La Superintendencia de Sociedades informó, este jueves 22 de junio, que a pesar de haber iniciado un proceso de reorganización empresarial, Viva Air no tiene las condiciones para ello dadas sus dificultades. Por eso finalmente se irá a liquidación.
Por esto se le asignará un liquidador que iniciará el proceso que no demorará más de tres meses. En este, evaluará los activos y pagar las deudas con sus acreedores y usuarios perjudicados.
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La Supersociedades encontró que Viva tiene un billón de pasivos, “ya no tenían los aviones ni permisos, estaban en cesación de pagos y no tienen cómo cubrir sus obligaciones”, dijo el superintendente Billy Escobar. Y añadió que “más temprano que tarde” había que responderle a los afectados.
Cabe aclarar que esta fue una decisión de la misma empresa, no la tomó el Gobierno ni la Superintendencia. De hecho, la aerolínea hizo saber que “no existe forma de configurar un nuevo plan de negocios e iniciar operaciones dando cabal cumplimiento a los requerimientos exigidos por la Aeronáutica Civil”.
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La liquidación judicial se adelantará en los términos de la Ley 1116 de 2006 con la designación de un liquidador quien representará para todos los efectos a la empresa y adelantará las actuaciones correspondientes para la preservación de los activos, así como, la determinación de los pasivos a ser atendidos. Además, el ex representante legal seguirá teniendo la responsabilidad de presentar el informe de patrimonio liquidable y de custodiar los documentos de la empresa.
La empresa dejó de operar el pasado 27 de febrero y dejó a miles de pasajeros varados en Colombia y el mundo. Su esperanza de salvación estaba en manos de Avianca, que se había interesado en comprarla, pero desistió el sábado 13 de mayo por lo que Viva declaró que no tenía las capacidades para operar y se despidió de los cielos.
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