La historia de Silvia Tcherassi en la moda: crónica de un emporio
Hablamos con la diseñadora sobre su trayectoria y cómo ha logrado mantenerse vigente con más de 30 años de recorrido profesional con una marca que tiene presencia en Colombia, España, Estados Unidos e Italia. Estuvo recientemente en Bogotá y en Barranquilla para hablar sobre la “Beca Silvia Tcherassi”, que lanzó junto al Istituto Marangoni Miami.
Lucety Carreño Rojas
En el mundo de la moda hay nombres que son más que relevantes. Trascienden al paso del tiempo por los aportes a la industria, los cambios que han generado en la forma en la que nos vestimos, inspiran a otros a seguir sus pasos o porque representan a un país ante el mundo. Silvia Tcherassi reúne estas características.
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En el mundo de la moda hay nombres que son más que relevantes. Trascienden al paso del tiempo por los aportes a la industria, los cambios que han generado en la forma en la que nos vestimos, inspiran a otros a seguir sus pasos o porque representan a un país ante el mundo. Silvia Tcherassi reúne estas características.
La barranquillera se gradúo en 1985 como diseñadora de Interiores de la Universidad Autónoma del Caribe. Esa carrera le permitió familiarizarse con el lenguaje del color, el volumen, las texturas y “con la búsqueda de ese equilibrio entre forma y función”.
Era 1987 cuando la moda la sedujo tras el éxito que tuvieron unas camisetas con apliques de cuero que estaba diseñando. En esta industria encontró la forma de comunicar su visión: “Elegancia sin esfuerzo”. Una frase que la ha caracterizado durante sus más de 30 años de carrera.
Tcherassi creó la empresa Altamoda en 1990, que define como la organización “que me ha permitido materializar mi visión y lograr que mi marca haya sido relevante y exitosa por varias décadas”. A las camisetas se sumaron las prendas complementarias y toda una línea que va desde trajes de baño hasta vestidos de novia.
Dos años después participó por primera vez en Colombiamoda, uno de los eventos de moda más importantes del país y abrió su primera tienda en Barranquilla, en el Parque Washington. Por esos años, su nombre comenzó a distinguirse en un momento en el que el país atravesaba uno de sus momentos más críticos sociales y políticos por la guerra con el narcotráfico y en el que había una industria textil fuerte, pero la moda era vista como un tema meramente de entretenimiento. “La moda es un negocio y quería que fuera visto de esa manera, una industria fuerte y poderosa, que no solo te hacia soñar, sino que producía”, recuerda.
Su expansión internacional comenzó en 1999 cuando abrió una tienda en Miami, Estados Unidos. La participación en semanas de la moda internacionales se fue dando paulatinamente, así como los reconocimientos, como la Orden al Mérito Nacional otorgada por la Presidencia de la República de Colombia o el Honoris Causa en Diseño de Modas en la Universidad Autónoma del Caribe, que recibió en 2001.
Ese año también le ofrecieron diseñar las colecciones prêt-à-porter de Pierre Balmain, pero decidió rechazar la propuesta para dedicarse a su marca homónima. En 2003 marcó un hito al convertirse en la primera colombiana invitada al calendario oficial del Milano Moda Donna. En el evento presentó sus colecciones “En el bosque” (otoño/invierno) y “La caja de Pandora” (primavera/verano), inspirada en los Juegos Olímpicos de Atenas.
En la medida que participaba en eventos internacionales, iba expandiendo su marca con aperturas en otras ciudades de Colombia y en el mundo. “El espíritu pionero y abierto al mundo que caracteriza a los barranquilleros está conectado a mi imaginario creativo y a mi personalidad”, asegura.
Recibió la Orden de las Artes y las Letras por parte del gobierno francés por sus aportes al mundo de la moda y fue invitada a presentar su colección durante la programación oficial de Mode à Paris en 2004.
En 2008 entró al negocio hotelero al anunciar la creación del Tcherassi Hotel Collection y la apertura del primer Tcherassi Hotel + Spa en Cartagena. Para ese momento, las colaboraciones entre almacenes de cadena y diseñadores eran una novedad y se enmarcaban en la idea de democratizar la moda para que más personas pudieran acceder a esa pieza soñada. Tcherassi lanzó una cápsula junto a Arkitect, marca del Grupo Éxito, y los resultados fueron muy positivos.
“Siempre he dicho que la moda es la más democrática de las artes porque convivimos con ella, siempre he sentido fascinación por la moda y no solamente por la parte visual porque también es una herramienta muy importante de comunicación. La moda nos permite comunicar no solo lo que somos sino lo que queremos ser”, afirma.
Su página web la lanzó en 2009, en 2010 su libro “Elegancia sin esfuerzo” (Random House) y en 2011 una colaboración con Payless. Durante su carrera la diseñadora se ha inspirado en figuras literarias y artísticas para sus colecciones, como Frida Kahlo o los personajes de las novelas de Gabriel García Márquez “Las mujeres de Macondo”, una colección presentada en 2016.
Para Tcherassi, lo más importante para crear una colección es tener un enfoque claro desde el comienzo, “pero al mismo tiempo dejar que la intuición guie el proceso e ir haciendo ajustes y ediciones para que el resultado sea siempre superior a la idea inicial. No hay que tenerle miedo a experimentar”.
De su vida personal, se sabe que se casó con Mauricio Espinosa y que sud dos hijos hacen parte del negocio familiar. Mauricio Espinosa Tcherassi es el CIO y Sofía Espinosa Tcherassi, quien siguió sus pasos en el mundo de la moda, es la directora Ready to Wear de la marca.
Durante la pandemia y con los retos que generó para todas las personas e industrias, la diseñadora relanzó su página web para responder a las necesidades de sus clientes y presentó sus colecciones Resort 2021 y Spring 2022 en formatos virtuales.
“Crecemos en forma constante, pero siempre hemos tratado de mantener la misma mística del comienzo, pensando en el taller como el laboratorio creativo, aprovechando al máximo los recursos, comportándonos como una gran familia. Muchas de las personas que trabajan conmigo están desde el comienzo y eso hace que siempre recordemos cómo empezamos para no perder el norte”, dice la diseñadora y empresaria.
En su faceta como empresaria ha participado en eventos económicos como la Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y ha recibido reconocimientos de liderazgo empresarial.
En más de tres décadas su nombre también ha aparecido en producciones audiovisuales, como en “Yo soy Betty, la fea” y sus piezas han sido utilizadas por personajes de la serie “And Just Like That”, de HBO, o en “Emily in Paris”, de Netflix.
“Sientes cierto nivel de satisfacción porque un estilista o una producción podían escoger literalmente todas las opciones del mundo y escogieron algo tuyo. El impacto que tiene es increíble porque le da mucha visibilidad a la marca. Además, en el caso de Emily, que se trata de una serie donde la moda es protagonista, con mucha más razón”.
Para mantener una empresa sólida y rentable, la diseñadora cuenta que “siempre he dicho que soy lanzada en términos creativos, pero conservadora en términos de negocios. Creo en la innovación, el crecimiento escalonado, en no tomar grandes riesgos, en invertir en el futuro. Y en términos de diseño, creo que nuestro secreto ha sido evolucionar, pero siendo fieles a nuestro estilo”.
Reconociendo el impacto que su estética, éxito han tenido en las nuevas generaciones, decidió tomar un rol activo al asociarse con el Istituto Marangoni Miami para crear la “Beca Silvia Tcherassi”.
“He estado involucrada desde el comienzo en la estructuración y desarrollo de la beca en todos los aspectos y voy a estar en el proceso de selección de los ganadores”, cuenta Tcherassi que estuvo en Colombia para hacer el anuncio.
El estudiante premiado tendrá la oportunidad de hacer una pasantía en la empresa de Tcherassi, “para que vea como todas las áreas de diseño, desarrollo, producción, mercadeo y comercialización forman parte de un engranaje: una aproximación con el mundo real que espero sea una experiencia valiosa e inolvidable”.
El nombre Silvia Tcherassi trascendió al punto de tener presencia en más de 15 tiendas propias ubicadas en Colombia, Estados Unidos y Europa, así como en reconocidas multimarcas y portales de lujo.
Dice que siente orgullo al ser una de las grandes abanderadas de la moda colombiana. “Se que los colombianos ven mis éxitos como propios y eso me llena todavía de más satisfacción, porque ellos han sido testigos de mi carrera y de mi trayectoria y me han acompañado en cada escala de esta aventura que apenas comienza porque estoy convencida que lo mejor está aún por venir”.
El nombre Silvia Tcherassi pasará a la historia por ser una diseñadora que marcó muchas primeras veces, por su talento y por demostrar que una mujer barranquillera podía cumplir otros roles, como el de empresaria internacional en una sociedad en el que el papel femenino estaba rezagado.
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