Las botas militares colombianas que se abren paso en Nueva York
Una industria de calzado nacional fabrica botas de uso militar que hoy se están exportando a Estados Unidos para satisfacer la demanda de un público joven. Esta es su historia.
Lucety Carreño Rojas
Wilson Wilches empezó a hacer zapatos a los trece años, cuando sus padres (Antonio Wilches y Angelina Rodríguez) le enseñaron el oficio y el amor por el calzado masculino. En las tardes, después de llegar del colegio, Wilches y su hermano se sentaban para que su padre les enseñara el armado y la costura del zapato. Con lo aprendido, el joven comenzó a trabajar en una empresa como guarnecedor. A los 22 años montó su primera compañía con tres empleados.
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Wilson Wilches empezó a hacer zapatos a los trece años, cuando sus padres (Antonio Wilches y Angelina Rodríguez) le enseñaron el oficio y el amor por el calzado masculino. En las tardes, después de llegar del colegio, Wilches y su hermano se sentaban para que su padre les enseñara el armado y la costura del zapato. Con lo aprendido, el joven comenzó a trabajar en una empresa como guarnecedor. A los 22 años montó su primera compañía con tres empleados.
Tras 45 años en el negocio y dos fracasos empresariales, Wilches está al frente de Industrias W. Wilches, una compañía creada en Bogotá en 2006. Además de proveerle calzado a la empresa BOSI, Wilches se fijó en las botas que utilizaban los soldados del Ejército en la selva. “Empezamos a investigar cómo podíamos ayudar a resolver la problemática de los soldados, así que nos unimos con el Ejército para producir unas botas con alta tecnología”, recuerda el empresario.
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La empresa, que tiene setenta empleados, comenzó a invertir en ciencia e investigación para desarrollar botas militares con una tecnología que evita los hongos y bacterias en los pies, regula la temperatura y tiene propiedades ergonómicas, para mejorar la calidad de vida de los soldados colombianos. “Nosotros estábamos en unas investigaciones con la Universidad Javeriana para unos zapatos que diseñamos para personas que duraban mucho tiempo de pie. Ahí conocimos al doctor Jorge Reynolds Pombo, quien nos invitó a trabajar en el proyecto ‘el soldado del futuro’ de esa universidad”.
Las botas tienen cuatro tecnologías implementadas. “Cuentan con unos procesos en los hilados que permiten que sean antibacteriales y antihongos, son impermeables para que cuando el soldado esté en la selva o en el área de operación mantenga sus pies secos. También tiene una tecnología que trajimos de Alemania para regular la temperatura del pie mediante un proceso nanotecnológico”, explica Wilches.
Con el Ejército y la Universidad Javeriana realizaron la investigación, pero en el proceso de comercialización trabajaron solos. En 2018, mediante el programa Aldea, de Innpulsa, la empresa comenzó la internacionalización de sus botas inteligentes. El proyecto consistía en utilizar las botas como base, pero realizándoles modificaciones y ajustes para mostrarles propuestas a empresarios internacionales. Los diseños creados por Wilches llamaron la atención de la empresa Sprayground, ubicada en Nueva York (Estados Unidos).
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En 2019 la empresa exportó el primer lote con mil pares de botas militares hacia Estados Unidos. La exportación se dio, según Wilches, gracias a la corporación Ventures y directivos de Fedex quienes mostraron el prototipo del calzado a los accionistas de la firma Moret Group, propietaria de Sprayground.
“Las botas se vendieron en dos días. Ellos hicieron cuatro días de expectativa de lanzamiento en redes sociales y en dos días lograron vender todas las botas. Este año exportamos el segundo lote, con 700 pares, y estamos trabajando en la producción para el tercer lanzamiento, que será en octubre”, asegura Wilches.
David Ben David, diseñador de Sprayground, personalizó las botas en la parte del talón con una figura de tiburón, característica de su marca, para seducir a su público: jóvenes con un estilo urbano e irreverente. Fue así como las botas pasaron de ser usadas por soldados colombianos a jóvenes en las calles de Nueva York. En el tercer lote se exportarán 2.500 pares de zapatos.
La empresa también está trabajando en una tecnología para que las botas tengan biosensores que detecten los explosivos y un dispositivo que genere energía mientras la persona camina para cargar los equipos electrónicos.
De acuerdo con Inexmoda, las exportaciones de calzado son protagonistas en nueve departamentos del país. Bogotá está en el primer lugar, con una participación del 35 %, seguido por Antioquia (18 %) y Santander (15 %). El promedio mensual de exportación en julio fue de US$1,9 millones. Los destinos a los que más se exporta son Estados Unidos, Ecuador, Costa Rica, Panamá y Guatemala.
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Aunque también fue afectado por la pandemia con una reducción de ventas cercana al 80 %, pero que no sintió el coletazo gracias a estar exportando. El empresario espera ampliar su mercado y llegar a destinos como Rusia, Israel y Dubái; de hecho, tiene pensado abrir una empresa en Dubái y generar 600 empleados.
“Con las botas hemos avanzado. Acabamos de firmar un contrato con la Fuerza Aérea Colombiana para fabricar botas en 2021 y 2022. La institución no utilizaba botas nacionales desde hace más de 15 años. Es un logro para nosotros. Estamos avanzando en conversación con los Emiratos Árabes, tenemos solicitudes del Ejército de Egipto y el de Israel, y también participaremos en Expo Dubái 2021 como parte del pabellón de Emiratos Árabes”, agrega.
Las botas colombianas podrán atraer la atención de compradores internacionales durante los seis meses que dura la feria, la empresa seguirá con su misión de abrirse paso en el Oriente Medio y Wilson Wilches mantendrá el legado familiar.