercantil como respuesta normal al avance, desarrollo y transformación del mercado, así como el producto de las propias preferencias de los consumidores”.
En el caso particular del Aguardiente Amarillo de Manzanares, el inevitable transcurso del tiempo ha conllevado a la que la prestación mercantil evolucione y se ajuste a las modernas exigencias del mercado, por lo que, al menos para esta fase de la actuación, “las aludidas modificaciones no parecen corresponder al acto desleal de engaño. No se puede pretender que la sociedad que existía hace 130 años y las regulaciones sanitarias y fitosanitarias, así como las de fabricación de productos sean las mismas; entonces, para el despacho esto no parece corresponder a una actividad engañosa frente a los consumidores”.
Mauricio Vélez, gerente de mercadeo y ventas de la Licorera de Calda, aseguró que seguirán defendiendo la marca: “Tenemos documentos o historiadores que señalan la marca empezó hacia 1885, en esa época el aguardiente era amarillo, era de Manzanares. Estamos capitalizando un producto pionero que existe desde entonces, no como lo quieren hacer ver”.
En esa línea, la SIC afirmó que se trata de un aguardiente pionero, solo que su fórmula se ha actualizado !para ajustarse a los estándares actuales del mercado y, sobretodo, a las normas sanitarias aunque, en todo caso, no se trata de afirmaciones suficientes para alterar la decisión de consumo de quienes son expuestos a tal publicidad”.
Vale la pena mencionar que el pasado 6 de junio la Gobernación de Cundinamarca expidió un decreto en el que se prohíbe la comercialización del aguardiente Amarillo de Manzanares, que en los últimos tres años ha tenido una gran acogida en Bogotá. Se pasó de comercializar 400.000 unidades en 2020 a tener una expectativa de venta de cinco millones de botellas y cajas para este año.
En respuesta al decreto, la Licorera de Caldas hizo pública, en su momento, la intención de iniciar acciones legales y señaló que no se está respetando la libertad de elección de los consumidores.
Según dijo Vélez a este diario, ya se han interpuesto acciones legales en contra de Licores de Cundinamarca y de la Gobernación del departamento. “Una de ellas por el cierre que hizo la Gobernación. Teníamos un permiso por 10 años, pero abruptamente nos lo quitaron. Habíamos invertido mucho dinero en este aguardiente, el producto iba muy bien y llevábamos vendidas a junio de este año 1.200.000 botellas. Ahora empiezan a contrademandarnos, aquí vemos un ejemplo (...) en resumen, se debe al éxito que hemos tenido con el Aguardiente Amarillo en el mercado de Cundinamarca”.
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La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) resolvió la demanda que la Licorera de Cundinamarca le puso a la Licorera de Caldas por supuesta competencia desleal en la comercialización del Aguardiente Amarrillo de Manzanares.
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La “Superintendencia de Industria y Comercio niega las medidas cautelares solicitadas por la Empresa de Licores de Cundinamarca contra la Industria Licorera de Caldas”. En el documento de respuesta de la SIC se menciona que la Licorera de Cundinamarca expuso en su demanda que la ILC desplegó una campaña publicitaria mediante la cual “está induciendo al error y engañando a los consumidores respecto del origen del Aguardiente Amarillo de 24° sin azúcar, su creador, composición y fórmula”.
Vale la pena recordar que en la demanda, noticia que fue revelada por Caracol Radio, se incluyeron unas supuestas “ventas atadas”. Según explicó a W Radio Mauricio Velandia, abogado de la Licorera de Cundinamarca, estarían obligando a los comerciantes de ese departamento a comprar tres botellas de aguardiente cristal para poder comprar el aguardiente amarillo.
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Según los argumentos que daba la Licorera de Cundinamarca, el creador de la fórmula del aguardiente en 1885 realmente es don Juan de Dios Echeverry y no Camilo Jiménez como ha afirmado ILC en múltiples publicaciones, la ILC compró la fórmula a este último campesino, pero esa empresa se creó 1943 y no 1885 y que la fórmula química ha sido guardada juiciosamente durante más de 130 años y se mantiene intacta, “pese a ser un producto nuevo ya que no tiene las mismas características al elaborarse en la actualidad con agua purificada, colorante amarillo, sin azúcar y una disminución en los grados de alcohol”.
De acuerdo con la decisión de la SIC, las acusaciones formuladas en el escrito de medidas cautelares “no prosperarán al no encontrarse acreditados en esta etapa preliminar la existencia de alguno de los actos desleales alegados”.
La demanda también mencionaba una supuesta campaña publicitaria en la que, según la Licorera de Cundinamarca, “se miente” sobre la historia del Aguardiente Amarrillo sin azúcar, con una concentración de 24°. La campaña dice que el producto fue creado en 1885, pero la empresa argumenta que el licor fue lanzado al mercado en 2019.
Sobre las supuestas campañas falsas, la SIC aseguró que “ninguna de las publicaciones realizadas en las redes sociales por la ILC, tiene la potencialidad de inducir a algún error a los consumidores a fin de escoger sus productos o prestaciones mercantiles por encima de las de sus competidores, con base en una distorsión creada en la esfera volitiva del consumidor”.
La entidad mencionó que los cambios que hubieren incorporado en su fórmula “parecen ser fruto de la evolución misma de la producción mercantil como respuesta normal al avance, desarrollo y transformación del mercado, así como el producto de las propias preferencias de los consumidores”.
En el caso particular del Aguardiente Amarillo de Manzanares, el inevitable transcurso del tiempo ha conllevado a la que la prestación mercantil evolucione y se ajuste a las modernas exigencias del mercado, por lo que, al menos para esta fase de la actuación, “las aludidas modificaciones no parecen corresponder al acto desleal de engaño. No se puede pretender que la sociedad que existía hace 130 años y las regulaciones sanitarias y fitosanitarias, así como las de fabricación de productos sean las mismas; entonces, para el despacho esto no parece corresponder a una actividad engañosa frente a los consumidores”.
Mauricio Vélez, gerente de mercadeo y ventas de la Licorera de Calda, aseguró que seguirán defendiendo la marca: “Tenemos documentos o historiadores que señalan la marca empezó hacia 1885, en esa época el aguardiente era amarillo, era de Manzanares. Estamos capitalizando un producto pionero que existe desde entonces, no como lo quieren hacer ver”.
En esa línea, la SIC afirmó que se trata de un aguardiente pionero, solo que su fórmula se ha actualizado !para ajustarse a los estándares actuales del mercado y, sobretodo, a las normas sanitarias aunque, en todo caso, no se trata de afirmaciones suficientes para alterar la decisión de consumo de quienes son expuestos a tal publicidad”.
Vale la pena mencionar que el pasado 6 de junio la Gobernación de Cundinamarca expidió un decreto en el que se prohíbe la comercialización del aguardiente Amarillo de Manzanares, que en los últimos tres años ha tenido una gran acogida en Bogotá. Se pasó de comercializar 400.000 unidades en 2020 a tener una expectativa de venta de cinco millones de botellas y cajas para este año.
En respuesta al decreto, la Licorera de Caldas hizo pública, en su momento, la intención de iniciar acciones legales y señaló que no se está respetando la libertad de elección de los consumidores.
Según dijo Vélez a este diario, ya se han interpuesto acciones legales en contra de Licores de Cundinamarca y de la Gobernación del departamento. “Una de ellas por el cierre que hizo la Gobernación. Teníamos un permiso por 10 años, pero abruptamente nos lo quitaron. Habíamos invertido mucho dinero en este aguardiente, el producto iba muy bien y llevábamos vendidas a junio de este año 1.200.000 botellas. Ahora empiezan a contrademandarnos, aquí vemos un ejemplo (...) en resumen, se debe al éxito que hemos tenido con el Aguardiente Amarillo en el mercado de Cundinamarca”.
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