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Este miércoles el presidente de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), Guillermo Herrera, reveló los más recientes resultados de las cifras del mercado de vivienda nueva. Este muestra un balance negativo y refuerza dicha tendencia que ha tenido el sector en los últimos meses.
De enero a junio, en Colombia se comercializaron 65.266 unidades de vivienda nueva, lo que se traduce en una caída del 53,2 % frente a las 137.531 que se registraban para el mismo periodo del año anterior.
Parte de lo que explica este comportamiento es el panorama macroeconómico que ha rodeado a la construcción en el país, pues hay que recordar que tras la pandemia este fue uno de los sectores de mayor dinamismo, ya que la economía necesitaba reactivarse y por lo tanto las tasas de interés llegaron a mínimos históricos. Esto, junto con la política de subsidios de vivienda, reforzó el atractivo para invertir en este tipo de inmuebles.
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No obstante, el panorama que encontramos hoy es el contrario. La economía se recalentó, a tal punto que la que ahora alcanzó máximos históricos fue la inflación, lo que a su vez obligó al Banco de la República elevar las tasas, es decir, se encareció el sueño de tener vivienda o, de entrada, las condiciones se hicieron imposibles para que un banco autorice un crédito a un hogar pobre o vulnerable (que es el que apuntan principalmente los programas como Mi Casa Ya).
En otras palabras el boom de la venta de vivienda nueva alcanzó un pico y hoy se encuentra en una caída de la que busca recuperarse.
Según lo explicado por Herrera, es muy probable que las condiciones favorables se vuelvan a presentar para el sector que representa, lo que permitiría un repunte en la venta de vivienda nueva.
Gran parte de esto obedece a la inflación, que en Colombia se ha venido desacelerando de forma paulatina en los últimos meses. Las proyecciones apuntan a que esa senda continúe de aquí a diciembre de 2024, que sería el mes en el que se alcanzaría la meta inflacionaria del 3 %. Este freno en la carestía también estaría acompañado de una caída en las tasas de interés, lo que volvería a hacer asequible el sueño de comprar vivienda.
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“Para el segundo semestre de 2024, las tasas hipotecarias podrían volver a niveles promedio. De esta manera, los hogares que hoy compren sobre planos se beneficiarían de mejores tasas al momento de la entrega de su vivienda”, concluyó Herrera.
Para el directivo también es importante que el Gobierno refuerce su apuesta en política de vivienda. En esto ha dado signos de voluntad mediante la adición presupuestal que le aprobó recientemente el Congreso, mediante los cuales se logró la inyección de recursos al programa de Mi Casa Ya.
“Sin embargo, la mayor parte de esos recursos están comprometidos en la entrega de cerca de 57 mil viviendas ya terminadas. Al respecto, el presidente de Camacol indicó que el impulso contracíclico requiere recursos adicionales enfocados en la iniciación de nuevos proyectos, lo cual activará los encadenamientos productivos del sector y estimulará la generación de empleo en la construcción de edificaciones”, precisó Camacol.
Cifras de Camacol también muestran que actualmente 107.339 viviendas de interés social se encuentran en proyectos con más del 70 % de la oferta comercializada.
“Estas son unidades que pueden iniciar en el corto plazo, impulsando cerca de 200.000 empleos y reactivando la demanda intermedia. Al respecto, las industrias encadenadas ya sienten los efectos de la desaceleración en la dinámica de las edificaciones, particularmente en los micronegocios asociados a ferreterías, producción de caucho y madera”, concluyó.
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