¿La mala hora de Tesla es la buena hora de los vehículos eléctricos chinos?

El protagonismo de los vehículos eléctricos ha venido creciendo en los últimos años. Información divulgada por la firma Statista muestra que, de 2014 a 2022, el repunte en el número de este tipo de automóviles en uso pasó de los 410.000 a los 18 millones (un crecimiento de más del 4.200 %).

El protagonismo de los vehículos eléctricos ha venido creciendo en los últimos años. Información divulgada por la firma Statista muestra que, de 2014 a 2022, el repunte en el número de este tipo de automóviles en uso pasó de los 410.000 a los 18 millones (un crecimiento de más del 4.200 %).

Gran parte de esto obedece a la creciente conciencia ambiental, así como los intentos de regulación que buscan dejar en el pasado a los vehículos de combustión; a esto se suma la notoria mejora en velocidad y autonomía (los grandes peros de los vehículos eléctricos en el pasado), pues compañías chinas como Gotion High-Tech Co han anunciado el desarrollo de baterías de carga ultra rápida y que prometen autonomías de 1.000 kilómetros.

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Por varios años, Tesla ha sido la marca que ha ocupado el más importante lugar en el ‘top of mind’ de esta categoría; no solo por su oferta en vehículos eléctricos, sino por la tecnología que incorpora, permitiendo, por ejemplo, mayores grados de conducción semiautónoma.

Cifras publicadas por la compañía dan cuenta de que al cierre de 2023 se experimentó un incremento interanual del 15 % en las ganancias del su negocio de automotores, al consolidar más de US$82.419 millones.

Lo anterior se logró gracias a una producción, el año pasado, de 1,84 millones de vehículos. Esto representó un repunte del 13 % frente al cierre de 2022, así como una caída del 12 % frente a los modelos diferentes a su línea Model 3. También está el buen comportamiento en entregas, en las que creció un 20 % gracias a los 1,7 millones de vehículos comercializados.

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No obstante, Tesla inició el primer trimestre de 2024 con el pie izquierdo, pues registró su primera caída interanual desde el año 2020, cuando la pandemia comenzó a amenazar los mercados. Los datos suministrados por la compañía muestran que, de enero a marzo, entregó 386.810 vehículos, cifra que palidece ante los 484.507 consolidados en el periodo octubre diciembre de 2023 (la caída fue del 20,16 %).

Su producción también cayó, pues estas fueron de poco más de 433.000 unidades, mientras que en el periodo de referencia inmediatamente anterior la cifra rozó las 500.000.

Mediante un comunicado, Tesla explicó que tal caída se debió, en parte, a la fase inicial de la rampa de producción del Modelo 3 actualizado en su fábrica de Fremont, así como a los cierres de fábrica que se derivaron de los desvíos causados por el conflicto en el Mar Rojo, así como el ataque incendiario en la Gigafactory de Berlín.

A esto se suma que para Elon Musk, el magnate y CEO de Tesla, la estacionalidad también juega un rol importante en las caídas pues “a la mayoría de la gente no le gusta comprar coches en pleno invierno”. Tal caída en la demanda, según el directivo, termina afectando la producción pero, de nuevo, insiste que el problema es estacional. Incluso la compañía llegó a lanzar incentivos de US$1.000 para que los consumidores se animaran a comprar un Tesla, nada mal si a este cóctel se le suma el coletazo en el consumo que generan las altas tasas de interés.

¿Momento propicio para el auge de la competencia china?

Más allá de lo anterior, las cifras parecen sugerir que esta caída en la demanda de los coches Tesla obedece a que la competencia, especialmente de los fabricantes chinos, están reclamando cada vez más un lugar en el mercado.

BYD es la compañía que cuenta con un mayor protagonismo en este segmento en China, y que ya está superando a Tesla en ventas. Sus estados financieros muestran que cerró 2023 con un volumen récord en sus entregas, con más de 3 millones de vehículos comercializados, lo que se traduce en un crecimiento del 61,9 % frente al cierre de 2022.

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A esto se suma que BYD continúa ganando más terreno en mercados internacionales, pues en 2023 sus exportaciones crecieron a 242.765 unidades (un incremento del 334,2 %), consolidando un alcance a 70 países en seis continentes.

También hay que tener en cuenta otros competidores, como Huawei (que opera en China bajo la marca Aito), cuyo vehículo eléctrico consolidó en febrero su segundo mes consecutivo como el más vendido en el mencionado país asiático, con más de 21.000 entregas.

Xiaomi también estaría buscando un lugar protagónico, pues recientemente presentó su automóvil eléctrico, el SU7, que en sus primeras 24 horas de lanzamiento al mercado alcanzó los 90.000 pedidos anticipados.

No es el inicio del fin de Tesla

Hay por lo menos dos indicadores que aseguran que esta caída económica para Tesla no se puede ver como el principio de su final.

El primero es porque Tesla, tal y como lo demostró en sus estados financieros de cierre de año, cuenta con la suficiente liquidez para seguir financiando su hoja de ruta de productos, planes de expansión y otros gastos contemplados a largo plazo.

El segundo es que asegura está trabajando en procesos que permitan abaratar los costos de producción, logrando así maximizar sus ganancias y facilitar el acceso a su catálogo de productos, que ha venido renovando con las nuevas versiones de su línea Model y el anuncio del Cybertruck.

A la larga, conviene para el usuario final que la competencia en el negocio de los vehículos eléctricos se intensifique, pues esto fomenta el desarrollo y la investigación para lograr automóviles más asequibles y con mejores desempeños.

En otras palabras, estaríamos presenciando el inicio de lo que será el futuro de la industria automotriz, ahora que se busca “descarbonizar la economía”, despidiendo paulatinamente, a los vehículos de combustión.

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