Los rappitenderos tendrán una tarifa mínima por pedido, así como el derecho a defenderse ante acusaciones que les causen inhabilidades en la plataforma.
Foto: Óscar Pérez
Se estima que en el país hay más de 60.000 repartidores que trabajan mediante la aplicación de Rappi. Ellos no reciben un salario, pues el modelo que defiende la compañía se basa en el trabajo autónomo, es decir, no hay una obligación contractual de cumplir horarios.
Los ingresos dependen de las tarifas de remuneración establecidas por la plataforma, la intensidad de trabajo del repartidor y de las propinas de los usuarios.