Gobierno y gremios, una relación de amores y odios
Desde los días de la reforma tributaria se han registrado tensiones entre algunas de las principales organizaciones gremiales del país y parte del Gobierno central.
Jorge Sáenz
El sector gremial empresarial en el país se encuentra en estado de alerta máxima. El espacio entre el Gobierno y estas organizaciones ha venido ganando distancia. La renuncia de algunos dirigentes, no de todos, tuvo que ver con algún guiño o una decisión de la administración de Gustavo Petro. Esto se evidenció en los motivos que llevaron a la dimisión de Roberto Vélez, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC). Fue un pedido directo de la Casa de Nariño, dijo Vélez.
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El sector gremial empresarial en el país se encuentra en estado de alerta máxima. El espacio entre el Gobierno y estas organizaciones ha venido ganando distancia. La renuncia de algunos dirigentes, no de todos, tuvo que ver con algún guiño o una decisión de la administración de Gustavo Petro. Esto se evidenció en los motivos que llevaron a la dimisión de Roberto Vélez, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC). Fue un pedido directo de la Casa de Nariño, dijo Vélez.
Estos movimientos no caen bien entre parte del empresariado del país. Un empresario consultado sostuvo, por ejemplo, que este ambiente “no es sano”. Y un analista, que prefirió el anonimato, aseguró que siempre debe haber una independencia crítica y constructiva frente al Gobierno.
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El lío
Esa relación comenzó a agrietarse en pleno debate de la reforma tributaria. Desde ese momento se avizoraba que la relación de parte de la dirigencia empresarial con un buen sector del Gobierno no era de las más cordiales.
Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, el más importante gremio empresarial del país, escribió en su Twitter una mañana: “Es inaudito que un presidente que se precia de defender a las minorías, el debate democrático y que ha sido víctima de señalamientos injustos haya decidido liderar una campaña de desprestigio y estigmatización contra las empresas de Colombia porque criticamos propuestas suyas”. Ahí fue troya. Desde la Casa de Nariño le respondieron. El asesor empresarial de la administración Petro dejó una frase al final del mensaje en las redes sociales: “¿No será que lo que hace falta es un interlocutor válido en la ANDI?”.
Desde la renuncia de la presidenta de Camacol, Sandra Forero, han dimitido las cabezas de Fasecolda, Miguel Gómez; Asobancaria, Hernando José Gómez, y el representante de los cafeteros. Vale aclarar que la renuncia de Gómez en Asobancaria es de otro carácter, pues hay una investigación en curso por presunto acoso.
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Ambiente caldeado
Antes de que se presentara la primera dimisión de un dirigente empresarial, el Consejo Gremial, que reúne a las principales agrupaciones empresariales del país, se pronunció. “Bajo este panorama todos debemos evitar hechos que perturben el relacionamiento, sobre todo entre el Gobierno y los distintos gremios del país”, dijo en un comunicado de prensa.
La administración de Gustavo Petro debe respetar la labor de los voceros de los gremios y evitar descalificaciones, como la que ocurrió con el presidente de la ANDI, precisó en ese momento el Consejo.
Un desprevenido empresario comentó que la intromisión del Gobierno en las decisiones gremiales es como imaginar qué pudiera suceder si uno de los gobiernos pasados hubiera sugerido cambio de mando en la dirección de cualquier agremiación sindical.
Todo pareció aplacarse con el anuncio de Sandra Forero de dejar la presidencia de Camacol, el gremio de los constructores. Diferencias con las políticas de la administración Petro en materia de vivienda precipitaron su salida.
“La Junta Directiva Nacional del Gremio recibió el anuncio de su retiro tras 12 años en la Presidencia Ejecutiva; durante este tiempo, el tejido empresarial del sector ha estado bajo el liderazgo de una gran mujer que, con visión estratégica y su conocimiento profundo de la construcción, la vivienda y la ciudad, ha logrado impulsar la transformación de la actividad y la política de vivienda en Colombia, y convertirlas en fuentes de bienestar para los hogares del país”, dijeron los empresarios de la construcción en su momento.
Para calmar cualquier suspicacia, Forero corrió a explicar que “esta decisión es producto del deseo personal de emprender nuevos proyectos profesionales en los sectores de vivienda, ciudad y género, desde otros frentes distintos a la representación gremial”.
Lo cierto es que, desde la salida de Sandra Forero, las políticas de vivienda comenzaron a fluir. La ministra de Vivienda, Catalina Castro, anunció días después que el programa de la anterior administración, Mi Casa Ya, sería fortalecido para favorecer a los colombianos de menores ingresos.
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Café y petróleo
En el marco del 90.° congreso cafetero y cuando el gerente del gremio, Roberto Vélez, mostraba los signos de recuperación de la actividad cafetera, llegó el pedido para que diera un paso al costado. El mismo gerente lo dijo sin temor. “Me llamó alguien de la Presidencia, de la confianza del presidente Gustavo Petro”.
Como él, sostuvo que la dirigencia cafetera quedó sorprendida, “pues en un año donde hay tan buenos resultados, tanto bonito que es explicarle al país, pues no es muy fácil entender un cambio”, dijo el saliente gerente.
Frente a los representantes cafeteros, Roberto Vélez dijo que “el presidente quiere alguien aquí que interprete de manera más cercana sus pensamientos y deseos con relación a esto que es tan importante. La importancia del gremio cafetero es enorme y la capacidad del gremio cafetero de hacer cosas en el país es gigantesca, él [Petro] quiere y lo respeto profundamente tener alguien con quién trabajar que haya estado más cercano a él y por el lado de los cafeteros es necesario que se mantenga esa relación armoniosa”. Para Vélez, es clara la necesidad de mantener ese “matrimonio armonioso entre el Gobierno y los cafeteros”.
Por otro lado, también se cultivan grandes diferencias entre un sector del Gobierno y varios dirigentes de la actividad de los hidrocarburos y la minería. La poderosa industria petrolera y las multinacionales mineras se han mostrado a la expectativa sobre cuál será el futuro del sector y desconcertadas por algunos planes del Gobierno. El primer ingrediente de este distanciamiento se registró con el tratamiento que recibió la industria en la reforma tributaria.
Varios de los representantes de esta actividad, tan importante para el país en materia de generación de divisas, impuestos, regalías y dividendos, le manifestaron su descontento al Gobierno. Esa diferencia radica en que no está claro qué va a pasar con los contratos petroleros y la exploración de gas, un combustible que, en palabras del Ministerio de Hacienda, es parte vital para la transición energética.
El desconcierto en este sector creció cuando se citó a una asamblea extraordinaria de Ecopetrol para cambiar la junta directiva, proceso que se presentó sin inconvenientes. La sorpresa se registró cuando se dio la salida de Carlos Gustavo Cano Sanz de la presidencia de la junta tan solo 24 horas después de constituido este cuerpo directivo. En su reemplazo fue nombrado Saúl Kattan, hombre de confianza de Petro, al frente de la junta de la petrolera.
“Lamento informarles que al hacerse pública esta decisión de la Junta, el presidente Petro levantó su voz de protesta y desaprobación, y, a través de varios de sus inmediatos colaboradores, les ordenó a los miembros de Junta afectos a él, y también a quienes no lo son, adelantar en la sesión de esta mañana mi destitución como presidente de la junta tras 24 horas de mi designación como tal”, sostuvo Carlos Gustavo Cano en un comunicado al conocer la decisión del presidente Petro.
En su momento, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, dijo que la comunicación de Ecopetrol sobre la composición de la junta había sido prematura, pues no se había acabado la reunión.
Lo de Ecopetrol no tiene antecedentes desde que la empresa pasó a ser una sociedad de economía mixta, de carácter comercial integrada del sector de petróleo y gas.
En el escenario de las renuncias de dirigentes gremiales también fue sorpresiva la de Miguel Gómez, presidente de Fasecolda, el gremio de la industria aseguradora.
Las decisiones del Gobierno sobre la reducción de las tarifas del SOAT parecen haber sido el detonante de la decisión del ahora expresidente de Fasecolda. El Ministerio de Transporte comunicó que la rebaja del 50 % en las tarifas del SOAT beneficia a las motocicletas con cilindraje menor a 200 cc, taxis, microbuses urbanos, de servicio público en la ciudad y del servicio intermunicipal. Esto molestó a este renglón de la economía colombiana, pues el déficit en el manejo de las finanzas del seguro es alto.
Si bien las renuncias se han dado en un corto tiempo, también hay que indicar que la rotación en las agremiaciones es, de cierta forma, normal. Un analista aseguró que los nuevos gobiernos siempre traen retos en esta materia, pues al final de cada administración nacional tiene agendas, proyectos y visiones. Y algunas de estas pueden estar más, o menos, alineadas con los intereses de las empresas privadas.
Finalmente, hay que tener en cuenta que la rotación en los puestos gremiales es normal, comentó otro analista. Siempre los nuevos gobiernos traen desafíos en esta materia, dijo.
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