Las nuevas rutas de la minería en Colombia
El Servicio Geológico Colombiano elaboró el mapa minero donde confirma indicios de la riqueza en polimetálicos, oro y cobre que le permitiría al país a 2030 convertirse en el tercer productor de cobre de América Latina y duplicar su producción de oro.
La demanda de carbón continuará siendo significativa, tanto para la seguridad energética del país, como para el desarrollo de la industria, dice un documento del Gobierno en el que se contempla que el sector minero es un aliado clave para impulsar la transformación energética en el país.
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La demanda de carbón continuará siendo significativa, tanto para la seguridad energética del país, como para el desarrollo de la industria, dice un documento del Gobierno en el que se contempla que el sector minero es un aliado clave para impulsar la transformación energética en el país.
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El anuncio fue hecho por el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa, en la apertura del Congreso Nacional de Minería, que se cumple en Cartagena.
“El carbón representa el 7 % de las necesidades energéticas actuales de Colombia y continuará representando entre el 5 y el 7 % de éstas para 2050″, precisa el informe realizado por la Unidad de Planeación Minero-Energética (Upme).
Concluye el estudio que el aporte del carbón es aún más representativo para el sector industrial, en donde actualmente representa el 31 % de sus necesidade energéticas y se espera que en 2050 sus aportes varíen entre el 9 % y el 19 %. Actualmente, los altos precios del gas natural han hecho que en el país varias generadoras térmicas vuelvan los ojos al carbón.
Mesa recordó que, en el quinquenio de 2016 a 2020, la industria del carbón representó en promedio el 1 % del PIB nacional y el 16 % de las exportaciones de Colombia. En el evento minero, el ministro presentó lo que será la ruta de acciones para avanzar hacia una nueva minería. Esta decisión incluye la Agenda Carbón y la estrategia ExploraCo, que serán claves para la transición energética a la que le está apostando el país.
El plan para el desarrollo de la minería en el país incluye acciones para avanzar en la diversificación y exploración minera y el fomento de la minería legal. “La visión de esta nueva minería es integral, moderna y basada en proyectos sostenibles. Esta agenda trabaja por la visión de una industria de carbón en Colombia competitiva, legal, segura y con altos estándares técnicos, ambientales, sociales y de relacionamiento con el territorio”, reiteró el ministro Mesa.
El funcionario subrayó que la nueva estrategia minera “apoyará los compromisos nacionales y mundiales de transición energética y apalancará la diversificación productiva de las regiones predominantemente productoras”.
El informe sobre el mineral destaca que Colombia sigue disponiendo de carbón para los próximos 52 años, con el 53 % de las reservas probadas de Latinoamérica y el 0,6 % de las mundiales. Recomienda el estudio que “el país deberá asumir el reto de insertarse en nuevos mercados y posicionarse como un productor con altos estándares tecnológicos, ambientales y sociales, que le permita competir con otros países productores, a la vez que participa en la meta nacional de llegar a la carbono-neutralidad en 2050″.
Colombia tiene 1.156 títulos mineros vigentes de carbón, de los cuales menos del 3 % corresponden a la minería de gran escala y a cielo abierto ubicados en la Guajira y Cesar, que son responsables del 91 % de la producción del país. Por su parte, la mediana y pequeña minería que se realiza en Antioquia, Boyacá, Córdoba, Cundinamarca, Norte de Santander y Santander es primordialmente subterránea.
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La importancia de la producción de carbón en la riqueza del país radica en que entre 2016 y 2019, la minería de carbón tuvo una participación promedio del 1,1 % en el PIB del país, con producciones promedio anuales de $8,8 billones. En el 2020, año en el que se presentó una contracción de la producción de carbón, este mineral representó el 0,7 % del PIB del país, sostiene el informe del gobierno.
Concluye el informe que “el futuro de la industria del carbón en Colombia y, por ende, de su contribución al país, depende de la adecuada ejecución de las acciones identificadas y de cómo Colombia y el sector se adapte al cambiante panorama mundial de este mineral”.
Cobre, un futuro promisorio
Igualmente, el ministro de Minas y Energía resaltó que el Servicio Geológico Colombiano (SGC) elaboró el mapa metalogénico de Colombia 2020, que confirma indicios de la riqueza en polimetálicos, oro y cobre, lo que permitirá al país tener metas ambiciosas a 2030, como convertirse en el tercer productor de cobre de América Latina y duplicar su producción de oro frente a la lograda en 2019. Hay que recordar que Chile y Perú son los dos más grandes productores de cobre en el mundo.
En Latinoamérica, Colombia se encuentra en el sexto lugar de producción de cobre, detrás de México, Brasil y Argentina, y ocupa el puesto 46 en el mundo. Escalar posiciones en este ranking significaría mayores ingresos para la economía del país y el desarrollo social para las regiones, aseguran expertos.
El consumo de cobre refinado en el mundo en 2018 fue de 23,78 millones de toneladas y varios estudios indican que esa demanda podría crecer al doble en 2050.
El SGC avanza en la profundización y generación de la información geo-científica con 16 distritos metalogénicos ya identificados y una meta de 36 durante el cuatrienio, precisó el funcionario durante el evento minero.
El cobre es un mineral clave en la llamada transición energética, pues es un elemento muy utilizado en tecnologías limpias de generación de energía. Por ejemplo, una turbina eólica requiere entre tres y cuatro toneladas de cobre para generar un megavatio de electricidad.
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Según la Agencia Nacional de Minería, a 2017, las reservas de cobre en Colombia estaban valoradas en $108.765 millones.
En el momento, la producción de este mineral en el país proviene de la mina El Roble, ubicada en Carmen de Atrato, Chocó, operada por la compañía canadiense Atico Mining Corp, con unas reservas medidas de 1,88 millones de toneladas y una producción de 9.355 toneladas en 2017.
Un informe de la Unidad de Planeación Minero-Energética (Upme) destaca que la producción de cobre en el país muestra una tendencia creciente: de 33 % entre 2014 y 2015 se pasó a 55 % en 2016. El salto más grande se registró en 2014, con una expansión de 543 %, cuando Atico adquirió El Roble. En producción avanzada se encuentra Quebradona, en Jericó (Antioquia), de la minera Anglogold Ashanti, que tiene reservas probables de 1,2 millones de toneladas. Las intenciones de inversión con esas reservas probables ascienden a US$1.000 millones, que se ejecutarían una vez estén aprobados la licencia ambiental y el plan de trabajo del proyecto.
Hay que recordar que toda esta conversación minera se enmarca en la crisis climática global, que representa la amenaza más grande para todas las especies que habitan el planeta, incluyendo al hombre y sus actividades económicas. De acuerdo con el más reciente informe del IPCC, “es inequívoco que la influencia humana ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra”. Una gran parte de esta influencia está relacionada con la extracción y el uso de combustibles fósiles y elementos de las industrias extractivas.
Es en esta discusión que han ganado relevancia términos como transición energética, descarbonización y economía verde. Colombia se comprometió a reducir en 51 % de sus emisiones para 2030.
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La meta ha sido descrita por el Gobierno como ambiciosa, sobre todo teniendo en cuenta que el país solo aporta aproximadamente el 0,7 % de estos gases a escala mundial. Sin embargo, llevada a la acción, parece que se queda corta, pues según un análisis que realizó la organización independiente Climate Action Tracker (CAT), la ruta que tiene el país para mitigar el cambio climático estaría acorde con un aumento de la temperatura global entre 3 y 4° C para finales de siglo.