¿Los carros subirán de precio? Lo que está en juego en una decisión polémica
El Ministerio de Comercio quiere acabar con un acuerdo comercial con Brasil que, según diversos gremios de la industria automotriz, podría encarecer la importación de vehículos. El Gobierno asegura que es una medida para impulsar la fabricación local.
Lucety Carreño Rojas
En 2017 Colombia y Brasil firmaron un entendimiento en el que se establecieron unas preferencias arancelarias bilaterales para el sector automotor, es decir, se otorgaron cupos de importación para ciertos vehículos durante un período de 8 años. El acuerdo buscaba promover la industria automotriz, así como el comercio entre los dos países.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
En 2017 Colombia y Brasil firmaron un entendimiento en el que se establecieron unas preferencias arancelarias bilaterales para el sector automotor, es decir, se otorgaron cupos de importación para ciertos vehículos durante un período de 8 años. El acuerdo buscaba promover la industria automotriz, así como el comercio entre los dos países.
Sin embargo, la balanza comercial ha sido deficitaria para nuestro país. De acuerdo con cifras del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (Mincomercio), en 2017 el déficit alcanzó los US$835 millones, cifra que se fue incrementando hasta que en 2022 llegó a US$2.681 millones.
Es decir, mientras en 2022 las exportaciones de Colombia a Brasil sumaron US$2.333 millones, las importaciones fueron de US$5.015 millones. En 2023 el déficit disminuyó y se ubicó en US$1.882 millones.
Vale la pena mencionar que tan solo en 2022, Brasil exportó a Colombia mercancías por US$2.500 millones. Los principales productos de esta canasta fueron vehículos (US$720 millones), maíz (US$700 millones) y café (US$307 millones), según cifras del Observatorio de la Complejidad Económica (OEC).
Así las cosas, el sector automotor es uno de los que más aporta a dicho desbalance. En 2017 el déficit comercial en el sector de vehículos fue de US$302 millones, en 2022 alcanzó US$1.216 millones y en 2023 se redujo a US$730 millones.
Ese desbalance comercial es el argumento principal por el que el Ministerio de Comercio decidió manifestarle a Brasil su interés de no continuar con el entendimiento, que está vigente hasta 2025 y que se enmarca en el Acuerdo de Complementación Económica (ACE-72), con Mercosur.
Colombia, según Mincomercio, no ha hecho uso de sus cupos de exportación a Brasil, “debido, entre otros factores, a las altas exigencias técnicas de ese mercado, lo cual crea el desbalance. Tampoco ha habido un aumento del volumen del comercio con Brasil en el sector automotor, como se esperaba”.
Las consecuencias
La noticia no fue bien recibida por varios gremios y asociaciones, como Andemos, Aconauto, Asopartes y Fenalco, pues argumentan que se trataría de un retroceso para el sector y que es una decisión unilateral.
“No entendemos las razones del Gobierno. Si es por balanza comercial, Colombia tienen una balanza deficitaria y negativa con casi todos los países del mundo. Si la idea es promover la industria de las autopartes, la experiencia ha mostrado que proteger con más aranceles, promueve el contrabando. Queremos solicitarle al Ministerio de Comercio reconsiderar la decisión”, dijo Eduardo Visbal, vicepresidente de comercio exterior y sector automotor de Fenalco.
Con el fin del acuerdo, los vehículos ensamblados en Brasil tendrán que pagar aranceles a su llegada a Colombia, lo que incrementaría el precio de esos productos, pero, vale la pena mencionar que el efecto no sería en este instante, pues la carta es solo el anuncio. Pero sí sería inexorable.
Desde la entidad aseguran que la carta que le enviaron a Brasil abre un período de revisión de los cupos de importación y de las condiciones que se pactaron.
Luego, “viene un proceso de negociación y está previsto que un año después siga sin efectos, pero para 2026 si se cancela sería devastador para la industria, porque eso implicaría aumentos exagerados en los precios, pues hoy hay una ventaja importante con los aranceles. Eso afectaría a muchas marcas del mercado”, dijo Pedro Nel Quijano, presidente ejecutivo de la Asociación Gremial de Concesionario de Automotores (Aconauto).
El anexo indica que, los dos países, de común acuerdo, pueden modificar o no continuar con el mismo.
“Se busca que haya un comercio bilateral más justo y equilibrado”, le dijo el Ministerio a este medio. Luis Carlos Reyes, ministro de la cartera, aseguró que pretenden darle un impulso a la industria nacional para que alcance economías de escala que permitan una manufactura a bajo costo y cuente con las condiciones para crecer.
Puntualmente, “el Gobierno trabaja para fortalecer la industria automotriz nacional, clave en el proceso de reindustrialización para promover la inversión, los encadenamientos productivos y el empleo. No se quiere otorgar tratamientos preferenciales injustificados”, dijo la entidad.
Sin embargo, los expertos consultados consideran que el país no cuenta con las condiciones para que se cumpla con el objetivo de la administración del presidente Gustavo Petro y pasaría todo lo contrario.
Un usuario en redes resumió el reto que se plantea con esta decisión al decir que “eso es como tratar de encender un reactor nuclear con brasas de carbón”.
Para promover la industria local, según Aconauto, se requiere una gran inversión por parte de las multinacionales automotrices para que abran plantas de fabricación en el país, “en un ambiente de fortalecimiento de la cadena de valor para que supere el 75 % de integración como ocurrió en México y Brasil en los años 60 y 70″, dijo el gremio.
Además, la medida de Mincomercio, que los gremios califican como proteccionista, generaría más atraso tecnológico y afectaría la inversión, pues en lugar de incentivarla, la “deja en el aire” y hace que se pierda la confianza en el país.
“La política de reindustrialización no va en concordancia con lo que está pasando en el mundo. La industria local tiene que ser vista en un contexto global, compitiendo con el mundo. Implementar proteccionismo cargando impuestos al ciudadano va a afectar más los procesos de comercialización”, dijo Carlos Andrés Pineda, presidente ejecutivo de Asopartes.
El dilema de la industria local
Mientras que Brasil ha logrado importantes cifras de exportaciones hacia Colombia; la industria local presenta un desalentador escenario: caída en las ventas y cierre de plantas, como la de Colmotores.
Este último escenario, justamente, da cuenta de lo que sucede en el mercado: la planta se cerró porque no estaba siendo utilizada, en la medida en la que la fabricación y ensamblaje ha tomado una dinámica más globalizada y en la que el volumen es lo que realmente justifica y mantiene las operaciones que, además, son altamente especializadas (y requieren de grandes cantidades de inversión y mantenimiento en el tiempo).
En el último año, la industria automotriz colombiana ha presentado cifras en rojo por las altas tasas de interés, la inflación y un menor consumo; aunque los balances de junio y julio de 2024 mejoraron respecto a los mismos meses de 2023.
Según el Informe de Registro de Vehículos elaborado por la ANDI y Fenalco, en julio del 2024, el sector automotor vendió 16.494 vehículos nuevos, presentando un aumento del 26 % respecto al mismo mes de 2023. Sin embargo, las cifras actuales distan mucho de los resultados de años pasados: al comparar el séptimo mes de 2022 y el de 2024 hubo una caída del 29 %.
Por el contrario, el desempeño del mercado de las motos, al menos desde la fabricación y el ensamblaje, es sólido. De hecho, el número actual de las ensambladoras de motos casi que triplica el de la época dorada de la fabricación de carros en Colombia, cuando no solo estaban Renault-Sofasa y Colmotores, sino también Mazda e Hino.
“Colombia tiene un caso de éxito con las motocicletas, en el que el ensamblaje de CKD importado, la producción nacional de partes, piezas, accesorios, la mano de obra local y el consumo permitieron que en 2022 se vendieran 800.000 motos, lo que deja una industria posicionada en el top 10 del mundo. No ocurre lo mismo con los automóviles, pues el consumo interno para 2024 no superará los 200.000 vehículos, en gran medida por las cargas tributarias asociadas a la comercialización de un carro en el país”, explicó Pineda.
La industria automotriz requiere economías de escala y, según Pineda, “el primer volumen para la producción y venta debe ser el mercado local. La apuesta la debemos iniciar con una política de país que incentive la demanda interna; terminar los acuerdos internacionales para encarecer el producto, definitivamente, no es la vía correcta”.
Se trata de una decisión que se debe estudiar no solo por las consecuencias mencionadas, sino también porque puede afectar la relación comercial con Brasil y las exportaciones de otros productos, comentan los gremios, y abre la puerta para que en Colombia “se cree una política que apoye y fortalezca a la industria automotriz, que es importante para la economía, genera empleos y paga impuestos”, agregó Quijano.
El Gobierno asegura que ha diseñado varios programas e instrumentos para impulsar y fortalecer esa industria mediante estímulos en la importación de vehículos para complementar el portafolio en el mercado nacional y la aprobación de zonas francas, así como el rediseño de instrumentos para fortalecer la presencia de la industria en el país.
Por ejemplo, la entidad menciona el Instrumento Arancelario para el Mejoramiento Automotor y de la Seguridad Vial (IAMAS), “que permite importar automotores sin arancel a las empresas que fabriquen o ensamblen vehículos en Colombia, siempre y cuando cumplan requisitos en materia de producción e inversión”.
Sin embargo, los gremios reiteran que la industria requiere reglas y políticas claras y de largo aliento. Mencionan que se debe trabajar en temas como tecnologías, competitividad frente al mercado mundial, freno al contrabando de autopartes, eliminación del impoconsumo y reducción del IVA, para promover las ventas y dinamizar el mercado.
“El recurso humano y las tecnologías no solo se hacen con el sector público, sino con incentivos para el sector privado, que será el que mueva esos avances. Las preguntas serían: ¿cuál es la estrategia y cómo Colombia se volvería un jugador estratégico? Porque no tenemos capacidades para producir como lo hacen otros países y menos de forma económica”, puntualizó Clara Inés Pardo, profesora de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario.
💰📈💱 ¿Ya te enteraste de las últimas noticias económicas? Te invitamos a verlas en El Espectador.